Lectura: El jugador

Actividades[pic 1]

Lectura: El jugador

Dostoievski, F. (1980). El jugador. Madrid: Alianza Editorial.

A partir de los siguientes textos de la novela El jugador, del gran escritor ruso Fedor Dostoievski, explica la lógica interna de un proceso de vértigo.

Tras señalar que una anciana rusa había perdido a la ruleta todos sus ahorros, Alexei —el protagonista— comenta:

«No podía ser de otro modo: cuando una persona así se aventura una vez por ese camino, es igual que si se deslizara en trineo desde lo alto de una montaña cubierta de nieve: va cada vez más deprisa.» (pp. 126-127).

Al verse sometido al poder succionante de diferentes vértigos, sobre todo el del juego de azar, el mismo Alexei explica:

«Dése cuenta —advierte dramáticamente— de que hablo de mi esclavitud no porque quiera ser su esclavo: lo hago, simplemente, como de un hecho que no depende de mí en absoluto.» (p. 48).

«No diré yo que me sintiese alegre... No, recuerdo que entonces me sentía terriblemente triste, aunque riese a carcajadas con aquella estúpida de Blanche.» (p. 164).

«Al champaña empecé a recurrir con demasiada frecuencia, porque me sentía muy triste y aburrido.» (p. 168).

«Yo mismo he sido la causa de mi perdición.» «... A mi modo de ver, soy algo mucho peor que un mendigo [...]. Si supieran hasta qué grado comprendo yo mismo la abyección en que he caído...» (p. 179).

Extensión máxima de la actividad:

2 páginas, fuente Georgia 11 e interlineado 1,5.

        Una vez realizada la lectura de la novela “El Jugador” de Fiódor Dostoyevski y el tema 4 sobre el proceso de vértigo, donde nos hace entender que en la vida podemos sentir dos formas de vértigo, una fisiológica donde si miramos al vacío desde una gran altura éste parece arrastrarnos y sentimos vértigo; y otra espiritual donde podemos ver ante nosotros un vacío profundo y sentir vértigo también, esa angustia o sensación de no saber a donde acudir y nos vemos desvalidos, desesperados tras haberse cerrado las puertas hacia el pleno desarrollo de sí mismos, lo que nos conduce a sentir soledad.

Este vértigo espiritual comienza por la ilusión de conquistar la felicidad por la vía del egoísmo y acaba privándonos de toda vida personal auténtica. Entregarse a cualquier tipo de vértigo puede tener la impresión de ganar una forma intensa de unión con la realidad fascinante, pero en realidad no se une a ella, se pierde en el halago que ella lo produce.

        Si realizamos una similitud del protagonista de la novela con el proceso de vértigo, vemos que éste pasa por diferentes situaciones de euforia, donde lo vuelve egoísta y a la vez triste. Al no conseguir la satisfacción o expectativas que esperaba siente decepción sobre él mismo porque mientras se fijaba en lo material, éste lo hacía esclavo. El protagonista pasa a la tristeza y decepción ya que es capaz de reconocer que sus acciones no le han proporcionado la felicidad que buscaba. Llega a sentir desesperación, angustia y un gran vacío interior que le hace reflexionar hasta dónde ha llegado su pasión por el juego, buscaba la felicidad en sitios equivocados, en sitios de satisfacción inmediata y de poca duración que como comentaba anteriormente, lo lleva a la soledad del abismo, a una soledad destructiva.  

...