El Amor Adolecente Del Viejo Sabio.

El amor adolescente del viejo sabio

Memorias de mis putas tristes trata acerca de los recuerdos del “Sabio” en las vísperas de sus noventa años y acerca de un sorpresivo amor que siente por una niña menor de quince años al que le pone el nombre de Delgadina. La obra publicada en el dos mil cuatro causó polémica debido al oscuro tema que presenta a simple vista: la trata de personas y prostitución infantil. Pero la vida del sabio, inclusive la recurrencia de personajes de calidad moral dudosa en los libros de Gabriel García Márquez nos invita a poner atención en los temas subyacentes como el que trataré aquí. El viejo sabio, a veces denominado como triste, tenía noventa años recién cumplidos cuando conoció a Delgadina de catorce, había tenido muchas amantes, rondaba los burdeles y la compañía de prostitutas, no se había casado a pesar de que se lo había prometido a su madre que inclusive le pidió descendencia. Sabía desde ya hace tiempo que su vida se estaba terminando y la vejez estaba, con sus inconvenientes, presente en su vida y a pesar de todo esto no fue hasta la recta final de su existencia que se enamoró verdaderamente de una mujer. ¿Qué le paso al viejo?, ¿por qué hasta ahora se le ocurre enamorarse? Y lo que es más irónico, ¿por qué a los noventa años actúa como un quinceañero y sufre de amor adolescente? La obra nos muestra precisamente eso: el viejo Sabio sufría un amor adolescente.

Hoy en día mientras platicamos o vemos las telenovelas, nos podemos percatar de que en el amor la diferencia de edad entre marido y mujer es un dato muy importante para tener en cuenta. Si ella es mayor por un par de años, él no está enamorado quiere aprovecharse; es más común y aceptado que él sea mayor uno, dos o hasta tres años pero cantidades mayores también son preocupantes. Él puede ser un viejo rabo verde que le interesan solo las jovencitas. En la sociedad nos sorprenden matrimonios con diez o siete años de diferencia, pero los aceptamos. El resultado de la vida juntos ya es otro tema, las diferencias mentales y de madurez al fin y al cabo terminan siendo enormes y un fracaso. Sin embargo, Gabriel García Márquez muestra esta diferencia enormemente. Ya Carmelo Gariano en uno de sus articulas acerca del autor dice que las exactitudes y diferencias numéricas de García Márquez en sus obras a veces son una burla, una ironía increíble de las cifras imposibles que a veces muestra. Entre el Sabio y Delgadina hay una diferencia de entre setenta y cuatro y setenta y cinco años, una cantidad ridícula, pero a la vez nosotros lectores no nos damos cuenta y aceptamos su amor puesto que el autor nunca nos indica el valor numérico de tal comparación. La idea la tenemos fija: un viejo se puede enamorar de una adolescente; un hecho hasta cierto punto permitido en nuestra sociedad. Pero setenta y cinco años son imposibles entre marido y mujer y aún así lo que el viejo Sabio vive en las noches junto a Delgadina, en un cuarto de burdel, no es el sexo pasional y desenfrenado con la virgen que buscaba, sino las noches de vida marital que nunca tuvo.

La primera parte del libro nos muestra a grandes rasgos el tipo de vida y personalidad del Sabio. Antes de entrar al cuarto

...