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Investigación La Bella Y La Bestia

gfh123420 de Septiembre de 2013

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La historia de "La Bella y la Bestia" es de hecho una historia muy antigua, con variaciones en el tema central que data de tiempos remotos de la mitología griega.

En 1550, el autor italiano Giovanni Straparalo escribió la primera variante de la historia como es habitualmente conocida hoy en día.

Fig. 1 Giovanni Straparalo.

(1480 – 1557)

Nacido al parecer en Caravaggio una localidad al sur de Bérgamo.

De su vida se conoce muy poco, tanto que incluso se ha sospechado que su nombre puede ser el seudónimo (es el nombre ficticio detrás del cual se oculta un autor o artista)

En 1503 se desarrolla la acción de sus novelas y cuentos

En 1508 apareció en Venecia una colección suya de poesía amorosa

El inicio real de "La Bella y la Bestia" como película animada data de más de cinco décadas atrás, en los primeros días de los Estudios Disney, cuando Walt Disney y su equipo de historias tomaron el proyecto pero este fue dejado de lado cuando no encontraron una resolución satisfactoria para la claustrofóbica segunda mitad de la película, donde Bella es aprisionada en el castillo de la Bestia.

Obras de Giovanni Straparalo

 L'Opera nova de Zoan

 La sirenita

 La bellla y la bestia

 Karagramasa

Es un cuento Centro Europeo que se cree que formo parte de una colección "el Asno de Oro" de Apuleyo, al ser un cuento `popular se perdió el autor .Como se conoce hoy se le atribuye a Jeanne Marie Leprince Beaumont en el año 1700.

Fig. 2 Jeanne Marie Leprince

(Rouen 1711 - Chavanod 1780)

Jeanne Marie Leprince nace en Rouen el 1711. Será recomendada como institutriz en la corte de Lorena, en Lunévill, donde realizará funciones de dama de compañía y profesora de música, impartiendo tambien clases a los más pequeños.

Casada con M. De Beaumont, vive un matrimonio desgraciado que pronto será declarado nulo. En 1748 aparece su primera obra, "El triunfo de la verdad" o "Memorias de Madamme de la Villette".

En 1750 crea lo que ella misma llama "Magasins" ( Almacenes ) inspirándose en periódicos ingleses.estos son tratados de educación para los más pequeños, adolescentes y damas. Funda entonces el "Noveau magasin français", colección literária y científica destinada a los jovenes.

Entre 1750 y 1780 aparecen cuatro volúmenes, y entre ellos los más conocidos son "Le Magasin des enfans", publicado en 1757, que incluye el cuento de La Bella y la Bestia, "Le Magasin des adolescents" en 1760 y "Le Magasin des pauvres" en 1768.

La Bella y la Bestia: la verdadera historia.

La Bella y la Bestia es uno de los cuentos folklóricos más inciertos. Ha circulado durante siglos sin cambios significativos, aunque con discrepancias que sirven para apuntalar aquello que en una región resulta irrelevante, y en otra se vuelve esencial.

La primera versión pertenece a Giovanni Francesco Straparola, y fue publicada en una antología de nombre cándido: Le piacevoli notti, es decir, Las noches agradables, en 1550. Más de un siglo después, en 1697, Charles Perrault integró una versión tosca de La Bella y la Bestia en su colección Cuentos de mamá ganso (Contes de ma mere l’oye). Pero la degradación absoluta llegó con Madame d'Aulnoy y su cuento La oveja (Le Mouton), quien junto a Giambattista Basile finalmente demolieron el pasado mitológico del relato.

Sobre estos cimientos se publicó una olvidada noveleta de Gabrielle-Suzanne Barbot, editada en 1740, que sirvió para construir la actual versión de La Bella y la Bestia que todos conocemos. El mérito de su popularidad pertenece a la aristócrata francesa Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont. Exiliada en Inglaterra, comenzó a trabajar como profesora, y, en paralelo, a organizar una antología de relatos folklóricos europeos. Utilizando la antología de Barbot, nuestra noble y aristocrática traductora publicó un cuento que eliminaba por completo el trasfondo genealógico de La Bella y la Bestia, tomando únicamente los elementos centrales del original, y omitiendo los orígenes escabrosos que dan como resultado la transformación del caballero en Bestia; detalles que, para la época, podían sonar un tanto... subversivos.

Lo mágico quedó excluido de La Bella y la Bestia, en consecuencia, lo mítico desapareció como barrido por un viento súbito y voraz. Todo lo siniestro fue cubierto por una crónica directa, sobria, sin adornos ni estridencias. Lo legendario pasó por el tamiz de lo racional, y el sentido primigenio del relato folklórico se vio mutilado de sus premisas fundamentales. Los pobres y los desdichados se convirtieron en reyes y princesas, los pastores en caballeros, los magos en sacerdotes, lo mágico en banal.

