Estilos De Enseñanza
betorero16 de Enero de 2013
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RESUMEN
El Estilo de Enseñanza (E.E.) adoptado por el profesorado condiciona la relación de éste con los distintos elementos del acto didáctico, de forma que marca las propias relaciones entre los mismos. El propósito de este trabajo fue analizar la predominancia de los E.E. en los profesores y/o sus posibles diferencias, mediante la aplicación del Inventario del Tipo de Instructor (ITI), basado en los principios de David Kolb (1974), a 85 profesores de la carrera de Psicología de la FES Zaragoza de la UNAM. El ITI consiste de 12 grupos de cuatro palabras o frases. Cada palabra o frase corresponde a uno de los cuatro tipos de enseñanza: oyente, director, intérprete y entrenador. Se efectuaron los análisis estadísticos: descriptivos, ANOVA, correlacional y T de Student.
Palabras clave: Estilos de enseñanza, Profesores, Diferencias individuales, Investigación aplicada.
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INTRODUCCIÓN
Las personas son diferentes no sólo en sus aspectos físicos sino en sus valores, actitudes y creencias. Pero esas diferencias, lejos de empobrecer a los grupos, conllevan a lograr el crecimiento y desarrollo de los individuos que lo conforman; cuando son aceptadas y vistas como posibilidades de complementariedad y de enriquecimiento mutuo.
Desde esta posición de las diferencias individuales es como se puede entender la forma que tiene cada persona de abordar su aprendizaje y la variedad de comportamientos que exhiben los docentes en su práctica pedagógica. En otras palabras, lo que comúnmente se conoce como Estilo de Aprendizaje y de Enseñanza.
La forma personal que tiene cada docente de actuar dentro del entorno de aula, sus actitudes y aptitudes, potencialidades y debilidades y los efectos de ello, tanto en los niveles y estilos de aprendizaje de sus estudiantes como en el clima que se crea en el ambiente instruccional es lo que muchos autores denominan Estilo de Enseñanza.
En la mayoría de los casos, los docentes enseñan en consonancia a su estilo personal y profesional, atendiendo en gran parte su satisfacción personal y en menor grado al grupo. Uno de los mayores problemas en relación con los estilos es el desconocimiento que la mayoría de las personas tienen de su forma de aprender y de enseñar. Con frecuencia, los profesores no tienen ni la menor idea de su estilo personal de enseñanza porque su comportamiento les resulta, en buena parte, como una especie de rutina y automatismo, hasta el punto que se desenvuelven de una manera irreflexiva y habitual, replanteándoselo pocas veces de un modo crítico a través de las escasas experiencias de retroalimentación de la profesión.
Ahora bien, la experiencia universitaria es una etapa crítica en el desarrollo estudiantil debido a que los estudiantes se preparan para tomar las decisiones importantes en la sociedad del futuro. El proceso interactivo de enseñanza-aprendizaje comienza en el salón de clases, escenario donde surgen las diferentes actividades básicas para el proceso de trasformación de los estudiantes y de los profesores. Las actividades instruccionales, que son el elemento fundamental del proceso de aprendizaje, demuestran una variación amplia entre los patrones, los estilos y la calidad de lo que se enseña. Es importante establecer la relación de lo que se enseña y cómo lo aprenden los estudiantes (contenido vs. proceso). De esta manera, se identifican los estilos de aprendizaje en jóvenes y adultos y relacionan con los estilos de enseñanza que predominan en el nivel universitario. De ahí que el tema de los estilos de enseñanza cobra vital importancia a raíz de los nuevos retos que impone la sociedad que vivimos.
Por ejemplo, Keefe (1988, citado por Cruz, 2004) establece que las dificultades en el aprendizaje no se relacionan frecuentemente con la dificultad del contenido en sí. Es debido mayormente al tipo y al nivel de los procesos cognoscitivos requeridos para el aprendizaje en el dominio del contenido curricular y metodológico de los cursos universitarios.
Se reporta el estudio exploratorio realizado con los profesores de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Profesionales Zaragoza de la UNAM y los frutos resultantes. Éstos, tienden al fortalecimiento del Sistema de Enseñanza Modular implementado en la Carrera de Psicología la cual, a lo largo de casi tres décadas, abrió las puertas a un modelo de enseñanza-aprendizaje basado en problemas de la práctica profesional. Los estudiantes formados con este modelo se desarrollan como individuos capaces de resolver problemas y de adaptarse a los cambios que se le plantean durante el ejercicio laboral; al mismo tiempo, este modelo está orientado a la formación integral considerando que los conocimientos adquiridos por el estudiante se emplearán en situaciones impredecibles (problemas reales), donde es importante una actitud abierta, que recurre a la asociación e interpretación de estos conocimientos para aplicarlos a la situación presente, resultando fundamental el trabajo en grupo. El alumno tiene una participación más activa y responsable en su proceso formativo y dispone de la orientación y conducción del docente.
