La Definición De Urbanismo Como Disciplina Y De Su Objeto: La Ciudad.
kevin0610230417 de Octubre de 2013
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1) La definición de urbanismo como disciplina y de su objeto: la ciudad.
Real academia española: Urbanismo: Conjunto de conocimientos relativos a la planificación, desarrollo, reforma y ampliación de los edificios y espacios de las ciudades.
Etimológicamente la palabra urbanismo proviene del vocablo latino URBS que hace referencia a la ciudad. Partiendo de las bases etimológicas el urbanismo es el conjunto de conocimientos que hacen referencia al estudio de la creación, construcción, desarrollo, reforma y progreso del poblamiento de los asentamientos humanos en la vertiente de satisfacción de la vida humana.
Una definición más actual nos remitiría al diseño, construcción y ordenamiento de las ciudades. Por extensión también la definición se refiere al trazado urbano, aunque este no sea sujeto de planificación. Por último, y por no extendernos en los aspectos definitorios del urbanismo también podríamos calificarlo como el arte de proyectar y desarrollar las ciudades en construcción de manera que estas satisfagan las premisas que garantizan la vivienda digna de los hombres (y mujeres).
El Urbanismo parte de la conformación de la ciudad, naciendo las urbes desde antes de los albores de la civilización debido a la necesidad de los seres humanos – especie social por excelencia – de organizar los agrupamientos en los cuales han vivido desde el comienzo de los tiempos.
El significado de las ciudades (Ayminino Carlo)
El título del capítulo contiene cierta equivocidad, por una parte el Autor intenta explicar qué se entiende por una ciudad, cuándo una aglomeración y asentamiento humano se puede ser llamado ciudad; y en esta línea señala algunas de sus características: cuantitativamente la ciudad supone "la coexistencia de espacios físicos con cierto grado de diferencia, utilizados en distintos momentos (...) por un mismo número de usuarios" (pp. 24-25). Pero la ciudad suponen también una acumulación de energías, de capitales que "comportan ineludiblemente un salto cualitativo, la transición de la necesidad a la posibilidad (los subrayados y las palabras entrecomilladas son del Autor salvo que en algún caso se diga lo contrario), el deseo o la voluntad de representación" (p. 24) y esto supone la construcción de monumentos.
Con este punto engarza la otra finalidad del capítulo: determinar las características específicas de la ciudad que le dotan de significado; y a lo largo del capítulo los dos cometidos del texto quedan interrelacionados. De modo asistemático —el discurso del Autor no permite fácilmente otra actitud— se pueden señalar los siguientes aportaciones respecto al doble tema tratado:
Los monumentos tienen un origen bien preciso, como representación de su época, el paso del tiempo supone una reutilización de esos edificios, que va convirtiéndolos en elementos significantes para la ciudad entera. De ese modo la capacidad de la ciudad para constituir una 'obra de arte', aparece determinada precisamente por las contradicciones existentes entre su conformación inicial (los motivos de construcción de unos monumentos) y la utilización real de esta herencia.
El origen de la ciudad está en una organización artificial que no responde a un objetivo único (no sólo función y necesidad) sino a objetivos varios, ocultos, diferenciados y a veces contradictorios; la ciudad surge cuando estos objetivos adquieren una representación arquitectónica y así surge la ciudad; por otra parte esa representación aparece evidente cuando se alcanza una homogeneidad suficiente.
Una ciudad posee un significado si tiene una homogeneidad de representación arquitectónica, con relaciones precisas entre forma urbana y "escala" de los edificios; dificultades que encuentra para; por "escala" entiende el no sólo la dimensión, sino también el esquema de implantación, interpretación. Así la relación entre "escala" del edificio y forma de la ciudad incide tanto en el tejido existente, como en el futuro.
El significado es proporcional al grado de coincidencia entre organización espacial y sistema de interpretación. En las ciudades antiguas los monumentos, como representación de un tema, con independencia de su situación, tenían un carácter necesariamente central y capacidad ordenadora. En la ciudad moderna ese papel central de los monumentos es sustituido por un sistema de recorridos, teóricamente total, pero en realidad parcial pues no considera la ciudad inexistente (cfr. la definición de este término en II). El planteamiento, con su ausencia habitual de tema de representación, supone sólo una ordenación cuantitativa; los nuevos significados vienen caracterizados por unas relaciones entre arquitectura y forma urbana: relaciones basadas en interconexiones entre vivienda, servicios y equipamientos.
