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Comunicacion


Enviado por   •  3 de Marzo de 2014  •  1.802 Palabras (8 Páginas)  •  207 Visitas

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Por José Villamarín Carrascal

Las sociedades indígenas anteriores a la conquista española de América tenían al lenguaje oral como la matriz dominante de sus formas de comunicación. A ella se sumaban “formas de una alta elaboración simbólica que involucraban tanto los movimientos del cuerpo como la palabra[1]”, que se expresaban en sus rituales, según un estudio del profesor colombiano Renán Silva.

En su criterio, “desconocían los modernos sistemas de escritura, es decir la `traducción` de sonidos a través de signos fijados de manera convencional y colectivamente aceptados y practicados”. Ni siquiera sociedades tan avanzadas culturalmente, como fueron los Incas, los Mayas y los Aztecas, añade, “poseían sistemas de escritura fonética, a pesar de los avances que habían realizado en el campo de la escritura pictográfica, una de sus formas básicas de comunicación y ante todo de fijación y transmisión del ‘recuerdo’, de la memoria colectiva”[2].

Otras formas de conservación de la memoria colectiva, a más de la propia oralidad, eran las fiestas y los rituales. Y en las sociedades más avanzadas como la mexicana o peruana, esa función la ejercían también las grandes construcciones arquitectónicas -con fines de vivienda o con fines ceremoniales- y las grandes transformaciones del espacio dedicado al cultivo agrícola -agricultura de terrazas o construcciones de diques-, que hacían las veces de “puntos de anclaje del recuerdo al reenviar a épocas y dinastías en que hubieran realizado tales obras”[3].

Sin embargo, existen claros vestigios de formas primitivas de escritura entre nuestros aborígenes, que ha llevado a algunos autores a sostener que las sociedades indígenas amerindias sí conocieron la escritura.

“Hay tierras a donde los indios dicen que hay gente que tienen libros y que escriben y leen como nosotros”. Así escribió el cronista Fernández de Enciso, en la Suma de Geographia[4], al referirse a las formas de escritura de los habitantes de las tierras conquistadas por los españoles, apenas 27 años después de la conquista.

Por otro lado, Willam Burns Glynn, especialista en cultura incaica, logró identificar un alfabeto de diez consonantes, que ha permanecido oculto durante más de cuatro siglos a los estudiosos del tema[5]. Y Hans Hofstatter, en su Historia universal comparada, sostiene que alrededor de los años 1250 al 1300 a.C., “los aztecas utilizaron una especie de escritura gráfica que, en ocasiones, se asemeja a una transcripción fonética”[6].

Una forma primitiva de escritura que al propio Burns Glynn le permiten sostener que un imperio tan eficiente como el inca, con diez millones de habitantes y dos millones de kilómetros cuadrados, no pudo haberse basado íntegramente en el lenguaje oral y en cordeles mnemotécnicos[7].

Los primeros escritos

Las primeras formas de comunicación escrita fueron pictogramas ideográficos. Entre las principales están los petroglifos de la amazonia; los códices maya y azteca de centroamérica; los sellos cilíndricos y planos en lo que hoy es Ecuador y Colombia; los tokapus (telas pintadas) y quipus en el actual Perú, Bolivia y Ecuador; las tablillas de la Isla de Pascua, en Chile; los quellcas o quillca en Bolivia y las pictografías de los indios cunas y tukanos de Panamá y Colombia[8], así como las pinturas rupestres de Arica, Lauricocha y Toquepala, en el Perú

Los petroglifos de la amazonia son, quizá, las formas más antiguas de comunicación encontradas en América. Los petroglifos son incisiones de cierta profundidad realizadas en piedra. La sabiduría de los indígenas de la época les habría llevado a descubrir la sabia de ciertas plantas “bajo cuyo contacto se desintegra la superficie rocosa, reblandeciéndola para luego frotarla con una piedra abrasiva, produciendo los surcos con facilidad, los que formarán los petroglifos”[9]. Empero, los elementos más frecuentes usados en estos menesteres fueron cinceles, hachas, ganchos.

Según las investigaciones del ecuatoriano Wilson Hallo, el tamaño de los petroglifos va de los 30 cms. a los 5 metros de diámetro y tienen un alto de 6 metros sobre la superficie del terreno. Normalmente se encuentran en declives, depresiones de terrenos, laderas, y muy pocos en el interior de las cuevas o cerca de los ríos. Muchos vestigios de esta naturaleza han sido encontrados en la amazonía ecuatoriana.

Una de las mayores expresiones de la escritura aborigen se encuentra en las civilizaciones maya y azteca, quienes, además, desarrollaron una forma precisa de medir el tiempo, producto de un dominio de la astronomía. El año sagrado maya estaba compuesto de 18 meses, 20 días, más un período adicional de 5 días aciagos[10].

Los signos utilizados por los mayas eran arbitrarios y convencionales, como todos, y se plasmaban en jeroglíficos y otras figuras sobre papel de amante (fibra de magüey, planta muy común en México) o en piel de venado. Estos documentos unidos formaban un libro o códice. Sus contenidos eran generalmente de carácter astrológico, religioso e histórico. Varios de los sacerdotes católicos que llegaron con la conquista quemaron estos códices, por considerarlos obras del diablo.

Del adelanto de estas civilizaciones habla el hecho de que los mayas, por ejemplo, tuvieron sus propios papiros, lo que les ubica al mismo nivel que los egipcios.

DeFleur da cuenta de este invento maya:

“…descubrieron que de un árbol semejante a la higuera podían extraerse largas tiras de una corteza de color suave. De los árboles quitaron esas tiras largas y finas, con una anchura de 15 a 20 cm y una longitud de hasta seis metros. Esa tira era empapada con agua y luego golpeada hasta hacerla uniforme en su grosor y además

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