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Renglones Torcidos De Dios

daniela255827 de Noviembre de 2014

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Los renglones Torcidos de Dios

"Dios escribe derecho con renglones torcidos"

Todo comienza con el ingreso en un hospital psiquiátrico de Castilla de Alice Gould, detective enviada a resolver un caso de asesinato cuyo perpetrador está recluido en el recinto. Fingiendo una paranoia y un caso de envenenamiento, con la ayuda de su marido y del doctor Donadío (que ella cree el doctor Raimundo García del Olmo, el cliente que le encargó la resolución del asesinato de su padre, por consiguiente motivo de su ingreso) se interna falsamente en el centro de sanidad para investigar.

Transcurren los días y tras los problemas iniciales de adaptación, Alice va cumpliendo su obligación mientras Samuel Alvar, su cómplice y director del manicomio, regresa de un viaje, suceso que le toma por sorpresa, ya que la mujer pensaba que él estaría allí, pronto a ayudarla.

Durante su estancia, es víctima de intolerancias hacia lo que puede o no poseer (ropas, libros, bienes preciados), llega a matar a un hombre involuntariamente por intento de violación (el Gnomo, mediante unos movimientos de Judo), conoce a muchos de los reclusos y va creándose amistades entre los médicos, enfermeros y enfermos.

En las consultas su diagnóstico momentáneo era: “personalidad superior, espíritu exquisito, altamente cultivada. Carece de taras (dificultades) visibles.” Según Montserrat Castell y Cesar Arellano, su médico asignado. Es allí cuando comienza la duda de su paranoia, debido a sus grandes cualidades.

Un día de visitas como cualquier otro, ocurre un percance. Alice se encontraba sola, meditando su situación cuando ve a Ignacio Urquieta, quien paseaba con su familia, correr enfurecido hacia el recinto. La mujer relata que jamás lo había visto de esa forma, era una expresión de furia autentica, bufando y gimiendo, huía de algo pero no sabía de qué. Entonces comenzó a llover y el hombre cayó al piso, como si fuera víctima de un ataque de epilepsia. Ignacio Urquieta era Hidrofóbico. Al contemplar este suceso Alice queda impresionada, es allí cuando el Gnomo aparece, queriéndose aprovechar de la mujer, logrando derribarla, sin embargo Alice hace gala de sus habilidades en Judo, y con tres movimientos consigue zafarse del abusador. No se percató de que el enfermo había caído sobre su espalda, en la cual tenía una malformación a nivel de las vértebras (una joroba), el impacto contra el suelo ocasionó su ruptura, generando una muerte inmediata para el hombre.

Entre la conmoción generada por la condición en que quedó su amigo Luis Urquieta, entremezclada por ese sentimiento deprimente que emanaba la “Sala de los Desamparados”, Alice decidió salir de nuevo al exterior para tratar de calmarse, cosa que jamás ocurrió ya que el “Hortelano” llegó hasta ella exclamando que “había matado al Gnomo”, lo cual deshizo la poca firmeza que le quedaba a la mujer, terminando “doblada como ropa puesta a secar que se desprende de la cuerda” sobre el piso, privada de sentido. Después de este episodio fue llevada a la “Unidad de recuperación” para evaluar su situación y justo en ese momento es que Alice ve por primera vez al Director del Hospital.

Al regresar Samuel Alvar del viaje recibe a Alice, quien le relata el progreso de su investigación, recalcando los avances que había hecho sin la ayuda de este. Alvar finge conocer lo que la mujer le dice, pero después afirma que no es cierto y que él solo le había seguido el juego, cosa que para ella supone una duda en su cordura propia.

Con esto, Alice piensa sospecha de una conspiración que hay en su contra. Por otro lado los médicos trazan su diagnóstico (doble paranoia, la verdad y la mentira. Basado en lo desconocido y en lo que ella finge.) Después de la historia contada a Samuel, (quien ordenó que le pusieran la camisa de fuerza por la bofetada que recibió el hombre al llamarla loca) ella vuelve a investigar por su cuenta para probar que lo que dice es verdad, pidiendo que el doctor García del Olmo, su cliente, se presente para corroborar su investigación.

Como venganza por la degradación brindada por el Dr. Alvar, al ser llamada días después a la junta de médicos humilla a Samuel y relata la totalidad del caso. Con esto se gana la admiración de todos los médicos, y el odio de Alvar.