Las relaciones entre los servicios y los equipamientos.
Se estudia el papel de los servicios en la ciudad. Comienza con una clasificación de servicios señalando la importancia de una extensión de los que llama servicios públicos (por su uso) colectivos (por su propiedad) como modo de asegurar una extensión cada vez mayor en la libertad de uso; sobre esta base los elementos que merecen una especial consideración por su capacidad configuradora de la ciudad son los servicios, los equipamientos (i.e. las edificaciones que satisfacen las necesidades de los servicios), los recorridos (que permiten el acceso a esos servicios) y el límite (entre los equipamientos —como espacios públicos— y el resto de espacios privados).
Aceptando en sus líneas generales la teoría de crecimiento radioconcéntrico de la ciudad, pasa a matizarla ante todo exponiendo su tesis sobre la ciudad existente (la configurada y servidas por los recorridos) y lainexistente (la zona gris que queda al margen). El Movimiento Moderno intenta resolver la residencia, pero se limitan a soluciones parciales las Siedlungen, las New Towns, etc. no llegan a una solución de la ciudad total.
La propuesta del Autor, presentada en soluciones o propuestas de distintos arquitectos, supone superar las actuales relaciones entre proyecto (como resultado formal) y reglamentación normativa llegando al proyecto-programa, al mismo tiempo debe utilizarse la sección como uno de los puntos de partida del proyecto se debe llegar a la sustitución del límite del equipamiento por su perímetro. En definitiva, en perfecta línea con su planteamiento ideológico, concluye: "la libertad de decisiones debe comportar, necesariamente, una extensión de los servicios públicos colectivos (hasta el límite de incluir la vivienda como un servicio público gratuito o semigratuito), una ruptura de los límites tradicionales en que se ha mantenido la organización de la vivienda privada y de los equipamientos públicos, y una configuración de los recorridos múltiples e integrados, horizontales y verticales, como posibles soportes de las sucesivas 'yuxtaposiciones' arquitectónicas" (p.71)
Los equipamientos y sus relaciones con la ciudad.
Sobre la base del capítulo anterior el autor plantea la necesidad de una nueva dimensión para la solución de las infraestructuras; esa nueva dimensión no supone sólo una mayor entidad de las inversiones necesarias, ni su extensión al territorio, sino sobre todo una nueva dimensión de la arquitectura que coincida con la libertad de decisiones diferenciadas. Esto es posible, a veces, mediante soluciones complejas, en otras ocasiones con elementos más espontáneos y libres. No se trata de crear un nuevo lenguaje, sino de recuperar los elementos que pueden enriquecer el espacio urbano, y no esquematizarlo.
Después de un análisis de algunos proyectos fija una conclusiones sobre el deseable papel de los equipamientos en la configuración urbana: a) Diferenciación funcional en la infraestructura de tráfico con soluciones tridimensionales pues se trata de servir con cada red a más de un área. ya que no es aconsejable una zonificación completa de usos; b) Aceptación de la zonificación para la industria y para aquellos servicios fuertemente individualizados (como iglesias, centros para los distintos niveles de enseñanza). Coincidencia de la función trabajo con actividades terciarias; c) Coincidencia de los espacios centrales de encuentro con las funciones de intercambio y apéndices culturales.
En esta línea los estándares cuantitativos deben considerarse como paso previo al pro rama en que se especificarán esas previsiones genéricas. Los equipamientos tridimensionales han de estar relacionados tanto con la zona de residencia como de trabajo. considerando además la posible utilización, variable en el tiempo. de los equipamientos. Se hace aconsejable la previsión de unos estándares superfluos que puedan ser ocupados por contenedores de usos múltiples, instalaciones móviles o flexibles, etc.
Resume finalmente la tendencia del diseño urbano "a organizar y representar, mediante esquemas distributivos y composiciones formales de aquellos elementos residenciales, administrativos, comerciales y culturales considerado como efectos de las actuales transformaciones terciarias, abarcando además a las relaciones que estos elementos establecen con los diferentes tipos de tráfico y circulación" (p. 93), de estos esquemas se excluyen los servicios públicos que ya han alcanzado unas tipologías clasificables.
La formación del concepto de tipología edificatoria.
El origen del tipo en la Ilustración coincide con la emergencia de necesidades que se han convertido en actividades organizadas y definitivas, de ahí surge la exigencia de definir unos espacios adecuados que consoliden la actividad a través de su presencia
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