La performance y algunas de sus representantes
Lucía Olmo PozoTrabajo9 de Septiembre de 2025
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La performance y algunas de sus representantes.
Lucía Olmo Pozo.
Universidad de Murcia. Grado en Historia del Arte.
Pedro Alberto Cruz Sanchez.
15-10-25
Indice.
1. Introducción. 2
2. Significación y antecedentes de las performances. 2
3. otras perforistas. 6
3.1. Pippa Bacca 7
3.2. Orlan 9
4. Abramovic. 10
4.1. Primera obra. 12
4.2. obra con ulay. 15
4.3. Obras finales. 16
4.4. El espectador dentro de su performance. 17
5. conclusión. 18
6. Bibgliografía. 20
1. Introducción.
En este trabajo intentaremos discernir una definición en la que pueda incluirse la denominación performance, mostrando sus antecedentes y aquellos elementos que han contribuido a su significación. Además, exploraremos las bases sobre las que surge la performance. También abordaremos el tránsito desde la preforma hacia figuras que, en este caso, son exclusivamente femeninas. Estas artistas han desarrollado performances que nos muestran la diversidad en la manera de exponer la acción artística. Dentro de este marco, destacaremos a Pina Bausch, analizando la relevancia de su obra. Asimismo, exploraremos cómo la performance puede ser considerada una representación artística seria, cargada de sentido, y que va más allá de lo que tradicionalmente se ha denominado arte. Incluiremos también un análisis de la performance extrema, tomando como ejemplo la obra de Orlan, cuyo trabajo también destacaremos. Finalmente, centraremos el foco de este estudio en Marina Abramović, quien ha logrado una gran evolución y desarrollo de la performance, haciendo que muchos reconozcan y comprendan esta expresión artística, al punto de llevarla a una cultura de masas. Concluiremos analizando cómo, como espectadores, podemos interpretar o integrarnos en este tipo de obras, logrando recoger y experimentar de manera directa el mensaje que transmite la performance.
2. Significación y antecedentes de las performances.
Para intentar dar un significado a lo que se denomina performance, lo primero que debemos hacer es consultar la definición de la Real Academia Española (RAE), que la describe como un espectáculo basado en la improvisación y el contacto directo con los espectadores . Sin embargo, esta definición resulta controvertida, ya que existen numerosas acepciones e interpretaciones acerca de lo que puede considerarse una performance. Por ejemplo, según Schechner, la performance no se define únicamente como una improvisación, sino como una acción, lo cual sugiere que puede extenderse a otros aspectos de la vida cotidiana y del ámbito artístico . En este sentido, la performance está influenciada por el entorno social, los principios morales e ideológicos de cada individuo, así como por la repetición de lo vivido o experimentado. Aunque es posible que haya cierto grado de improvisación, Schechner enfatiza que las performances suelen estar planificadas y realizadas a partir de conceptos y preceptos específicos . Por lo tanto, no es adecuado simplificar su definición reduciéndola únicamente al concepto de improvisación.
Es importante señalar que la performance no es una innovación reciente. Más bien, es una práctica que puede rastrearse en diferentes épocas y culturas, adaptándose y modificándose con el tiempo. De este modo, el arte, como fenómeno cíclico, reutiliza y resignifica elementos del pasado. Así, prácticas que pueden considerarse precursoras de la performance se observan en rituales de antiguas culturas, en teatros populares, en danzas y en figuras como los chamanes. El lenguaje contemporáneo de la performance comienza a consolidarse en los años 30, con la Segunda Guerra Mundial y el posterior exilio de artistas europeos hacia nuevos contextos. Este desplazamiento dio lugar al desarrollo de un teatro experimental que derivó en diversas prácticas artísticas, como el dripping (goteo), la manipulación del lienzo con técnicas no convencionales como roturas o grietas, y la transición hacia un arte gestual, como el Action Painting o el Body Art. Además, este movimiento artístico toma influencias de las vanguardias del siglo XX, como el dadaísmo y el futurismo . No obstante, los antecedentes de la performance pueden rastrearse aún más atrás en el tiempo, como en las fiestas de los Bentvueghels dedicadas a Baco, que evocaban de manera satírica la personificación de este dios. Estas prácticas podrían considerarse proto-performances debido a su carácter teatral y festivo.
