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Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina” Michael S. Kimmel resumen


Enviado por   •  3 de Enero de 2020  •  Resúmenes  •  2.170 Palabras (9 Páginas)  •  423 Visitas

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El texto del cual se tratará este trabajo final es “Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina” Michael S. Kimmel. Este texto trata sobre el tema de la construcción social de la virilidad del hombre. En su introducción, nos explica que la virilidad esta construida socialmente. Al estar construida socialmente, es distinta a través de las culturas y los espacios históricos en los cuales se desenvuelve. El nos dice que es un espacio que está en oposición con otras concepciones “Hemos llegado a conocer lo que significa ser un hombre en nuestra cultura al ubicar nuestras definiciones en oposición a un conjunto de otros, minorías raciales, minorías sexuales, y, por sobre todo, las mujeres” (Kimmel, 1998: 2). El concepto de virilidad al ser un concepto socialmente construido se puede considerar como un fenómeno sociológico, el cual en un pasado tuvo un significado y hoy esta en una constante disputa por definirse. De esta forma, Kimmel parte su trabajo expresando que la virilidad no es algo que debe verse desde el esencialismo, si no que es algo que puede ser reemplazado en el tiempo, a través de la acción, por una nueva definición.

El primer capitulo del trabajo de Kimmel es llamado Las masculinidades como relaciones de poder. En el Kimmel nos parte señalando que la definición de masculinidad se encuentra en el mercado vigente norteamericano y que por tanto se encuentra en una constante disputa en sus definiciones. En este mismo apartado, nos menciona que no existe una sola definición de masculinidad, si no que hay varias y se encuentran en una constante disputa entre ellas. En estas distintas masculinidades, existe una que vendría siendo la ideal, aquella virilidad standard. Esta masculinidad es la del hombre blanco, casado de clase media. Aquel hombre con reconocimientos deportivos que se encuentra casado. El autor llama a esta definición como “masculinidad hegemónica” (Kimmel, 1998: 3).

El autor nos dice que la figura del macho hegemónico es el que controla el poder. Nos dice que la definición de este sujeto es la guía del resto de los hombres y aquel que carezca de una de las características antes mencionadas, está en una posición de inferioridad con respecto a los otros hombres que si las poseen. Esta masculinidad hegemónica, por tanto, nos muestra un grado de poder dentro de las relaciones que existen entre los hombres, además de el poder que ejercen los hombres sobre las mujeres.

Basado en esto último, el autor señala que son esas definiciones las que mantienen de forma normativa a las mujeres en una posición de inferioridad con respecto al hombre de masculinidad hegemónica:

“se trata del propio poder de estas definiciones, que sirven para mantener el poder efectivo que los hombres tienen sobre las mujeres y que algunos hombres tienen sobre otros hombres”.

El autor continúa diciendo que las expectativas de cumplir con esas definiciones es un factor de angustia y confusión entre los hombres y que esas normas son inalcanzables para todos los hombres, pero que igualmente están en una disputa interna constante por lograr aquellas expectativas. De todos modos, el autor nos señala que, sin importar las características de cada hombre, lo fundamental de esta definición de masculinidad, es que esta tiene que ir totalmente en contra de lo que es la feminidad. Para explicar lo anterior, Kimmel termina el capitulo con la siguiente frase “Esta noción de anti femineidad está en el corazón de las concepciones contemporáneas e históricas de la virilidad, de tal forma que la masculinidad se define más por lo que uno no es, que por lo que se es” (Kimmel 1998: 4).

De esta manera, Kimmel pasa al siguiente capitulo de su trabajo llamado La masculinidad como huida de lo femenino. El capítulo inicia haciendo hincapié en los planteamientos de Freud con respecto a la evolución del niño varón al verse representado ante la figura paterna. Nos explica tal como haría Freud que el niño desconecta este deseo por su madre ante el miedo que le tiene a su padre “renuncia del niño a su identificación con el profundo vínculo emocional con su madre, reemplazándola entonces por el padre como objeto de identificación” (Kimmel 1998: 4). Es entonces cuando el niño al identificarse con su opresor (el padre) se convierte en él. De esta forma es que el niño reemplaza sexualmente a su madre por un símil, lo cual define la sexualidad del niño convirtiéndolo en un hombre heterosexual.

Continúa mencionándonos como el niño entonces empieza a rechazar el trato que tiene la madre con él, considerándolas como infantiles y poco masculinas. Así es como empieza a rechazar las conductas femeninas que pueda tener:

“Esto ocurre inexorablemente; la hombría llega a ser una búsqueda de toda la vida para demostrar su logro, como si probáramos lo improbable a los demás, porque nos sentimos tan inseguros de nosotros mismos” (Kimmel 1998: 5)

El autor nos dice que esto provoca tres consecuencias para el hombre. La primera es el alejamiento a las actitudes que tiene el niño con su madre, las cuales son la ternura, la compasión y la acogida que la madre tenia con el hijo. La segunda es el alejamiento de esta identificación con la madre como proyecto de vida, lo que por tanto es afirmar que la búsqueda de la masculinidad es en realidad el alejamiento a la feminidad. La tercera es el desprecio por lo femenino. Al no querer tener estos rasgos en su personalidad, el hombre las rechaza y las trata como inferiores y por tanto es con esta misma actitud que trata a las mujeres como tal.

Para finalizar el capítulo, el autor nos comenta como los hombres intenta constantemente demostrar su hombría entrando en disputa con otros. Nos señala que existe una constante en los hombres de pelear entre ellos para demostrar “quien es mas hombre” o que a pesar de que se les vea como menos, ellos pueden tener una virilidad fuerte. Esto es por que para el hombre, admitir debilidad es demostrar feminidad, algo que para ellos no es admisible.

El siguiente capitulo se llama La masculinidad como validación homosicial. La validación homosocial, el autor la define como aquella validación entre hombres para demostrar quien es mas macho. Esta validación según el autor es la única que le importa al hombre para validarse a si mismo como tal. Esto sucede ya que al hombre no le importa demostrar logros o hombría ante las mujeres, ya que al ser consideradas como aquello que representa lo femenino (y por tanto

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