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Psicologia

juanolimart17 de Febrero de 2012

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Consiste en dos salidas separadas: primero, la relación general entre aprendizaje y desarrollo; segundo, los rasgos específicos de dicha relación cuando los niños alcanzan la edad escolar.

Todo tipo de aprendizaje que el niño encuentra en la escuela tiene siempre una historia previa.

En realidad ¿podemos dudar de que el niño aprende el lenguaje a partir de los adultos; de que a través de sus preguntas y respuestas adquiere gran variedad de información: o de que, al imitar a los adultos y ser instruido acerca de cómo actuar, los niños desarrollan un verdadero almacén de habilidades? , el aprendizaje y el desarrollo están interrelacionados desde los primeros días de la vida del niño.

Koffka, junto con otros teóricos, asegura que la diferencia entre aprendizaje escolar y preescolar consiste en que en el primer caso se da aprendizaje sistemático y en el segundo no.

Tenemos que delimitar como mínimo dos niveles evolutivos.

Nivel evolutivo real, es decir, el nivel de desarrollo de las funciones mentales de un niño, establecido como resultado de ciertos ciclos evolutivos llevados a cabo.

Si el niño no logra una solución independiente del problema-, la solución no se considera indicativa de su desarrollo mental; nunca se plantearon la posibilidad de que lo que los niños pueden hacer con la ayuda de otros pudiera ser, en cierto sentido, más indicativo de su desarrollo mental que lo que pueden hacer por si solos.

La zona de desarrollo próximo. No es otra cosa que la distancia entre el nivel real de desarrollo. Determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero capaz.

Si un niño es capaz de realizar esto o aquello de modo independiente, significa que las funciones para tales cosas han madurado en él. Así pues, la zona de desarrollo próximo nos permite trazar el futuro inmediato del niño, así como su estado evolutivo dinámico, señalando no solo lo que ya ha sido contemplado evolutivamente, sino también aquello que esta en curso de maduración.

Lo que un niño es capaz de hacer hoy con ayuda de alguien, mañana podrá hacerlo por si solo.

Un principio inamovible de la psicología clásica es que únicamente la actividad independiente de los niños, no su actividad iniciativa, indica su nivel de desarrollo mental.

Así, por ejemplo, si un niño tiene dificultades con un problema de aritmética y el profesor lo resuelve en la pizarra, el niño podrá captar la solución rápidamente. Pero si el profesor resolviera un problema de matemática avanzada, el niño nunca podría comprenderlo por mucho que tratara de imitarlo.

Los animales son incapaces de aprender en el sentido humano del término; el aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y un proceso, mediante el cual los niños acceden a la vida intelectual de aquellos que lo rodean.

Los niños pueden imitar una serie de acciones que superan con creces el límite de sus propias capacidades.

En un principio se creía que, mediante el uso de los test, podía determinarse el nivel de desarrollo mental, que la educación debería tener presente en todo momento y cuyos límites no podía exceder. Este procedimiento orientaba el aprendizaje hacia el desarrollo pasado, hacia los estadios evolutivos ya completados. El error de esta noción se descubrió antes en la práctica que en la teoría.

Actualmente en las escuelas especiales para niños retrasados podemos observar un cambio favorable tendiente a alejarse de este concepto de concreción; y a situar en su correspondiente lugar los métodos de imitación.

Así pues, la noción de una zona de desarrollo próximo nos ayuda a presentar una nueva fórmula, a saber, que el “buen aprendizaje” es sólo aquel que precede al desarrollo.

Pía jet y otros han demostrado que el razonamiento se da en un grupo de niños como argumento para probar el propio punto de vista, antes de convertirse en una actividad interna, cuyo rasgo distintivo es que el niño comienza a percibir y a examinar la base de sus pensamientos.

Del mismo modo que el lenguaje interno y el pensamiento reflexivo surgen de la conducta voluntaria del niño. Piaget ah puesto de manifiesto que la cooperación suministra las bases del desarrollo del razonamiento moral del niño.

Desde este punto de vista, aprendizaje no equivale a desarrollo; no obstante, el aprendizaje organizado se convierte en desarrollo mental y pone en marcha una serie de procesos evolutivos que no podrían darse nunca al margen del aprendizaje. Así pues, el aprendizaje es un aspecto universal y necesario del proceso de desarrollo culturalmente organizado y específicamente humano de las funciones psicológicas.

