PESTE COLERA
15324Síntesis2 de Julio de 2014
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CANTO I
PESTE COLERA
Comienza el libro hablando de la separación del rey de hombres Atrida y el divino Aquiles, cosa que propicio la contienda a manos de Apolo hijo de Jupiter y Latona, que mando una peste al ejercito de Agamenón por el desaire que le hicieron al sacerdote Crises que suplicaba le regresaran a su hija Criseida para lo cual acudió con un rescate, la mayoría de los aqueos aprobaron el rescate, a lo que Agamenón se opuso diciendo que no la soltaría, que era mejor que se alejara porque no le serviría el apoyo de el dios Apolo.
El anciano se retiro hablo con Apolo para que bajara del Olimpo y así lo hizo.
Apolo tiro flechas por nueve días, al decimo Aquiles convoco al pueblo a junta, diciéndole a Agamenón que debían volver atrás, y diciendo que podían consultar a un adivino que les dijera si Apolo tenía algún motivo para propiciar tal peste.
Entonces llamaron a Calcas el mejor de los augures que sabía lo presente, lo futuro y lo pasado, don que le había concedido Apolo, a lo que el adivinador les dice que les dirá lo que sabe pero que Aquiles le prometa protección pues algunas personas podrían molestarse por sus predicciones.
Entonces se decidió a hablar diciendo: que Apolo no estaba quejoso con motivo de algún voto o hecatombe si no a causa de que Agamenón no le devolvió a su hija al sacerdote ni acepto el rescate, por lo que Apolo no cesara los ataques hasta que regresen a la hija sin rescate y sin recompensa y cuando así lo hicieran renacería la esperanza.
A lo que Agamenón exclamo hacia el adivinador; que nunca sus predicciones habían sido gratas para ellos, dado que siempre anunciaba desgracias y ahora decía que por no aceptar el maravilloso rescate sufrían por la furia de Apolo, diciendo aun que prefería a Criseida por sobre su esposa, aceptando regresarla pero a cambio de otra recompensa pues les regresaba a la que le había correspondido. Aquiles replico al codicioso rey, que ya se había repartido todo, pero que si el dios Jupiter les permitía tomar la ciudad de Troya, le pagarían el triple o cuádruple.
Agamenón sin convencerse de ese acuerdo le dijo, que porque daría una recompensa sin recibir primero la suya y que si no se la dieran se apoderaría de la de el, de la de Ayax o la de Ulisses, pero pidió se deliberara ese asunto otro día, pues por ahora mandarían una nave al mar divino con Criseida y las victimas para calmar al flechador.
Aquiles exclamo que como podía pedir eso si lo que hacían era seguirlo a el para darle el gusto de vengarse de los troyanos y que aun así amenazaba con quitarle su recompensa, puesto que siempre al darse el reparto a Agamenón le tocaba la mayor parte, por lo que Aquiles decide volver a Ptia porque no seguiría junto al rey proporcionándole ganancia y riqueza.
Agamenon le contesta que es libre de irse, que entregara a Criseida porque Apolo asi lo pide, pero que el mismo se encargara de quitarle a Briseida la que era su recompensa para demostrarle que tan poderoso era.
Ahí fue cuando Aquiles quizo desenvainar su espada pero dudaba si hacerlo o calmar su cólera mientras lo pensaba, Minerva del cielo envió a Juno la diosa de los níveos brazos la cual se le apareció solo a Aquiles, siendo invisible para los demás, Aquiles pregunto: ¿que porque la hija de Júpiter había venido? Que si era porque estaba dispuesto a quitarle la vida al rey Agamenón.
Minerva le dijo que su visita era porque debía calmarlo, que no desenvainara la espada pues le aseguraba que el ultraje que había sufrido se le ofrecería triples y esplendidos presentes, que la obedeciera. Aquiles le dijo; “Quien a los dioses obedece, es por ellos muy atendido.” Y volviéndose a Agamenón le dijo: que prometía que algún día los aquivos lo echarían de menos y que el no iba a poder protegerlos de Héctor el matador de hombres.
Entonces Néstor el que por su boca las palabras fluyen más dulces que la miel dijo que se abstuvieran contra lo que pensaban, pues podrían terminar trágicamente en esa pelea, le sugirió a Agamenón que no quitara a Briseida del lado de Aquiles; y a Aquiles que no altercara de igual a igual con el rey que si él era más esforzado, pues el rey era más poderoso porque mandaba sobre mayor número de hombres, finalizo diciéndole al Atrida que quitara su ira sobre Aquiles pues era un fuerte elemento en combate.
Agamenón replico; que no soportaría que Aquiles quisiera dominar; gobernar, dar órdenes y que se negara a obedecer, que si los dioses lo habían hecho así, no le daba derecho de proferir injurias.
Después de discutir, Aquiles se dirigió a sus tiendas; Agamenón mando una nave al mar de la cual Ulises era el capitán, esta iba con las victimas y Criseida.
