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Ensayo: El fantasma de Canterville


Enviado por   •  31 de Marzo de 2016  •  Informes  •  6.407 Palabras (26 Páginas)  •  617 Visitas

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1. La familia Otis viene a Canterville

Cuando Hiram B. Otis, el empresario estadounidense, compró la casa llamada Canterville Chase, la gente le dijo que él estaba haciendo una cosa muy peligrosa. Todo el mundo sabía que había un fantasma en la casa. El propio Lord Canterville le dijo todo al señor Otis.

"No nos gusta vivir en la casa ", dijo. "Muchos de mi familia han visto al fantasma. La abuela de mi esposa, la duquesa de Bolton, es uno de ellos. Una noche, mientras ella se vestía para la cena, dos manos esqueléticas se pusieron sobre sus hombros. Ella ha estado enferma durante años por eso. Y mi esposa, nunca conseguimos dormir allí, porque hay ruidos por la noche. "

"Lord Canterville", respondió el Sr. Otis, "voy a comprar la casa y el fantasma Vengo de un país moderno, y podemos comprar casi todo en América -. Pero no fantasmas por lo tanto, si realmente hay un fantasma en la casa, podemos enviar la casa a los Estados Unidos, y la gente va a pagar para ir a verlo. "

"Tengo miedo de que la casa realmente tenga un fantasma", dijo Lord Canterville, sonriendo. "Tal vez no hay fantasmas en su país, pero nuestro fantasma ha estado en la casa durante trescientos años, y siempre aparece antes de la muerte de uno de la familia."

"Bueno, lo mismo ocurre con el médico de familia, Lord Canterville Pero no hay fantasmas, señor, en cualquier país -.. Ni siquiera en famosas familias británicas viejas"

"Muy bien", dijo Lord Canterville. "Si usted es feliz de tener un fantasma en la casa, eso está bien. Pero, por favor recuerde que yo le dije al respecto."

Y así que el señor Hiram B. Otis compró la casa, y unas semanas más tarde él y su familia se fue a Canterville Chase en el tren.

La señora Otis era una mujer muy hermosa, y parecía igual de Ingles como una mujer inglesa. Pueblo de Estados Unidos no son realmente diferentes de los ingleses - pero sí, por supuesto, hablan un lenguaje diferente. Su hijo mayor, Washington, era un buen hombre joven con una sonrisa maravillosa, que era famoso en todas las partes de Londres por su baile fino. La señorita Virginia E. Otis era una dulce niña de quince años con los ojos azules grandes. Le encantaba montar a caballo y podía montar más rápido que muchos de los hombres. Un día joven Duque de Cheshire la vio a caballo, e inmediatamente le pidió que se casara con él - pero su familia lo envío de regreso a la escuela al día siguiente. Después de Virginia llegaron los gemelos, dos niños pequeños ruidosos felices, que siempre estaban riendo y jugando Tricks.

Era una hermosa noche de julio, cuando la familia se bajó del tren. Los campos y los árboles se veían hermosos en el sol de oro. Los pájaros cantaban dulcemente, y el cielo era de un azul brillante. Pero cuando llegaron a Canterville Chaseds apareció de repente en el cielo. Luego diez o doce grandes pájaros negros volaron sobre sus cabezas, y grandes gotas de lluvia comenzaron a caer.

Una anciana con un vestido negro está de pie en el umbral de la casa, a la espera de reunirse con ellos. Esta fue la señora Umney , el ama de llaves .

Bienvenido a Canterville Chase, Dijo .

La siguieron a la biblioteca de una larga y oscura habitación con una ventana alta en un extremo. Aquí, el té estaba listo para ellos , por lo que se quitaron los abrigos y se sentó.

De repente, la señora Otis vio una mancha de color rojo oscuro en el suelo, cerca de la chimenea .

¿Eso es una mancha en el suelo allí? -preguntó ella .

Sí , la señora Otis, dijo la señora Umney en voz baja. Es una mancha de sangre .

Oh , eso es terrible! -exclamó la señora Otis . No puedo tener manchas de sangre en mis plantas. Debe irse .

La anciana sonrió , y de nuevo respondió con una voz tranquila. Es la sangre de Lady Eleanore de Canterville , dijo. Su marido, Sir Simon de Canterville, la asesinó en 1575, mientras estaba de pie justo allí, en ese lugar. Vivió durante otros nueve años después de su muerte, pero luego desapareció, muy extraña y repentina. Nadie encontró su cuerpo, pero su fantasma aún se encuentra en la casa, y no descansará. La mancha de sangre es famosa, visitantes vienen aquí especialmente para verlo. La gente ha intentado limpiarlo, pero no va a desaparecer.

Por supuesto, es la voluntad! -gritó Washington Otis. Famoso Stain Limpiador de Pinkerton limpiará todo en un segundo.

Y antes de que el ama de llaves pudiera detenerlo, estaba limpiando el piso con un pequeño palo negro.

Más tarde, la mancha de sangre se había ido!

Ahí estás! dijo, sonriendo a los demás. Pinkerton puede limpiar todo.

Pero al oír estas palabras la tormenta afuera comenzó repentinamente.

Un terrible relámpago iluminó la habitación, y un segundo después se produjo un gran estrépito de un trueno. Todo el mundo saltó ante el sonido de los truenos ... y la señora Umney se desmayó.

¿Qué tiempo horrible este país tiene! dijo el señor Otis.

Se sentó de nuevo y encendió un cigarrillo.

Sra. Umney yacía en el suelo, con los ojos cerrados. La señora Otis la mira a ella. . Mi Querido Hiram, ella llora. ¿Qué podemos hacer con una mujer que se desmaya?

Dile que tiene que pagar un poco de dinero, dice el sr Otis. Si se rompe una taza o algo, ella tiene que pagar por ello. Así que le digo a pagar si ella se desmaya. Ella no va a desmayarse después de eso.

En esto la señora Umney inmediatamente se sentó, pero se veía muy triste. ¡Ten cuidado! El problema es que viene a esta casa! ella dijo, con la voz temblorosa. He visto cosas aquí que son demasiado terribles para describir. Por la noche después de la noche, no he cerrado los ojos en el sueño.

Foto: ¡Ahí estás! , dijo Washington. Pinkerton puede limpiar cualquier cosa.

Mr Otis le dio una cálida sonrisa. Mi esposa y yo no tenemos miedo de los fantasmas, señora Umney.

La vieja ama de llaves se puso temblorosamente en pie. Ustedes los americanos son tan fuertes! ella dijo. Y tan amables! usted sabe, he trabajado aquí durante muchos, muchos años, es la misma paga, y ....

Ok, Sra. Umney. Te pagaremos más dinero, dijo el señor Otis, sin dejar de sonreír.

Oh,

...

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