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Crónica De Un Periodista


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2014  •  1.077 Palabras (5 Páginas)  •  141 Visitas

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PERIODISTA POR PRIMERA VEZ

Las ansias me “mataban”, y es claro era la primera vez que haría una entrevista y lo que acrecentó mis nervios y temor por equivocarme. Además la entrevista era al alcalde de Arequipa por el retraso en la obra av. Venezuela. Las interrogantes que le haría eran sumamente directas y provocadoras, eso me ponía más nervioso.

POR: WILFREDO HUALLPA TACO.

Son las dos de la tarde del 13 de mayo del 2014, el clima es desesperante y la llegada del alcalde Alfredo Zegarra es cada vez más incierta, barios periodista lo esperan para preguntarle el porqué del retraso de las obras en la avenida Venezuela. Me preparo, imagino las muchas formas de hacerle la pregunta y sobre todo, no olvido lo difícil que es tratar de preguntarle algo al alcalde. Acercarse a él, es enfrentarse a sus guardaespaldas que hacen todo lo posible por alejarlo de la muchedumbre. Cada vez hay más gente y el ambiente se hace sofocante, esto juntado con los nervios, me desespera.

Mi amigo César y yo esperamos ansiosamente en el en la esquina de la calle universidad por donde ingresaría el alcalde en una camioneta, caminamos de un lado a otro, tratamos de reírnos, hacemos chistes mientras me trato de arreglar la corbata; claro, había que estar bien presentados para enfrentarme al alcalde más aún si era por irregularidades en tiempo de cumplimiento de dicha obra.

No puedo perder la oportunidad. No puedo creer que vaya a entrevistar al alcalde.

Somos los únicos estudiantes que tenemos la oportunidad de poder entrevistar al alcalde Zegarra comento César con un leve toque de humor.

Mientras decenas de personas se asomaban escuchando lo algunos periodistas comentaban acerca de que el alcalde se aria presente en dicho lugar, yo repetía mi trayectoria: de un lado al otro muy nervioso, cuando veía una persona que tuviera alguna relación con la llegada del alcalde, yo me convertía en espía, me escondía entre fintas de comprar una gaseosa o algo así y trataba de prestarle atención a algo de lo que decía aquella persona.

De un momento a otro se llena de efectivos policías el lugar. En la entrada de la obra, cualquier persona tiene que ser revisado minuciosamente; dejar escapar un detalle cuando se revisa a la persona podría resultar fatal… o ¡mortal!, claro, para el alcalde. Por el otro lado, por la entrada de la calle, la cosa no está tan grave, así que decidí con César salir a tomar un poco de aire, a mover las piernas y a echarnos unos chistes para relajarnos. Me siento como un niño chiquito escapado. A veces me pongo a pensar que estoy perdiendo el tiempo.

Son las tres de la tarde y me empiezo a preocupar, nada que el alcalde llega. Bueno eso es típico de él, típico en sentido que él es el Mandatario y puede llegar tarde por cualquier problema que se le presente, pero los nervios me comen cada vez más. ¿Qué tal que me equivoque o que la embarre? En cualquier momento puede llegar y yo no he planeado mi pregunta, seguro cuando me lo encuentre de frente se me borrará de mi mente y haré el “oso”,

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