Análisis película Mia

Análisis: Mía

Por: Natalia Sánchez

"Mía", regala a la sociedad una historia que a simple vista habla de la relación de una niña con una joven travesti que vive en una aldea gay. Sin embargo, al adentrarnos en la narrativa podemos destacar varias epistemes que merecen ser mencionadas. Para empezar, esta película toca un tema que sigue siendo muy frágil en nuestra actualidad: la maternidad, al ser mujeres tenemos la carga de aceptar que debemos sentirnos plenas al procrear, pocas se atreven a pensar o más bien a expresar, que es una presión que durante décadas nos ha sido impuesta. Tanto Mia como Ale dan un giro a la figura de la madre: Por una parte, Mia, desromantiza la maternidad, su sentir vocifera en sus letras ““soy un monstruo metido en el cuerpo de una madre”, una madre que sufre y se cae de a pocos al intentar simular su dolor.

Mientras, desde otra mirada, Ale comienza a concebirse como un sujeto en construcción, que no quiere conformarse con una vida llena de exclusión y segregación, por el hecho de ser marica, puta, cartonera y pobre. A lo largo de la película, Ale va afianzando su deseo de una vida “normal”, fuera de la aldea, que se consolida en el rol materno que asume en la relación afectiva que desarrolla con Julia.

La transformación cultural de Ale es admirable, es una mujer que desea alcanzar la felicidad al intentar sumergirse en un grupo selecto de individuos que son moralmente aceptados, su tenacidad nos permite ver más allá de una construcción discursiva y colectiva entorno al género, a lo que debería ser femenino y masculino, a una masculinidad que excluye al cuerpo de la mujer. Sin duda, es momento de repensar la cultura como un arma letal capaz de transformar las diferencias en esencias.

Este trabajo cinematográfico, nos permite ver críticamente las identidades y roles culturales absurdos que se han creado y transformado en la esfera pública. Las construcciones sociales que surgen en esta película, logran romper con las conductas heteronormativas y nos regala una historia maravillosa y conmovedora, que nos hace deconstruir los estereotipos, y entender que los sujetos somos historias capaces de crear nuevos tejidos sociales, en un mundo que merece una otredad capaz de generar intercambio de sentido y emane luz.

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