República Weimar

En la novela Pequeño Hombre, ¿y ahora qué? Del autor Hans Fallada, se puede contemplar el caso de una joven pareja, Pinneberg y Corderita, que sufría los estragos de la crisis de Weimar. Pinneberg, un empleado que gana aproximadamente 140 marcos limpios se nota preocupado ante la situación de que su amada Corderita y el crio que están esperando no tengan una vida digna con tan pocos ingresos y con la situación en la cual Alemania se encuentra en esos tiempos, la de la crisis de Weimar causada por la inflación.
La república de Weimar corresponde al régimen político conformado por socialistas, católicos y liberales (Partido Democrático Alemán) instaurado en Alemania después de su derrota en la Primera Guerra Mundial. A pesar de que la Gran Depresión de 1929 se originó en Estados Unidos, esta repercutió significativamente en la república de Weimar, ya que este país era el encargado de otorgar préstamos a Alemania para este a su vez incentivar a los países que conformaban a los Aliados para que realizaran reparaciones en sus respectivos países por consecuencia de la Gran Guerra.

El principal fruto de esta crisis fue el aumento significativo de los parados en la sociedad (obreros), los cuales se unirían por sus inconformidades con el gobierno tiempo después para crear el Partido Comunista. Los comunistas estaban en contra del sistema político y de aquellos que lo apoyasen: “En su opinión, todo el gobierno alemán era «fascista»; el fascismo era la expresión política del capitalismo; y los socialdemócratas eran «socialfascistas»: porque eran el principal apoyo del capitalismo, apartaban a los trabajadores del compromiso revolucionario y los reconciliaban con el sistema político «fascista» de Weimar.” (Evans, 2005)
Otro gran enemigo de los comunistas eran los socialdemócratas.

La hostilidad del Partido Comunista hacia la República de Weimar y los socialdemócratas, le impidió observar otro gran partido que iba ganando popularidad y cada vez resultaba más amenazante: el nazismo. Paulatinamente, los obreros parados que pertenecían al partido comunista ponían en riesgo la firmeza de su partido al estar escasos de fondos para salvaguardarlo. El nazismo a ganar popularidad entre los burgueses: “En este conflicto las simpatías burguesas estaban en general del lado de los nazis, que, después de todo, no amenazaban con acabar con el capitalismo si llegaban al poder, ni con crear una «Alemania soviética».” (Evans, 2005)

Hoy en día, Grecia sufre una crisis muy semejante a la de Alemania en la República de Weimar. Ambas crisis fueron causadas por un endeudamiento excesivo, Grecia después de los Juegos Olímpicos de 2004, y Alemania al finalizar la Primera Guerra Mundial. La comunidad de Grecia al igual que la de Alemania, en su tiempo, sufre de paros en el sector público como privado, y esto ha llevado que se cree un descontento con el gobierno el cuál ha sido manifestado a través de abundantes huelgas. En Grecia hay una disputa entre Amanecer Dorado, partido neonazi ligados a la ultraderecha, y los militantes de izquierda, como en Alemania entre los comunistas y el nazismo en su tiempo. Otra analogía que pudiéramos rescatar entre estas crisis es la similitud del racismo y el apoyo a los partidos de derecha. Amanecer Dorado es apoyado por los niveles más altos de la policía griega y muestra un odio por los inmigrantes, buscan la limpia de la comunidad griega, similar al nazismo en Alemania, apoyado por los burgueses y la busca de la “raza germana”.

Tomando como referencia todo este contexto, los protagonistas de la novela de Hans Fallada, era muy probable que votaran en las siguientes elecciones por el partido comunista. En primera instancia, la situación de Pinneberg es similar a los demás seguidores del partido, un obrero desempleado. Asimismo en la colonia donde viven Pinneberg y Corderita al finalizar el libro habitan una cantidad muy grande de comunistas y se muestra preocupado al no ser de su simpatía por no realizar actos vandálicos con ellos: “Pinneberg toma un camino distinto al acostumbrado; hoy no le apetece pasar por la casita de Krymma, se habría producido un altercado…. Cuando Pinneberg saluda cortésmente con un «buenos días», responden «buenas» con un tono seco o gruñón, pero sin excesiva amabilidad. Seguro que se han enfadado con él. Pinneberg está preocupado.” (Fallada, 2012), entonces es muy probable que vote al partido para mejorar su relación con sus vecinos. Por último, el protagonista manifestó varias veces en la lectura su inconformidad con el actual gobierno y el destino de su siguiente voto: “-¿Es que no están ya calientitos, seguros y ricos en sus palacios, administrándonos? Y ahora encima, ¿van a convertirnos en unos malvados y en unos liantes?-….-La próxima vez votaré a los comunistas.” (Fallada, 2012)

...