¿Hacia El Fin De Los Sistemas Educativos?

¿De que hablamos cuando utilizamos las expresiones sistema educativo o cultura escolar? Pregunta Antonio Viñao, cuestiona sobre la relación entre estas con los cambios, reformas o innovaciones educativas.

No sea que estemos, dice, más que ante el fin de los sistemas educativos, ante una transformación mas de los mismos, un reforzamiento de algunas de sus características y funciones bajo el disfraz de una crisis encubierta, provocada y utilizada en provecho de determinados grupos sociales hegemónicos y privilegiados.

“¿Estamos ante el principio del final de los sistemas educativos…”? retoma Viñao y presenta los síntomas o indicios:

- El desplazamiento de la institución escolar por las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje propiciada por las tecnologías, en la falazmente llamada sociedad de la información. Cuestiona acerca de la escolarización ante las nuevas modalidades de aprendizaje, sobre la ubicación de las aulas del futuro y de cómo estarán relacionadas entre si, sobre el sentido y funciones de la escuela como medio de socialización ante el empuje de la influencia de los medios televisivo publicitarios y si esto explica el creciente interés de los poderes públicos y diferentes grupos ideológicos de controlar e influir en los medios de comunicación y su desinterés por las instituciones escolares, a partir de ello pregunta ¿qué nuevas formas de socialización control y cohesión social sustituyen a las escolares y que nuevos modos y procesos de inclusión , exclusión y segmentación se están produciendo?

- El desplazamiento de las formas de provisión de la educación a partir de la descentralización, de la globalización y de la privatización.

Opina que la descentralización puede debilitar su carácter estatal pero no su índole nacional, así como el germen de un proceso de formación a largo plazo de un sistema educativo supranacional en el caso de países inmersos en procesos de unificación supranacional, un sistema mundial, dado que los sistemas educativos nacionales ofrecen una serie de aspectos y elementos comunes y estandarizados.

Considera, por otra parte que las políticas privatizadoras, suelen ir acompañadas de políticas centralizadoras e intervencionistas en los ámbitos de currículum, de cualificación profesional, de la organización escolar y en la configuración y funcionamiento de los sistemas educativos. Por lo que tales síntomas no cuestionan la existencia del sistema educativo en sentido estricto. Al contrario, los necesitan, hasta el punto de apropiarse de ellos, patrimonializarlos y utilizarlos de un modo favorable a los intereses de las clases o grupos sociales que se benefician de esas políticas. Lo que se aprecia en dichas políticas, dice Viñao, no es tanto el debilitamiento del estado o de los sistemas educativos, cuanto un cambio en su papel en el juego de relaciones

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