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El Nombre Del Vidnto


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2014  •  565 Palabras (3 Páginas)  •  200 Visitas

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En los meses siguientes, mis padres hicieron su mejor esfuerzo por llenar el vacío que dejó la ausencia de Ben, haciendo que el resto de la tropa llenaran mi tiempo de manera productiva y evitando que me deprimiera.

Verás, en la tropa, la edad poco tiene que ver con algo. Si eres lo suficientemente fuerte para ensillar a los caballos, entonces ensillas a los caballos. Si tus manos son lo suficientemente rápidas, entonces haces malabares. Si estás bien afeitado y el vestido te queda, entonces haces el papel de Lady Reythiel en “El porquero y el ruiseñor.” Las cosas eran generalmente tan simples como eso.

Así que Trip me enseñó como contar chistes y a dar volteretas. Shandi caminaba conmigo a través de los bailes cortesanos de media docena de pueblos. Teren midió mi habilidad contra la empuñadura de su espada y juzgó que ya era lo suficientemente alto como para iniciar con los básicos de la esgrima. Pero no lo suficiente como para pelear, señaló. Sólo lo suficiente como para que pudiera hacer un buen espectáculo con ello en el escenario.

Los caminos eran buenos en esta época del año, así que hicimos excelente tiempo viajando hacia el norte a través de la Mancomunidad: de quince a veinte millas por día mientras buscábamos nuevos pueblos para presentarnos. Con la partida de Ben, yo viajaba con mi padre más seguido, y el comenzó mi entrenamiento formal para el escenario.

Para entonces yo ya sabía bastante, por supuesto. Pero lo que había recogido era una indisciplinada mescolanza. Mi padre me enseñó sistemáticamente los verdaderos mecanismos del negocio de un actor. Como los ligeros cambios en el acento o la postura hacen a un hombre parecer tonto, astuto o ridículo.

Por último, mi madre empezó a enseñarme cómo comportarme de manera amable en sociedad. Yo sabía un poco al respecto por nuestras infrecuentes estadías con el Barón Greyfallow, y pensé que ya era lo bastante gentil sin tener que memorizar formas expresarme, modales en la mesa y los elaborados y enmarañados “rankings” de la nobleza. Eventualmente, le dije exactamente eso a mi madre.

“¿A quién le importa si un Modegano vizconde supera a un protegido de Vinta?” Protesté. “¿Y a quién le importa si uno es ‘Su amenidad’ y el otro es ‘Mi señor?’”

“A ellos les importa,” dijo mi madre con firmeza. “Si actúas para ellos, necesitas saber comportarte con dignidad y aprender a mantener tu codo fuera de la sopa.”

“A papá no le preocupa qué tenedor usar ni quiénes supera a quién,” me quejé.

Mi mamá frunció el ceño, y sus ojos se entrecerraron.

“Quién supera a quién,” corregí de mala gana.

“Tu padre sabe más de lo que deja mostrar,” dijo ella. “y lo que no sabe pasa desapercibido por su considerable encanto. Así es como pasa

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