Huesped ¿Por qué la gente comete suicidio?
EdgargvtDocumentos de Investigación29 de Agosto de 2017
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“HÚESPED”
Del Diario de Javier Cárdenas
01 de septiembre del 2006.
¿Por qué la gente comete suicidio?
Las personas que se quitan la vida lo hacen porque ven el suicidio como la única solución a sus problemas. Cada persona tiene una manera diferente de enfrentar los problemas que provocan sentimientos de desesperación. Para muchos, es difícil reconocer y resolver problemas personales con calma y de una manera ordenada. Los investigadores creen que esta incapacidad de sobrellevar los problemas podría estar relacionada con desequilibrios biológicos y químicos. Pero según mi experiencia, con pacientes que he atendido, frecuentemente los intentos de suicidio son un grito para pedir ayuda, o una manera de castigar a las personas con las que están molestos.
Ocasionalmente las personas se suicidan porque se encuentran en un episodio psicótico y creen que deben morir por alguna razón que no tiene sentido para nadie más.
He estudiado aquí y allá en los últimos meses desde que Victoria me dejo. Me sucumbí en una frialdad y tristeza que nunca antes había experimentado. Un día desperté con una ilusión. Escribir un libro. Aquel que en mis años de estudiante quise llevar a cabo. Lo pensé bien y dejé todo. No tengo hijos, ni familia cercana (mis padres fallecieron hace muchos años y soy hijo único), así que no tenía nada que perder, ni a quien responderle. Usar mis ahorros en viajar e investigar un tema interesante y desconocido. ¿Qué hay en verdad detrás de un Suicida?
Odio el suicidio. Las tendencias suicidas están presentes en muchas familias que he conocido, y he conocido a más personas que se ha quitado la vida de las que fácilmente podía enumerar. Pero por mucho que deteste el suicidio, también lo entiendo. Un comentario con el que siempre me topó, es que no puedes realmente comprender qué lleva a alguien a quitarse la vida a menos que tu vida haya quedado hecha pedazos por una depresión muy severa. Así que aquí estoy, escribiendo desde el avión que en pocas horas me llevará a un pequeño y modesto hotel en Nayarit para descubrir qué es lo que siente un ser humano cuando percibe que está a punto de morir.
Me llegó información acerca de este hotel, Playa de Cortés, donde en los últimos meses ha habido tres muertes en sus instalaciones. En el mismo cuarto (el número 13, para los morbosos). La causa: Suicidio. Todas con un intervalo de una semana entre uno y otro.
A mí no me interesan las historias de miedo, ni creo en maldiciones. Por eso me voy a hospedar en ese hotel y en la misma habitación.
02 de septiembre del 2006.
He llegado al hotel muy temprano esta mañana, una mañana, por cierto, cubierta por una extraña y densa neblina. Tal vez alguna tormenta se avecina. Al llegar me recibió Doña Encarnación (“así me gusta que me digan joven), la dueña del lugar. La vieja se mostró algo nerviosa cuando al preguntarme que me traía por su hotel y mi respuesta fue que escribiría un libro.
“Espero que no vaya a hablar mal de nuestras instalaciones, jeje”, me dijo con una extraña y evidente asustada mueca. Le dije que no creo en supersticiones y que por favor me diera la habitación 13 y que no me molestaran durante mi estancia aquí. “Como usted guste, joven, acompáñeme por la escalera”.
La habitación es muy sencilla, pero muy acogedora. Está en una esquina del primer piso y no da vista al puerto, la ventana da a la calle lateral del hotel, lo cual me hace un poco de ruido: da a un callejón oscuro y sucio, quizás olvidado por el Ayuntamiento Municipal y su equipo de limpieza. Deplorable, ahora entiendo porque se suicidaron, quizás fue por no aguantar el olor (mala broma, lo siento).
Por ahora desempacare, acomode mis libros y estoy releyendo mis apuntes y los recortes de periódico La luz de Nayarit que obtuve al llegar aquí sobre las muertes “extrañas” que han sucedido.
La primera, era de un vendedor que visitó la ciudad por negocios. Su cuerpo fue encontrado la noche del domingo, colgado de la ventana del cuarto la cual estaba cerrada. El cordón de la cortina le había servido para ahorcarse. El médico forense declaró que su muerte se había producido el viernes entre las cinco y siete de la tarde. El periódico también dice que el vendedor era casado y padre de tres hijos y que nunca se le vio intención alguna de terminar así.
