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LA ANATOMIA DEL PROCESO DEL PODER POLÍTICO


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  6.042 Palabras (25 Páginas)  •  1.329 Visitas

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TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN

Karl Loewenstein

LA ANATOMIA DEL PROCESO DEL PODER POLÍTICO

Los tres incentivos fundamentales que dominan la vida del hombre en la sociedad y rigen la totalidad de las relaciones humanas, son:

*El amor, la fe y el poder; de una manera misteriosa, están unidos y entrelazados.

Sabemos que el poder de la fe mueve montañas, y que el poder del amor es el vencedor de todas las batallas; pero no es menos propio del hombre el amor al poder y la fe en el poder.

El poder político.

La política no es sino la lucha por el poder. Se considera el poder como la infraestructura dinámica de las instituciones sociopolíticas. Quizá se pueda decir que la soberanía no es más, y tampoco menos, que la racionalización jurídica del factor poder, constituyendo éste el elemento irracional de la política.

La «cratología» como ciencia. El poder político, como todo poder, puede ser conocido, observado, explicado y valorado solo en lo que concierne a sus manifestaciones y resultados. Sabemos, o creemos saber, lo que el poder hace, pero no podemos definir su sustancia y su esencia.

No resulta en absoluto que, nacida en una sociedad pluralista, la ciencia política americana, largo tiempo dedicada al análisis del comportamiento en el fenómeno político, se haya sentido especialmente atraída por la manifestación del poder.

En este ambiente científico se ha formado la extraordinariamente ambiciosa «teoría de la influencia», dispuesta a aplicar a la sustancia del poder político que todavía está por probar si es susceptible de ser medido: las técnicas de las ciencias del comportamiento o de la conducta, basadas en los métodos cuantitativos de medición.

El poder hace exclusivamente a una situación o relación de hecho que en sí, éticamente, no es ni buena ni mala. Considerada como un todo, la sociedad es un sistema de relaciones de poder cuyo carácter puede ser político, social, económico, religioso, moral, cultural o de otro tipo.

El poder es una relación socio psicológica basada en un recíproco efecto entre los que detentan y ejercen el poder —serán denominados los detentadores del poder— y aquellos a los que va dirigido —serán aquí designados como los destinatarios del poder.

Dentro del marco de la sociedad, el Estado se presenta como la forma exclusiva o preponderante, según la situación histórica, dela organización sociopolítica. En la sociedad estatal, el poder político aparece como el ejercicio de un efectivo control social de los detentadores del poder sobre los destinatarios del poder.

En las modernas autocracias, bien sean dictatoriales o autoritarias, un único detentador del poder monopoliza el poder político como control social, estando el miembro individual de la sociedad estatal sometido a las exigencias ideológicas del grupo dominante.

Sobre el carácter demoníaco del poder.

El poder encierra en sí mismo la semilla de su propia degeneración. Esto quiere decir que cuando no está limitado, el poder se transforma en tiranía y en arbitrario despotismo. De ahí que el poder sin control adquiera un acento moral negativo que revela lo demoníaco en el elemento del poder y lo patológico en el proceso del poder.

De esta doble faz del poder fue plenamente consciente Aristóteles cuando enfrentó las formas «puras» de gobierno a las formas «degeneradas»: las primeras están destinadas a servir al bien común de los destinatarios del poder; las segundas, el egoísta interés de los detentadores del poder.

El poder tiende a corromper y el poder absoluto tiende a corromperse absolutamente. El control del poder político.

Limitar el poder político quiere decir limitar a los detentadores del poder; esto es el núcleo de lo que en la historia antigua y moderna de la política aparece como el constitucionalismo. Un acuerdo de la comunidad sobre una serie de reglas fijas que obligan tanto a los detentadores como a los destinatarios del poder, se ha mostrado como el mejor medio para dominar y evitar el abuso del poder político por parte de sus detentadores.

Por una parte, los detentadores del poder necesitan debida autoridad para llevar a cabo las tareas estatales; por la otra, es indispensable que bajo dicha autoridad quede garantizada la libertad de los destinatarios del poder. El establecimiento de un armonioso equilibrio entre estos dos valores fundamentales es, en principio, el eterno problema del hombre en la sociedad. Según se haga la elección entre libertad y sociedad estatal.

La libertad de los destinatarios del poder sólo quedará garantizada cuando se controle debidamente el ejercicio del poder llevado a cabo por sus detentadores. La existencia o ausencia de dichos controles, su eficacia y estabilidad, así como su ámbito o intensidad, caracterizan cada sistema político en particular y permiten diferenciar un sistema político de otro.

Así, pues, sólo el análisis del mecanismo de vigilancia y control del poder conduce a la comprensión del proceso político.

El sistema político.

Con la introducción del concepto «sistema político» se abre otro camino en torno al fenómeno del poder. En el sentido más amplio, todo Estado con unas determinadas relaciones entre los detentadores y los destinatarios del poder, expresada en la forma de unas permanentes instituciones gubernamentales, es un sistema político; su característica esencial es el aparato o mecanismo a través del cual se lleva a cabo la dirección de la comunidad y el ejercicio del dominio.

La clave para llegar a una útil diferenciación entre los distintos sistemas políticos se encuentra en las diversas ideologías y en las típicas instituciones que a éstas se corresponden, por medio de las cuales funciona cada concreta sociedad estatal. Todos los sistemas políticos están montados necesariamente sobre determinadas instituciones e ideologías.

Las instituciones son el aparato a través del cual se ejerce el poder en una sociedad organizada como Estado; las instituciones son, por lo tanto, todos los elementos o componentes de la maquinaria estatal, es decir, en nuestros días, el gobierno, el parlamento, los tribunales de justicia, la administración pública, la policía y los sistemas de valores que dan sentido a las instituciones y determinan sus telos.

El concepto de ideología se puede definir de la siguiente manera: «Un sistema cerrado de pensamiento y creencias que explican la actitud del hombre frente a la

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