El signo en la cultura

El signo se define como una forma sistematizada, en la cual se pueden transmitir ciertas cargas de información, por medio de diferentes medios los cuales se perciben a través de los sentidos (imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones) generando al interprete una realidad que no está presente, así pues Saussure plantea que el signo tiene dos partes, el concepto y la imagen acústica, como ejemplo en la palabra “gato” que integraría dentro de su esencia otras características como “animal” o “macho”

Para Umberto Eco, el signo establece cierta relación entre el contenido y la expresión, este tendrá la capacidad de ser entendido o no depende del modo en que se exprese siendo también una parte del contexto, es decir lugar y momento de emisión de dicho mensaje, Charles Pierce, plantea que el trabajo del signo es algo mancomunado, ya que depende de dos grupos, por un lado tenemos al signo de la mano con el objeto y por el otro, tenemos a el signo con el intérprete.

Morris plantea un conjunto de reglas y las dimensiones que constituyen el lenguaje, analizando el contexto y el contenido de diferentes discursos emitidos en diferentes lenguajes, en cuanto a la producción e interpretación de los mismos, haciendo esto a modo de práctica significante. F. Boas la cultura comprende manera integral todos los parámetros y manifestaciones propios de la misma, generando un concepto de identidad.

Por lo general se tiene algo permanente dentro de las teorías que plantean los diferentes autores, se está hablando del signo y objeto, de su emisión e interpretación, al principio lo desarrollan como algo suelto, el cual debe ocurrir, luego se complejiza el proceso integrando factores como el contexto, o ya tiempos predeterminados para la emisión del signo, y de la mano con estos parámetros, se puede deducir que no todos los signos tienen significado universal.

Bronislaw Malinowski, plantea que la cultura es el legado social de una realidad, la cual ha tenido una comunión con el hombre, esto en pro de satisfacer las necesidades de este. Basándose en la realidad de un territorio se puede identificar aspectos de una cultura sin conocer netamente la estructura de esta, factores como el clima, la vegetación o su ubicación geográfica, dan paso para una aproximación de la apariencia de una cultura predeterminada.

D. Berlo, clasifica los signos en dos grupos los cuales discrimina por su “contenido comunicativo” es decir que los denominados signos primarios, solo tienen como objetivo comunicar, así pues los de segunda clase, según Berlo tiene la capacidad de hacer trascender el mensaje más allá del objeto mismo. Morris también genera una tesis la cual habla de la semiótica, como una ciencia de dos caras, haciendo que esta salga de las ciencias humanas, dejándola solo en el concepto de la ciencia.

Para Morris el ser humano dentro de su concepción es un animal simbólico y parte una clasificación, en tres partes,

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