El segundo caso fue muy similar. Un artista de circo se hospedo ahí debido a la cercanía al lugar donde se ubicaba la carpa y ocupo la habitación 13. Un dato que no hay que pasar por desapercibido es ¿Por qué se alojó en el hotel si todos los circenses tienen un camper en el cual quedarse? Quizás era una persona solitaria o muy especial, aunque personas cercanas lo consideraban muy simpático. Pasaba un tanto desapercibido entre los empleados del hotel ya que no estaba todo el día en su cuarto, solo llegaba a dormir después de la función y al día siguiente salía muy temprano a seguir su rutina. El domingo siguiente a la semana que se hospedo, no se presentó a trabajar a sus ensayos ni a la función. El director del Circo envió a uno de sus empleados al hotel y descubrieron el cuerpo del artista, colgado del marco de la ventana, igual que el inquilino anterior. Dicen que ya se encontraba en estado de descomposición, a tal grado que cuando lo encontraron, vieron bichos devorándolo, y otras alimañas que salían de su boca. ¿Negligencia por parte del hotel? El reportaje termina con la dueña excusándose “Nuestras instalaciones están con altos estándares de limpieza, la noche del jueves el inquilino llego un tanto impertinente, se veía algo tomado y nos exigió no ser molestado. En el tiempo que se alojó aquí fue una persona muy limpia, a la hora de limpieza veíamos que el mismo recogía y tendía su cama, por eso ese fin de semana cumplimos su exigencia de no ser molestado y lo dejamos tranquilo”.
En estos dos casos vemos el típico “no era una persona con síntomas de”, pero puede ser cualquier cosa, una enfermedad que ellos no quisieran decir, alguna depresión. Una depresión es, probablemente, el dolor más insoportable que un ser humano puede aguantar durante un largo periodo. Debido a que es en esencia un trastorno de percepción, provoca que uno vea al mundo entero como dolor. Se siente dolor dentro, pero también se siente por fuera. Cuando una persona está deprimida, el mundo entero parece estar perturbado y afligido, así que no hay hacia dónde escapar. Y éste hecho hace del suicidio una idea tan seductora, ya que parece ofrecer una opción de escape.
El tercer caso, divide opiniones al parecer. Alfonso Trejo, alias “El Extranormal”, es una especie de celebridad local, aunque muchos lo ven más como el loco del pueblo. Esta persona se autonombraba como un parapsicólogo, investigador del fenómeno paranormal, de esos charlatanes que creen en fantasmas, brujas y demonios. A manera de reto decidió alojarse en la “macabra” habitación 13. Nadie lo tomo en serio, porque incontables veces fue descubierto en sus farsas, las cuales eran para llamar la atención. (otro dato a considerar). Cada día de los que duró hospedado, se dirigía a su “centro especial extranormal” donde sus otros “investigadores” mantenían juntas y revisaban el material que grababa. Al parecer usaba una vieja grabadora de cassette para captar psicofonías. Según la entrevista realizada a uno de sus adeptos - “Cada día llegaba con un “Nada nuevo bajo el sol mis estimados paranormers , nada nuevo”, hasta el tercer día que llego algo asustado pues había captado mientras dormía el ruido de algo que se movía arrastrándose”. – Algo que no era de este mundo según. A los dos días siguiente no se presentó. Y se repite la historia, lo descubrieron colgado del marco de la ventana. Su ex-esposa, al ser entrevistada mostro un poco de frialdad ante la situación. – “Alfonso siempre estuvo preocupado por sí mismo y por qué la gente le creyera. Debía demasiado dinero, todo gastado en la bebida y en aparatejos para encontrar cosas del más allá. No me extrañaría que hasta fingiera su muerte con tal de desaparecer, era un mitómano, mujeriego, problemas de seguro cargaba”.
¿Histeria Colectiva? Quizás eran personas que buscaban una salida y ser recordados. Que mejor manera que estar presentes que muertos rodeados de misterio.
Es muy tarde ya, y me siento algo cansado luego de leer todo esto. Veo el marco de la ventana “maldita” y no encuentro algún signo de esta histeria. Aunque quizás estoy algo sugestionado. Al acercarme a la ventana sentí como si alguien me mirara desde afuera. Abrí la ventana y sentí la misma sensación. Debe ser el calor y la horrible humedad.
03 de septiembre del 2006.
La ciudad amaneció de nuevo con una densa neblina. Me encuentro algo cansado ya que por la madrugada desperté luego de que escuché un extraño ruido en la pared de afuera. Como si se arrastrara rápidamente. Me pare de la cama y abrí la ventana y solo recibí una oleada de calor horrible. Y otra vez esta estúpida sensación de ser observado. Debo de calmarme y no creer en todo lo que leo.
Hoy la entrada del diario será algo corta. Saldré a caminar y conocer a los lugareños. Pasare un rato en la playa y trataré de pasar un rato agradable. Escuche que hay cerca un restaurant de mariscos con un plato de sopa de pescado y camarón realmente hermoso.
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