La principal consecuencia que se desprende del análisis del proceso educacional según este método es el demostrar que el dominio inicial, por ejemplo, de las cuatro operaciones básicas de la aritmética proporciona la base para el subsiguiente desarrollo de una serie de procesos internos sumamente complejos en el pensamiento del niño.

En este sentido, dichos análisis se dirigirán, hacia el interior, siendo análogos al uso de los rayos X. si ello resultara posible, revelarían al profesor cómo los procesos mentales estimulados a lo largo del aprendizaje escolar se introducen en el interior de la mente de cada niño.

En los niños, el desarrollo no sigue nunca al aprendizaje escolar del mismo modo que una sombra sigue al objeto que la proyecta. En la actualidad, existen unas relaciones dinámicas altamente complejas entre los procesos evolutivos y de aprendizaje, que no pueden verse cercadas por ninguna formulación hipotética.

Bruner plantea el enorme impacto de los gestos en el desarrollo posterior del lenguaje en el niño. Se concentra en la cultura como proveedora de elementos que el individuo incorpora para su propio desarrollo y su constitución como sujeto. El Enactivo (el Juego), el Icónico (el Pensamiento) y el Simbólico (el Lenguaje).

En sus investigaciones son de suma importancia los conocimientos del mundo real previos al lenguaje que posee el niño. Bruner, en primera instancia, explica en qué consiste la adquisición del lenguaje: se trata del dominio de tres facetas inseparables en cuanto al tiempo de dicha adquisición: la sintaxis, la semántica y la pragmática del lenguaje.

El lenguaje y el juego mantienen estrecho parentesco entre sí; ambos representan la realidad, la trasponen; son su ficción. El juego y el lenguaje serían, pues, el anverso y el reverso de una misma actividad, consistente en distanciar lo real mediante la ficción. El lenguaje corresponde al orden del juego, es un sistema de reglas carentes de sentido, pero necesarias. Y el juego es lenguaje.

El dialogo, entre quienes investigan sobre el desarrollo infantil y quienes se dedican al trabajo diario con niños en guarderías y preescolares, tiene una enorme importancia y debe ser renovado continuamente.

Vivimos una época en la que se esta produciendo una convergencia de intereses respecto a la infancia, tanto teóricos como prácticos, y me honro en poder participar en dicha convergencia.

Las funciones fundamentales del juego infantil; En primer lugar, el juego supone una reducción de las consecuencias que pueden derivarse de los errores que cometemos.

El juego es una actividad que no tiene consecuencias frustrantes para el niño, aunque se trate de una actividad seria. Es, en cierto modo, una actividad para uno mismo y no para los otros y, por ello, es un pedio excelente para poder explorar. Es mas, el juego es en si mismo un motivo de exploración.

En segundo luga[***]r, la actividad lúdica se caracteriza por una perdida de vinculo entre los medios y los fines, ni que dejen de utilizar los medios para llegar a ellos, si no que muy a menudo cambian estos fines para que encajen con medios que acaban de descubrir, o modifican estos medios para que se adapten a fines nuevos.

Los niños modifican aquello que están tratando de lograr, y permiten a sus fantasías que sustituyan esos objetivos. Si estas modificaciones no son posibles, el niño se aburre enseguida con la actividad.

En tercer lugar, y a pesar de su riqueza, el juego no suceded al azar o, por casualidad. Se desarrolla más bien en función de algo a lo que he llamado un escenario.

Ciertamente existe una gran distancia entre este tema y lo que sucede en la vida diaria. Este escenario de igualdad total, es una forma de idealización de vida, no siempre resulta así de fácil percibir el escenario de un juego infantil, pero siempre vale la pena observar con detalle para poder descubrirlo.

Es algo definitivamente fundamental, el juego proporciona placer, un gran placer, incluso los obstáculos que, con frecuencia, establecemos en el juego nos proporcionan una gran placer cuando logramos supéralos. Los obstáculos parecen necesarios pues, sin ellos, el niño se aburre enseguida.

El juego es un modo de socialización que prepara para

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