Contemplación Del Arte Y Su Aplicación En La Creación De Conceptos
taniafloher7 de Julio de 2014
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Contemplación del arte y su aplicación en la creación de conceptos
ENSAYO
INTRODUCCIÓN
El arte es la “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Español).
Habrá un sinfín de definiciones del arte, de acuerdo al escenario de su concepción y de quien la concibe; sin embargo, yo puedo definirla como “La máxima y bella expresión de los sentimientos del ser humano y su vulnerabilidad ante la realidad”.
Experiencia sobre la contemplación de la obra
1. Perfil del Tiempo – 1977, de Salvador Dalí (Figueras, España, 1904-1989)/Técnica Bronce dorado con pátina verde, negra y café
Al contemplar esta obra del español Salvador Dalí, pude percibir que el reloj está esculpido como si fuera una gota de agua que está sostenida por un árbol joven, pero que curiosamente no tiene hojas y denota el aspecto de un árbol seco y sin vida, algo paradójico para la jovialidad del par de ramas que tiene y su tamaño.
El árbol hueco, como yo lo describiría y no precisamente porque no tuviera corteza en su composición, sino que, por la ausencia de sus elementos que lo hacen ver con vida, está esculpido en materiales de colores oscuros al igual que el reloj. Sólo que en el árbol, específicamente, los tonos que lo conforman acentúan su frialdad y carencia de lo que significa estar vivo.
Por otra parte, me llama la atención la manera en cómo le da forma de gota de agua al reloj, escurriendo las horas, el minutero y el segundero, dejando a un lado lo sólido del tiempo para volverlo a un estado líquido que en cuanto caiga al suelo y sea quemado por el sol, pasará al estado gaseoso y se esfumará como huye el viento, sigiloso y transparente, imperceptible al ojo humano.
2. Venus espacial o Venus Celeste – 1977, de Salvador Dalí (Figueras, España, 1904-1989)/ Técnica Bronce dorado con pátina negra y café
La Venus espacial de Dalí, sin duda una obra de arte, que yo describiría como perfecta hablando técnicamente y artísticamente. Al estar frente a esta Venus espacial que nos revela el español, podemos ver que la silueta del cuerpo femenino, muestra una estética bastante definida, desde los pechos de la mujer, el torso, el vientre, hasta terminar en las piernas.
Lo inconcluso de la obra - como apropósito las dejaba Dalí a algunos de sus testimonios de vida y obra- permiten que el espectador las termine con su imaginación y haga de ellas una historia propia.
En esta obra se aprecia lo valioso del huevo, también muy característico y significativo de las obras del español, con los que grafica lo que hay dentro del útero femenino que por supuesto tenemos por entendido que es “vida”. El hecho que el huevo en este caso lo creara en dorado denota la relevancia que éste tiene dentro de la obra. Por otra parte, pequeñas, pero no por ello desapercibidas, observamos a las hormigas también características del artista, que cabe señalar si no conociera un poco sobre las obras emblemáticas del pintor, podría relacionarlas con arañas.
Es de admirarse la decisión de partir en dos el cuerpo de la Venus para volverla como él la llama espacia, y dejar ver entre ella (sin necesidad de transparencia, sólo como si diera la misma musa un paso atrás) lo que engendra dentro de ese esbelto y escultural cuerpo, bien torneado y en una posición femenina de coqueteo, de sobriedad, seguridad, como si la obra supiera lo espectacular que es su cuerpo.
Esta obra compagina varios elementos significativos de Dalí y por supuesto, el reloj, ese tiempo al que yo lo llamaría coloquialmente “escurridizo” se vuelve a hacer presente y le pune el punto medular a la obra, para que esta se equilibre en su ritmo y termine de expresar todo lo que en ella encierra.
Finalmente el volumen que el español logra darle a la obra es impresionante, porque la lleva a una total realidad como si esta hubiera sido el molde de la silueta de una mujer de carne y hueso. Por supuesto los materiales ayudan a resaltar dicho volumen, el cual con la exposición a la luz, se vuelve magistral.
3. Gabinete Antropomórfico- 1982, de Salvador Dalí (Figueras, España, 1904-1989)/ Técnica Bronce con pátina negra y café
En esta obra de Salvador Dalí, podemos apreciar al cuerpo de un hombre viejo. Los trazos que el artista hace sobre la escultura para corrugar la piel, hacen que la obra exprese la edad del anciano, como si tuviera pegada la piel al hueso; esta parte la podemos apreciar con mayor profundidad en la parte de la pelvis de la obra y en los dedos de las manos.