Antes de continuar se impone un resumen de La Bella y la Bestia tal como ha llegado a nuestros días. A causa de una total falta de interés en esta versión nos proponemos dar un resumen taquigráfico.

Un mercader tiene tres hijas. Dos de ellas eran odiosas, pero la menor, que por su aspecto delicado llamaron Bella, era la encarnación de la bondad. El mercader pierde su fortuna, y con ella los pretendientes de sus hijas. Pero Bella continúa recibiendo ofertas como de costumbre. Cierto día, el mercader se embarca en un viaje de negocios, y les pregunta a sus hijas qué desean recibir como regalo: las hermanas odiosas piden ricos vestidos, mientras que Bella sólo le solicita una rosa.

El viaje termina en desastre. Perdido, el mercader se refugia en un castillo aparentemente abandonado. En el jardín de entrada encuentra un rosal. Se acuerda de Bella y arranca una rosa. Una vez dentro del castillo se encuentra con una criatura abominable, un ser bestial que habla como un hombre educado y le recrimina al mercader su actitud ofensiva. El anciano suplica que desea volver a ver a sus hijas. La Bestia le concede el deseo, pero lo obliga a jurar que regresará, o bien enviará a alguien para reemplazarlo.

Al regresar, Bella se ofrece a ir al castillo ya que fue su deseo el que hizo que su padre arranque la rosa, incitando de este modo la ira de la Bestia.

Bella llega al castillo. La Bestia perdona a su padre, pero le pide a la joven que se quede una temporada con él. Eventualmente, la Bestia se enamora, pero Bella se mantiene indiferente. Cierto día llegan noticias sobre la enfermedad del mercader. Bella le solicita a la Bestia que la deje partir, pero éste se niega. Luego de unos días, el engendro reflexiona y le permite volver con la condición de que regrese en una semana. Ya en la aldea, las hermanas odiosas planean una estratagema para que la joven se quede más de siete días. Lo logran, haciendo que Bella rompa su promesa. Cuando ésta retorna al castillo encuentra a la Bestia agonizando de tristeza. El monstruo muere, y la muchacha, comprendiendo que fue su falta la que causó el desastre, besa el cadáver deforme y le dice que lo ama y que desea casarse con él

La Bestia resucita y se transforma en un príncipe. Luego explica, a grosso modo, que una bruja lo ha transformado en monstruo hasta que una mujer hermosa quiera casarse con él

La Bella y la Bestia: El texto original.

Había una vez un mercader muy rico que tenía seis hijos, tres varones y tres mujeres; y como era hombre de muchos bienes y de vasta cultura, no reparaba en gastos para educarlos y los rodeó de toda suerte de maestros. Las tres hijas eran muy hermosas; pero la más joven despertaba tanta admiración, que de pequeña todos la apodaban “la bella niña”, de modo que por fin se le quedó este nombre para envidia de sus hermanas.

No sólo era la menor mucho más bonita que las otras, sino también más bondadosa. Las dos hermanas mayores ostentaban con desprecio sus riquezas antes quienes tenían menos que ellas; se hacían las grandes damas y se negaban a que las visitasen las hijas de los demás mercaderes: únicamente las personas de mucho rango eran dignas de hacerles compañía. Se lo pasaban en todos los bailes, reuniones, comedias y paseos, y despreciaban a la menor porque empleaba gran parte de su tiempo en la lectura de buenos libros.

Las tres jóvenes, agraciadas y poseedoras de muchas riquezas, eran solicitadas en matrimonio por muchos mercaderes de la región, pero las dos mayores los despreciaban y rechazaban diciendo que sólo se casarían con un noble: por lo menos un duque o conde

La Bella -pues así era como la conocían y llamaban todos a la menor- agradecía muy cortésmente el interés de cuantos querían tomarla por esposa, y los atendía con suma amabilidad y delicadeza; pero les alegaba que aún era muy joven y que deseaba pasar algunos años más en compañía de su padre.

De un solo golpe perdió el mercader todos sus bienes, y no le quedó más que una pequeña casa de campo a buena distancia de la ciudad.

Totalmente destrozado, lleno de pena su corazón, llorando hizo saber a sus hijos que era forzoso trasladarse a esta casa, donde para ganarse la vida tendrían que trabajar como campesinos.

Sus dos hijas mayores respondieron con la altivez que siempre demostraban en toda ocasión, que de ningún modo abandonarían la ciudad, pues no les faltaban enamorados que se sentirían felices de casarse con ellas, no obstante su fortuna perdida. En esto se engañaban las buenas

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