ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Campaña De Concienciación Del Reciclaje Tecnológico Mediante Redes Sociales


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  25.778 Palabras (104 Páginas)  •  557 Visitas

Página 1 de 104

MARCO TEORICO

Fundamentación teórica

1.- EL ALCOHOL QUE TOMAMOS

El alcohol es la sustancia psicoactiva más utilizada en el mundo después de la cafeína. Su acción afecta a todos los órganos del cuerpo humano, pero su principal efecto lo ejerce sobre el sistema nervioso central debido a que se lo considera como veneno citoplasmático que causa la muerte de un cierto número de células (neuronas) en cada exposición.

El alcohol etílico que aparece en mayor proporción en las bebidas alcohólicas es una sustancia con propiedades analgésicas, anestésicas y depresoras del Sistema nervioso central con capacidad para producir tolerancia, y dependencia física y psicológica. Es utilizado como disolvente de productos como lacas, pinturas, barnices, colas, fármacos y explosivos.

El etanol es un compuesto químico que también se conoce bajo el nombre de alcohol etílico, el cual es un líquido sin color ni olor, altamente volátil e inflamable, que está presente en la mayoría de las bebidas fermentadas. Su fórmula es CH3-CH2-OH, tratándose del principal producto que forma parte de la composición de las bebidas alcohólicas, incluyendo el vino, con un porcentaje de alrededor de un 13%, pero puede superar el 50% en numerosos tipos de licores.

Según el tipo de bebida alcohólica que contenga el etanol, éste se encontrará acompañado de diversos elementos químicos, que le proporcionan olor, sabor, etc.

La ingesta moderada no acarrea riesgos directos para los diferentes sistemas fisiológicos, pero su consumo excesivo o crónico a largo plazo se asocia a numerosos procesos degenerativos e inflamatorios del sistema nervioso central, además del resto de tejidos como hígado corazón músculo esquelético, páncreas o tracto gastrointestinal.

1.2 ANTECEDENTES

Desde tiempos muy remotos el hombre aprendió a fermentar granos y jugos para obtener una sustancia que le provocaba un estado especial, y que hasta la actualidad dicho proceso de fermentación le ha conducido a la preparación de licores altamente potentes que se consumen actualmente.

La influencia del alcohol en la sociedad ha tenido gran peso como factor problemático en la conformación y funcionamiento de la familia, individuo y por ende de la sociedad. La influencia del alcohol se ha visto reflejada en las diferentes esferas de la historia de la sociedad desde tiempos muy remotos.

Inmediatamente que el ser humano es capaz, en su evolución adaptativa al medio, de descubrir una forma de almacenar líquidos en un recipiente, comienza la historia de las bebidas alcohólicas. Tan pronto como es descubierto el proceso de fermentación de ciertos líquidos azucarados procedentes de algunos granos y frutos, comienza el consumo de estas bebidas.

El devenir histórico ha convertido al alcohol en una sustancia ampliamente utilizada y con una enorme aceptación social, presente en casi todos los rituales sociales. El alcohol es de hecho, la primera droga de la que los textos históricos se han referido en términos de abuso, varios miles de años antes de Cristo.

El alcohol ha sido sin duda la droga por excelencia de los pueblos mediterráneos, sus efectos embriagantes fueron utilizados como vínculo litúrgico por egipcios, griegos, romanos y hebreos. El culto que las antiguas culturas griega y romana ofrecían a sus respectivos dioses del vino -Dionisos y Baco- es otro excelente indicador del arraigo que esta bebida ha tenido en los ritos religiosos de los pueblos mediterráneos.

La utilización de bebidas alcohólicas como medio de trascender lo humano y alcanzar la unión con la divinidad, es en definitiva la versión mediterránea del proceso que, con la misma finalidad, otras culturas han llevado a cabo por medio de otras drogas como la hoja de coca y del botón de mescal en las culturas andinas y mesoamericanas, respectivamente, estaba destinada principalmente a los ritos litúrgicos, antes que la llegada de los colonizadores europeos extendiera su uso pagano.

La cultura del siglo XX ha añadido caracteres de universalización al consumo de bebidas alcohólicas y a los problemas derivados. Se trata de una nueva ola de alcoholización universal, que aparecen en nuestra época como un factor más de aculturación promovida en última instancia por intereses comerciales, que no deja libre ni a los países tradicionalmente antialcohólicos -mahometanos y hebreos, ni a los países de las regiones menos desarrolladas del mundo.