En cuanto a una definición más clásica, Eugenio Barba, fundador del Teatro Antropológico, propone un enfoque dramatúrgico y teatral de la performance, en el que se establece una interacción significativa entre el personaje y el público. Según Barba, el personaje actúa con conocimiento previo del impacto que desea generar en los espectadores. Esto contrasta con la visión de Schechner, quien sostiene que la vida cotidiana puede ser una performance. Según este autor, la conducta cotidiana se realiza y repite, lo que confiere un significado simbólico a estas acciones . Barba, sin embargo, argumenta que la performance utiliza el cuerpo de una manera extra-cotidiana, es decir, en formas alteradas y alejadas de las conductas habituales. Este enfoque destaca cómo la performance trasciende las condiciones o aspectos cotidianos para explorar nuevas posibilidades expresivas .
La performance, tal y como se entiende en el ámbito contemporáneo, puede rastrear sus orígenes más definidos a los años 70, según lo describe Fischer-Lichte en su obra A Static Test Performativo. Durante esta década, surgió un “giro performativo” en el que la atención dejó de centrarse únicamente en la obra para trasladarse a la acción que producía dicha obra . Este cambio estableció un nuevo paradigma en el arte, vinculándolo a acciones políticas y sociales, como sugiere el concepto de "arte sociológico" de Pierre Bourdieu. En este nuevo enfoque, no es tanto la obra en sí lo que se valora, sino el efecto que esta tiene en la sociedad. Así, se prioriza la idea sobre la autoría, empleando el cuerpo como herramienta principal y conectando la performance con el arte conceptual .
El contexto histórico en el que emergió este giro estaba cargado de contradicciones y marcado por movimientos sociales, como las luchas feministas y antirracistas, que la performance reflejó y amplificó. Se trataba de un medio para reaccionar y articular el cambio social, mostrando la capacidad del arte para adaptarse a las inquietudes contemporáneas .
Schechner y Turner aportan una perspectiva que vincula la performance a los ritos y los dramas sociales. Según ellos, las acciones performativas son comportamientos culturalmente atribuidos que se estructuran en tres fases: reunión, representación y dispersión. Este marco une la antropología con los estudios dramatúrgicos. Judith Butler, por su parte, argumenta que no existe una separación definitiva entre la vida cotidiana y la performance, ya que el entorno social impregna nuestras acciones, comportamientos e identidades, como el género y la raza. En este sentido, la performance se convierte en un espacio donde vida y arte se entrelazan inseparablemente .
Un ejemplo destacado en esta línea es el Body Art, representado por artistas como Helena Almeida, quien afirmaba: “La obra es mi cuerpo, y mi cuerpo es mi obra”. La performance, según Torres, es de naturaleza heterogénea y esquiva cualquier definición que intente encasillarla. No tiene un sentido unitario ni dogmas estrictos, sino que es definida por la acción y la intención del artista . Esta diversidad es respaldada por Ferrer, quien sostiene que cada cual inventa su propia definición, todas ellas válidas o no válidas según el contexto .
Un elemento clave de la performance es la verdad. La acción, cuando es presenciada, crea una línea tenue entre la obra y la realidad cotidiana. Sin embargo, Loader introduce una distinción entre performances documentales y teatrales. Las primeras son testimonio directo de un evento, mientras que las segundas representan una simulación de la acción. Ejemplos de esto último incluyen a Cindy Sherman, que únicamente documentaba fotografías de sus performances sin llevarlas a cabo realmente, o Matthew Barney, quien también exploró esta línea difusa entre representación y realidad .
La naturaleza efímera de la performance plantea un problema de repetición. Cuando una acción se reproduce constantemente, como en registros de vídeo o retrospectivas, corre el riesgo de convertirse en una teatralidad y perder la autenticidad del “aquí y ahora”. Esto se observa en Shoot, una acción de Chris Burden en la que pidió que le dispararan con un rifle en plena guerra de Vietnam. La acción tenía sentido en su contexto original, pero su repetición podría despojarla de su impacto inicial .
Un caso similar se dio en la retrospectiva de Marina Abramović en el MoMA, donde se recrearon sus performances. Aunque las acciones fueron fielmente representadas, perdieron el sentido de inmediatez e imprevisibilidad que caracterizó a las originales. Este fenómeno, conocido como "imponderabilidad", ilustra cómo la repetición puede transformar una performance en algo más predecible, alejándola
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