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La Vision De Los Vencidos


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2014  •  3.736 Palabras (15 Páginas)  •  296 Visitas

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Este libro nos muestra sobre la llega de los españoles a México cuando estos estaban por llegar se podían observar en el cielo una especie de aurora que solo desaparecía al amanecer con la llegada del sol. Las primeras noticias sobre la llegada de los mismos perturbaron a Motecuhzoma por esto mando llamar a sabios y hechiceros para mediante ellos obtener información sobre posibles guerras o desastres futuros, pero estos no pudieron dar respuesta a sus preguntas.

Pero hubo alguien que llego un macehual (hombre del pueblo), que venía de las Costas del Golfo trayendo noticias sobre la llegada de los Españoles a los cuales se refería como “cerros pequeños que venían flotando en el mar”, en el venían personas extrañas de piel muy clara, con barbas largas y cabello hasta las orejas. Esto provoco la angustia y el temor de Motecuhzoma por lo tanto envió mensajeros creyendo que era posiblemente Quetzalcóatl y otros dioses que volvían.

Motecuhzoma ordeno a Petlacálcatl, a que llamara a todos los mayordomos de los pueblos y que buscaran nigrománticos. Y los trajeran a el, algunos mayordomos llevaron a alguno de estos, Motecuhzoma comenzó hacerles preguntas sobre si había visto algo extraño en los cielos o en la tierra, lagos, cuevas, etc. Como estos no daban respuestas a sus preguntas ordeno a su Petlacálcatl que los llevara a encerrar a la cárcel de Cuauhcalco para obligarlos hablar. Al dia siguiente mando a Petlacálcatl que les dijera a los hechiceros que hablaron sobre lo que se avecinaría alguna clase de epidemia o guerra que hablaran de una buena vez,los nigrománticos solo res respondieron lo que ha de venir vendrá asi mismo el Petlacálcatl fue a contárselo a Motecuhzoma pero a este no le basto asi que lo envio nuevamente a preguntarles por donde llegaría y como llegaría. De nuevo volvió Petlacálcatl a cuestionarles pero cuando volvió ahí y abrió las puertas ya no se encontraba nadie ni uno solo de los nigrománticos, este corrió avisarle a Motecuhzoma consciente de que recibiría un castigo y dispuesto a aceptarlo ya que estos eran responsabilidad suya. Al enterarse Motecuhzoma dio la orden a sus empleados de que fueran a cada pueblo destruyeran sus casas y mataran a mujeres e hijos de los encantadores.

A los pocos días llego un macehual de Mictlancuauhtla sin que nadie lo enviara y pidiendo perdón por su atrevimiento le contó a Motecuhzoma lo que él había visto en las costas grandes un cerro que se movía de un lugar a otro sin llegar a las orillas cosa que nunca antes había presenciado, Motecuhzoma agradecido por esta información ordeno a su mayordomo que lo colocara en una de las celdas y que estuviera pendiente de él incluso hizo llamar a un teuctlamacazqui y envió a ambos a Cuetlaxtlan para que avisaran al encargado del pueblo sobre lo que sucedía. El encargado de Cuetlaxtlan llamado Pínotl los escucho y los envió a descansar para que después fueran a observar si era cierto no, así mismo regresaron y confirmaron la existencia de dos pequeños cerros sobre el mar, después volvieron El Teucnenenqui y el Cuitlalpítoc y desde un árbol observaron los pequeños cerros sobre la mar quienes estaban en los botes pescando y regresaban al barco; El Teucnenenqui y el Cuitlalpítoc regresaron al pueblo de Cuetlaxtlan y se despidieron enseguida, regresaron a México y enseguida fueron al palacio de Motecuhzoma e informaron lo que habían observado los dos pequeños cerros la pesca, la embarcación y la ropa de estos.

Motecuhzoma se quedó callado y al cabo de un rato les agradeció a ambos y los mando a traer el mensajero que estaba encerrado en la celda pero no lo encontraron ahí pues el también era un nigromántico.

Motecuhzoma mando traer a dos plateros para ordenarles que hicieran un ahogadero o cadena de oro de a cuatro dedos cada eslabón, muy delgado, y han de llevar estas piezas y medallas en medio unas esmeraldas ricas, y a los lados, como a manera de zarcillos, de dos en dos, y luego se harán unas muñequeras de oro y su cadena de oro colgando de él.

A los otros oficiales les mandó hacer dos amosqueadores grandes de rica plumería y en medio una media luna de oro, y de la otra parte el sol muy bien bruñido el oro, que relumbre de lejos, y dos brazaletes de oro, con muy rica plumeria. Y a los lapidaros les mandó hacer a cada uno, dos muñequeras de dos, o para las dos manos y para los dos pies, de oro, en medio engastadas ricas esmeraldas. Y mandó al mayordomo Petlacálcatl, que trajese luego secretamente mucho oro que estaba en cañutos, y mucha plumería rica de la menuda, la más suprema de las aves "tlauhquechol" y "tzinitzcan zacuan", 28 y muchas esmeraldas y otras piedras ricas de muy gran valor: todo lo cual dieron a los oficiales, y en pocos días fue acabada toda la obra. Motecuhzoma quedo satisfecho y pido al mayordomo que agradeciera a los oficiales otorgándoles a cada uno una carga de mantas de las de a diez brazas y de a ocho, y de a cuatro, y mantas ricas, pañetes, huipiles, naguas para mis abuelas, maíz, chile, pepita, algodón, frijol, a cada uno, Con lo cual los oficiales se fueron contentos a sus casas. Seguido de esto Motecuhzoma dio órdenes a Cuetlaxtlan, Pínotl, de que se vigilaran las zonas de Nauhtla, Tuztlan, Mictlancuauhtla por donde los españoles saldrían.

Motecuhzoma se juntó con sus príncipes: El Cihuacóatl Tlilpotonqui, el Tlacochcálcatl Cuappiaztzin, el Tizociahuácatl Quetzalaztatzin, el Huiznahuatlailótlac Hecateupatiltzin, y les hablo sobre lo que ocurría así mismo mostro las joyas que había mandado hacer después de un año vienen son vistos nuevamente los españoles Motecuhzoma creyendo que el que venía era el príncipe Quetzalcóatl. Envió cinco que lo fueran a encontrar, que le fueran a regalar dones. Los guiaba un sacerdote, En segunda, el de Tepoztlan; el tercero, el de Tizatlan; el cuarto era el de Huehuetlan, y el quinto, el de Mictlan grande.

Los mensajeros llevaron todo esto a los españoles al estar a la orilla del mar fueron transportados en botes al estar ahí frente a los españoles estos preguntaron ¿quiénes eran ellos? Y de donde venían.

A lo cual los mensajeros respondieron que venían de México. El capitán de aquel barco español permitió que subieran y al estar ahí entregaron los dones enviados por Motecuhzoma, Los españoles preguntaron si eso era todo lo que ofrecían de bienvenida y ellos respondieron que si enseguida el capitán dio órdenes de atarlos de cuello y pies y disparo su cañón los mensajeros (mexicas) se desmayaron, los españoles los levantaron les dieron vino y comida y los mensajeros volvieron en sí.

El capitán dijo que había escuchado que los mexicanos eran fuertes y guerreros por lo mismo les dijo que comprobaría lo macho que estos fueran, les

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