Como todas sus creaciones referentes a la anatomía del cuerpo humano, Dalí trae a esta el realismo, y le da vida al hombre que nos pone enfrente, abriéndose al mundo, lo que refleja a través de los gabinetes.
Por la manera en como esculpió al hombre, podemos apreciar que en su juventud fue un hombre fuerte y vigoroso, por los músculos que aún se logran percibir en sus brazos, al igual que las venas sobresaltadas en ellos y en sus muslos.
Por el cabello largo que conforma la cabellera del anciano, me denota rebeldía y autosuficiencia. Así mismo me imagino una cabellera blanca, que marca el tiempo del sujeto que tengo frente a mí.
La obra muestra a un hombre semi recostado, aun sosteniéndose con un solo brazo y con el otro tratando de frenear algo, que podría tratarse de las opiniones sobre él.
Los gabinetes conforman el tronco o el torso del hombre, y cabe destacar que se aprecian gabinetes viejos y fuertes, como el mismo hombre; apenas y dejando salir un trapo que también me da la sensación de ser un objeto viejo. Por supuesto la técnica y el material, acentúan todos y cada uno de los rasgos de la obra, dándole esa tridimensionalidad que la hace tan real.
Reflexión y texto de la contemplación de la obra
1. Perfil del Tiempo – 1977, de Salvador Dalí (Figueras, España, 1904-1989)/Técnica Bronce dorado con pátina verde, negra y café
A mi parecer, es una obra que une en un mismo escenario dos mundos, “la vida y la muerte”, lo que me generó sensaciones encontradas.
La primera gira en torno a la forma de gota como está elaborado el reloj, que da la sensación de que el tiempo se está diluyendo, como si fuera agua que pasara entre los dedos de las manos lentamente (árbol delgado y seco); al percibir esto, lo relacioné inmediatamente con lo rápido que pasa el tiempo - los días hasta que se vuelven años - , imperceptible como gotas de agua cristalina que sabemos que están ahí, pero no le damos la relevancia necesaria como si supiéramos que son eternas. Este sentir me generó ansiedad, por ver mi historial de vida, lo que hecho de mí en este corto tiempo, que como dije anteriormente, pasó “como agua”, y cuando digo como agua, hago referencia a la expresión que comúnmente usamos para decir “rápido”; así fluye este vital líquido “rápido, ágil y muchas veces sigiloso”, y así mismo pasa el tiempo, cuando menos te das cuenta ya estás en una nueva etapa con mayores responsabilidades, hayas gozado o no la anterior, es inevitable que llegues al siguiente escalón.
Traigo hasta estas líneas lo que en la contemplación de la obra señalé: “me llama la atención la manera en cómo le da forma de gota de agua al reloj, escurriendo las horas, el minutero y el segundero, dejando a un lado lo sólido del tiempo para volverlo a un estado líquido que en cuanto caiga al suelo y sea quemado por el sol, pasará al estado gaseoso y se esfumará como huye el viento, sigiloso y transparente, imperceptible al ojo humano”.
Es esta esencia de la obra que cautiva a su espectador, el aura de la obra que es irrepetible y por lo tanto irreproducible, y en esta frase hago referencia a Benjamin Walter en su escrito La obra de Arte en la Época de su reproductibilidad técnica (1989), cuando habla de la ‘autenticidad’: “El aquí y ahora del original constituye el concepto de su autenticidad”.
Así mismo cabe citar Wassily Kandinsky (1989)1, cuando habla de “Cuando el espectador encuentra una relación de lo que observa con su alma”. Y es que la percepción de cada individuo es diferente al igual que su interpretación, ya que esta depende del nivel de conocimiento y sobre todo experiencias con las que el hombre llega a relacionar la obra.
Lo observado por mi alma en esta obra me lleva a recordar una canción que escuché en mi infancia, y que es del gusto de mi papá: “La carta dice espérame, el tiempo pasará un año no es un siglo y yo volveré, piensa en mí siempre así, volveré” (Diego Verdaguer, 1975).
Al escuchar esta canción sentía la ausencia de la que se habla en ella, como si la espera fuera eterna, pero al mismo tiempo el aliento de que el tiempo pasa rápido, y con ello, caemos en la reflexión inicial sobre la escultura “El Perfil del Tiempo” de Salvador Dalí (1977)
La segunda sensación que me generó al ver el reloj trazado como gota de agua sobre un árbol delgado y seco, fue que el tiempo, llegaba a dar vida a lo que parecía ya no tener ni una mínima señal de ésta en su composición. Con lo anterior me refiero a que el tiempo es vida, así como el agua lo es; el tiempo es vital para el hombre así como el agua para la vida. En la medida que llevemos nuestro tiempo,
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