Plenilunio de Antonio Muñoz Molina

Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda, histórica ciudad de la provincia de Jaén, en el año 1956. Por lo que cuando publica su primera novela, en 1986, ya hace once años que murió Franco: ya no existe la censura y existe una gran libertad para tratar cualquier tema.

Al terminar el bachillerato se trasladó a Madrid para comenzar unos estudios de periodismo que no acabó. Volvió a Andalucía, y en Granada comienza a estudiar Historia del Arte. Hace el servicio militar en el País Vasco, concretamente en Victoria y San Sebastián, esta experiencia se refleja en su libro: Ardor Guerrero. Pero la experiencia de vivir en una zona tan amenazada por el terrorismo se deja ver en Plenilunio.

Antonio Muñoz Molina es miembro de la Real Academia Española, fue nombrado director del Instituto Cervantes y actualmente es colaborador del diario El País.

Los personajes.

En general se puede decir que en Plenilunio no hay héroes ni personajes románticos. Al contrario, aparecen individuos sin importancia que tienen escasas ilusiones. No esperan nada importante de la vida, ya que esta los ha maltratado por distintas circunstancias que vamos conociendo a lo largo de la novela: el inspector muestra su dura vida en Bilbao y la enfermedad mental de su mujer, el asesino desvela su frustración vital y familiar, el Padre Orduña el fracaso de los ideales y el olvido, Ferreras la vida solitaria y la imposibilidad de lograr el amor de Susana y esta representa el fracaso matrimonial y el abandono de su hijo.

El Inspector: No sabemos su nombre. Hijo de un rojo represaliado. Era un hombre de mediana edad, de pelo gris, callado, reflexivo e introspectivo. Vestía una ropa más propia del norte, donde había trabajado anteriormente, que del lugar en el que se encontraba actualmente. Antes del traslado trabajaba en Bilbao. Llevaba una vida desordenada abusando del tabaco, el alcohol y abundantes visitas a los prostíbulos de la zona. A causa de su trabajo recibía llamadas anónimas amenazándolo de muerte, lo que le llevo a pedir el traslado ya mencionado anteriormente. Con este cambio de lugar pretende rehacer su vida, mantiene una relación amorosa con Susana Grey. Esta relación es adúltera debido a que él estaba casado y su mujer se encontraba en un sanatorio debido a las amenazas recibidas en Bilbao. Existe un contraste entre su vida anterior y la actual.

Respecto a su trabajo, muestra una gran dedicación en el caso de la muerte de una niña de diez años llamada Fátima y, en el secuestro de una niña de doce años llamada Paula,son la que después de encontrarla, establece una buena amistad con ella; gracias a esto descubrimos la imagen sensible y cariñosa del inspector que muestra el cambio que está ocurriendo en él desde el inicio de su vínculo amoroso con Susana, y le ayuda a encontrar al asesino que llevaba buscando tanto tiempo.

El asesino: Tampoco sabemos su nombre ya que, no es mencionado en toda la novela. Poco a poco se van descubriendo detalles de su aspecto como su pelo negro, sus uñas sucias y rotas, su herida en la mano, su corta edad y el olor a permanente pescado.

Es una persona acomplejada por su aspecto físico y el tamaño de su miembro, por lo que mantiene relaciones con prostitutas y abusa de niñas. Vive amargado debido a su trabajo y a sus padres a quien no soporta.

Durante toda la novela nos muestra su desequilibrio mental con sus repentinos cambios de humor y atribuyendo sus crímenes a la luna y al alcohol, ya que decía que no era el quien cometía los crímenes sino sus manos .También se aprecia su deseo de que todo el mundo supiera lo que era capaz de hacer.

Susana Grey: es profesora de la niña que asesinan. Ella es una persona culta e inteligente. Su vida fue demasiado dura ya que su marido la abandonó por su amiga y, su hijo la dejó sola por irse a vivir con su padre. Es una mujer luchadora y que quiere ser feliz. Ella mantiene una relación amorosa con el inspector. Conoce al forense Ferreras y era clienta del asesino: el pescadero. Es uno de los personajes principales.

El Padre Orduña: Sacerdote Jesuíta. Es el ex-profesor del inspector que le aconseja que se fije en la mirada de la gente para encontrar al asesino. Gracias a su existencia y a sus recuerdos podemos descubrir la infancia del inspector, hijo de un rojo represaliado en la guerra al que, como profesor, no ha conseguido transmitir sus ideales. Aparece caracterizado como cura obrero empeñado en conjugar el cristianismo con el comunismo.

