Monografia Borges-Cortazar
2359042116 de Junio de 2015
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Índice
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Introducción 4
Desarrollo 6
Jorge Luis Borges 6
Julio Cortázar 10
Conclusión 13
Bibliografía 14
Notas 164
Introducción
Este trabajo está dedicado al análisis de dos grandes autores, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar quienes representan a los exponentes de la literatura latinoamericana.
Durante la investigación se intentará demostrar la siguiente hipótesis: ”Los textos de Borges muestran la tendencia del autor hacia el relato fantástico en el que aborda diferentes tópicos y simbologías, mientras que en los textos de Cortázar observamos que la ruptura de las formas literarias canónicas y de las reglas que rigen el uso del lenguaje instaura, desde Rayuela, el concepto de homoludens en oposición al homosapiens: el pasaje del hombre que piensa al hombre que juega, y en éste juego está el humor”.
Para ello se utilizarán diferentes obras de los autores mencionados y algunas fuentes tomadas de Internet.
El cuento fantástico se presenta como aquel en el que frente a un hecho cotidiano de pronto aparece algo que rompe con esa realidad, algo que escapa a la comprensión de la misma. Pero a pesar de que se presenta un momento en que todo se vuelve irreal nos encontramos como lectores que aun así hay cierta lógica en lo que sucede, es decir que por más que por un lado la nueva situación pueda confundirnos, vamos a encontrar que sigue encajando en la historia y en la cotidianidad de lo que sucede en la misma. Normalmente lo que marca el cambio entre real y fantástico es un hecho que no se puede explicar con los medios conocidos, por lo cual se convierte en algo misterioso y que nunca fue experimentado anteriormente, lo cual genera incertidumbre en el lector.
Borges nos dice “¿En qué sentido reside el encanto de los cuentos fantásticos? Reside, creo, en el hecho de que no son invenciones arbitrarias, porque si fueran arbitrarias su número sería infinito; reside en el hecho de que, siendo fantásticos, son símbolos de nosotros, de nuestra vida, del universo, de lo inestable y misterioso de nuestra vida y todo esto nos lleva de la literatura a la filosofía. Pensemos en las hipótesis de la filosofía, harto más extrañas que la literatura fantástica […] y llegaremos así a la terrible pregunta, a la pregunta que no es meramente literaria, pero que todos alguna vez hemos sentido o sentiremos. ¿El universo, nuestra vida, pertenece al género real o al género fantástico?”1
Cortázar explica que lo fantástico es algo que sucede todo el tiempo, que está constantemente mezclándose con la realidad, y por lo tanto, podría ser un sentimiento natural en algunas personas que tienen una sensibilidad especial para identificarlo.
“Ese sentimiento de lo fantástico, como me gusta llamarle; porque creo que es sobre todo un sentimiento e incluso un poco visceral; ese sentimiento me acompaña a mí desde el comienzo de mi vida, desde muy pequeño, antes, mucho antes de empezar a escribir, me negué a aceptar la realidad como pretendían imponérmela y explicármela mis padres y maestros. Yo vi siempre el mundo de una manera distinta, sentí siempre que entre dos cosas que parecen perfectamente delimitadas y separadas, hay intersticios por los cuales, para mí al menos, pasaba, se colaba, un elemento, que no podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia razonante.”2
Desarrollo
Jorge Luis Borges
Cuando nos encontramos con la literatura de Jorge Luis Borges podemos decir que las características de sus escritos responden a las del cuento fantástico.
Hay ciertos temas recurrentes en la literatura de Borges, estos son: el laberinto en lo que se relaciona con el espacio tiempo, la psiquis, los sueños, la religión, la metafísica, la existencia, lo físico; el caos y el orden, “En esas noches yo juré por el dios que ve con dos caras y por todos los dioses de la fiebre y de los espejos tejer un laberinto en torno del hombre que había encarcelado a mi hermano”3 La Muerte y la Brújula; la realización del destino del hombre, del darse cuenta de quién es uno: el carácter ilusorio de la realidad; el mundo como escritura o sueño de alguien; la ley de la causalidad; la violencia y el coraje; el anverso y el reverso de una misma realidad; el recuerdo y el olvido.
En sus relatos Borges se basa en estas ideas y a partir de ellas desarrolla la ficción. Su visión del mundo se explica a través de la metafísica, de la cábala, esto le brinda a sus cuentos un carácter simbólico y particular. “Aquí están sus obras completas –. Indicó en el placard una fila de altos volúmenes; una Vindicación de la cábala; un Examen de la filosofía de Robert Fludd; una traducción literal del Sepher Yezirah; una Biografía del Baal Shem; una Historia de la secta de los Hasidim; una monografía (en alemán) sobre el Tetragrámaton; otra, sobre la nomenclatura divina del Pentateuco”.
