El Aleph"

“El Aleph” fue uno de los cuentos del que más difícil lectura me resultó y al discutirlo en clase me cautivó, despertó mi interés y curiosidad. El Aleph, es un cuento de humor donde el autor se burla de si mismo, comienza narrando una historia y termina en otra, se cita cual personaje testigo de sus cuentos, nos habla de bibliotecas salidas de su imaginación, de seres divinos, de amores incestuosos, de espíritus en donde se ve reflejado el amor y el símbolo de la fe y rompe completamente con la tradición narrativa contemporánea.

Es un cuento fantástico -dicen los expertos-, un cuento en el que el autor se basa en lo irreal y causa un efecto de realidad, por lo que todo lo que leímos resultaba lógico, y donde lo imposible es posible. Habla de la cuestión existencial metafísica en relación a ¿qué es lo divino?, y de cómo reacciona el humano ante lo divino, la eternidad y el infinito.

El Aleph fue escrito por el argentino Jorge Luis Borges, publicado en la revista Sur en 1945 y es uno de los 17 cuentos que forman parte del libro homónimo publicado en el año 1949. La Sur, hace referencia tanto a la revista literaria argentina fundada por Victoria Ocampo en 1931, como a la editorial del mismo nombre que apareció dos años

después también fundada por Ocampo.

Sólo Borges pudo narrar historias de una manera en la que la magia y la inteligencia forman un conjunto que produce asombro sin límite en el lector. ¡Este libro se publicó en 1949, y es tan actual como si lo hubiera acabado de escribir!

Pero, ¿qué significa Aleph? Su significado es bastante amplio y tiene varias interpretaciones. Está relacionado con el comienzo, el inicio. Es la primera letra del alfabeto hebreo. Corresponde al número 1, la integridad de uno. En el tarot está relacionado con el Mago, plasma las ideas que llegan desde el cielo, es el poder de concretar lo que uno siente y cree. También en otras de sus interpretaciones representa al círculo, la unión. Todo gira, todo vuelve ....

En el cuento suceden varias cosas, Borges hace gala de su extensa cultura, es el protagonista de su propia historia, la cual parte de la muerte de Beatriz Viterbo, Borges piensa que ya el universo se va separando de ella pero que él siempre se consagrará a su memoria. A finales de octubre recibe una llamada de Carlos argentino, en la que le comunica que van a demoler su casa y que no puede consentirlo, ya que para él, es imprescindible porque en su sótano está el Aleph, que es uno de los pun

tos del espacio donde están todos los puntos.

Borges acude a la casa pensando que Argentino está loco pero aún así entra en el sótano y al quedarse sólo en la oscuridad también ve el Aleph, observa al mismo tiempo el mar, Londres, racimos, nieve, tabaco, vapor de agua, desiertos, etc., ve en resumen todo el universo. Al salir de la casa todo le parecía familiar y temió no sorprenderse ya con nada. Felizmente, al cabo de unas noches, volvió al olvido. Dudó de que este fuera el verdadero Aleph, dicen que en una mezquita hay un verdadero en una columna, no se ve pero al acercar el oído se pueden oír todos los rumores.

Aleph, el principio y fin de todo. En el cuento Borges dice que es “uno de los puntos del espacio donde están todos los puntos”, yo diría que es, el lugar en donde se encuentra la paz interior, la paz que supera toda comprensión y donde podemos hacer posible lo imposible, donde lo irreal se convierte en real y que nos llena de bienestar emocional y espiritual, es esa tranquilidad profunda que sólo podemos recibirla cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y alcanzar a comprender la realidad de “lo que es”.

El hombre siempre ha querido encontrar esa paz

interior, y por ello, la divinidad y lo infinito ha formado parte de la existencia humana, buscar la paz con la ayuda de seres espirituales o divinos, llenos de virtudes, dignos ejemplos a seguir. Así, la Beatriz de la que nos habla Borges no es otra que la Beatriz que describe Dante Alighieri en la Divina Comedia, la mujer de la que estaba enamorado y por tanto, la receptora de todas las virtudes y un símbolo de Fe.

Para tener paz, hay que creer en algo o en alguien: en el Ser Supremo, en lo infinito, en lo eterno, en el tiempo o como lo llama Borges, uno de los puntos del espacio donde están todos los

...