La Clasificación De Los Juegos Y Su Práctica Regulada Y Vigilada En Torno Al género
annafelix8 de Mayo de 2012
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La clasificación de los juegos y su práctica regulada y vigilada en torno al género
Seguramente un buen número de los lectores de este artículo son maestras y maestros, de profesión y oficio familiarizados con el tema del juego y particularmente con las interpretaciones de psicólogos, psicoanalistas y pedagogos, quienes frecuentemente han asociado, explicado pero también legitimado y utilizado el juego en función de la infancia y del desarrollo infantil. Aquí haremos también referencia a la interpretación sociohistórica del juego. A pesar de las profundas diferencias entre estas dos perspectivas de análisis del juego,(1) ambas conciben un proceso evolutivo que contempla la paulatina desaparición o pérdida de importancia de los juegos que, en su opinión, carecen de reglas llamados "simbólicos" o "de ficción", hasta la aparición de juegos competitivos organizados en función de un reglamento los cuales son, en su opinión, la expresión del pensamiento lógico en el mundo infantil y en el mundo adulto de un orden social "civilizado".
Veamos, por ejemplo, como plantea Piaget este proceso:
"Pero por el contrario, si en el adulto no quedan sino algunos residuos de juegos de ejercicio simple (por ejemplo, divertirse con un aparato de radio) y de los juegos simbólicos (por ejemplo, contar una historia), el juego de reglas subsiste y se desarrolla durante toda la vida (deportes, cartas, ajedrez, etc.). La razón de esta doble situación –aparición muy tardía y supervivencia más allá de la infancia– es muy simple: el juego de reglas es la actividad lúdica del ser socializado." (Piaget, 1987: 194).(2)
En el marco de la interpretación sociohistórica una consideración esencialmente similar puede ser leída en Huizinga (Op. cit.). También Caillois,(3) considera a los juegos reglamentados como superiores y aún propios de las "sociedades de contabilidad", en su opinión las reglas transforman el juego en un instrumento de cultura fecundo y decisivo.
Tenemos entonces tres campos de análisis: el primero involucra al mundo infantil y hace referencia a la evolución de los tipos de juego en relación a las fases de desarrollo infantil, el segundo involucra la práctica lúdica de los adultos y el tercero las relaciones existentes entre la esfera lúdica y las formas de organización social.
Brevemente, esta tipología de los juegos basada en la ausencia o presencia de reglas puede ser discutida si consideramos junto con Vigotski que toda realización de un juego involucra la ficción y la representación, pero es también simultáneamente una práctica reglamentada, así pues, "La niña que imagina ser mamá esta obligada a comportarse de tal manera que sea creíble para ella el papel de madre, para lo que debe observar algunas reglas..." Igualmente cierto es que todo juego reglamentado es a su vez un juego simbólico, "...Cuando el caballo se ‘come’ al alfil en ajedrez ... se esta desarrollando un proceso simbólico que tiene un sentido por ejemplo ‘agresivo...’"(4)
Desde esta perspectiva el "mérito" de los juegos "civilizados" consiste no en introducir el uso de un reglamento, sino en hacerlo explícito, conviene entonces distinguir los juegos entre aquellos reglamentados implícitamente (casitas, policías y ladrones, etc.) y los juegos reglamentados de un modo explícito (fútbol, lotería, canicas, etc.).
La clasificación de los juegos ha implicado pues una calificación, más específicamente una sobrevaloración de los juegos con reglamento explícito. En nuestra opinión, por esta vía se oculta la real importancia de los otros tipos de juego en el terreno de la experiencia lúdica adulta e infantil, tanto como se oculta la importancia de las formas de relación social basadas en la tradición y las relaciones personales, en el ámbito de la organización social. Por esta vía también se evade el análisis de cómo afecta históricamente la interpretación, vigilancia y el control social sobre la esfera lúdica, particularmente en relación al género.
Así, en el campo de la experiencia lúdica de los adultos(5) el número de jugadores de fútbol, béisbol, etc., es con todo reducido y más bien la experiencia lúdica de este tipo deriva, para la gran mayoría, de su calidad de espectadores.(6) Del mismo modo, y contrario al carácter de "residuo" de los juegos simbólicos que Piaget restringe a cuando, por ejemplo, se cuenta una historia (ver la cita anterior de Piaget), pueden encontrarse multitudes que de manera cotidiana y frente a sus televisores jugamos,(7) esto es, nos involucramos con las historias que nos cuentan, los acontecimientos que, además, vemos desarrollarse en las series, telenovelas y películas de acción que se dejan comparar con los juegos de reglas implícitas.
