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REPORTE DE LECTURA LA TIENDA DE ANTIGÜEDADES- CHARLES DICKENS


Enviado por   •  20 de Junio de 2019  •  Reseñas  •  794 Palabras (4 Páginas)  •  312 Visitas

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Desirée Verón Salazar

REPORTE DE LECTURA

LA TIENDA DE ANTIGÜEDADES- CHARLES DICKENS

Después de salir desesperadamente del dominio del enano Quilp, el anciano y la niña se resignan a vivir una vida de pordioseros, salen por la madrugada con un poco de pan y queso, viendo el rocío de la mañana y sin saber si quiera hacia dónde se podrían dirigir.

Llevados por el instinto se adentran a un bosque y después dan a una ladera, el camino es lento por el señor, pero para la nieta no representa un pésame estar con su abuelo, poco a poco cae la noche cuando ven a lo lejos una taberna, exhaustos y con hambre deciden gastar un poco de su dinero en una cena caliente.

Ahí en la pequeña taberna se encuentran a un titiritero y a su ayudante, un grupo de teatro que iba de pueblo en pueblo a dar funciones a cambio de pan y un lugar seco donde dormir, su mesa estaba frente a ellos, y con la cerveza un poco ya subida, comenzaron a entablar conversación, los juglares les ofrecieron ser parte de su grupo de teatro, oferta a la que Nell dijo que consultaría con su abuelo quien yacía dormido en un rincón.

A la mañana siguiente el par de pobres decidieron acompañar al par de locos, partieron por la mañana en una carreta jalada por un caballo viejo y flaco, el titiritero, se juntó mucho con Nell incluso le decía cosas que muy bien le podrían parecer incómodas a la niña, sin embargo esta no lo toma como tal, hasta que el titiritero comienza a tocarla, primero con toques casuales, uno que otro abrazo, hasta que, en un momento de nada, el abuelo y el ayudante se quedan en un pueblo comprando víveres y el titiritero, comienza a forzarla, la pobre niña de 13 años se va corriendo en busca de su abuelo, el cual estaba a algunos pasos de la iglesia del pueblo, al encontrarlo lo jala y se lo lleva corriendo entre lágrimas y gritos, el pobre abuelo muriéndose de la preocupación y de la zangoloteada de la carrera que pega la nieta, el señor con todas sus fuerzas le grita “¡Neeeell para hija hija mía!” se paró en seco y le explicó lo que había sucedido con las lágrimas secas en la cara, el abuelito ya casi se iba a golpear al tal titiritero, pero al final la nieta le convenció de que no lo hiciera.

Siguieron su camino, dándose cuenta, de que no sería tan fácil como ellos pensaban y que, aunque la nieta se parara a cortar flores silvestres para comprar pan, nada les garantizaba seguridad y un lugar donde dormir, menos a personas tan vulnerables como los son un anciano y una niña.

Esa noche se refugiaron en la parte trasera de una iglesia, y por la mañana aprovecharon para pedir limosna ahí, compraron pan y un poco de mantequilla y partieron de nuevo hacia el sur. Cuando iban por la carretera, se encontraron con un carruaje, donde estaba una señora robusta tomando el té. Se dieron la vuelta cuando la señora les dijo que a dónde iban, que la carretera estaba larga y que ya estaba anocheciendo, que tal vez ella les podría dar un aventón a su destino, ellos le dijeron que no tenía a dónde dirigirse, que andaban sin rumbo, a la señora le fue imperdonable dejar a los dos pobres a la deriva por lo que les dio de cenar, jamones, queso, pan y té como ya era de noche les dio asilo en su carruaje.

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