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ORGULLO Y PREJUICIO


Enviado por   •  14 de Mayo de 2021  •  Reseñas  •  4.794 Palabras (20 Páginas)  •  173 Visitas

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ORGULLO Y PREJUICIO

 

Impreso en México, edición 2019                                                      Autor: Jane Austen

“La resignación nunca es tan perfecta como cuando la dicha negada comienza a perder en nuestra estimación algo de valor”. Fragmento tomado de la página 133 del libro, dicho fragmento fue dicho por el intolerable Sr. Collins en una conversación que entabló con la interesada señora Bennet.

Todo comienza en la casa de los Bennet, mientras el Sr. Bennet esperaba su comida en la mesa, sus hijas, Jane, Elizabeth (Lizzy), Kitty, Mary y Lydia ayudaban a su madre (la Sra. Bennet) a poner la mesa. Al estar todos comiendo, la interesada señora Bennet, le dice a su sarcástico y encantador esposo, que han alquilado Netherfield, el cual lo ha alquilado un flamante y adinerado señor llamado Charles Bingley (a mi parecer Bingley es un tanto fácil de manipular y le hace falta autoridad sobre sí mismo), al cual él debe ser de los primeros en ir a visitarlo e invitarlo a comer para presentarle a sus bellas hijas, aunque bueno, para la señora Bennet, la hija más bella era Jane (la hija mayor), y con quienes mejor se entendía (por lo chismosas y mitoteras) eran Kitty y Lydia, Mary era un tanto “invisible” y Elizabeth (la segunda hija y la protagonista de esta historia) era todo un caso perdido, pues según la Sra. Bennet, nadie se podría casar con Lizzy, pues no era bonita ni tenía tanto encanto como sus otras hijas.  

Cuando la señora Bennet dejó que su querido esposo hablara, él le dijo que iría en cuanto pudiese, con la ilusión de que el señor Bingley se fijara en su querida Lizzy (ella era su hija favorita), obviamente la señora Bennet pegó el grito en el cielo, y bueno, lo que ninguna de ellas sabía era de que el señor Bennet, ya había ido a ver al señor Bingley, el cual le confirmó la asistencia al baile que habría esa misma noche.  

Una vez en el baile, estaban todos los habitantes de Groombindge esperando la llegada del Señor Bingley, lo que ellos no esperaban era que Bingley llegaría acompañado de una señorita y de un guapísimo y joven señor, la señorita era la hermana egocéntrica de Bingley, Caroline Bingley, y el señor joven guapísimo era le mejor amigo de Bingley, el

Sr. Darcy. Al entrar al baile, la señora Bennet inmediatamente fue a presentarse y presentar a sus flamantes hijas; Bingley y Jane hicieron “clic” en el momento en que se vieron, mientras que Darcy solamente veía lo desagradable que eran las Bennet.  

En fin, Bingley bailó 5 veces con Jane, mientras que Darcy rechazó la invitación que le hizo la hermosa Lizzy. El baile llegó a su fin, Lizzy ya detestaba al egocéntrico señor Darcy, pero, se sentía muy feliz por ver radiante a su hermana Jane; aunque la más feliz era la señora Bennet, pues logró su cometido. Jane recibió una carta de Caroline Bingley al cabo de un par de días después del baile, en donde la invitaba a tomar el té, Jane gustosa aceptó y fue enviada por su madre a Netherfield a caballo, pues la loca de su madre, quería que Jane se quedara en Netherfield por el “mal tiempo” (ni siquiera había comenzado pero, las brujas del siglo XIX eran geniales), bueno, al final de cuentas a Jane le agarró el mal tiempo camino a Netherfield, por lo cual enfermó, al día siguiente, Lizzy preocupada por su hermana, decidió emprender el camino a pie hacia Netherfield para confirmar que su hermana estuviese en perfectas condiciones; al llegar, le sorprendió ver al bellísimo señor Darcy, ella llegó con el cabello esponjado, con lodo en los pies y el vestido sucio, al llegar lo primero que hizo fue preguntar por su hermana, le indicaron que Jane se había resfriado pero, que ya había llegado el doctor a verla, por lo que Lizzy se dispuso a subir a la habitación en donde estaba su hermana Jane, pidió disculpas por tan horroroso aspecto que tenía pero, argumentó que había caminado desde Groombindge y el camino estaba espantoso por la tormenta de un día anterior.

