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Seleccion Aristoteles


Enviado por   •  31 de Agosto de 2016  •  Documentos de Investigación  •  3.402 Palabras (14 Páginas)  •  199 Visitas

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ARISTÓTELES

Aristóteles nació alrededor  del  384 a.C. en Estagira, una pequeña colonia griega en el reino de Macedonia. A los 17 o 18 años fue a Atenas para estudiar en la Academia, en la que permaneció veinte años, convirtiéndose en uno de los alumnos más brillantes de Platón y colaborando en la  enseñanza. Tras la muerte de Platón se alejó de Atenas e inició un período de viajes, en el que  realizó importantes investigaciones biológicas, abrió dos escuelas en distintas ciudades y fue  preceptor de Alejandro Magno, que por entonces tenía trece años. En el 334 a.C. retornó a Atenas y fundó el Liceo, una escuela de filosofía rival de la Academia. En el 323 a.C., durante una reacción antimacedónica en Atenas, fue acusado de impiedad, la misma acusación que había  llevado a la muerte a Sócrates. Para no dar a los atenienses, según dijo, la ocasión de cometer un nuevo crimen contra la  filosofía, huyó con  su familia a Calcis, donde murió al año siguiente.  

Ninguno de los escritos que el mismo Aristóteles  publicó, la mayoría  de los cuales parecen haber sido diálogos,  se ha conservado; sólo breves fragmentos de ellos han llegado hasta nosotros. Las obras que conocemos no estuvieron  destinadas  a  la  publicación  y  se relacionan con la enseñanza oral de Aristóteles en el interior de su escuela. Durante  algún  tiempo se pensó que podría tratarse de notas tomadas por sus alumnos;  hoy se suele sostener  que las escribió el mismo  Aristóteles,  ya  sea  como  preparación para sus cursos o como registro posterior de los mismos. Entre las más importantes se cuentan las obras de lógica  (Categorías, Acerca de la interpretación, Analíticos, Tópicos y Refutaciones sofísticas), Física, Metafísica, Acerca del alma, Ética Nicomaquea, Política y Poética.

Los significados de "ser" y la sustancia

     

La expresión ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos, pero en relación con una sola cosa y una sola naturaleza y no por mera coincidencia nominal, sino que al igual que ‘sano’ se dice en todos los casos en relación con la salud (algunas cosas [p. ej., un alimento] se dicen sanas porque conservan la salud, otras [p. ej., el ejercicio físico] porque la producen, otras [p. ej., el color de la tez] porque son signos de salud, otras [p. ej., un cuerpo] porque la salud se da en ellas) y ‘médico’ se dice en relación con la ciencia médica (se llama médico a lo uno porque posee la ciencia médica, a lo otro porque sus propiedades naturales son adecuadas a ella, a lo otro porque es el resultado de la ciencia médica), y podríamos encontrar cosas que se dicen de modo semejante a éstas, así también ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos, pero en todos los casos en relación con un único principio: de unas cosas se dice que son por ser sustancias, de otras por ser afecciones de la sustancia, de otras por ser procesos hacia la sustancia, o bien corrupciones o privaciones o cualidades o agentes productivos o agentes generadores ya de la sustancia ya de aquellas cosas que se dicen en relación con la sustancia, o bien por ser negaciones ya de algunas de estas cosas, ya de la sustancia. Y de ahí que, incluso de lo que no es, digamos que es “algo que no es”. Así pues, del mismo modo que de todas las cosas sanas se ocupa una sola ciencia, igualmente ocurre esto en los demás casos. Corresponde, en efecto, a una única ciencia estudiar, no solamente aquellas cosas que se denominan según un solo significado, sino también las que se denominan en relación con una sola naturaleza: y es que éstas se denominan también, en cierto modo, según un solo significado. Es, pues, evidente, que el estudio de las cosas que son en tanto que cosas que son, corresponde también a una sola ciencia.

Ahora bien, en todos los casos la ciencia se ocupa fundamentalmente de lo primero, es decir, de aquello de que las demás cosas dependen y en virtud de lo cual reciben la denominación correspondiente. Por tanto, si esto es la sustancia, el filósofo deberá hallarse en posesión de los principios y las causas de las sustancias. (Metafísica, IV, 2, 1003a32-b18)

La expresión ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos... De una parte, en efecto, significa el qué-es y algo determinado y, de otra parte, la cualidad, la cantidad o cualquiera de las otras categorías. Pues bien, si ‘lo que es’ se dice tal en todos estos sentidos, es evidente que lo que es primero de todos ellos es el qué-es, referido a la sustancia (efectivamente, cuando queremos decir de qué cualidad es algo determinado, decimos que es bueno o malo, pero no que mide tres codos o que es un hombre; por el contrario, cuando queremos decir qué es, no decimos que es blanco o caliente o de tres codos, sino un hombre o un dios), mientras que las demás se denominan “cosas que son” porque son cantidades o cualidades o afecciones o alguna otra determinación de lo que es en el sentido señalado.

Sería lícito preguntarse si 'caminar' y 'encontrarse bien' y 'estar sentado' son entes o no-entes, y del mismo modo en los otros casos. Pues ninguno de ellos tiene por naturaleza una existencia separada o puede separarse de la sustancia. Más bien, si algo es, es la 'cosa' que camina o que está sentada o que se encuentra bien. Y la razón por la cual estas cosas parecen ser más entes, es porque tienen cierto sustrato, es decir, la sustancia y el individuo particular, que es lo que claramente está implicado en la categoría en cuestión, pues sin él no puede hablarse de 'lo bueno' o 'lo sentado'. Resulta claro que es por la sustancia que cada una de las cosas mencionadas existe. De aquí que el ente, en sentido primario y no en sentido restringido sino absoluto, será la sustancia.

El término 'primero' tiene muchas significaciones; pero la sustancia es primera en todas: en el enunciado, en el conocimiento y en el tiempo. Pues ninguna de las demás categorías puede existir separadamente, pero la sustancia sí lo puede. Asimismo es primera en el enunciado, porque en el enunciado de cada cosa ha de estar necesariamente incluido el de la sustancia. Y pensamos conocer cada cosa particular de un modo cabal cuando conocemos el 'qué-es', por ejemplo, que es hombre o fuego, más que cuando conocemos su cualidad, su cantidad o su lugar, porque sabemos cada uno de estos modos en sí mismos cuando conocemos qué es la cantidad o la cualidad. El tema que desde hace mucho tiempo, ahora y siempre se ha buscado y ha planteado renovadas dificultades: ¿qué es el ente? viene a ser ¿qué es la sustancia? (Metafísica, VII, 1, 1028a10-b4)

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