MUSICA URUGUAYA TRABAJO: “ LA MUSICA INDIGENA”
Nacho OguezTrabajo21 de Junio de 2016
2.640 Palabras (11 Páginas)437 Visitas
MUSICA URUGUAYA
TRABAJO: “ LA MUSICA INDIGENA”
Resumen del capitulo uno de la primera parte (“Música Primitiva”) del libro de Lauro Ayestaran “La Música en el Uruguay”
Ignacio Oguez
4to B
Instituto de Profesores “Artigas”
21/10/2015
INTRODUCCION
Dos grandes grupos étnicos se movieron en el Uruguay (desde el descubrimiento hasta las primeras décadas del siglo XIX), el primero es el grupo representado por la familia “chana-charrua”, y el segundo por la “tupi-guarani”.
El grupo “chana-charrua” se hallaba integrado por los chanaes y por los charruas, subdivididos estos ultimos en once tribus: charruas, yaros, guenoas, bohanes, minuanes, cloyas, martidanes, manchados, guayantiranes, balomares y negueguianes. Quienes habitarion nuestro territorio fueron los chanaes y los cinco primeros del grupo charrua.
Una comunidad de lengua matriz define al grupo “Chana-Charrua” frente al “Tupi-Guarani”. Sixto Perea Alonso demostró que pertenecían a la lengua madre “arawak”, cuyo centro se halla en la Guyana Francesa.
Desde el punto de vista musical, excepto en la chana, no se observa en las tribus restantes ningún sincretismo con el arte sonoro europeo.
En los primeros años del S XIX el grupo “chana-charrua” ha sido exterminado.
Para el grupo tupi-guarani, encontramos numerosos documentos a finales del siglo XVIII en los que se habla de los “indios músicos” que acompañaban con flautas, tamboriles, arpas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del Uruguay actual.
LAS REFERENCIAS DE AZARA
Dice Azara que los Charruas “no conocen ni juegos, ni bailes, ni canciones, ni instrumentos de musica, ni sociedades o conversaciones ociosas” al referirse a los charruas. Para los minuanes utiliza palabras similares.
Aunque luego Azara se preocupa de advertirnos lo contrario en su prologo a la “Descripción e historia del Paraguay y del Rio de la Plata”, bien sabida es su actitud despectiva hacia nuestros aborígenes, a quienes tenia casi como una intermedia entre el hombre y los animales.
Lo cierto es que después de la exterminacion de los charruas en el Queguay de 1831, los historiadores se encargaron de escribir una historia negra que esta pidiendo una revisión. Aunque es verdad que era una tribu que se cerraba a todo contacto extraño haciendo así mas difícil el acceso a su cultura e historia.
LA PRIMERA REFERENCIA MUSICAL DE 1531
Descubierto el Rio de la Plata y hasta la llegada del primer adelantado en 1535, se conservan algunos documentos. Uno de los primeros tiene una referencia musical sobre los charruas. En el “Diario da Navegacao” de Pero Lopes de Sousa, declara ste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron sus hombres en la playa del puerto de Maldonado para abastecerse de agua. Los charruas se les acercaron temerosos primero y confiados luego, recibiéndolos “com grandes choros e cantigas mui tristes”.
EL PRIMITIVO INSTRUMENTAL CHARRUA DE 1573
En 1753, el clérigo Martín del Barco Centenera, lega “a las Indias” acompañando la expedición de Ortiz de Zarate. Tras aventuras sin cuento, al volver a Europa publica en Lisboa en 1602 su poema “Argentina y conquista del Rio de la Plata”. En esta crónica rimada, Barco Centenera cuenta como oyó a los charruas acompañarse de instrumentos musicales para la acción guerrera: “trompas, bozinas y atambores”.
LA MUSICA EN LAS MISIONES ORIENTALES
En las Misiones Orientales la música era una actividad natural y espontanea que acompañaba al indígena en sus manifestaciones publicas de trabajo, de religiosidad desde luego y también de guerra. Ejecutantes, compositores, hasta “luthiers” y constructores de órganos, vivían bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuitico, desarrollando en todos los sentidos sus aptitudes. Ejecutaban guitarras, arpas, espinetas, laudes, violines, violoncelos, trombones, cornetas, oboes, etc. y manejaban tanto el llamado “canto fermo semplice” como el figurado.
Pero el Charrua, en sus correrías hacia el Norte, era por el contrario uno de los mas temibles enemigos de las Reducciones Jesuiticas, compartiendo su responsabilidad destructora muchas veces con los mamelucos. En contadas ocasiones se reunieron los charruas bajo la organización misionera.