"El consumo del alcohol ha sido reconocido como un factor de integración social y favorecedor de la convivencia". Esto es, el alcohol es una de las bebidas que consumidas con moderación y en los contextos permitidos, reduce la tensión, desinhibe y provoca sensaciones de bienestar. Los bebedores "normales" disfrutan de las bebidas por esos efectos placenteros y aprecian diferentes calidades de bebidas. Desafortunadamente, proporciones variables de individuos en la población presentan problemas en su salud y en sus relaciones interpersonales a causa del consumo inmoderado de alcohol.

El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que modifica el estado de ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una costumbre social o un rito religioso.

Actualmente gran parte de nuestra sociedad, es una comunidad de bebedores. El tomar bebidas alcohólicas de diversos tipos constituye un comportamiento social aceptable, que afecta y abarca virtualmente todos los aspectos de nuestra cultura. Desde el tradicional brindis de boda hasta la alegría desbordante que sigue a los éxitos deportivos, todo se celebra con alcohol. Algunas personas se han hecho famosas debido a sus problemas con el alcohol, mientras las mujeres suspiran y los hombres tratan de emular al varonil actor que anuncia una marca de cerveza.

El alcoholismo constituye en nuestro país, una enfermedad socio-cultural ligada al proceso mismo de desarrollo de nuestra sociedad.

Esta unido a la mala información y a la mala distribución del tiempo libre o a la poca difusión e información de la cultura. Por tanto acuden al alcohol los fines de semana e inclusive los días laborables y dan lugar a la desintegración familiar.

Se puede decir que el alcoholismo forma parte de una tradición que viene de generación en generación. El alcohol está unido al deporte, a la amistad, a la celebración de todo acto social o cultural, en los sentimientos y estado de ánimo de los individuos, en la universidad, en el colegio, en la iglesia, en el trabajo, en la oficina, en el nacimiento y en la muerte de los seres humanos; y en la misma mesa familiar, es decir se encuentra íntimamente ligado y enraizado en distintos estratos de nuestra sociedad.

El Dr. Humberto Bronx, en su libro “Alcoholismo, Drogas, Sexo y Marihuana”, transcribe el siguiente texto: “El hombre ha convertido al mundo en una cantina. Se bebe en todas partes y a toda hora. Bebe el pobre, bebe el rico, bebe el obrero, bebe el profesional, bebe el estudiante, bebe el maestro…. Si se trata de celebrar un bautismo, una graduación, una boda, allí está el alcohol… Si se trata de olvidar una pena, un dolor, enterrar una esperanza, allí está el licor, viaja un amigo hay que despedirlo con alcohol, retorna hay que recibirlo con alcohol. ¿No será más bien que el hombre busca en cualquier acontecimiento un pretexto para beber?.

“Beber, beber siempre beber a todas horas; se llame cerveza, brandy, ron, tequila, vodka, whisky, coñac, aguardiente. Todo es lo mismo ALCOHOL. El hombre empieza por malgastar todo lo que tiene y cuando ya no lo tiene vende lo que tiene, el periodista su pluma, el artesano su trabajo, el artista su ingenio… Por licor, el padre abandona a sus hijos y los hijos a sus padres, el marido a la esposa, la esposa al marido y hasta el hijo levanta el sacrílego brazo contra la madre. Todo por el alcohol. Un hombre que está en estado normal es incapaz de dañar a su prójimo, va a la cantina bebe y surge la tragedia.

Si hay hambre en el hogar el licor tiene la culpa, si el hombre alquila o vende su propia dignidad, el alcohol tiene la culpa… Droga maldita que envenena el alma y el cuerpo; que siembra la cizaña, destruye los más caros anhelos que acaba con la dignidad y la rectitud, que viste con andrajos, el cuerpo hecho piltrafas” (BRONX, Humberto, Ob: Cit.- Págs. 82 y 83).

Del gran porcentaje de alcohólicos que existen en el mundo, la mayoría son adolescentes. Los jóvenes que beben en exceso son personas de todas clases, hombres y mujeres, algunos llevan sus estudios, otros son regular o mal, unos escuchan “rock and roll”, otros, música clásica y también los hay que no escuchan ninguna. El consumo de alcohol y el alcoholismo son problemas serios para personas de cualquier edad, pero especialmente para la juventud, para algunas personas, el aumento evidente del consumo de alcohol entre adolescentes es un síntoma de pérdida de valores y actitudes tradicionales de nuestra sociedad.

