Vámonos Con Pancho Villa

VÁMONOS CON PANCHO VILLA DE RAFAEL F. MUÑOZ

CELINA YARELI PALMA OLIVAS.

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Entre 1910 y 1920, México vivió uno de sus procesos históricos más importantes. Esa década se caracterizó por revueltas armadas, reclamos sociales y disputas por el mando político. Aunque también suscitó una efervescencia en el campo de las ideas y de las artes. A este periodo se le conoce oficialmente como la Revolución Mexicana.

Ya se acerca la famosa fecha, como cada año, hay que festejar un aniversario más, ahora es el 103. En México siempre se busca festejar por todo, cualquier día es el indicado para la fiesta, y más todavía si se trata de algo que reafirme el mexicanismo. Pero más que una fecha para celebrar, el 20 de noviembre representa una ocasión para repensar el devenir histórico de México y la actual situación del país.

Por lo anterior me llamó la atención leer este libro, ya que en el podemos encontrar una nueva faceta de la revolución mexicana, con una excelente narración donde nos transporta a los momentos más cruciales de experiencias de lucha y muerte. La historia de Vámonos con Pancho Villa se encuentra ubicada entre los años de 1913 y 1920 ya que es la fecha que empieza la lucha de Pancho Villa y también es cuando se retira.

Antes de iniciar con la historia, voy a comentar algo que me llamó mucho la atención en el prólogo de este libro, el significado de “Vámonos con Pancho Villa”, que hace referencia a la Bola como un sentido de pertenencia, que aunque no se supieran sus nombres sabían que estaban ahí presentes, denotando no sólo el honor sino que se ponía de manifiesto en cada uno de los guerrilleros villistas su honestidad, su compromiso por una causa en común que iba más allá de anhelos por una vida mejor y más justa. Se trata de una causa que cobra dimensiones que trascienden sus propios proyectos de vida, debido también a su pertenencia grupal de un sector totalmente desfavorecido, encauzando parte de sus rencores como motivadores explosivos puestos en manifiesto a través de las armas. Como reflexión cuántos de ellos que no vienen sus nombres en los libros quedaron tirados en los campos de batalla, como es el caso de estos personajes.

Sin embargo, la novela no sigue los pasos de Villa, ese fue otro punto que me llamó la atención ya que es un personaje reconocido entre historiadores y leyendas populares; La trama de esta historia nos habla de seis soldados desconocidos que se autodenominan los "Leones de San Pablo", y que son Miguel Ángel del Toro, un adolescente a quien apodan "Becerrillo", Tiburcio Maya, Melitón Botello, el manco Martín Espinosa, Máximo y Rodrigo Perea. Ellos son la encarnación del soldado villista poco comprensible para muchos, poniendo de manifiesto la valentía, la hermandad, la fidelidad y la hombría a prueba de todo.

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Todo comienza con la acción de Miguel Ángel del Toro, al ejecutar a los centinelas federales que están a cargo de la custodia de un puente. El capitán Medina ante este hecho lo golpea no porque piense que es culpable, sino que piensa que está encubriendo a los hermanos Perea; Becerrillo logra escapar y reunirse con los Perea, Espinosa, Botello y con Tiburcio Maya, en tal reunión toman la decisión para ser parte del grupo revolucionario encabezado por Pancho Villa, esto con la desaprobación total de la esposa de Tiburcio.

En la novela muestra que si bien los guerrilleros contaban con grandes carencias, también poseían un gran capital en cuanto al conocimiento de terrenos, de la sierra, montañas, etc. hierbas que alimentan o curan, pero ante todo la valentía de luchar hombro a hombro y el valor de ser fieles y cómplices hasta la muerte por defender sus convicciones. Y menciono hasta la muerte porque cada uno de ellos fue encontrándola en diferentes circunstancias conforme iban sucediendo las batallas.

Durante la Toma de Torreón a finales de marzo de 1914, es cuando mueren en esa acción tres de los primeros Leones de San Pablo: Becerrillo, Rodrigo Perea y Martín Espinosa. En estas acciones de valentía se demuestra que sólo se mata en defensa propia y con argumentos de peso. Rafael F. Muñoz nos da la pauta para ir rompiendo en contra de los prejuicios que denotan una lucha llena de vandalismo puro o asesinatos a sangre fría, donde más bien pareciera ser que las muertes suelen ser en vano, pero si lo analizamos desde otra perspectiva a mí en lo particular me conmovía como cada uno hereda al otro la fuerza para mantenerse como parte de un movimiento ideológico, que debía mantenerse en pie, resistiendo, sin importar el panorama devastador que se impone; siendo héroes quienes lucharon valientemente, obligados a responder a diferentes sacrificios.

Por ejemplo la valentía de Rodrigo Perea, el cual cumplió con el ideal de hacer algo importante, y aunque murió en batalla se quedó satisfecho porque supo que actuó con valentía y que su general Villa le reconoció tal hecho. El relato de la muerte de Espinoza es terriblemente abrumador, se trata de un suceso que pone en evidencia la real lealtad y congruencia de sus actos con pensamientos, como se fingió herido y en lugar de tratar de escapar para salvar su vida lanzo dinamita para poder destruir la torre. Pero el caso que más me conmovió fue la muerte de Becerrillo y la fuerte decisión que tomo Tiburcio Maya para ya no ver sufrir más a su compañero de batalla, el cual tenía el rostro destrozado y se estaba desangrando y con una mirada suplicante, pedía a Tiburcio que le diera el tiro de gracia el cual accedió, para evitarle más sufrimiento.

Posteriormente al triunfo de la Toma de Torreón muere un cuarto León cuyo nombre es Melitón Botello en un círculo de la muerte que rodea a estos héroes valientes. Participó por que uno de los que se encontraba reunidos con ellos tenía la superstición que al estar reunidos trece personas, en esa noche un hombre moriría, por ello tiraron a la suerte para que ella decidiera quien sería el desafortunado; y aunque Melitón solo fue herido en tal hazaña él decidió quitarse la vida para demostrar que los leones no eran cobardes, ya que habían puesto como manifiesto que al que le tocara la bala sería porque quiso huir de su suerte. Puede verse como un caso totalmente contrastante, el de Melitón al de sus otros compañeros leones, ya que muere en un juego vicioso, pero que perteneciendo al mismo contexto, muestra la importancia de demostrar en todo momento y lugar la valentía, operando en cada uno de estos personajes una convicción demasiado arraigada por protegerse unos de otros, así como lo hacían por el propio Villa, a veces en contra de su propia lógica.

Al avanzar hacia Zacatecas, El

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