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John Dewey


Enviado por   •  29 de Junio de 2015  •  1.793 Palabras (8 Páginas)  •  329 Visitas

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Resulta notable comprobar la actualidad del pensamiento pedagógico de John Dewey (Vermont, 1859-Nueva York, 1952). Sus escritos resultan una fuente inagotable de ideas, conceptos y propuestas que, a casi un siglo de ser elaborados -recordemos que Educación y democracia, seguramente su obra clave, fue escrita en 1916- siguen interpelando agudamente nuestras prácticas. La escuela como motor de transformación social democrática, el lugar que los intereses de los alumnos pueden ocupar en la práctica cotidiana en el aula, el rol creativo de los docentes, entre otras cuestiones, plantean aún hoy desde los textos de Dewey interesantes desafíos a quienes se interesen por su obra.

Dewey, filósofo egresado de la Universidad Johns Hopkins, comienza a interesarse por la educación a partir de la influencia que ejerce sobre él Alice Chipman, su esposa, que trabajaba como maestra de grado en escuelas del estado de Illinois. Y su acercamiento a la pedagogía resultará, finalmente, decisivo en su posicionamiento como filósofo. Brevemente, diremos que Dewey sostenía la existencia de una inherente relación entre lo que definía como la "necesidad de filosofar" y la "necesidad de educar", fundamentada en el pragmatismo, el movimiento filosófico que sostiene que la validez de una teoría se basa fundamentalmente en sus efectos prácticos sobre la realidad.

Sobre el enfoque pedagógico

Según Robert Westbrook, el enfoque pedagógico de Dewey se sitúa en un punto intermedio entre la pedagogía "centrada en el currículum", conservadora, y la pedagogía "centrada en el alumno", más cercana a pedagogos como J. F. Herbart. Este punto merece una aclaración: suele pensarse a Dewey como el padre de la pedagogía centrada en el niño; sin embargo, Westbrook realiza una sutil distinción al indicar que si bien para Dewey es fundamental poner la mirada en el alumno y sus intereses, su posición no es tan radical como la de Herbart y sus seguidores, pues Dewey entiende que es necesario relacionar los intereses del niño con los contenidos social e históricamente definidos en el currículum escolar. De este modo, las características del niño no constituyen un fin en sí mismas sino que son valoradas en tanto posibilitadoras de acciones y experiencias, y será función del maestro el poder explotarlas.

De manera muy sintética, diremos que la posición instrumentalista que vertebra el pensamiento filosófico de Dewey es la clave para entender sus ideas pedagógicas. Según su planteo, el pensamiento es fundamentalmente una herramienta que permite actuar sobre la realidad a la vez que se nutre de ella, y el conocimiento no es sino el resultado de las experiencias con el mundo. El conocimiento es, por lo tanto, pensamiento que pasa por el tamiz de la acción.

De esto se deduce que la posibilidad de actuar sobre el mundo, de experimentar con él, es un elemento fundamental para comprender el planteo de este autor: Dewey sostenía que tanto los niños como los adultos aprenden a partir de la confrontación con situaciones problemáticas, que aparecen a partir de los propios intereses.

El rol del docente

Dewey afirmaba que el alumno es un sujeto activo, y que es tarea del docente generar entornos estimulantes para desarrollar y orientar esta capacidad de actuar. De este modo, es el maestro quien debe conectar los contenidos del currículum con los intereses de los alumnos. También entendía que el conocimiento no puede ser impuesto desde afuera o transmitido en forma repetitiva, dado que en esa imposición ciega el alumno pierde la posibilidad de comprender los procesos que permitieron la construcción de ese conocimiento.

Según Dewey, "El diálogo no agota la experiencia cuando esta se hace común, ni aquel cesa entonces, sino que la comunicación es dialéctica y reconstruye la experiencia, es decir, la inquieta, la motiva a renovarse. Por ello, el maestro debe obrar de tal manera que aumente el significado de la experiencia presente".

La "escuela Dewey" o "escuela del laboratorio"

A partir de estas premisas, Dewey llevará adelante un proyecto de escuela experimental en el contexto de la Universidad de Chicago. Su escuela, conformada por maestros especialmente formados de acuerdo con los principios de su pedagogía, puso en práctica sus ideas respecto de la necesaria interacción entre teoría y práctica en los procesos de enseñanza y aprendizaje. El desafío de esta escuela era, según Dewey, "descubrir en la administración y la selección de materias los métodos de aprender, enseñar, y disciplinar. Cómo una escuela podría volverse una comunidad cooperativa mientras desarrolla en los individuos sus propias capacidades y satisface sus propias necesidades".

En esta escuela los niños desarrollaban, divididos en clases por edades, tareas vinculadas al mundo de la producción y la práctica, que llamaba "ocupaciones". La búsqueda se orientaba a que los alumnos tuvieran la posibilidad de experimentar con situaciones concretas de trabajo y producción, debiendo recurrir a los conocimientos curriculares toda vez que fueran necesarios para resolver problemas. Dewey nunca pierde de vista que los contenidos escolares no son sino el resultado de un largo proceso durante el cual la humanidad ha tenido que resolver diferentes problemas.

Además, en este proyecto pudo Dewey llevar adelante su propuesta de articular escuela y democracia, tema fundamental de sus desarrollos en pedagogía. Su propuesta consistía -de manera sintética- en convertir las escuelas en sociedades en miniatura, que pudieran sostener aspectos positivos de la vida adulta dejando fuera elementos rutinarios e imitativos. La escuela se convierte, de ese modo, en el principal motor de progreso social e individual. Decía Dewey que en la escuela, el ideal debía ser la reconciliación de los intereses individuales y colectivos.

Durante la mayor parte de su vida, Dewey fue profundamente optimista respecto del rol transformador de la educación sistemática, pero su optimismo sería con el tiempo blanco de profundas críticas: se lo tildó de ingenuo por no tomar en cuenta factores sociales exteriores a la educación escolar, como por ejemplo la pertenencia de clase de los alumnos.

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