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Libro De Historias


Enviado por   •  20 de Mayo de 2013  •  3.038 Palabras (13 Páginas)  •  335 Visitas

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José y el ladrillo

José iba en su nuevo automóvil, un gran Jaguar a mucha velocidad.

¿La razón? Llegaría tarde al trabajo si no corría.

Su automóvil Jaguar rojo brillante, era una de sus más preciadas posesiones, cuando súbitamente… ¡Un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás!

José frenó el auto y dio reversa hasta el lugar de donde el ladrillo había

salido.

Se bajó del automóvil y vio a un niño sentado en el piso. Lo agarró, lo sacudió y le gritó muy enojado: ¿Qué demonios andas haciendo? ¡Te va a costar muy caro lo que le hiciste a mi auto! ¿Por qué me tiraste el

ladrillo?

El niño llorando, le contestó: ‘Lo siento, señor, pero no sabía

qué hacer, mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado, y no lo puedo levantar yo solo. Nadie quería detenerse a ayudarme!’

José sintió un nudo en la garganta, fue a levantar al joven, lo sentó en su silla de ruedas, y lo revisó. Vio que sus raspaduras eran menores, y que no estaba en peligro.

Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla

de ruedas hacia su casa, José caminó lentamente a su Jaguar,

pensando…

Tiempo vivido

Esto era un hombre que vagaba por el mundo viajando y viendo nuevas bellezas.

Un día fue a un pueblo, en el había un valle… entró, era un cementerio.

Miró una lápida y comprobó que era de un niño de 8 años, el hombre se asusto siguió mirando y era un niño de 5, otro de 6…!

El hombre aterrado y desolado se sentó en una piedra y comenzó a llorar pues miró todo el valle y la persona con mayor edad no superaba los 12 años.

Llego el cuidador del cementerio y le pregunto: ¿Es por algún familiar?

No señor, verá usted ¿Que maldición es la que hay aquí para que todos los niños mueran? ¿Una plaga? ¿Una enfermedad?

El cuidador sonrió y le dijo:

Tranquilícese, aquí nunca mueren los niños, verá:

Hay una tradición, desde que un chico cumple los 15 años le dan una libretita, se la cuelgan al cuello y cada vez que disfrutan de algo intensamente se apuntan cuanto duró y que fué… El primer beso, el primer amor, una fiesta con sus amigos…

Cuando mueren miramos en su libretita y sumamos todos los momentos que apuntó, porque en este pueblo pensamos que el tiempo disfrutado intensamente es el tiempo realmente vivido.

El deseo de la mujer

Un buen día una mujer se encontró con el bien, su motivo de la visita era para plantearle una idea para mejorar la vida en la tierra. El bien la llevó a un lugar para hablar y le preguntó cuál era su idea.

-Mi idea es que se siembre mayor cantidad de semillas de amistad y amor entre los humanos –dijo la mujer-para que haya menos odio y diferencias entres ellos.

Dios decidió cumplir la idea que esta mujer le propuso y sembró muchas semillas más de amistad entre los hombres. Al poco tiempo las naciones dejaron de estar en guerra y la vida en el planeta mejoró.

Luego de un tiempo el mal enojado al ver esto decidió sembrar mas de su propias semillas: discriminación y odio. Al tiempo otra vez volvió a ser casi todo igual.

Al ver esto la mujer decidió volver a visitar a el bien, pero él no le quiso recibir porque lo que había hecho había sido en vano. Luego de insistir la mujer logró hablar con Dios y le dijo:

-Haz que los hombres puedan decidir libremente entre una cosa o la otra y así cada uno podrá elegir qué hacer.

-Pero mujer –contestó Dios- el hombre desde siempre pudo decidir por sí mismo.

-Entonces –respondió la mujer- dales la sabiduría para que puedan elegir lo mejor.

Pero a la vez que el bien les daba sabiduría el mal ponía la ignorancia. Al ver que había fracasado, la mujer se desanimó. Al ver esto el bien visitó a la mujer y le dijo:

-El mal puso delante de ti el desánimo y optaste elegirlo, bien pudiste elegir rechazarlo.

Ahí la mujer entendió.

-Deseo que siempre haya personas que al elegir el bien, ayuden a otras personas a elegirlo también.

-Pues siempre esas personas estarán –le contestó el bien- como estarán las contrarias. Lo importante es lo que cada uno elija. Y lo más importante es lo que vos elijas hacer.

Desde ese momento, la mujer se propuso a ayudar y aconsejar a otras personas para que hagan el bien.

¿Y vos, qué estás eligiendo a diario?

El hombre y la hormiga

Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, y un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de los dioses, puesto que, por castigar a un solo impío, habían condenado también a muchos otros inocentes.

Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó a todas.

Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole con su caduceo, le dijo:

-Aceptarás

...

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