DE LO TEÓRICO A LO PRÁCTICO EN EL ACCIONAR PEDAGÓGICO

El desarrollo del ser humano se ha visto enmarcado desde siempre en procesos que de manera individual y/o colectiva le permiten desarrollarse y desarrollar conocimientos, vivencias y experiencias como ser social. Para ello se adoptan estrategias, metodologías, tácticas, recursos y medios que permiten argumentar esta construcción. Dando un paso más allá de estas significaciones, las teorías e ideologías han aportado a la humanidad bases fundamentales que benefician todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, sin importar el contexto en el cual se encuentra inmersa.

La pedagogía asume día a día un reto de transformación que le ha posibilitado evolucionar y modificarse en el ámbito sociocultural dentro de un escenario con actores activos, ávidos de conocimiento y con infinitas posibilidades de apropiación y elaboración de significados. Muchas teorías han saltado a la luz de esta transformación sociocultural, Russeau, Kant, Piaget, Brunner, Vigotsky, Ausubel, Freire, Gardner, Comenio, entre otros; presentan concepciones diversas y nos dan luces sobre la pedagogía con el desarrollo de sus teorías (Educación natural, desarrollo cognitivo, aprendizaje por descubrimiento, Constructivismo, aprendizaje significativo, educación problematizadora, inteligencias múltiples y demás, contribuyendo a esa evolución del quehacer y la práctica pedagógica; acercándose y adaptándose a los contextos históricos en los cuales aterrizan; tomando diferentes puntos de vista y obedeciendo al papel primordial que toma el educador quién es el principal actor. La educación se centra en la enseñanza y el estudiante es el foco de atención para el desarrollo de los procesos. El objeto principal de la reflexión entonces, debe ser la forma en cómo se imparte y se orienta de manera progresiva el conocimiento, que debe ser observado y aplicado como un desarrollo, un proceso a consciencia que debe prever y tomar en cuenta todos los preconceptos que traen los estudiantes consigo, desde sus vivencias, sus experiencias, su forma de resolver problemas, sus situaciones cotidianas y su propio ambiente escolar.

La reflexión se plantea sobre ¿qué?, ¿cómo? y ¿para qué se enseña?; como docentes qué visualizamos y qué desempeños queremos lograr en nuestros estudiantes, para que sean utilizados en todos sus campos de acción (social, cognitivo, cultural, ético, estético y físico), esto significa que debemos partir de contextos y situaciones reales, “más que poseer el conocimiento, es saberlo utilizar de manera flexible y adecuada en nuevas situaciones” . La idea es entonces formar estudiantes competentes, capaces de desarrollar análisis, crítica y razonamiento, llegando así a la construcción significativa del conocimiento. En este orden de ideas, la pedagogía debe entenderse como “la reflexión de la práctica educativa y producción de nuevas prácticas sustentadas por conocimientos y principios teóricos” , cuyo objetivo fundamental es la dialógica entre estudiantes y docentes, la creación y recreación de los conocimientos, la validación social de lo creado desde las capacidades con que cada uno cuenta para desenvolverse en su contexto, superando el énfasis que la escuela como tal coloca en el desarrollo de los contenidos. Los más maravillosos argumentos pedagógicos se sustentan esencialmente desde la práctica, la cual es el mejor ingrediente a utilizar para profundizar estas bases teóricas, disciplinares o científicas.

Es definitivamente en la práctica pedagógica donde relucen el éxito o el desatino de aquellas corrientes pedagógicas que a nuestro alcance se encuentran. Nuestra labor como docentes es poner en buen camino la teoría, llevándola a la práctica para convertirla en realidad reflejada en actitudes, aptitudes y pensamientos que se encuentran dentro y fuera en este proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes. El nuevo rol del

...