Análisis De How To Train Your Dragon 2"

​La película “Cómo entrenar a tu dragón 2”, se estrenó este año bajo la dirección de Dean DeBlois y nos cuenta un poco sobre lo que sucede con Hipo y Chimuelo (los personajes principales) 5 años después de la primera entrega. Esta vez, en la Isla de Berk (lugar de residencia de los personajes) ya están acostumbrados a los dragones y han aprendido a convivir exitosamente con ellos, incluso los usan para practicar deportes como carreras. Sin embargo, esto se ve afectado cuando Hipo descubre mientras hace sus vuelos buscando nuevas tierras, a más dragones salvajes y otras tribus, y debe enfrentarse al villano Drago quien quiere tomar el control y destruir a dragones.

​En cuanto a historia, animación, diseño, entre otra gran cantidad de detalles y elementos, lo más rescatable es que DreamWorks ha logrado difuminar un poco ese mito de que todas las secuelas de las películas siempre son malas. La historia claramente ya no es como la de la primera que, aunque era tierna, a mi parecer no posee tanta profundidad como la de esta entrega. En “Como entrenar a tu dragón 2” se presentan una serie de momentos emotivos y llenos de enseñanzas y mensajes que no solo pueden llegar a niños, sino que emocionan hasta a los adultos (mi mamá, por ejemplo, lloró en varias escenas). Claramente la cinta no está hecha de una manera rápida en la cual solo ponen a los personajes en una aventura casi que igual a la de la anterior para ganar dinero de una manera fácil, este producto le ha puesto una grande atención a esos detalles que marcan la diferencia.

En cuanto al diseño de personajes, creo que uno de los aspectos que más me llamó la atención es el que se hayan replanteado el modelo del personaje principal y que lo hayan vuelto a hacer sólo para dotarlo de ciertas características presentes en los cambios entre niñez y adolescencia propios de los seres humanos de carne y hueso. Aunque son pocos los cambios, se le asignan nuevas proporciones según la edad (ha crecido, ahora tiene 20 años) que hacen que se vea más como un adulto sin perder la esencia original del niño de la primera parte. Además, estos cambios se relacionan sumamente bien con el argumento principal de la historia en la que el protagonista se tiene que enfrentar con la idea de que no todos los humanos pueden aprender a convivir con los dragones de la misma forma que él y los de su pueblo, lo que lo llevará a aprender una valiosa lección sobre el liderazgo que tiene que asumir y al cual rehuye como si no quisiera dejar atrás su niñez (conservar ciertas características como en el caso de la parte física o el modelo nuevo de Hipo). La calidad del detalle de los rostros es impresionante, parece, en momentos, a pesar de que los personajes en realidad son caricaturas, que estamos viendo a actores reales de carne y hueso como nosotros, porque sus expresiones están tan bien trabajadas que resultan tan contundentes y convincentes como si estuviéramos viendo a cualquier compañero, familiar, etc., y esto ayuda a que comprendamos completamente lo que las personas que trabajaban en la película lograran transmitirnos las complejas emociones que muchos de ellos están sintiendo.

Además, no solo basta con tener a actores animados y detallados de forma realista, sino que también DreamWorks se luce realizando un trabajo de escenografías sorprendente. Empezando por la isla en donde viven Hipo y Chimuelo, todo está ambientado en el espacio vikingo en donde supuestamente transcurren todos los hechos. Cada personaje utiliza una vestimenta adecuada al contexto, la comida, las casas, las armas, todo elemento está relacionado con esta época. Las telas similares a pieles de animales, el uso de cráneos y los metales forjados para cubrir el cuerpo como armaduras, son comunes. El uso de rasgos bárbaros en los personajes combinan también con el contexto: los hombres son “grandes” o musculosos, poseen mandíbulas sobresalientes o elementos toscos en sus rostros. Un dato curioso que encontré en una página de internet que hacía un conteo sobre cosas que “debes de saber” antes de ver “Cómo entrenar a tu dragón 2” es que para crear la Isla ficticia de Berk, los encargados de elaborarla se vieron embarcados en una serie de viajes a una gran variedad de localidades reales. Visitaron lugares en las costas del Pacífico para estudiar locaciones húmedas y “percudidas por el mar” mientras que el mismo director de la cinta se basó en su conocimiento sobre locaciones de Islandia para impregnar su brillo en la locación ficticia. La meta de DeBlois, como él mismo explicó, era “a balance between a place that would be very hard-going if you lived there, and somewhere that you would absolutely want to visit - just because you know that the sights and the sensations of standing there, on those windblown cliffs, with the raging sea, would be unbelievable.”

Otro aspecto que merece ser rescatado y de una manera enorme, es el increíble diseño de los dragones que se encuentran a lo largo de toda la película. El manejo de paletas de colores diferentes pero sumamente coloridas para cada dragón, haciendo que todo se vea unificado a pesar de la variedad, es uno de los trabajos que me parece que puede ser demasiado difícil para mí en este momento en el cual prefiero trabajar con dos colores la mayoría de veces para evitar que la imagen se vea sobrecargada. Sin embargo, en la película no solamente logran que todos los colores se vean completamente unificados sino que la gran variedad hacen que sea un espectáculo visual tanto si nos ponemos a ver un solo diseño de dragón como si los vemos a todos juntos. Las texturas están sumamente detalladas al igual que las de los rostros humanos y los modelos tridimensionales empelados para cada criatura son diferentes haciendo que no sepa a cuál admirar primero porque no son animales a los que estemos acostumbrados en la vida real pero que igual nos parecen hermosos, atractivos, quizá por este manejo de color y de texturas tan bien logrado.

Deberíamos finalmente preguntarnos si esta película es en verdad apta para niños. No es que se trate de un material enteramente serio y dramático, pero aunque hay miles de coloridos dragones y escenas visualmente fascinantes, así como las respectivas bromas y momentos cómicos, el tono de esta película no es tan ligero como Shrek, por

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