Educacion Primitiva, El Niño Y La Utopia Educativa

TRABAJO PRÁCTICO

DE

PEDAGOGÍA

1) Características de la Educación Primitiva:

La educación será de acuerdo a la concepción que la humanidad tenga sobre el mundo y se relacionará de manera directa con la fuerza de producción, por más escasa que esta sea. En las sociedades primitivas, por lo tanto, será dada o bien influenciada por la comunidad, para poder ejercer una acción determinada sobre la naturaleza y que a la vez beneficie al conjunto, ayudando a su subsistencia.

El objetivo de la educación derivará de la estructura homogénea del ambiente social (sociedad rudimentaria en que todos sus miembros ocupaban igual lugar en la producción), y se identificaran con los intereses comunes al grupo. Se realizara de manera espontanea e integral:

-espontánea, en cuanto no existía ninguna institución destinada a inculcarlo;

-integral, e cuanto cada miembro incorpora más o menos bien todo lo que en dicha comunidad es posible recibir y elaborar.

Los niños se educaban participando de las funcione de la colectividad, y en lo posible, al mismo nivel que los adultos. Adquirían competencia, sin que nadie se los dijera expresamente.

La educación no estaba confinada a nadie en especial, sino la vigilancia difusa del ambiente.

Durante el aprendizaje no eran nunca castigados, se los deja crecer con sus cualidades y defectos. Con el tiempo, la imitación de las acciones de los demás miembros, los encausará a un destino común. Se genera así una voluntad impersonal, que se vuelve ahora parte del grupo.

El ideal pedagógico primitivo era, entonces, provocar al grupo un sentimiento profundo de que no había nada superior por sobre los intereses y las necesidades de la tribu.

2) La infancia de Philippe Aries y “La invidualización del niño” de Jacques Gelis

Aries, en el texto “La infancia”, hace una retrospección histórica para evidenciar como fue cambiando la concepción de niño y lo hace con una mirada amplia que abarca el estado cultural; de acuerdo a la época en que nos situamos el infante tendrá determinadas características y recaerá en el diferente suerte.

Aries describe en la Era Romana un doble nacimiento del niño; primero cuando salía del vientre de la madre y segundo cuando el padre lo elevaba. Si esto último no sucedía, el niño sufría indefectiblemente la muerte. La sexualidad iba separada de la procreación.

A fines de la Edad Antigua esta tendencia cambia (empujada por el cristianismo) y los lazos sanguíneos son más fuertes que cualquier voluntad. La unión de dos cuerpos se hace sagrada, al igual que el fruto de ellas.

En los inicios de la Edad Media, la cantidad de hijos se vuelve importante, tanto en los castillos (para perpetuar el linaje), como en las cabañas (para garantizar la seguridad y la mano de obra).

El infanticidio, aceptado en la Edad Antigua, ahora se convierte en delito que la justicia, de manos del Estado y la Iglesia, deberán condenar.

A lo largo de la alta Edad Media los niños van perdiendo un lugar de importancia, solo se verá como alguien que deberá convertirse en hombre.

Durante la Edad Moderna se tiene una mirada sensible sobre el niño y también ciertas consideraciones: por ejemplo, se lo viste de manera diferente al de un adulto

En coincidencia con este, “la individualización del niño” de Jacques Gelis también hace una mirada histórica del lugar que fue ocupando el niño, haciendo hincapié en la familia y cómo fue que se delego su educación.

Gélis describe el traspaso de una familia troncal a la familia nuclear. En la primera el individuo era un vástago del tronco comunitario. La segunda, en cambio, solo nucleara a los padres con sus hijos.

El otro traspaso fue el de la educación pública comunitaria al de la educación pública escolar del niño. En la educación comunitaria los padres ocupaban el lugar principal por su relación constante. Recibían un conjunto de influencias que convertían a cada ser en producto de la colectividad y que preparaban a cada individuo para el cometido que de él esperaban. En la educación escolar, en cambio, los niños deberían someterse por una larga jornada, a un especialista competente, que le acercarían al niño conocimientos que no podrían recibir por los padres, por lo cual estos últimos serian los más interesados por no querer ver a sus hijos frustrados.

Ambos

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