Paulo y Chris

El libro comienza con una pareja de esposos “Paulo y Chris” que viajaban por carretera, iban camino a ver a una persona que pudiera lograr que Paulo contactara con su ángel de la guarda.

Al principio Paulo estaba muy ansioso y le preguntaba constantemente a su esposa que si iban por buen camino, y estaba desesperado por encontrar una gasolinera para poder verificar que iban en la dirección correcta.

Su esposa no se desesperó puesto que lo conocía muy bien, y sabia de ante mano sus reacciones, en cambio, se puso a recordar cómo fueron sus primeros años con su esposo, tuvieron un inicio muy apresurado, y aunque todos le decían a ella que él era un brujo ella decidió ignorarlos; recordó que desde el inicio el siempre tuvo la extraña costumbre de abandonar todo, no duraba en un trabajo más de un año, un día después de llevar tres años el decidió dejar de nuevo su trabajo y todo atrás y emprender un viaje con los ahorros que tenían, lo recordó porque fue un viaje muy parecido a este. Fueron a Ámsterdam y allí se encontraron con un hambre alto, de cabellos blancos y traje “j.” El quedó muy conmocionado y al final resolvió acercarse a él; más tarde en el hotel después de tomarse unas copas de vino –el era débil bebiendo por lo que no tardó en embriagarse- le contó a su esposa que él había practicado la magia por 7 años, cosa que no le sorprendió porque ya se lo habían dicho sus amigos, y que además ya había conocido a este hombre, en una visión, y que esto lo había molestado durante días, y le preguntó que si debía volver a la magia, ella le respondió que si

Por fin encontraron la gasolinera, el se tranquilizó al poder mirar por sí mismo el mapa, ella vio que era su oportunidad para hablar con él, entonces le preguntó si J. lo había enviado allí a hablar con su ángel, él le responde que no, que eso podía hacerlo en cualquier parte del mundo, pero que allí él tenía “contactos”, ella enseguida pensó en aquellos maestros de los que él llamaba “la Tradición” pero en los que ella pensaba secretamente como “la conspiración”. Luego él le paga a la muchacha que los recibió por la gasolina y se van, conducen por un largo rato en silencio y al llegar a la cima de la montaña que ni siquiera se habían percatado de estar subiendo se asombran de ver la diferencia en las dos caras de la montaña; a sus espaldas se extendían kilómetros de verdor, y frente a ellos todo el desierto de Mojavé.

Llegaron a un pequeño pueblo llamado Borrego Springs, dejaron sus pertenencias y fueron a comer, después de eso salieron a pasear tomados de la mano, porque él quería sentir el desierto, terminaron en unas rocas, donde se sentaron a mirar las estrellas. Él le pregunta si nunca ha sentido como si la estuvieran observando, ella le respondió que sí, le dijo que sobre todo esa sensación fue más fuerte durante su adolescencia; él le explica que esa presencia son los ángeles que nos vigilan siempre, y que lo sentí os más en esa etapa porque es cuando queremos ser el centro de las miradas, y creemos que siempre hay alguien mirándonos, pero con el tiempo al crecer, esta sensación desaparece porque dejamos de creer es ese tipo de cosas, le dice que los ángeles siempre estuvieron allí; Ella lo escucha pero sigue mirando al cielo y se resiste a creerle, pero puede más su curiosidad y entonces le pregunta si los ángeles tienen alas, y él le responde que él nunca los ha visto, y que también le preguntó lo mismo a J. y este le respondió que ellos adoptan la forma que uno desee para así poder llegar a nosotros más fácilmente, ella se imagina al suyo con un manto celeste, cabellos dorados y alas, y el al suyo con un manto dorado, y si, alas.

A la mañana siguiente cuando estaban desayunando se encontraron un policía que les advirtió no salir en la noche, porque era demasiado peligroso. Se apresuraron en comer por ese día el contacto les había concertado una cita temprano. Al conocer a Took se sorprendieron pues era solo un joven de ventipocos y ya era maestro, Paulo y él se sentaron enseguida a hablar, y discutían de temas místicos que ella no entendía, al poco tiempo se quedó dormida; Al despertar logró escuchar una conversación en la que Took le decía a su esposo que hubiera sido mucho mejor que hubiera venido sin su mujer, que de esta manera sería más fácil encontrarse con las “valkirias” ya que eran mujeres muy celosas, y además habla algo sobre la segunda mente; se para sobresaltada, haciendo un millón de preguntas y le reclama al muchacho por haberle dicho a su marido que sería mejor si ella no hubiese ido; El joven se presenta con ella, y le explica sobre la segunda mente, y le hace se consiente de ella, le dice que debe practicar eso, y mirar el horizonte. Con esto de por terminada la visita y los manda a venir unos días después.

Vuelven a su cuarto de hotel con aire acondicionado, pero extremadamente aburridos porque no había nada que hacer, ni leer, Paulo le propone ir a caminar al desierto, ella le dice que no, que ya les habían advertido que era peligroso, el se distrae leyendo un folleto y ella piensa que si tiene que pasar más de 39 días con él se suicida.

Al final deciden salir a comer en la plaza, él le hace practicar unos cuantos ejercicios para controlar la segundamente, y le explica lo que ellos llaman “mirar al horizonte”, ella le pregunta que porqué es tan importante que ella aprenda eso si ella no pertenece a su religión, él le dice que es porqué en su tradición hay una regla no escrita que no permite enseñar al discípulo de otro maestro, por lo que Took le enseñará por medio de ella.

Al final salen a pasear al desierto y ven un banco de sal, y calculan que esta, a mas o menos unos 5 km de donde están y que no les tomará mucho llegar, toman sus cantimploras y parten; después de casi media hora de caminara con el calor aumentando Paulo cae en cuenta de su error, el cual radica en que, por lo general, en las ciudades podemos calcular las distancias de los lugares basándonos en las referencias de nuestro entorno, porque sabemos el aproximado del tamaño de las cosas, pero allí, en el desierto, no contaban con eso. Emprenden su viaje de vuelta y en el camino empiezan a sentir mucha pereza a medida que van caminando, Paulo propone que se quiten la ropa, Chris le dice q alguien puede verlos, él le responde que no hay nadie a kilómetros de allí, así que se quitan la ropa y siguen caminando sin tomar agua ni nada, sentían una paz inmensa. Paulo divisó a un hombre en la lejanía y por un momento le preocupó que pudieran robarse el auto o ver a al o a su mujer desnuda pero eso dejo de importarle, el hombre apresurado se acerco a ellos, les ordeno vestirse y tomar agua, ellos obedecieron simplemente porque no querían discutir, los monto en el auto y ellos de nuevo

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