Jorge Luis Borges parte de una concepción metafísica de la existencia donde el hombre existe cuando percibe o sueña a otro o cuando es percibido o es soñado por otro.
La palabra metafísica se refiere al conocimiento de un orden determinado de la realidad, el modo especial de conocimiento o del pensamiento. El orden de la realidad no puede ser captado por los sentidos, oponiéndose a las apariencias, tiene un ideal superior a los hechos y les da su contenido. Se refiere al conocimiento intuitivo, opuesto al discursivo, en él el fondo invariable de la inteligencia se proyecta hacia las cosas, las condiciones de la existencia de los fenómenos se encuentran determinadas de antemano y la experiencia se torna sistemática gracias a la unidad del intelecto.
La narrativa de lo fantástico no tiene nada que ver con la literatura maravillosa de hadas, dragones o princesas encantadas ni con la literatura de evasión, lo fantástico trae una especie de inseguridad o de inquietud que se produce en lo real, mediante la cual accedemos a la otra cara de eso real, a lo surreal que determina y explica la apariencia de lo real. El vocabulario fantástico presenta el descrédito de la razón y de la lógica como medios únicos de acceder a la realidad. En el caso de Borges, se produce una paradoja entre la construcción formal del cuento: con una organización precisa y perfecta; y los elementos del contenido: lo extraordinario, lo onírico, lo fabuloso, el enigma, el laberinto, la imaginación.
Borges construye lo fantástico a partir de diferentes hipótesis o posibilidades que va convirtiendo al mundo en ficción. Tomando esto en cuenta nos encontramos con una incapacidad del lenguaje para reproducir esa realidad de manera textual, acudiendo a lo fantástico, es decir, a la literatura como único medio de aprehender la realidad. Una vez que ha convertido el mundo real en ficción, Borges crea un espacio donde han desaparecido los límites entre ficción y realidad, entre fantasía y lógica, entre realidad y coherencia, entre sueño y vigilia. Para Borges, la realidad se comporta a través de hechos y es inasible.
En relación a los personajes, Borges transmite la idea de que el hombre desconoce su propio ser y su propio destino, sólo existe un cúmulo de negaciones, de objetos, de un orden temporal, de la relación causa-efecto que desemboca en la anulación del individuo como identidad única, el cual está inmerso en un mundo caótico. Una salida hacia la salvación suele ser, en el Aleph por lo menos, a través de muertes violentas, pero trascendentales, desarrolladas en un espacio mítico, de todos los tiempos, donde confluyen pasado, presente, futuro, y dónde se oculta el secreto de la vida y de la muerte.
Borges recrea la realidad con la imagen de un laberinto donde al llegar al centro el personaje encontrará el sentido de la vida. El sinsentido aparente de las narraciones de Borges, espacio-laberinto donde convergen mundos de pesadilla y personajes con una identidad poco clara o enmarañada en una serie de situaciones que dificultan la comprensión de la historia, demuestra la habilidad del escritor en el lenguaje acuñado y en la construcción de un complejo cosmos literario. A Borges le interesa encontrar la manera de aprehender el mundo en su carácter de irracionalidad y al hombre en su condición de ser angustiado, confuso, solitario.
El narrador borgeano muestra una faceta oculta, entrega una mirada distinta sobre un hecho desconocido, juega con la imprecisión que se puede permitir en la literatura pero no en la vida. Atiende, percibe, selecciona ciertos elementos, fija nuestra atención en ellos y omite lo que no interesa, esto le permite al lector imaginar una realidad más compleja que la declarada e interiorizar las palabras y sentir, sobrepasando la textualidad, sus derivaciones y efectos.
El lenguaje tratado por Borges no posee sentido directo, se trata de un lenguaje metafórico, simbólico, polivalente que se bifurca en dos o más significados que forman diferentes realidades y construyen un laberinto expresivo. Lo legible y lo ilegible del mundo se representa a través de metáforas e imágenes que se dirigen a lo enigmático y crean un ambiente surrealista.
Borges en sus relatos plantea la realidad como un enigma, nos da datos, claves, señales, variantes, imágenes; pero es el lector el que debe unir esos puntos dispersos para encontrar la salida desde la confusión, para comprender la respuesta y llegar a la solución del problema.
El interrogante, el enigma acerca de qué es lo cotidiano, lo esencial de cada persona y lo general de cualquier hombre, surge ante la idea de que un hombre es
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