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Jorge Bruce- Nos Habiamos Choleado Tanto


Enviado por   •  12 de Mayo de 2014  •  1.792 Palabras (8 Páginas)  •  1.360 Visitas

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Nos habíamos choleado tanto- Jorge Bruce

Jorge Bruce en su obra “Nos habíamos choleado tanto” habla centralmente acerca del racismo en el Perú. El peruanismo cholear es parte integrante de nuestra sociedad, se ha naturalizado su uso incluso en los sectores populares. Los informes de la Comisión de la Verdad demuestran que existe en el Perú una pasividad latente, una ‘pulsión de muerte’ ante echos que le suceden a determinado grupo racial. Por su calidad de tema interdisciplinario, Bruce menciona la necesidad de aplicar el psicoanálisis en temas de racismo, en el mundo interno y los vínculos humanos; se tiene que abordar el racismo en su cotidianeidad, en su banalidad, en sus expresiones más familiares.

El libro está divido en cuatro capítulos más un epílogo. El primer capítulo se titula: Una alteridad perturbada. Según el autor, el racismo ha atravesado las etapas de la Historia del Perú colonial y republicano, adaptándose con asombrosa plasticidad a las mentalidades hegemónicas en cada uno de esos periodos, hasta llegar a nuestro tiempo. Pero hay una resistencia generalizada a interiorizar estas representaciones. Se puede decir que existe un malestar cultural: resentimiento por un lado y remordimiento por el otro. La expresión “resentido social” está relacionada con la injusticia y la desigualdad vividas a lo largo de la Historia; este resentimiento proviene de la envidia y esta es una manifestación de la pulsión de muerte. Se hace mención a un racismo de las élites dominantes, como la existencia de un racismo anti blanco por parte de nacionalistas radicales, cuya característica es la falta de estudios; se menciona que hay una vinculación entre racismo y educación. Bruce menciona que el agraviado no ha cobrado al tiempo la elaboración de un duelo, y que para ello es también indispensable la intervención del agraviante. Por otro lado se habla de que el mestizo es una categoría aceptada mientras “cholo” conserva su estigma y denigración. En palabras de Clemente Palma, el desprecio y odio que llegan a la fantasía del exterminio hablan del conflicto de la propia imagen. El paradigma del racismo actual no es tan dramático, pero se disimula maliciosamente en los estereotipos, esto puede denotarse en la educación o en su falta. Según Bruce, el racismo es tan constante en la Historia que podría considerarse como un ingrediente característico de las relaciones sociales, tanto unitarias como disgregantes.

En el segundo capítulo Psicoanálisis y racismo (ya era hora) se hace referencia a la ausencia de estudios acerca del racismo por parte del psicoanálisis. Hay una ausencia de inferencias acerca del racismo en las teorías psicoanalíticas de Freud. Bruce declara que su legado no podría llegar a ser una herramienta adecuada para estudiar el caso peruano. La mayoría de psicoanalíticos han seguido esta herencia al no tocar directamente los temas del racismo. El racismo sigue siendo tomado como un tema tabú. Citando la tesis de Castoriadis, la experiencia racista es universal pero definida según el contexto histórico de cada lugar. Bruce señala la necesidad de reelaborarla y aplicarla al contexto de la sociedad peruana. Además el autor menciona la proyección (según la cuarta variante del comportamiento humano según Dahal) que adaptado al caso peruano, hace referencia a la presencia de imaginarios y la existencia de una sociedad parroquialista. Bruce mediante métodos del psicoanálisis menciona que el odio puede ser una modalidad de vínculo, no hay un NOSOTROS sin un ELLOS. Los últimos ocupan un lugar como de objetos desvirtualizados, indiferentes. Este proceso, señala, es intensamente cultural. Las personas ubican (se señala el mapeo de Moss y el modelo matemático de Twanama) a los demás según sus rasgos, estableciendo una jerarquía y una distancia.

El capítulo tres se titula: La racialización de la cuestión estética. Se discute la validez de el argumento de los publicistas de lo ‘aspiracional’ acerca de lo que Bruce denomina publicidad racista y el impacto que este tipo de anuncios puede tener en la mayoría de la gente. Los medios masivos, sobre todo los publicitarios, desempeñan un papel de enorme incidencia en la propagación de una ideología racista íntimamente vinculada a la apariencia física. Se hace referencia de que existe una desvalorización de los rasgos típicos del cholo. El argumento de lo aspiracional, utilizado por los publicistas, afirma que el público aspira a encarnar cierto estatus de vida encarnados en personas que no corresponden a su apariencia. Pero este deseo no se ha mostrado en las encuestas hechas. Bruce señala una necesidad de evolucionar conceptualmente, que es un error estratégico desvalorizar lo autóctono a todo nivel, debido a que se excluye a la mayoría de habitantes. La publicidad empieza a tomar un rol de perpetuador de imaginarios racistas y su difícil radicación se debe a su enraizamiento en el inconsciente. Los juicios de valor estético se vuelven inconscientes.

En el capítulo cuatro, El afecto racial, habla acerca de que existe una ‘simpatía racista’ lo cual debe ser tomado en cuenta por analistas y terapistas peruanos. Hay una ausencia de investigación en este ámbito a pesar de la cotidianidad de estos echos. Bruce presenta una serie de ejemplos en los que se denota cierta carga afectiva, que en realidad, en lo que se cree una supuesta inmunización hacia el racismo, existe una serie de prejuicios afectivos y valorativos que nos autodenominamos o les damos a las personas por su aspecto racial.

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