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¿Qué entendemos por memoria colectiva?


Enviado por   •  24 de Abril de 2019  •  Ensayos  •  4.664 Palabras (19 Páginas)  •  247 Visitas

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¿Qué se entiende por memoria colectiva?

Basado en el ensayo Dar sentido a la memoria, una crítica

metodológica a los estudios sobre la memoria. Wulf Kansteiner.

Natalia Rodríguez Ordóñez

2018

Seminario de Estudios Culturales

Universidad del Tolima


Abstract

La memoria colectiva, da mucho y poco de qué hablar, todo depende de lo que entendamos por ella, en las próximas líneas, haré un intento de recopilación de conceptos de memoria, posteriormente, se realizará una comparación entre dichos conceptos, tres episodios de la serie Black Mirror y algunos ejemplos basados en historia de nuestro país.

Keywords

Memoria, memoria colectiva, identidad, significación.

Memoria(s)

     El siguiente texto parte de una cuestión, expresada en el nombre del mismo, ¿qué se entiende por memoria colectiva? Antes de contestar el interrogante, es necesario mirar la etimología de ambas palabras, memoria, del latín memoria, formada del adjetivo memor o el que recuerda y el sufijo ia; colectivo, proviene del latín collectivus o propio de un grupo, que puede formar un grupo. En conjunto, y de la forma más sencilla, podría significar los que recuerdan, o el recuerdo de un grupo.

     Muchos son los intentos de conceptualización de memoria colectiva. Desde la historia, se entiende como representaciones del pasado que son compartidas de manera colectiva (pg32), sin embargo, esto indicaría que la memoria individual no estaría exenta de la memoria social, ni en un mínimo grado. Es aquí donde otros intelectuales de la historia difieren, y así, continúan dando importancia al individuo y sus acciones en la historia. Se debe anotar aquí que memoria no es igual a historia.

Kansteiner, da referencia de tres conclusiones(pg31):

  • No hay suficiente conceptualización de la memoria colectiva como una forma distinta de memoria individual.
  • Los estudios no han prestado suficiente atención a la recepción.
  • Algunos problemas pueden adaptar métodos de los estudios sobre medios y comunicación.

     Dichos intentos de conceptualización logran una profusión del término, también, diferentes representaciones que permitan distar los tipos de memoria. Por supuesto, nuevos estudios de la memoria suelen quedarse cortos al reducir la memoria colectiva a un efecto de la acción humana (p.32).

     Entre el léxico de estudios sobre memoria se tienen: memoria nacional, memoria pública, contramemoria, memoria cultural, memoria comunicativa, memoria premoderna, memoria social (autobiográfica o colectiva), memoria recopilada, memoria colectiva entre otras.

     En este sentido, serán abordados algunos de estos conceptos para el desarrollo de este texto. Empecemos por memoria cultural, “integrada por ese corpus de textos reutilizables, imágenes y rituales específicos de cada sociedad en cada época, cuyo “cultivo” sirve para estabilizar y transmitir la autoimagen de esa sociedad” (Jan Assman, 1992).

     Para entender la memoria cultural, es necesario hacer una distinción entre la potencial y la real, para eso, Assman refiere la memoria potencial como memoria de archivo, simples datos compilados, en el que un ente, dice de qué se trata cada partícula de información dispuesta al público; por otra parte, la memoria real se asemeja un concepto de memoria colectiva, dado que está basada en significaciones y experiencias construidas, lo cual da, una memoria viva.

     No obstante, ambos tipos de memoria cultural no están libres de convertirse en el otro, he aquí otro supuesto que esclarece este contraste: la memoria comunicativa, entendida por las comunicaciones cotidianas sobre el significado del pasado (p.33), esta, de la mano de la real y la potencial, constituyen un proceso de cambio, y cambiante, hoy lo que para nosotros es parte de nuestra memoria nacional, puede no significar más que archivo en las generaciones venideras, o de igual manera, ellos podrían tomar parte de esta memoria y resignificarla.

     Si la memoria potencial, deja las representaciones en los museos, bibliotecas y otros sitios donde puedan archivarse, ¿qué pasa con la memoria premoderna? Entiéndase esta como las tradiciones y rituales de las comunidades previas al siglo XIX, hoy podríamos denominarlo creencias mitológicas. Con la creación del Estado-Nación y el apogeo de presentarse al mundo en imaginarios unificados, se vio necesaria la creación de una nueva memoria, basada primordialmente en las ideas de las élites, en su cosmovisión nacional, ya que de dicha forma podría optarse por una preservación del Estado en años siguientes. Aquí entra a jugar el terreno de la identidad, ¿quién soy? Fácil, soy quien otros me dicen que sea. ¿No fue eso lo que les pasó a las comunidades premodernas en este siglo?

     En oposición a este tipo nuevo tipo de identificación y de hacer memoria, nace la contramemoria, la memoria del otro, de ese que no suele incluirse cuando hablamos de todos. En esta significación, el objetivo es recordar, las antiguas prácticas que llevaban a cabo las minorías olvidadas por las élites (o la clase obrera en general), y no sólo recordarla para hacer de ella un museo, o una recopilación para un libro de historia, no, la apuesta está en valorar el ideal de la cotidianidad del hombre, resignificar sus tradiciones, las propias, no las inventadas a raíz del Estado-Nación. Ardua tarea.

     La apropiación que las elites dan a sus modos de ver aun hace parte de los hogares, las representaciones que ellas crean de lo que fue nuestro pasado, son cuestionadas por unos pocos, y creídas por otros muchos, que aun cuando pudieron hacer parte del suceso en tiempo presente, olvidan, o deciden olvidar los hechos y recordarlos por lo que hoy se narra mediante el lenguaje, audiovisual o escrito. De nuevo traemos a colación los imaginarios de identidad impuestos, ¿quiénes somos? Nadie, si así nos lo dicen.

     En cuanto a la memoria social, preciso resulta distinguir la memoria individual de la colectiva, el propio lenguaje y las pausas utilizadas para dar expresión a la memoria, son inseparables de los criterios de plausibilidad y autenticidad implícitas en ellos (Kansteiner. p,35), esto lleva al autor a citar a Schudson, con su afirmación “en este sentido la memoria individual no existe” (Schudson, 1995, p346).

     Si se devuelve un poco la línea del tiempo de los estudios sobre memoria, ya en 1925 Halbwachs argumentaba que era carente de sentido estudiar la memoria individual separada de la memoria social. Empero la idea de memoria social, se ramifica en dos vertientes, por un lado se encuentra la autobiográfica, de carácter individual, constituida por los recuerdos específicos que construyen una realidad grupal, y por otro lado, la memoria colectiva cuyos estudiosos no deben parcializar la investigación en términos psicológicos y emocionales nacientes del recuerdo individual (p.35).

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