Por otra parte, en el terreno de la organización social, y si bien es cierto que la sociedad occidental moderna, coherente con al pensamiento liberal, erigió la ley, la racionalidad, el contrato y la competencia como elementos fundamentales de la organización social, también es cierto que esta misma sociedad implicó una clara distinción entre los ámbitos privado y público y, es sólo en el espacio público donde pretendió instaurar, por decirlo así, un esquema de organización social que se deja comparar con los juegos de reglas explícitas.
Sin embargo, aún la esfera pública es permanentemente "atravesada" por relaciones implícitas, y aspectos tan carentes de racionalidad que, por lo demás atentan contra la igualdad ante la ley y la libre competencia. Piense, por ejemplo, en cómo afectan aspectos tales como las relaciones clientelares, la raza, la pertenencia étnica y religiosa, el género, para mencionar las más importantes, aún en nuestra, urbana y moderna, organización social.
Simultáneamente como hemos visto, este juego de oposiciones niega la importancia de las reglas implícitas en los ámbitos privados y domésticos. Pero, repitámoslo: el juego que representa "de a mentiritas" a "la casita", tanto como la realidad misma de "la casa" escenifican un tipo de organización social que es, también, social y tradicionalmente reglamentado.
Ahora bien, los juegos son esquemas socioculturales cargados de significación; Así, los juegos de reglas implícitas son modelos de signos expresivos. Aquí el sujeto debe asumir de manera singular y subjetiva el papel propuesto por el juego –sea éste la mamá, el papá o el policía– estos juegos movilizan la representación de espacios y relaciones concretos y cruzados por relaciones afectivas y proponen papeles o roles complementarios. Los juegos de reglas explícitas, por el contrario, son modelos de signos lógicos, marcan estrictamente las acciones y funciones -no roles- de los jugadores que las reglas homologan y exigen como iguales, proponen la competencia entre ellos y marcan como objetivo el triunfo, el cual, frecuentemente requiere algún tipo de contabilidad. Así, los juegos movilizan, convocan formas de percepción, relación y acción sobre la realidad muy distintas, pero estos modos de experiencia y significación son valorados socialmente de un modo diferente; de suyo, las teorías sobre el juego ya son un ejemplo de ello.
En el campo de análisis del juego infantil como veremos en el caso concreto de San José de El Platanal, Michoacán, los juegos conservan contenidos en relación al género,8() es decir, expresan simbólicamente la feminidad y la masculinidad y en la práctica se adjudica a las niñas –sin límite de edad– los juegos de reglas implícitas y aún este mismo tipo de juegos convoca a los niños varones a representar luchas y competencias esto es, conservan características similares a las de los juegos explícitamente reglamentados. Así pues, socialmente se permite o prohibe de manera diversa la relación con los tipos de juego, en relación al género de los niños.
En El Platanal socialmente existe una muy efectiva clasificación de los juegos: juegos para niños y juegos para niñas. La presencia del género es más bien un elemento estructural que esta "atrás" y abarca todos los tipos de juego. El género aparece así como otra de las condiciones que el juego impone y que han de aceptarse o condicionarse; de la misma forma que algunos juegos requieren determinados instrumentos, número de niños, condiciones climáticas propicias, etc., el género es la variable sociocultural determinante en la elección del qué juego jugar y con quién jugarlo.
La distinción social entre juegos de niños y de niñas es clara y explícita en la comunidad de los niños y en la opinión de los adultos. La edad de los niños es un aspecto que se subordina al género. Así, a los niños varones pequeños les es socialmente permitido jugar "juegos de niñas" y con niñas desde que son chicos hasta alrededor de los seis años, pero son objeto de burla y señalamiento si continúan haciéndolo después; de igual modo son objeto de burla si continúan jugando juegos de niños varones pequeños; las niñas en cambio pueden jugar los juegos "de niñas" sin límite de edad en tanto que su participación en juegos "de niños" es más restringida desde el comienzo.
El género regula pues, la práctica de los juegos previamente al hecho de ser jugados y lo hace de dos maneras: la una afecta los agrupamientos mixtos, y la otra vigila el contenido de la representación
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