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Resumen: Los 7 Habitos


Enviado por   •  28 de Junio de 2013  •  5.542 Palabras (23 Páginas)  •  355 Visitas

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PRIMER HABITO: “PROACTIVIDAD”.

El hábito de la pro actividad nos da la libertad para escoger nuestra respuesta a los estímulos del medio ambiente. Nos faculta para responder (responsabilidad) de acuerdo con nuestros principios y valores. Esta es la cualidad esencial que nos distingue de los demás miembros del reino animal. En esencia, es lo que nos hace humanos y nos permite afirmar que somos los arquitectos de nuestro propio destino.

Libertad interior de elegir

Autoconciencia Voluntad independiente

Imaginación Conciencia moral

Si bien la palabra pro actividad es ahora muy común en los textos de dirección de empresas, se trata de un término que no se encuentra en la mayoría de los diccionarios. No significa solo tomar la iniciativa. Significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.

RESPONSABILIDAD: HABILIDAD PARA RESPONDER

Dado que por naturaleza somos proactivos, si nuestras vidas están en función del condicionamiento y las condiciones, ello se debe a que, por decisión consciente o por omisión, elegimos otorgar a esas cosas el poder de controlarnos. Si nuestra elección es esa, nos volvemos reactivos. Las personas reactivas se ven a menudo afectadas por su ambiente físico. Si el tiempo es bueno, se sienten bien. Si no lo es, afecta a sus actitudes y su comportamiento. Las personas proactivas llevan consigo su propio clima. El hecho de que llueva o brille el sol no supone ninguna diferencia para ellas. Su fuerza impulsiva reside en los valores, y si su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no depende de que haga buen tiempo o no.

Las personas reactivas se ven también afectadas por el ambiente social, por el “clima social”. Cuando se las trata bien, se sienten bien; cuando no las tratan bien, se vuelven defensivas o auto protectoras. Las personas reactivas construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los otros, permitiendo que los defectos de las otras personas las controlen.

La capacidad para subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva. Las personas reactivas se ven impulsadas por sentimientos, por las circunstancias, por las condiciones, por el ambiente. Las personas proactivas se mueven por valores: valores cuidadosamente meditados, seleccionados e internalizados.

ESCUCHANDO NUESTRO LENGUAJE

LENGUAJE REACTIVO:

No puedo hacer nada.

Yo soy así.

Me vuelve loco.

No lo permitirán.

Tengo que hacer eso.

No puedo.

Debo

Si…….. LENGUAJE PROACTIVO:

Examinemos nuestras alternativas.

Puedo optar por un enfoque distinto.

Controlo mis sentimientos.

Puedo elaborar una exposición efectiva.

Elegiré una respuesta adecuada.

Elijo.

Prefiero.

CIRCULO DE PREOCUPACION / CIRCULO DE INFLUENCIA.

Otro modo excelente de tomar más conciencia de nuestro propio grado de pro actividad consiste en examinar en que invertimos nuestro tiempo y nuestra energía. Cada uno de nosotros tiene una amplia gama de preocupaciones: la salud, los hijos, los problemas del trabajo, la deuda pública, la guerra nuclear….. Podemos separarlas de las cosas con las que no tenemos ningún compromiso mental o emocional, creando un círculo de preocupación.

Cuando revisamos las cosas que están dentro de nuestro círculo de preocupación resulta evidente que sobre algunas de ellas no tenemos ningún control real, y , con respecto a otras, podemos hacer algo. Podemos identificar las preocupaciones de este último grupo circunscribiéndolas dentro de un “círculo de influencia” más pequeño.

Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el circulo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva: se amplia y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del circulo de influencia.

Por otra parte las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de la preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en las circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello resultan sentimientos de culpa y acusaciones, un lenguaje reactivo y sentimientos intensificados de aguda impotencia. La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja.

SUGERENCIAS PRÁCTICAS:

1.-Durante un día, preste atención a su lenguaje y al lenguaje de las personas que lo rodea. ¿Con cuanta frecuencia usa y escucha frases reactivas como “SI”, “No puedo”, “Debo” o “Tengo que”?

2.- Identifique una experiencia que tal vez deba afrontar en un futuro inmediato y en la que, sobre la base de su experiencia pasada, es probable que se comporte reactivamente. Pase revista a la situación en el contexto de su círculo de influencia. ¿Cómo puede responder proactivamente? Tómese algunos minutos y cree vívidamente la experiencia en su mente; véase respondiendo de manera proactiva. Recuerde la brecha que existe entre estimulo y respuesta. Comprométase consigo mismo a ejercer su libertad de elegir.

3.- Escoja un problema de su vida laboral o personal que le resulte frustrante. Determine si se trata de un problema de control directo, de control indirecto o de control inexistente. Identifique el primer paso que puede dar en su círculo de influencia para resolverlo y de ese paso.

SEGUNDO HABITO: “EMPEZAR CON UN FIN EN MENTE”.

Este habito de efectividad refleja el liderazgo personal y satisface plenamente la necesidad de encontrar un sentido a la propia existencia. Indica la imperiosa necesidad de comenzar

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