MISAS CANTADAS ENTRE CHARRUAS Y CHANAES EN 1624
En la Banda Oriental se cantaron misas entre algunos charruas y chanaes. Fueron testigo de ello varias personalidades importantes de la época como el licenciado Francisco Caballero Bazan, Bernardo de León, el capitan Salvador Barbosa de Aguilar y Fray Juan de Vergara. Fray Bernardino de Guzmán fue ajeno por completo a estas fundaciones.
INSTRUMENTAL INDIGENA DE 1680
En el operativo de expulsion de los indigenas de Colonia del Sacramento, Jose del Garro solicita al P. Cristobal Altamirano que reclute hasta 3.000 indios de las Misiones del Parana y Uruguay para incorporarlos a la altura del Pueblo de Santo Domingo de Soriano, a las tropas de espanoles al mmando de Vera Muxica, con el fin de atacar en grueso numero la plaza. El padre altamirano dicta entonces instrucciones militares a los Padres Misioneros de las Doctrinas del Parana y Uruguay, y entre ellas ordena que “todos los indios se lleven sus pingollos o pifanos o flautas con que se animen a la guerra”.
LOS INDIOS MUSICOS DE SORIANO A FINES DEL SIGLO XVIII
La llegada del Obispo al pueblo de Soriano en 1799 determina una condigna efervescencia musical en el ambito de la iglesia. El maestro Hilario convoca a todos los indios musicos y forma con ellos un conjunto instrumental ponderable. El Cabildo llego a pagarles hasta seis pesos y tres reales, por el gasto de jabon que gastaron en su limpieza. Entre los indios habia hasta un compositor, un musico culto que dominaba la escritura sonora.
CANTOS CHARRUAS DE COMBAT EN 1812
En el cuarto tomo de las “Memorias” manuscritas de Diaz, se describen con lujo de detalles las condiciones sociales, practicas y costumbres de nuestros aborígenes. En cuanto a la música refiere, se alude a las situaciones de guerra, en las cuales el Cacique cada vez que en la arenga incita a la venganza, mueve su lanza con fuerza, y en toda la linea se arma una gritería prometiendo pelear con valor. Mientras tanto las mujeres se ponen en fila atrás de la linea de los hombres y cantan. Los guerreros se preparan para el asalto haciendo sonar una bocina de guampa.
INSTRUMENTAL MISIONERO DE 1815
Larrañaga anotó cuidadosamente todas las peripecias del viaje y a su llegada a Canelones el 1 de junio de 1815, y estas fueron sus palabras: “Lo que llegamos al Pueblo fue nuestra primer diligencia pasar a ver al Comandante. Este nos hizo entrar a su casa y nos recibio con tanto agrado y miramiento que me avergonzo recibiendonos con una musica regular de dos violines, tamboras y triangulo, tocadas por cuatro Indios de Misiones”.
CANTO GREGORIANO EN EL PUEBLO DE DURAZNO EN 1824
En la ciudad de Durazno, pleno corazón de la república, se entonaba en 1824, el canto gregoriano como expresión colectiva. El pueblo, al igual que en el medioevo, era el acompañante del Sacrificio de la Misa y cumplía su cometido entonando los cantos litúrgicos cristianos. Y ese pueblo, integrado exclusivamente por indios, había recibido su tradición desde la era misionera que había desaparecido hacia ya mas de medio siglo.
BOCINAS DE GUAMPA ENTRE LOS CHARRUAS DE 1825
El hecho de emplear una guampa a manera de boina para amplificar ordenes de guerra nos dice claramente de la procedencia post-colombina de este instrumento. Por otro lado la danza pirrica que forman en hilera los charruas antes de lanzarse al combate concuerda perfectamente con todas las expresiones coreográficas de los pueblos primitivos.
EL ARCO MUSICAL DE TACUABE (1833)
El charrua como entidad tribal diferenciada, desaparece en los primeros añ0os del siglo XIX después de innumerables matanzas que se escalonan a lo largo de las dos centurias anteriores. Aquí nos referiremos al “Arco Musical” de Tacuabe, uno de los llamados cuatro últimos charruas: Los otros eran el cacique Vaimaca-Peru, el medico de tribu Senaque y Guyunusa, la mujer de Tacuabe. Un antiguo capitan del Estado Mayor Frances llamado Curel, agregado al Ministerio de Guerra de su país y director a la sazón del Colegio Oriental de Montevideo, logro autorización del gobierno oriental para transportarlos a Francia y exhibirlos allí con el objeto de dar a conocer a la ciencia antropológica europea los últimos ejemplares de una raza a punto de extinguirse, y con ello obtener ganancias económicas.
...