Al entrar Lizzy en la habitación en la que estaba su hermana, Jane se sintió feliz por ver a su hermana, aunque Lizzy estaba preocupada por la salud de su hermana (era normal, en esa época una simple gripe podía matar a cualquiera). Llamaron a Elizabeth para que comiera en el comedor con los Bingley y con Darcy, y aunque Lizzy no quería, terminó por aceptar. Una vez terminada la comida, Lizzy se dispuso a regresar con su hermana, sin embargo, Caroline la llevó a caminar por el jardín, al regresar de dicha caminata, encontraron al señor Darcy escribiendo una carta para su hermana menor Georgina. Caroline estaba de metiche leyendo lo que Darcy escribía y le pedía que e dijera tantas cosas de su parte a Georgina, que Darcy le dijo “necesitaré otra hoja para poder escribir todo lo que usted me pide, además he terminado de escribir, en otro momento le envía usted una propia a Georgina”, Lizzy hizo una pequeña riza por lo que Darcy dijo, sin embargo, Lizzy tenía una idea sobre Darcy de que era una persona despiadada, sin sentimientos, egocéntrico y demás (cualquiera al comenzar el libro lo creería), en fin, Lizzy comenzó a tocar el piano por invitación de Caroline (quería hacerla ver mal ante los ojos de Darcy), ella comenzó a tocar, y aunque Fitzwilliam Darcy estaba leyendo, no podía concentrarse por más que lo intentara, pues aunque lo negara, no podía dejar de ver a la bella de Elizabeth Bennet.  

Al día siguiente durante el desayuno, llegó la señora Bennet, en compañía de sus otras hijas, por lo que Caroline fue la primera en levantarse de la mesa e irse, pues le disgustaba tener a las demás Bennet en casa. Bingley saludó a las Bennet, las invitó a pasar y a tomar el té, por lo que la señora Bennet gustosa aceptó. Una vez estando todos tomando el té, las hijas menores Bennet, le dijeron a Bingley si daría un baile en tan distinguido salón que tenía Netherfield, por lo que Bingley dijo que, si daría un baile, pero, que sería hasta dentro de 10 días, que organizaría todo e iría personalmente a invitarlas hasta Groombindge, ellas encantadas de la vida aceptaron y se dispusieron a culminar la tarde del té para poder irse con Jane y Lizzy.  

 Al llevar a casa, las Bennet saludaron a su padre, Jane y Lizzy subieron a su habitación para poder conversar a gusto.  

A los pocos días las hijas Bennet, decidieron ir al pueblo a visitar a sus tíos los Gardiner, pues Lydia se había enterado que los militares habían llegado y estaban en el pueblo, y bueno, para ella estar casada con un militar lo era todo.  

Una vez estando en el pueblo, decidieron comprar listones para el baile que ofrecerían en Netherfield, al entrar en a tienda, vieron que un apuesto militar estaba en ella, por lo que Lydia y Kitty fueron detrás de él, sin embargo, él se acercó a su hermana Elizabeth, se presentó como el general Wickham (hombre detestable, hipócrita y poco agraciado, según mi parecer), todas las hermanas Bennet contestaron pero, él comenzó a conversar con Lizzy, en eso, se encontraron al señor Darcy y a Bingley, por lo que se dispusieron a saludar y entablar la presentación de cortesía, aunque, Wickham y Darcy parecían ya conocerse; Lizzy notó eso y en cuanto Darcy y Wickham se despidieron, Lizzy se predispuso a preguntarle a Wickham sobre Darcy, si ya se conocían, si eran amigos y demás, por lo que Wickham se dispuso a contestarle todas sus preguntas (con mentiras obviamente y omitiendo muchas cosas de la historia), Wickham le dijo a Lizzy que conocía a Darcy desde que eran pequeños, pues su padre había sido el “contador” del padre de Darcy y padrino de él, al morir el papá de Darcy, éste le dejó como herencia a Wickham una parroquia y el cargo sacerdotal (en esa época eran muy bien posicionados), pero, que Darcy era tan despreciable, le quitó su herencia y lo echó de Pemberley con no más de 600 libras, por lo que tuvo que meterse de militar para poder sobrevivir. Al culminar ese relato, Lizzy estaba tan abrumada con dicha historia, sentía lástima por Wickham y un desprecio inmensurable hacia el señor Darcy; compadeció a Wickham, se despidieron y emprendieron camino de vuelta a casa. Al llegar Lizzy y Jane subieron a su habitación para que Elizabeth pudiese contarle todo lo que Wickham le había dicho sobre el señor Darcy. Jame la escuchó con atención, al término del relato, Jane le dice a Lizzy que no lo puede creer, pues Bingley le había dicho cuan buena persona es Darcy y que por ello eran mejores amigos; Elizabeth, empeñada en creerle a Wickham le recalcó a Jane que el coronel Wickham no tenía por qué mentirle, Jane solamente asintió con la cabeza y se dispuso a bajar para cenar con la familia.

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