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Prisioneros de la geografía. Todo lo que hay que saber sobre política global a partir de diez mapas


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2021  •  Prácticas o problemas  •  1.904 Palabras (8 Páginas)  •  112 Visitas

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Martínez Martínez, Carlos

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Prisioneros de la geografía. Todo lo que hay que saber sobre política global a partir de diez mapas.

Tim Marshall. Península, Barcelona. 2017. 352 pp.

  1. Biografía del autor

Tim Marshall es un escritor y periodista inglés, nacido en 1959. Actúa como comentarista en programas de televisión y radio en medios británicos tratando la geopolítica y la diplomacia internacional. Hasta la fecha ha publicado seis libros, saliendo el séptimo a la venta en España en enero de 2021.

En su carrera como periodista ha trabajado para diversos medios de comunicación británicos como la BBC o Sky News. Fue en esta última cadena dónde desarrolló su carrera como corresponsal y reportero, destacando su labor en lugares azotados por conflictos bélicos. Además de Europa o Estados Unidos, ha estado destinado en Bosnia, Croacia y Serbia en la década de 1990 durante la Guerra de los Balcanes o a final de la década, en 1999,  en Serbia y Kosovo siendo testigo de la crisis vivida por la secesión de este último.

Así mismo, ha cubierto una gran cantidad de levantamientos, guerras y enfrentamientos en Oriente Medio y el mundo árabe durante el nuevo milenio: invasiones de Afganistán e Irak, la Primavera Árabe en Libia, Siria, Túnez o Egipto y, la retirada unilateral israelí en la franja de Gaza de 2005.

Su blog sobre política internacional y experiencias personales fue nominado al Premio Orwell por la University College de Londres en 2010.

  1. Recensión de la obra

Hay una fuerza que “aprisiona” a la naturaleza humana, a todos los países y líderes que ha conocido la Historia: la geografía. Esta es la idea fundamental con la que parte el libro, enunciada desde el principio por el prologuista (Sir John Scarlett, exdirector del MI6), y repetida a lo largo del mismo en cada capítulo que Marshall ofrece.

Montañas, ríos, desiertos: los accidentes geográficos se encuentran en todos los continentes del planeta y todos ellos son limitantes. En la actualidad, el avance de la tecnología (drones de uso militar, construcción de canales como el de Panamá, etc.) ha podido ayudar en cierta medida a paliar el efecto determinante de la geografía. Sin embargo, esta continúa siendo de suma importancia a la hora de analizar la geopolítica y el desarrollo en un mundo cada vez más globalizado.

El autor hace uso de una gran cantidad de bibliografía sobre materias (historia, economía o sociología, entre otras) que le apoyan para fundamentar sus planteamientos a cerca de las distintas regiones globales tratadas en el libro. Así mismo, se hacen valer sus conocimientos como analista y la experiencia adquirida durante el ejercicio de su profesión cubriendo múltiples naciones del mundo, atendiendo al desarrollo de guerras o tratando personalmente a políticos y embajadores. No obstante, la obra posee una intención claramente divulgativa, alejándose de cualquier tipo de discurso académico. A pesar de ello, el autor se abstiene de emitir valoraciones subjetivas y presenta un ameno resultado que sirve de guía para comprender los factores que han moldeado nuestra historia y que, previsiblemente, así continuarán haciéndolo en el futuro.

A nivel mundial, hay territorios que han sido favorecidos por los factores geográficos, como Europa Occidental o Estados Unidos. Otros, por el contrario, se han visto perjudicados, como Centroamérica o gran parte de Sudamérica. Un tercer grupo reuniría a aquellos lugares donde las fronteras han sido impuestas por terceros, entes coloniales, que con el paso del tiempo y la independencia de las naciones descolonizadas, han visto como resultado el desencadenamiento de numerosos conflictos en el siglo pasado y el presente. Estos lugares son Oriente Medio, África o la frontera que comparten la India y Pakistán.

Así mismo, existen naciones que pese a haber sido beneficiadas por las condiciones del entorno, no han sabido aprovecharlas de manera óptima. Un ejemplo de esta situación se habría dado en Argentina, la cual cuenta con el Río de la Plata, cuya navegabilidad permite la comunicación y el movimiento de las mercancías como elemento propicio para potenciar el comercio. El país hispanoamericano se encontraba entre los países más ricos del mundo en el año 1913, superando en PIB per cápita a naciones europeas como Francia, Austria, Italia o España. Sin embargo, tras un siglo convulso, en el que han destacado los golpes de estado, la dictadura como forma política durante varias décadas de forma ininterrumpida y la inestabilidad social y económica, el desarrollo de los últimos cien años ha revelado que el país más importante del Cono Sur no ha sabido aprovechar sus oportunidades.

Cierto paralelismo se podría trazar con África, cuna del Homo Sapiens, que pese a ver nacer a la subespecie humana que incluye a los seres humanos del presente, es el continente cuyas naciones presentan los índices de desarrollo más bajos del planeta. Varios factores explican dicho devenir: unos ríos difícilmente navegables por la constante presencia de cascadas en un territorio inmenso, la presencia de enfermedades en latitudes ecuatoriales como consecuencia de la humedad y las altas temperaturas, un desarrollo aislado del continente euroasiático por la presencia del Sahel, el Océano Atlántico y el Índico como fronteras naturales o, en los últimos tiempos, las numerosas guerras civiles que sucedieron a la independencia de las potencias coloniales, las cuales trazaron unas fronteras que en pocos casos tenían que ver con la realidad geográfica de los pueblos que allí habitaban.

Otros de los lugares donde las fronteras trazadas por los colonizadores europeos han resultado como fuente de conflictos se encuentran sobre la placa Índica: se trata de Pakistán y la India. Cuando el Imperio Británico dejó de ejercer el poder en la zona, en 1947, se diseñó una partición basada en un criterio que ha sido fuente de enemistad entre ambos países hasta nuestros días: la religión. La idea era diseñar un estado para los musulmanes y otro para los hindúes. Esta división, dejó partido a Pakistán en dos territorios ampliamente alejados el uno del otro, además de separados por la India. Finalmente, la parte oriental de Pakistán se constituyó como estado propio en 1971: Bangladés, quién comparte frontera casi exclusivamente con la India y es a día de hoy el octavo país más poblado del mundo.

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