En este contexto se consideró importante que, para el desarrollo adecuado de todas las actividades planteadas por este modelo, el profesor identifique su(s) estilo(s) de enseñar y relacionarlos con los estilos de aprender de sus estudiantes. Así, la experiencia educativa se convierte en pertinente, significativa y satisfactoria para todos los participantes en el proceso de enseñanza- aprendizaje.
ANTECEDENTES SOBRE LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA
Se define como «estilo» a lo que determina el cómo interpretamos o damos significado a lo que vemos, a lo que escuchamos y a nuestra experiencia. Cada uno tiene su propia perspectiva, y ante un mismo acontecimiento podemos tener muy distintas interpretaciones, emociones y percepciones de la situación.
Así, hay estilos para comportarse, para hablar, para vestir y por supuesto también para educar. Grigorenko y Sternberg (1995) realizaron una detallada investigación sobre el tema y reconocen que en general, los estudios realizados por diferentes autores pueden agruparse en tres enfoques:
1) Enfoque centrado en la cognición. Se relaciona con los estilos cognitivos y consiste en conocer como los individuos perciben y realizan sus actividades intelectuales (Witkin, Oltman, Raskin y Karp, 1971, son autores dentro de este enfoque; cit. en Grigorenko y Sternberg, 1995).
2) Enfoque centrado en la personalidad. Dentro de este enfoque Myers y Myers realizan una distinción de dos actitudes (extroversión e introversión), dos funciones preceptuales (intuición y sensación), dos funciones de decisión (pensamiento y sentimiento) y dos formas de negociar con el mundo (percepción y juicio). Gregory, 1984 (citado en Alvarado y Panchí, 2003), por su parte, clasifica con base en el espacio y tiempo dos formas de estilos: abstracto y concreto con respecto al espacio, y secuencia y aleatorio con respecto al tiempo. Miller (1991) distingue entre estilos analíticos vs. holísticos (globales), subjetivos vs. objetivos y emocionalmente estables vs. emocionalmente inestables.
3) Enfoque centrado en la actividad. Este enfoque se relaciona con los estilos de enseñanza y aprendizaje. Las teorías que utilizan este enfoque son las que más aplicaciones tienen en el salón de clase. Por ejemplo, Kolb (1974) identificó cuatro estilos de aprendizaje: convergente vs. divergente, y asimilación vs. acomodación.
Burke y Garger (1988) presentan otra clasificación de estilos que tiene puntos de coincidencia con la propuesta de Grigorenko y Sternberg anteriormente referida y la dividen en cuatro categorías:
1) Estilo centrado en la cognición. Responde a la pregunta ¿cómo conozco? Considera a la percepción como el estado inicial de la cognición para la adquisición, procesamiento y utilización de la información, ya que las diferencias preceptúales afectan el qué y cómo recibimos el conocimiento.
2) Estilo centrado en la conceptualización. Responde a la pregunta ¿cómo pienso? Distingue cuatro tipos de maneras de pensar, divergente o convergente y lineal o aleatoria. Algunas personas verbalizan sus ideas para entenderlas, otras piensan rápidamente, espontáneamente e impulsivamente, o por el contrario lo hacen de manera lenta y reflexiva.
3) Estilo centrado en los afectos. Responde a la pregunta ¿cómo decido? Este estilo se encarga de las características motivacionales, valorativas, emocionales y de juicio. Algunas personas se motivan internamente, otras se motivan con factores externos; mientras unos toman decisiones calculadas, lógicas y racionales, otros lo hacen de manera subjetiva, basados en sus percepciones o emociones.
4) Estilo centrado en la conducta. Responde a la pregunta ¿cómo actúo? Este modelo surge de los enfoques anteriores, el cognitivo, el conceptual y el afectivo, ya que toda acción es un reflejo de estos factores.
Burke y Garger (1988) comentan que los patrones básicos de personalidad influyen en muchos aspectos de la conducta profesional y personal. Cuando estos afectan al aprendizaje son llamados estilos de aprendizaje, cuando son reflejados en la enseñanza los llamamos estilos de enseñanza y si son un modelo para la administración, manejo de un grupo o empresa los llamamos estilos de administración o mando.
Los estilos pueden ser predecibles, esto significa que es posible definir anticipadamente la forma de adquirir conocimientos, la estabilidad y la madurez. Por lo tanto, los estilos de pensamiento sirven para explicar y prever aquellos aspectos del desempeño de las personas en la escuela, en
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