Análisis Los Olvidados

LOS OLVIDADOS.

El misterio es el elemento clave en toda obra de arte.

-Luis Buñuel.

Los Olvidados; escrita y dirigida por el recién nacionalizado Luis Buñuel. A través de esta innovadora cinta, nos narra una historia acerca de la pobreza y el crimen juvenil en los suburbios de la Ciudad de México.

Majestuosamente encuadrada por uno de los mejores cinefotógrafos del momento (y de la historia), Gabriel Figueroa, pero no lo unió a su equipo para enmarcar el paisaje o folclor mexicano, ni los rostros de las divas del cine, lo invito para poder jugar con la luz y “crear  ambientes distintos a los del “indio” Fernández, crear fotografías anti estéticas indignas de cualquier premio” como las describía Buñuel, sin embargo ante la crudeza de las imágenes y las críticas negativas, es imposible intentar quitar el valor artístico propuesto.

La película arranca con algunos planos de las grandes ciudades, mientras de voz en off nos dice y recalca la crudeza de lo que la película será  y su relación con la vida real, regida por una regla universal atemporal: “Las grandes ciudades modernas… esconden tras sus magníficos edificios hogares de miseria que albergan niños mal nutridos, sin higiene, sin escuela, semillero de futuros delincuentes. La sociedad trata de corregir este mal pero el éxito de sus esfuerzos es limitado…”

Posterior a ese monologo introductorio, tenemos un plano general de un patio, en primer plano vemos una pared construida por algunas rocas y madera, en segundo plano niños jugando estilo “Torero”, mientras en sus alrededores apreciamos pedazos de madera. En esta primera escena, Buñuel nos aclara el rumbo de su película, la falta de interés del gobierno hacia los niños y jóvenes, mientras estos viven, conviven y evolucionan en los desechos de una sociedad en plena modernización, tratando de olvidar los estragos dejados y algunos aferrados por la relativamente reciente, revolución mexicana. Pasamos de jugar y de gritar “Ole”, a un adolescente mayor, hablándolos, sacando una cajetilla de cigarro y entregando un cigarro a cada uno, ellos lo toman. También, le ofrece uno a otro de su misma edad, lo rechaza y es motivo de una burla momentánea y tan solo en esta secuencia, Buñuel nos deja tres cosas importantes que permanecerán y evolucionaran en lo que resta de la película: La normalización de ver a un niño delincuente sin estudios drogadicto, el papel de “modelo a seguir” que son los jóvenes hacia los niños y la necedad y necesidad de tratar discriminatoriamente a lo que es diferente a nosotros.  

En mis películas, nadie es fatalmente malo ni enteramente bueno.

-Luis Buñuel.

Toma como punto de partida un país en progreso pero con una sociedad marginada, y todos los problemas que se desaten en el filme, nacen de este conflicto, que hace que no se convierta en una lucha del bien contra el mal, sino de lo humano contra el orden social que los rige y todas las consecuencias que de este problema se deriven. Así creando a personajes víctimas de las circunstancias, los olvidados son niños callejeros, como los jóvenes delincuentes, también las madres con demasiados hijos y poco dinero, los obreros alcohólicos, los jóvenes que trabajan y no estudian, los discapacitados, los niños abandonados del campo, los viejos que se vuelven mendigos y los niños que quieren cambiar pero su entorno se los imposibilita.

El hombre es naturalmente bueno, es la sociedad quien lo corrompe.

-Rousseau.

Buñuel y Figueroa, en repetidas ocasiones intentan dejar en claro que una acción puede decir mil cosas más que una palabra, tal es el caso de la escena en que Pedro se encuentra con “Ojitos” en el mercado vacío de noche, y tras haber compartido el pan, Pedro se aleja, junto a unos perros hambrientos y entonces ojitos decide seguirlo también. Así ambos perdiéndose entre las tinieblas y dejando en claro, que Ojitos ahora es parte de la sociedad olvidada por el modelo político.

...