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El Príncipe De Nicolás Maquiavelo


Enviado por   •  27 de Enero de 2014  •  1.986 Palabras (8 Páginas)  •  235 Visitas

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EL PRÍNCIPE

‘El príncipe’ de Nicolás Maquiavelo es una de las obras más importantes de la teoría política y una magnífica obra de la cual actualmente muchos gobiernos se podrían beneficiar acerca de las formas de gobierno que en éste caso son ‘principados’.

Antes del primer capítulo se da la breve introducción donde se dice que al pedir un favor a un príncipe, lo común es presentar algún obsequio; ya sea oro o cualquier objeto. Pero para Maquiavelo no existe nada más preciado e importante que compartir sus experiencias acerca de lo que puede ser un buen principado; tal vez no sea algo de mucho valor material pero tiene mucho valor moral.

“Para conocer la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe, y para entender a los príncipes hay que ser pueblo”

En cada estado existen dos clases de principados; uno es el que es por herencia familiar y el otro es totalmente nuevo, el cual el último es difícil de llevar y mantener ya que un pueblo puede estar acostumbrado a la libertad pero es necesario a veces el sometimiento; dependiendo el caso.

“Los dominios totalmente nuevos hay que ganarlos por medio de las armas propias o ajenas”

En un estado es mucho más fácil regir al pueblo cuando se trata de un estado heredado, ya que la gente está acostumbrada a un sometimiento por un líder, así que el acatar las leyes no representa ninguna dificultad a que un principado nuevo puede significar pequeñas adversidades.

“La antigüedad y continuidad del dominio va extinguiendo el recuerdo de su inicio; un cambio, por contrario, prepara el terreno para otro”

Existen ciertas problemáticas con los nuevos principados que tienen cierta combinación o tendencias de la antigua forma de gobernar de los principados; además de que el pueblo que escoge a un nuevo –príncipe- lo hace con la idea de que todo podría mejorar y gracias a esto se levantan contra su antiguo soberano.

Comparando el texto del libro con la vida, no está fuera de la realidad el decir que el ‘gobierno’ siempre va a necesitar de sus habitantes en cualquier situación.

Maquiavelo comenta que los estados hereditarios, hay menos dificultad en conservarlos cuando ya están acostumbrados a ver reinar a la familia de su príncipe, que cuando son nuevos, porque al príncipe le es más fácil gobernar siguiendo un orden antes establecido a menos de que surja un problema de un nivel más alto o quieran usurpar su lugar, pero le sería fácil recuperarlo si se lo propusiera, y Maquiavelo nos da un ejemplo de Italia, el duque de Ferrara, a quien no pudieron arruinar los ataques de los venecianos, en 1484, ni los del papa Julio, en 1510, por motivo único de que su familia se hallaba establecida en aquella soberanía, de padres a hijos, hacía ya mucho tiempo. Al príncipe se le ama de manera natural por no tener la necesidad de ofender a sus gobernados, salvo que tenga vicios irritantes.

Cuando el principado no es nuevo completamente, sino es añadido a un principado antiguo se le llama principado mixto, es muy difícil este tipo de régimen político, cuando los aficionados mudan de gobernante porque creen que les ira mejor y en cambio su situación empeora. Así es cuando el príncipe puede ofender a sus súbditos, el nuevo príncipe se crea enemigos a razón de que quisieran ocupar el principado, y que no pueda tener por amigos a quienes lo colocaron, por muy fuerte de la situación el príncipe necesita de una parte a favor al menos de los habitantes de la provincia.

Maquiavelo hace mención de qué Luis XII, después de haber ocupado a Milán con facilidad, lo perdió inmediatamente. Y, para quitárselo aquella primera vez, bastaron las tropas de Ludovico, porque los milaneses, que habían abierto sus puertas al rey, vieron defraudada la confianza que pusieran en los favores de su Gobierno, así como las esperanzas que habían concebido para lo futuro, y no podían soportar ya la contrariedad de poseer un nuevo príncipe. Cierto que, al recuperar por segunda vez Luis XII los países que se le habían revelado, no se los dejo arrebatar tan fácilmente. Prevaliéndose de la sublevación anterior, se mostró menos reservado y menos tímido en los medios de consolidarse, pues castigó a los culpables, desenmascaró a los sospechosos y fortaleció las partes más débiles de su anterior Gobierno. Si, para que la primera vez perdiese a Milán el rey de Francia, se requirió solamente la tremenda aparición del duque Ludovico en los confines del Milanesado, para que la perdiese por segunda vez se necesitó que se armasen todos contra él y que sus ejércitos fuesen destruidos o arrojados de Italia.

Sin embargo, perdió a Milán ambas veces, y si conocemos las causas de la primera pérdida, réstanos conocer las de la segunda y considerar los medios de que disponía y de que podría disponer otro cualquiera en su mismo caso para mantenerse en su conquista mejor que lo hizo.

Cuando se adquieren Estados en una provincia con idioma, costumbres y organización diferentes, surgen dificultades y uno de los remedios que la persona que los adquiera es que fuera a vivir en ellos, así se ven nacer los desórdenes y se pueden reprimir con prontitud, de este modo también adquieren más respeto y con mucha dificultad suelen perderlo.

¿Cómo es posible que Alejandro Magno dueño de Egipto y del Asia Menor en un corto número de años, y habiendo muerto a poco de haber conquistado esos territorios sus sucesores, en unas circunstancias en que parecía natural que todo aquel Estado se revelase, lo conservaron? Una pregunta que Maquiavelo contesta de la siguiente forma, el sugiere que “De dos modos son gobernados los principados conocidos.” El primero consiste en ser un príncipe asistido de otros individuos, por ser súbditos leales son aceptados por

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