El forense Ferreras:Tiene una ideología materialista y en la novela representa un papel importante. Nos revela datos importantes de la historia, sobre todo del asesino y sus víctimas y también sobre la vida de Susana a la cual él le mostraba sus sentimientos amorosos. Era amigo del marido de Susana hasta que éste se fugó con su novia.

Ferreras es charlatán, impulsivo y más volcado hacia afuera.

La mujer del inspector: gracias a este personaje descubrimos la soledad de su marido. Fue internada en un sanatorio debido a que no pudo resistir el asedio telefónico al que fue sometida en el País Vasco. Sabemos que hacia el final le dan el alta y regresa a casa con su marido.

Fátima: alumna de Susana Grey. Es la niña asesinada que encuentran en los jardines de la Cava, casi desnuda, solo con los calcetines puestos y con las bragas en la boca. La secuestraron cuando bajó a comprar una cartulina azul y ceras con lo que fue encontrada.

Paula: es la segunda niña atacada. Esta sobrevive milagrosamente gracias a que le entraba un hilo de aire. Se muestra valiente, le ayuda al inspector y participa en la detención del asesino reconociéndolo en comisaría. Establece una buena relación con el inspector.

Temas.

Esta novela a primera vista parece simplemente una novela policíaca, pero durante el transcurso de esta nos vamos dando cuenta de que se hacen diferentes reflexiones sobre temas de actualidad como la violencia, el mal, la insolidaridad de la sociedad actual o el sensacionalismo de los medios de comunicación.

La violencia se nos presenta en diferentes planos como son: por un lado los abusos sexuales a las dos menores y, el abuso al menor en el internado mencionado por el padre Orduña. El narrador se limita a contarnos los acontecimientos de una forma objetiva. La otra fuente de violencia es la del terrorismo de ETA, a través de las amenazas y las llamadas telefónicas anónimas. De hecho, la mujer del inspector es víctima de esta otra violencia que aumenta el deterioro de su matrimonio y acaba con ella en un sanatorio.

A lo largo de la novela se reflexiona sobre la existencia del mal y su manifestación en el rostro de las personas. El libro comienza con la frase “De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada ”. El padre Orduña es quien le aconseja que se fije en la mirada de la gente para encontrar al asesino ya que, alguien que es capaz de hacer eso debe llevarlo en la mirada. Cuando detiene al asesino se da cuenta de que dicha hipótesis es incorrecta.

La insolidaridad de la sociedad se manifiesta en la impunidad con la que actúan los asesinos. La larga caminata con las dos niñas hasta el parque, los rastros de sangre en su cuerpo o el nerviosismo tras los ataques no despiertan la sospecha o la atención de ningún ciudadano.

El amor también está presente en dos planos: por un lado está el amor del inspector hacia su mujer que va desapareciendo con el paso de los años, aunque no es capaz de romper su vínculo con ella porque se siente culpable de sus problemas psíquicos debido a lo ocurrido en el País Vasco. Por otro lado está el amor que siente el inspector hacia Susana Grey que le hace descubrir el verdadero amor. La relación que establece con Susana le hace escapar de su infelicidad.

El personaje de Susana sirve para desarrollar el tema de la liberación de la mujer a partir de los años setenta. Frente a las otras mujeres de la novela, Susana se nos muestra como una mujer culta. Después de su fracasada experiencia matrimonial ha tenido que criar sola a su hijo en una ciudad que no era la suya. Quiere rehacer su vida amorosa con el inspector. Representa a la mujer moderna, libre de las ataduras e imposiciones de la época de la dictadura.

Cabe destacar el sensacionalismo de los medios de comunicación. Cuando se da la noticia del asesinato, la plaza se llena de cámaras y antenas móviles para transmitir los acontecimientos al minuto, incluso llegando a realizarse los telediarios en directo desde allí. En esta visión hay una crítica al sensacionalismo en el que ha caído la información periodística en los últimos años. Prueba de ello es el abandono de todos los medios cuando pasan los días y no hay progresos en la investigación.

Consciente de todo ello, el inspector quiere evitar a toda costa que la noticia del segundo ataque llegue a la prensa. Este hecho va a ser fundamental para detener del asesino.

Técnicas narrativas

La principal técnica narrativa de la novela es la llamada técnica del suspense. Podemos hablar de distintos tipos de suspense: el doble suspense de si el inspector capturará al asesino y si el terrorista que lo persigue atentará o no contra él. Al final de la novela se abre otro doble suspense: por un lado no sabemos si el inspector se salvará, y si fuese así, si continuaría su relación con Susana. Esta técnica, propia de las novelas policíacas, se ve acentuada por la aparición de personajes como: el inspector, el asesino, el terrorista, la amante…

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