Más adelante mientras todo sigue su curso en el interior del manicomio dos etarras (participantes del movimiento ETA: organización terrorista del país vasco) sociópatas serán encerrados y más adelante asesinados, coincidiendo con suicidios y otros asesinatos más (entre ellos el de Remo, gemelo del niño mimético: Rómulo) durante una excursión que se sale de lo esperado por parte de la mala organización. El régimen abierto era inconstante y aumentaba el número de muertes, cosa que perjudicaba cada vez más la inestable reputación del director.

Alice investigaría el caso por su cuenta, llegando a resolver todos los enigmas (el caso de la muerte de los etarras el autor fue Machimbarrena, y de Remo el Hombre Elefante, quien a su vez fue el perpetrador del asesinato del padre de García del Olmo como desvelaría más adelante la mujer) y en su preciso momento, relatarlo a la policía ganando la admiración de estos por su gran coherencia y razón. Alice tenía emocionalmente consigo a todo el manicomio.

Llegó el día en el que contaría lo descubierto a García del Olmo en persona, sin embargo para sorpresa de la propia Alice, aquel hombre no era el que ella recordaba; dejándola en un shock, siendo esto excusa para que Samuel le quisiese aplicar el tratamiento más fuerte para que olvidara la paranoia (El Electroshock). Decidió escapar pero no lo logró, siendo capturada e internada en la “jaula de los Leones”, lugar donde se retenían a los pacientes conflictivos, con más dificultades psicosociales.

Rosellini, el encargado de esa sección le otorgó su ayuda, ofreciéndole todas las comodidades que estaban a su alcance. En aquella unidad Alice era la más beneficiada, sin embargo no abusaba de esto, al contrario, se propuso ayudar con los pacientes al personal encargado. Aún decidida a hacer pagar al director por todas las cosas que le había hecho, además de las trabas impuestas para su liberación, Alice comienza un rumor sobre una supuesta carta para destituir a Samuel Alvar, la cual posteriormente ella misma redactaría apropiadamente, siendo esta aprobada por todo el personal del hospital. Samuel sería destituido, pero este apeló a ser trasladado, para evitar posibles dificultades en su carrera.

No había duda, Alice estaba sana y había ganado, la nueva directora, Dolores Bernardos (especialista en terapia convulsivante), le concedió la libertad, a ella y a Ignacio Urquieta, después de que este descubriera lo que su subconsciente reprimía ocasionándole aquella fobia al agua (Asesinó involuntariamente a un niño al haberlo tirado con patines a una piscina.). Sin embargo, el día en que le iban a dar el alta, llegó una orden de la dirección de cancelar todas las salidas del hospital hasta nuevo aviso y por consiguiente, el alta de Alice se veía pospuesta una vez más.

Ese mismo día había llegado al hospital una investigadora amiga de Alice, María Luisa Fernández, quien la ayudó a comprobar que su marido la había estafad cuando descubrió que García del Olmo no era quien esperaba que fuese. (Para probar que le habían tendido una trampa)

Esta, momento antes de la salida en libertad de Alice, relató que había descubierto que Alice realmente estaba enferma y padecía paranoia. Que el Dr. García del Olmo era en realidad el Dr. Donadío, quien había firmado inicialmente la orden de ingreso de Alice al hospital, y que le habían encerrado voluntariamente, conocedores del mal que tenía, su marido y él. Durante estos acontecimientos su marido aprovechó para estafarle.

María Luisa relató que la causa de la paranoia de Alice era la infidelidad de la cual había sido víctima. Su matrimonio llevaba tiempo con dificultades, cosa que llegó al punto de que la pareja no durmiera junta, oportunidad que Heliodoro Almenara, esposo de Alice, aprovechó metiendo a la casa prostitutas, lo cual solo causaba indiferencia en su mujer, indiferencia que rayaba en lo anormal según sus antiguas damas de servicio:

“Su temperamento, varió radicalmente. La suya no era altivez, ni frialdad, ni indiferencia. Antes parecía ignorancia de cuanto ocurría en torno. Una vez fue abordada en el pasillo por una de aquellas fulanas, quien la invitó a pasar al cuarto de Heliodoro confundiéndola con otra de su misma calaña. Se disculpó muy cortés afirmando que

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