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Martin Fiero


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  2.424 Palabras (10 Páginas)  •  313 Visitas

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TRABAJO PRÁCTICO DE LITERATURA

Análisis del canto XI del Martín Fierro de José Hernández

1- Describir el yo de la enunciación.

El narrador asume un papel protagónico: se expresa en primera persona para relatar todo cuanto le concierne a él(“a mí me pasa”); el “yo” narrador expone hechos autobiográficos que transcurrieron en el pasado(por lo tanto, su perspectiva es desde dentro de los acontecimientos) y, a su vez, se autodescribe. Como podemos observar, emplea tres tiempos verbales: el pasado, el presente y el futuro. El presente es utilizado desde el principio para describir distintos caracteres constantes(“yo tengo pacencia”), que se irán integrando a lo largo del canto y nos servirán para construirnos una imágen de él(una técnica recurrente es la expansión del personaje de lo individual a lo universal). Este tiempo verbal empieza y cierra el canto, además de encontrarse intercalado con el uso del pasado a lo largo de todo el canto, cumpliendo dos funciones: la ya descripta, y la de servir para afirmar sentencias universales(reforzadas, por ejemplo, al ser introducidas con proposiciones del tipo “en toda circunstancia, paga el gaucho su inorancia con la sangre de las venas” ). Durante gran cantidad de estrofas podemos vislumbrar el empleo del pasado para narrarnos momentos y situaciones vividas(“monté y me largué”). Por último, el futuro(“me oirá relatar las penas”) es utilizado para ubicar al enunciador en el aquí y ahora de la exposición del relato.

Otro elemento que pudimos rescatar es que cuando se trae la imagen de las coplas que brotan con la clara espontaneidad del agua vertiente, se la carga de tal movimiento y colorido de ambiente, de vida tan propia, que termina imponiendo su vigor de nueva originalidad, a pesar de ser una imagen recurrente en la poesía popular.

Además, advertimos en la construcción del enunciado la apelación al lector(“empréstemr su atención”) en forma cada vez más amistosa, con el fin de convencerlo de que él tiene la verdad. Para alcanzar este objetivo también hace uso de otras estrategias, como la de introducir sus afirmaciones con proposiciones del tipo “téngalo por cosa cierta”, o intercalar refranes y sentencias en la narración, que le sirvan de apoyo a las opiniones del paisano.

Por último, destacamos que en la construcción de las estrofas se recurre a ciertos vocablos(“tantas las miserias…tanto padecer…tanta aflición”) que resaltan las desdichadas experiencias que ha sufrido el gaucho, llegando al punto de compadecerse de sí mismo. Suponemos que los elementos observados en la construcción del enunciado están en función de la denuncia de las injusticias que padece el paisano y la defensa de su postura.

2- Describir la caracterización directa de Martín Fierro.

En este canto, como en el precedente y el posterior, Marín Fierro le concede la voz conductora al sargento Cruz, quien asume el papel de narrador, del yo protagónico.

Cruz inicia el canto XI presentándonse como cantor y caracterizando su capacidad para el mismo. Dice que a diferencia de otros cuyo canto les sale con armonía(“como agua de manantial”), a él las coplas le brotan casi compulsivamente(“como ovejas de corral”). Una vez que surge el primer verso, los otros los van siguiendo, incontrolables, a pesar de su ignorancia que le hace trabajoso manifestarse(versos 1897 a 1902). Si bien para ambos casos extrae de la naturaleza los elementos de la comparación –el manantial y las ovejas-, existe una diferencia sustancial. La armonía está relacionada con la naturaleza animada; en cambio, la incontinencia suya para el canto lo está con la naturaleza animal: el rebaño de ovejas que una vez abierta la puerta del corral se atropellan por salir(1890 a 1897)

Ya en la cuarta estrofa, Cruz reflexiona sobre el contenido doloroso de sus coplas y , para ello, pasa a compartir –como más adelante- el destino desgraciado del gaucho relacionando las penas y el sufrimiento con la ignorancia (versos 1911 a 1914). Moverse en esa condición, como “gaucho” sin alivio, lo lleva a dar otra supuesta característica nueva, adquirida: la de ir endureciéndose, ensensibilizándose (versos 1915 a 1920).

Parte de su atuendo gaucho, insuficiente, es mostrado por Cruz en los versos 1933 y 1934 (“Yo tenía unas medias botas / con tamaños verdugones…”).

Su impaciencia natural y su característica de no iniciar una situación violenta aunque sí de responder a alguna que le viene de afuera e inmediatamente, las expresa en los versos 1947 a 1950, así como su coraje frontal (“…poco el peligro me espanta…”, verso 1978) y su capacidad de mantener su entereza aunque hubiera bebido, a pesar de que otros lo consideren ladino, traicionero (versos 1989 a 1992).

Sentirse a campo abierto es para Cruz la libertad, lo mismo que para todos los gauchos pero, como ya lo expresó anteriormente, es también el desarraigo. En estos versos, Cruz se desdobla y a la vez se unifica: él y el gaucho matrero, un destino. Cruz no dejará de sentirse víctima del destino (“No hay fuerza contra el destino / que le ha señalado el cielo”). Si por un lado asocia la libertad al pensamiento inasible y al movimiento de las nubes por el viento –también inasibles pata el hombre- para manifestar la condición dramática del gaucho matrero –él mismo- utiliza la enumeración negativa:”que no tiene el que es matrero / nido, ni rancho, ni asiento”.

Concluye el canto con una reflexión acerca de la exposición a que está sujeto un gaucho en falta, aunque hay otros, seguramente, dispuestos a perdonarlo. En este último verso aparece una esperanza, una fe en el hombre inteligente (versos 2017 a 2022).

3- Señalar qué otros personajes aparecen en el canto y cómo se los caracteriza.(carácter, tipo, estereotipo, etc.).

En el canto aparecen nuevos personajes: el guitarrero, una moza con la que Cruz bailó y “un gringo con un jusil”. Al guitarrero se lo describe como “un gaucho duro de boca” que se burla de Cruz. La moza se presenta como una integrante más del hembraje y no hay nunguna caracterización particular que la distinga del resto de las mujeres. Al gringo tampoco se lo describe (aparece sólo dos renglones); es parte de aquello contra lo cual Cruz se enfrenta.

En este canto, así como en toda la obra en general, no hay una caracterización importante de los personajes. Por el contrario, aparecen como parte de las circunstancias que se presentan ante el sargento Cruz, como un conjunto, un estereotipo: el hembraje, el gauchaje. Por ejemplo, en lugar de descibirse una mujer

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