La Maestras De La Republica
naika7911 de Febrero de 2015
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Las maestras de la República.
Introducción
La proclamación de la República del 14 de abril de 1931 supuso el inicio de cambios muy profundos en todos los ámbitos de la sociedad española.
Estas transformaciones fueron especialmente relevantes para la vida de las mujeres.
Por primera vez en la historia de España, las mujeres formaban parte de una comunidad de iguales, con plenos derechos y deberes como ciudadanos.
Las maestras republicanas se encargaron de ejecutar, en último término, las transformaciones sociales y culturales de la 2º República.
Este libro rinde homenaje a estas maestras que desempeñan la labor docente con valentía y que, en muchos casos, pagaron un precio muy alto por defender el espíritu de libertad y solidaridad que animó a la 2º República.
Capítulo 1: La Segunda República. Las mujeres y la educación (Consuelo Flecha García)
- Salvando la discontinuidad
La necesidad de conocer, y reconocer la labor de las mujeres como profesionales durante la 2º República (en especial de las maestras) nos permite tener una visión más global y, por tanto más realista de la historia. Esta historia pretendidamente objetiva, siempre ha sido escrita desde un punto de vista masculino, por lo que la importancia de la labor de estas mujeres se consideró secundaria. Aunque fueran ellas las encargadas de llevar a la práctica las reformas e innovaciones propuestas desde el gobierno y adelantaron la presencia de más mujeres en todos los niveles de la enseñanza.
- Una historia de/con mujeres
Los compromisos políticos de la Segunda República supusieron una enorme reforma social. Unas de las protagonistas fundamentales de esta reforma fueron las mujeres, que participaron en los procesos de normalización de los sistemas educativos.
Desde las escuelas nuevas las niñas y jóvenes descubrieron nuevos horizontes más allá del papel que, tradicionalmente, se les tenía asignado. Al formarse, las mujeres podían acceder al mercado laboral y tener mayor independencia económica y social, y por tanto alcanzar mayores cotas de libertad.
- Profesión e identidad
Esta libertad “recién adquirida” se oponía al rol tradicional de sumisión femenina. Las mujeres se iban entendiendo a sí mismas sin necesidad de responder ya a una identidad homogénea, común para todas.
La mayoría de las maestras ejercían su profesión en el medio rural y se les trasladaba con bastante frecuencia. Esta situación necesitaba de mujeres determinadas, seguras y con confianza en sí misma.
- La cultura académica
El acceso al mundo laboral, unas relaciones familiares menos dependientes y un marco político favorable les abrió a las mujeres la oportunidad de alcanzar visibilidad pública. Se les reconocía, por primera vez, el trabajo que desempeñaban, de manera especial a las maestras, ya que estas ejercían autoridad sobre sus alumnas, las familias y en general sobre el entorno social en el que trabajaban. Esta autoridad estaba abalada por una mayor cultura académica que la mayor parte de las mujeres de su edad. Además los viajes ya citados anteriormente les daban una formación cultural complementaria.
- La segunda república. Voluntad y propuestas de cambio
Las autoridades republicanas entendían que el progreso de la sociedad pasaba, de manera innegable, por mejorar la condición social de las mujeres. Se perseguía que las nuevas reformas afectasen de igual manera a hombres y mujeres. Un intenso proceso de reforma del sistema educativo, que pretendía acabar con los problemas de desarrollo que arrastraban desde el s.XIX, introdujo las siguientes modificaciones:
• Programas de alfabetización principalmente destinados a mujeres: el número de mujeres analfabetas disminuyó en un porcentaje nunca antes visto en la historia de España, a pesar de que la guerra impidió un progreso mayor.
• La coeducación: por primera vez las niñas compartían la misma formación y accedían a la educación pública en las mismas condiciones que los niños.
• Se elevó el nivel formativo del profesorado, exigiendo el bachillerato para acceder a las Escuelas Normales y se estableció un número paritario de hombres y mujeres en cada promoción.
• La apertura de numerosos institutos de segunda enseñanza fuera de las ciudades implicó que un mayor número de niñas pudo acceder a esta enseñanza y mas mujeres accedieron como profesoras.
• La creación de la Universidad de Verano de Santander: a sus cursos accedieron, desde el primer año, mujeres, tanto estudiantes como ponentes.
• El derecho al ejercicio de nuevas profesiones por parte de las mujeres como, por ejemplo, la carrera jurídica.
