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Temáticas De J.L.Borges


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2014  •  1.614 Palabras (7 Páginas)  •  144 Visitas

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Introducción:

A lo largo de las obras de J.L.Borges vamos a ver que éste pone énfasis en algunas temáticas que son especiales para él, tales como lo son el tiempo, el laberinto, la biblioteca, entre otras.

En su obra “La muerte y la brújula” trata principalmente sobre el destino y nos demuestra que la vida es un laberinto, o más bien, el destino es un laberinto ya que todas nuestras decisiones van componiendo el mismo hasta llegar a destino, el cual si no sabemos como resolverlo, moriremos.

Nos proponemos mediante este texto a tratar de interpretar el significado del laberinto, y también otras temáticas, como la muerte y el tiempo, que se vinculan con este, y de compararlo con el sentido que las mismas tuvieron en la vida de Borges. Para poder comprender mejor la utilización de las mismas en las obras del autor, no estaría de más comparar nuestro relato, relacionarlo con otras lecturas del escritor y ver sus recursos expresados en ellas.

Desarrollo:

Desde su infancia, la vida de Borges estuvo marcada por temáticas, entre ellas el laberinto. Hablamos desde su infancia y lo justificaremos con unas palabras de María Esther Vázquez: "una de las obsesiones infantiles que trasladó a la literatura fue el laberinto. En su casa había un libro que mostraba las Siete maravillas del Mundo y entre ellas estaba, por supuesto, el Laberinto de Creta. El niño lo observaba incansablemente y creía que si hubiera contado con una lupa muy grande hubiera podido ver al Minotauro en su centro”. También podríamos destacar el hecho de que Borges en su niñez vivía en una casa grande, la casa de Palermo, y para él era un laberinto porque siempre se perdía.

En muchos de sus cuentos Borges nos habla de la temática del laberinto, tal es el caso de “La muerte y la brújula” "la casa de Asterión" o "El jardín de senderos que se bifurcan"

El mismo Borges toma el laberinto como una metáfora que es nuestra vida, nuestro destino. En la obra que analizaremos “la muerte y la brújula”, el autor habla del destino y como los caminos por más complicados, caóticos y cambiantes que pueden ser siempre conducirán a un mismo destino, el cual es siempre permanente. Este sector permanente es obviamente el centro del laberinto. Sin embargo muchas veces pueden salir triunfantes, al igual que muchas veces las personas suelen enredarse, desorientarse y perderse donde su único destino es la muerte. De más está decir, que es en esta temática la que invade nuestros relatos.

También encuentro en sus relatos, el cuento a analizar y el poema “El Laberinto” un juego de contrapuestos. Vemos como lo aplica en el cuento cuando habla, por ejemplo, de norte-sur, este-oeste; en el poema también podemos observar contrapuestos: “Zeus no podría desatar las redes de piedra...Sé que en la sombra hay otro, cuya suerte es fatigar las largas soledades que tejen y destejes este Hades…”. Sin embargo, el mismo recurso del laberinto es un contrapuesto por sí mismo ya que sus caminos son cambiantes y lo constante es el centro, el punto de llegada.

Ahora bien, comparemos esta idea con nuestro texto. Tenemos a nuestro personaje Erik Lönnrot que, el cual casi al final de la historia, descubrimos que había mandado a arrestar a una persona (hermano de su asesino) y que al final de todo resulto ser todo una especie de laberinto tejido a partir de un asesinato, producto del azar, que le sirvió a Scharlach (asesino de Lönnrot) para atraparlo. Es irónico el hecho de que en la quinta en la cual Lönnrot había mandado a arrestar a aquel hombre sea donde finalmente muera, porque fue todo planeado por su asesino, y también el hecho de que Lönnrot haya terminado en ese lugar, siguiendo ese camino, siguiendo ese laberinto y habiendo llegado al centro del mismo, habiendo llegado a su destino. Esto a nuestro modo de ver sucede porque estas pistas estaban hechas solamente para que Lönnrot sea quien puedas seguirlas, pues resulta obvio, ya que este era su laberinto.

La idea que nos refleja Borges es que cada uno tiene su propio laberinto, nadie puede caminarlo por nosotros, nadie puede caminar nuestro laberinto ya que cada uno tiene el suyo, cada uno tiene su destino.

El laberinto es muy utilizado por Borges a la hora de hablar sobre destinos y la vida, así como lo utiliza en La muerte y la brújula, también es utilizado en su poema El laberinto en Elogio de la sombra: “…sigo el odiado camino de monótonas paredes que es mi destino. Rectas galerías que se curvan en círculos secretos al cabo de los años…”. Esto nos demuestra que el personaje está inmerso en un infinito laberinto del que no puede salir. Entonces vemos que en varias obras Borges trata

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