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El mundo y sus demonios - Carl Sagan


Enviado por   •  11 de Mayo de 2022  •  Ensayos  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  144 Visitas

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Introducción

En este trabajo, se dará una opinión acerca del libro “El mundo y sus demonios” escrito por Carl Edward Sagan y publicado en el año de 1995. En este libro, Carl Sagan habla de 25 temas, de los cuales él dividió el libro, pero todo lo escrito en cada uno de ellos, es acerca de lo que él ha vivido, ya sea relatos, a lo que él se dedicaba, experiencias, opiniones, etc. Sobre todo trata de dar solución a respuesta a cada uno de los temas, conforme a su conocimiento y pensamiento.

Desarrollo

El autor empieza el libro con el capítulo “lo más preciado” y podemos leer una anécdota, dónde cuenta que cuando bajó del avión, un hombre lo esperaba, el hombre quiso platicar con él durante el trayecto, pero Carl pensó que hablarían de ciencia, ya que este hombre se enteró que era científico, pero para su sorpresa, el hombre quería preguntar por extraterrestres, sobre profecías de Nostradamus, acerca de la Atlántida y Lemuria, aunque él le contestaba que no había fundamentos concretos, el hombre seguía. Más adelante, el comienza a hablar de que las personas que dicen saber de la ciencia realmente no saben nada, ya que lo que piensan o dicen no tienen fundamentos y es donde da origen a la pseudociencia, y lo compara con la ciencia errónea, la cual avanza con los errores que se cometen. El sigue comentando, que conforme pasan los años, las personas siguen suponiendo cosas sin fundamentos . Y estoy de acuerdo con él, ya que en la actualidad, conforme la tecnología va avanzando,  a los humanos se les ha hecho fácil tratar de resolver sus dudas en internet, sin antes verificar si lo que están consumiendo es 100 porciento verídico, y no me sorprendería, que en años posteriores, la ignorancia en los humanos vaya aumentando.

Ciencia y esperanza. El autor platica en este capítulo el cómo nació su amor por la ciencia, y es que para él, el romanticismo hacia la ciencia seguía siendo tan atractivo y nuevo como lo fuera aquel día en el que le enseñaron las maravillas de la Feria Mundial de 1939. El saber que las estrellas son soles poderosos fue lo que cristalizó su deseo por ser científico. Él cree que se debe popularizar la ciencia, es decir, que todos puedan tener acceso a ella, que tengan acceso a sus métodos y descubrimientos.  Para él, el no explicar la ciencia es algo perverso, y tiene razón, ya que en todos los países, a los ciudadanos se les ocultan muchas cosas relacionadas con la ciencia, cuando andan muchos por ahí con deseo de saber que es lo nuevo, que se ha descubierto recientemente. El autor lo compara con el enamoramiento, cuando uno está enamorado quiere contarlo al mundo.

La conclusión general más clara a todo esto,  es que el estudio y el conocimiento no sólo de la ciencia, sino de cualquier cosa son prescindibles, incluso indeseables.

“La causa de la miseria humana evitable no suele ser tanto la estupidez como la ignorancia, particularmente la ignorancia de nosotros mismos. Me preocupa, especialmente ahora que se acerca el fin del milenio, que la pseudociencia y la superstición se hagan más tentadoras de año en año, el canto de sirena más sonoro y atractivo de la insensatez.”

Cito las palabras del autor, las cuales respaldo, por el simple hecho de que gracias a la ciencia, hemos avanzado como humanidad. “La ciencia está lejos de ser un instrumento de conocimiento perfecto. Simplemente, es el mejor que tenemos. En este sentido, como en muchos otros, es como la democracia. La ciencia por sí misma no puede apoyar determinadas acciones humanas, pero sin duda puede iluminar las posibles consecuencias de acciones alternativas.”

En el capítulo “Argucias y secretos”, el autor comienza con un suceso a una persona relacionado con los ovnis, dónde a una madre se le informa del incidente que tuvo su hijo con los famosos ovnis, durante muchos años el objeto volador no identificado por sus siglas “ovnis”, han captado la atención de todo el mundo, ya que estos generan gran conmoción en ellos, la gente cree que puede haber algo más allá de nosotros fuera de este planeta, y puede ser cierto, pero muchas veces se saca esta conclusión cuando ven luces en el cielo, cuando perfectamente pueden ser otras cosas e incluso circulan videos en internet, pero no terminan siendo verídicos por el simple hecho de que son editados, estas conclusiones usualmente las da el gobierno, el autor menciona que en la base de las fuerzas aéreas, llegan constantes expedientes acerca de estos avistamientos, por lo tanto, siempre tratan de darle la vuelta al asunto para esconder algo o no decir la verdad del todo.

Al final del capítulo, el autor considera que cuando una persona ha visto un ovni, es por que tuvo alucinaciones, idea que no apoyo, ya que lo que está fuera de este planeta, aún es desconocido.

El autor menciona en él capítulo “Obsesionado con la realidad”, diversos actos que realizan algunas personas para engañar la mente de la humanidad mencionaron lo del triángulo de las Bermudas; Big Foot y el monstruo del Lago Ness; los fantasmas; el mal de ojo; las aura como halos multicolores que según dicen rodean la cabeza de todos; la percepción extrasensorial como telepatía, predicción, telequinesis, etc. Para él, todas estas cosas son absurdas, ya que no son comprobables, hay diversas personas que dicen tener la mente enlazada con otra, pero sacan esas conclusiones por hechos que ocurren comúnmente, ejemplo de las cartas, el que dos personas saquen la misma carta a la vez, no significa que tengan la mente enlazada, eso ya es cuestión de probabilidad, la cuál por diversos métodos puede dar solución a este hecho. Cuando se habla de la Ouija, brujería, etc., son rotundamente rechazadas de plano por fundamentalistas cristianos y judíos porque la Biblia así lo ordena. Deuteronomio (18, 10-11) dice (en traducción de la Biblia de Jerusalén): “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos”. Para los creyentes, esto es una regla, una norma, ya que sólo deben de creer en una persona y esa es Jesús o Dios.

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