Agamenón hace que sus hombres sacrifiquen perfectas de toros y de cabras en honor a Apolo, después manda a Taltibio y a Euribates que eran sus heraldos a reclamar a Briseida, con un mensaje para Aquiles; que si no la dejaban ir con ellos; el mismo Agamenón iría por ella. Al llegar Aquiles acepto les dio a Briseida sin ninguna oposición a fin de que los aqueos se salvaran combatiendo en las naves.
Después alejándose, y sentándose en la orilla del mar, Aquiles rompió en llanto dirigió a su madre sus ruegos, pidiéndole que intercediera por el con Júpiter para que lo honraran. Su madre acudió a sus plegarias y le pregunto que le pasaba, después de contarle todo lo sucedido, Tetis acepta ir al Olimpo a hablar con Júpiter y le pide a su hijo que se abstenga de combatir, le avisa que Júpiter regresara dentro de 12 días al Olimpo, que entonces haría lo que este le pidió.
Mientras tanto Ulisses llegaba a Crisa con la embarcación llevo a la hija amada con su padre, después realizaron el ritual para honrar a Apolo, este escucho entonces tomaron a las víctimas por la cabeza degollándolas, después de prepararlas. Después de comer y beber los mancebos llenaron las crateras de vino que dieron a todos los presentes y con esto el corazón de Apolo estaba complacido.
A la mañana siguiente se dispusieron a volver al campamento, el flechador Apolo les envió el viento, al llegar al campamento pusieron la nave en tierra firme y se dispersaron a las tiendas.
Aquiles seguía irritado dentro de las naves sin hacer nada, solo echaba de menos la gritería y el combate. Al doceavo dio Júpiter se encontraba de vuelta en el Olimpo, Tetis la madre de Aquiles se dispuso a cumplir su promesa, llego con Júpiter y abrazándose de sus rodillas le pidió que honrara a su hijo pues Agamenón lo había ultrajado arrebatándole la recompensa que todavía retiene, le pidió que le diera la victoria a los teucros hasta que los aqueos den satisfacción a su hijo y le colmaran de honores.
Júpiter asintió con la cabeza que era el signo más seguro, irrevocable y veraz para los inmortales.
Ahí se separaron ella salto al profundo mar, desde el resplandeciente Olimpo, Júpiter volvió a su palacio, entonces Juno su esposa les dirigió injuriosas palabras, le pregunto cuál de las deidades había conversado con el, diciéndole que siempre que estaba lejos de ella resolvía algo clandestinamente y jamás le avisaba lo que acordaba.
El padre de los dioses le dijo que no esperar a saber todas sus decisiones, que lo que se dijera ningún dios ni hombre lo sabría antes que ella, pero que en lo que no la incluyera, no procurara averiguarlo.
Juno insinuó acerca de que Tetis lo había seducido, puesto que le abrazo las rodillas e imagino que le había prometido honrar a Aquiles causando una matanza.
Contesto Júpiter cansado de sus sospechas, lo único que conseguiría seria alejarse de su corazón, que simplemente lo obedeciera. Ella quedo en silencio y Vulcano su hijo le dijo: que le aconsejaba que le diera un festín a su padre, que le diera por su lado para que no salieran perjudicados, tomo una copa doble la ofreció a su madre diciéndole que sufriera todo cuanto estuviera porque era difícil estar en contra del Olímpico.
Ella sonriendo tomo la copa doble y Vulcano se dispuso a escanciar néctar a las otras deidades, una risa sonó entre los bienaventurados dioses al ver el afán con el que les servía en el palacio. El festín se celebro durante todo el día haciendo presencia de las musas que cantaban, mas cuando la luz llego al ocaso los dioses acudieron a sus respectivos palacios, y Júpiter subió cuando el sueño lo vencía, y a su lado descansaba Juno.
CANTO II
SUEÑO, PRUEBA, BEOCIA O CATALOGO DE LAS NAVES
Todos las deidades dormían, pero Júpiter no lograba conciliar el sueño, así que mando decir a Agamenón en forma de sueño, que tenia permitido atacar a la ciudad de Troya. Agamenón convoco a junta les hablo del sueño y buscaba la forma de que los aqueos tomaran armas, así pues lo hizo juntó a todos los aqueos a los que les dijo para probarlos, que huyeran de regreso a su patria. Así los comenzaron hacer hasta que Minerva hablo con Ulises y le pidió que detuviera a todos los aqueos.
Así lo hizo uno por uno, la mayoría acepto pero Tersites vocifero en contra de Agamenón, hasta que Ulises lo paro con una amenaza, después de esto dio un discurso a los aqueos donde les recordó el incidente con el dragón ocurrido en Áulide, cuando este devoro a 9 pájaros y por intervención de los dioses fue convertido en piedra.
Todos aplaudieron el discurso del divino Ulises, ahí Néstor se levanto diciendo que aquellos que quisieran regresar lo dijeran para que se les matara, pues todos volverían a Troya para cumplir la voluntad de los Dioses, Agamenón mando a todos a prepararse y preparar las cosas para la guerra.
Entonces ofrecieron un sacrificio a Júpiter, y se dispusieron
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