La Divina Comedia

Fragmentos

Infierno

Canto I

A la mitad del camino de la vida,

en una selva oscura me encontraba

porque mi ruta había extraviado.

¡Cuán dura cosa es decir cuál era

esta salvaje selva, áspera y fuerte

que me vuelve el temor al pensamiento!.

Es tan amarga casi cual la muerte;

mas por tratar del bien que allí encontré,

de otras cosas diré que me ocurrieron.

Yo no sé repetir cómo entré en ella

pues tan dormido me hallaba en el punto

que abandoné la senda verdadera.

Mas cuando hube llegado al pie de un monte,

Allí donde aquel valle terminaba

que el corazón habíame aterrado,

hacia lo alto miré, y vi que su cima

ya vestían los rayos del planeta

que lleva recto por cualquier camino

Mientras yo bajaba por la cuesta,

se me mostró delante de los ojos

alguien que, en su silencio, creí mudo

Cuando vi a aquel en ese gran desierto

“Apiádate de mi yo lo grité”

seas quien seas, sombra a hombre vivo”.

Me dijo: “Hombre no soy, mas hombre fui,

poeta fui, y canté de aquel justo

hijo de Anquises que vino de Troya,

¿Eres Virgilio, pues, y aquella fuente

de quien mana tal río de elocuencia?

respondí yo con frente avergonzada.

Argumento

Canto I

El primer canto del Infierno de la divina Comedia del poeta Florentino Dante Alighieri, se sitúa en la selva oscura y después en el camino que lleva a la colina del purgatorio.

Dante Alighieri, comienza este canto diciendo que se encuentra en la mitad de su vida, en aquel entonces por los años 1300, cuando escribió esta obra tenía 35 años de edad, pues en su tiempo la esperanza de vida era 70 años y se encontraba en una situación difícil, pues había perdido la “recta vía”, hallándose rodeado por una selva oscura, a la que representa la vida pecaminosa del ser humano como: la perdición y el pecado. Más él se encamina en esta vía, ésta se vuelve más oscura. A un cierto punto, siendo noche. Dant se da cuenta que se perdió y no hay salida. El narrador se pregunta en qué momento entró a esta vida tan dura y dolorosa e incluso la compara con la muerte y que lo alejo del camino verdadero.

Dante Alighieri, relata que cuando había recorrido gran parte de la selva oscura, y despertó de esta oscuridad, vio los rayos del sol que representa para el autor la presencia de Dios en la Comedia, que llegaban a él y gracias a la luz divina que irradia el sol e ilumina el camino humano, decide continuar su camino. Apenas inicia la subida de la colina (por lo tanto la colina es una camino de salvación, interpretado por algunos como la felicidad terrenal), tres bestias (onza: lujuria; león: soberbia; loba: avaricia) impiden que continúe su camino, a tal punto que, perdía la esperanza de llegar a la cima, el poeta es empujado al valle de la perdición.

Cuando Dante descendía de la colina, vio una figura, a la cual pregunta si se trata de un hombre de carne y hueso, o bien un espíritu, se trataba de Virgilio y haciendo su presentación, luego de decir de dónde fue y cuándo vivió, habla de lo que le dio fama. Fue poeta, y su libro más importante fue “La Eneida” en donde se habla del personaje de Eneas, hijo de Anquises, troyano, y le pregunta a Dante qué hace en la selva, y por qué no sigue ascendiendo por el monte, que será la fuente de toda felicidad.

Dante ante la descripción de aquella figura, se da cuenta que está frente a Virgilio, y por eso manifiesta vergüenza por encontrarse a quien tanto admira, en este lugar de su vida; le manifiesta a Virgilio que lo admira mucho y que es ejemplo para los otros poetas,

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