LA GITANILLA

La gitanilla

Miguel de Cervantes Saavedra

Una gitana vieja crió a una muchacha diciendo que era su nieta, a quien le puso el nombre de Preciosa, era la más hermosa y discreta gitana entre todas las doncellas, era única al bailar y única al callar. Preciosa se desenvolvía muy bien cantando y era muy respetada, su abuela viendo que era buena para cantar y bailar quería hacerse rica a costa de esas virtudes.

Preciosa se crió en diversas partes de Castilla, y a los quince años su abuela la llevó a los campos de Santa Bárbara. La primera entrada que hizo Preciosa en Madrid fue un día de Santa Ana, patrona y abogada de la villa, en una danza de ocho gitanas donde ella participaba, el papel de la hermosura de Preciosa fue tal que solo con pasar enamoraba los ojos de quien estuviere allí. La danza que bailaban era cantada, cuando la oyeron cantar la gitanilla se hizo famosa.

Después de 15 días la vieja gitana y Preciosa, llegaron bailando a la calle Toledo, donde se ganó unos cuantos cuartos entonando un romance de Nuestra Señora de Margarita; escucharon el romance unas doscientas personas entre las cuales se encontraba el teniente de la villa, quien mandó a un paje a pedir que fueran a su casa al anochecer, y la vieja gitana acepta llevar a Preciosa y otras gitanas. Cuando llegó la noche fueron de visita a la casa del teniente y la gitanilla canta por un dedal de plata al teniente y su esposa doña Clara y a las vecinas. Después que terminan les piden a las gitanas que vuelvan otro día y que les pagarán otra vez.

Una mañana la abuela y las gitanillas encontraron a un caballero, que decía estar muy enamorado de Preciosa. El caballero pide a Preciosa como su mujer, al escuchar esto la gitanilla pide permiso a su abuela para responder al caballero poniéndole condiciones: convertirse en un gitano (Andrés Caballero), estudiar 2 años en medio de los demás gitanos y respetar su virginidad antes de sentir amor. El enamorado caballero se somete a todas estas condiciones y se ponen de acuerdo para encontrarse en el mismo lugar 8 días después, para que ella pueda también averiguar si todo lo que él había indicado era cierto.

Llegan a Madrid y de nuevo el paje entrega a Preciosa un papel con un escudo, conversan algunas palabras y se alejan; Preciosa solo pensaba en encontrar la casa del padre de su galán, encontraron a un hombre de mirada dominante y a Andrés Caballero (Juanico). Después de discutir un poco el padre dio a las gitanillas algo de valor y ellas bailaron, pero se desliza entre los pechos de Preciosa el papel que le había entregado el paje y fue encontrado por el que no tenía buen concepto de las gitanas y lo leyó en voz alta a pesar de que preciosa rogaba que no lo leyera. Aquellas palabras fueron lanzas que traspasaron el corazón de Andrés, pero Preciosa lo reconforta con voces de aliento y de sazón. Pasaron los ocho días y Andrés Caballero retorna a lo que se había comprometido. Es llevado al lugar de encuentro de los gitanos, es adornado y venerado, le entregan a Preciosa como su señora y lo advierten de la infidelidad y los celos y explican la magia de ser gitano y Preciosa se compromete a cumplir el juramento.

Regresan a Toledo donde Andrés recibe sus primeras clases de cómo ser un ladrón y con el paso del tiempo se hace uno de los 4 grandes ladrones del rancho. Una noche salen algunos gitanos a ver que es lo que ocurrió, y encuentran a un hombre de blanco linaje, herido por sus perros, es llevado al rancho y lo curan. El hombre herido era el poeta enamorado que había entregado el papel a Preciosa y Andrés se pone celoso y lo interroga, el hombre confiesa que no es por Preciosa que llega allí, sino por capricho del destino, el espíritu llega de nuevo a Andrés; estos se hacen amigos, llegan a Murcia y cantaron algunos versos en los que participa Preciosa.

Preciosa presencia algunos momentos culminantes

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