• El sufragio femenino y la posibilidad de consolidarse como representantes políticas.
- Alumnas y profesionales
El esfuerzo realizado para incorporar y dar continuidad a las alumnas de escuelas primarias, de segunda enseñanza y universidades dio pronto sus frutos, El número de alumnas que cursaban estas enseñanzas experimentó un crecimiento espectacular entre los años 1930 y 1935.
Ellas no renunciaban a una herencia que sentían propia, ni se resignaban a un futuro uniforme y a una vida programada desde fuera. A pesar de que, como digo Emilia Pardo Bazán: “lo difícil que es para nosotras todo, hace mas valioso cualquier pequeño triunfo”.
- Ganar presencia en nuevos ámbitos
La Orden de 2 de Septiembre de 1910 permitió la entrada a profesoras de enseñanza secundaria y profesoras universitarias. Para su ingreso en estos cuerpos se les exigían los mismos requisitos que a sus compañeros varones. Se alcanzaban, así, nuevas cotas de profesionalización.
- Ser referentes para otras mujeres
Muchas chicas, al encontrarse ante el modelo de estas “nuevas” mujeres fueron conscientes de las posibilidades que podían alcanzar en sus propias vidas, más allá del papel tradicional que les tenía reservado una sociedad patriarcal.
Capitulo 2: El papel de las maestras en la escuela republicana (María del Carmen Agulló Díaz)
- Abril del 31: Cuando algunos tabiques empezaron a caer
La Constitución aprobada el 9 de Diciembre de 1931 establecía las directrices de la nueva educación republicana:
• Es un modelo de escuela única/ unificada basada en el principio de igualdad, obligatoriedad y gratuidad.
• Una escuela laica
• Utilizaría una metodología activa que hiciera al alumno protagonista de su aprendizaje
• Garantizaría la libertad de cátedra en todos los niveles educativos
• Educaría para la solidaridad humana y la cooperación
• Se reconocería los derechos culturales de cada región.
Las maestras, en este nuevo concepto de escuela, deberían contribuir al perfeccionamiento del magisterio, llevar a cabo las propuestas introducidas en la Constitución y ser transmisoras de modelo de ciudadanas, tanto en la escuela como en la sociedad.
El alma de la escuela: la formación de las maestras de la república:
Marcelino Domingo y Rodolfo Llopis daban mayor importancia a la formación de los maestros que a la mejora de las infraestructuras, ya que mantenían que el maestro es el “alma” de la escuela. Creían que el “alma” del maestro solo podía conseguirse mejorando el sistema de formación y de selección de los funcionarios. Para ello implantaron el Plan Profesional (una formación inicial), crearon Centros de Colaboración y Semanas Pedagógicas (formación continua) y se organizaron los Cursillos de Selección (acceso al funcionariado).
A pesar de esto, el gobierno republicano no actuó sobre los funcionarios que ya estaban trabajando durante el período de monarquía, aunque muchos de ellos participaron en las propuestas innovadoras.
Hubo una gran polémica respecto a la coeducación, ya que, mientras en las escuelas femeninas siempre existió profesorado masculino, no permitían que esto ocurriera a la inversa, pero durante la República, la coeducación en los claustros tuvo un auge, ya que la mayoría del profesorado procedía de la Escuela Superior de Estudios de magisterio, en la que las aulas se llevaba a cabo la coeducación.
A pesar de reconocerse la autoridad femenina en las aulas, esta no tuvo una gran acogida entre algunos sectores, ya que cuestionaban su conveniencia por razones de tipo moral. Cabe destacar que no existía una perfecta coeducación, ya que en el plan de estudios se incluían enseñanzas exclusivamente dirigidas a las alumnas, tales como labores y enseñanzas del hogar.
Las maestras, dentro de su formación del magisterio, participaron en los Cursillos de selección, que era una alternativa para el acceso al funcionariado, instaurado por los políticos republicanos en lugar de las oposiciones, consideradas antipedagógicas. En ellas, candidatos, maestros y miembros de la inspección compartían durante tres meses experiencias pedagógicas y personales.
Por otra parte, para las maestras que ya ejercían como tal, organizaron Semanas Pedagógicas, cuyo fin eran la formación permanente del profesorado. Reunidos en los Centros de Colaboración, los maestros, reunidos con su inspector o inspectora decidían los temas que deseaban tratar, y quién de ellos se iba a encargar de prepararlos y exponerlos.
Así podemos afirmar
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