La bebida entre adolescentes y el problema de alcoholismo juvenil son cosas que pueden considerarse de interés general y que a todos nos concierne y afecta independientemente de la raza, religión o los antecedentes sociales y económicos de las víctimas que cause.

EL ALCOHOLISMO

El alcoholismo es un problema engañoso que invade todos los niveles de nuestra sociedad, y el abuso de alcohol es difícil de determinar, nadie tiene que esforzarse mucho en buscar razones para beber socialmente, porque el alcohol está presente en la mayoría de celebraciones.

Desde muchas perspectivas suele enfocarse el problema:

Para muchos, el alcoholismo no es más que un vicio, una desviación moral, un despilfarro económico y la causa de otros despilfarros de esfuerzos y energías, la causa de trastornos mentales. El alcoholismo para muchos abarca tres perspectivas: la moral, el económico social y la psiquiátrica. Y podríamos apuntar algunas más: la familiar, la laboral, la de relaciones humanas, la de configuración social, etc.

A diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, el alcoholismo ha sido considerado en el pasado como un síntoma de estrés social o psicológico, o un comportamiento aprendido e inadaptado. Actualmente es considerado, como una enfermedad compleja, con todas sus consecuencias y que se desarrolla a lo largo de los años.

El alcoholismo es una de las enfermedades, más propagadas en el mundo. Independiente de los países, clases sociales y edades, ya que abarca a personas las cuales transitan desde la adolescencia hasta la adultez, y afecta a hombres y mujeres. El término alcoholismo se aplica al desajuste social que se presenta en las vidas de los individuos adictos y de sus familias. En general, los 2 focos se reconocen simultáneamente, pero ocasionalmente, uno predomina hasta causar la exclusión aparente del otro. Las mujeres alcohólicas han sido en general más propensas a beber en soledad y a experimentar menos algunos de los estigmas sociales.

Es un fenómeno patológico complejo en el que intervienen factores de orden químico, biológico y social.

• Químico, por las diversas reacciones que da al oxidarse.

• Biológico, por que intervienen factores como la edad, el sexo, posible desorden genético etc.

• Social, por la cultura, educación, etc. del sujeto

El alcoholismo es una enfermedad que consiste en padecer una fuerte necesidad de ingerir alcohol etílico de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta.

Los primeros síntomas, muy sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades.

Otros síntomas de esta dependencia se ven reflejado en:

• La incapacidad de detenerse en la ingestión de alcohol.

• La imposibilidad de abstenerse al alcohol.

Sus posibles causas están constituidas por la creación de hábito y dependencia que suele desarrollarse con lentitud; por lo general se inicia durante la adolescencia y la juventud, algunas veces por el deseo de librar angustias o depresiones, lo que se consigue por un instante, pero después de haber pasado el efecto se vuelve a caer en las mismas condiciones iniciales.

Además se desarrolla la tolerancia a la dosis ingerida, por lo posteriormente, para obtener el mismo efecto, se requieren mayores dosis. De esta manera se va creando hábito y dependencia del alcohol.

“La dependencia es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe”

Esta enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado.

La química del alcohol le permite afectar a casi todo tipo de célula en su cuerpo, incluyendo aquellas en el sistema nerviosos central. En el cerebro el alcohol interactúa con centro responsables del placer y de otras sensaciones deseables; después de una exposición prolongada de alcohol el cerebro se adapta a los cambios que produce el alcohol y se vuelve dependiente de él. Para las personas con alcoholismo, beber se convierte en el medio primario mediante el cual pueden tratar con personas, el trabajo y sus vidas. El alcohol domina sus pensamientos, emociones y acciones. La gravedad de esta enfermedad es influida por factores como la genética, la psicología, la cultura y el dolor físico.

El consumo de bebidas alcohólicas, independientemente del tipo y grado de alcohol que la bebida contenga, produce alteraciones orgánicas irreversibles, especialmente a nivel del sistema nervioso, lo que es particularmente grave si se toma en cuenta que lo que sucede en el organismo, primero sucede en este sistema, que es el encargado de controlar y regular su funcionamiento, inclusive el suyo propio.

El alcoholismo como ya se dijo es complejo y se desarrolla con el tiempo, poco a poco el alcohol se convierte en una droga para la persona que bebe. En un principio la persona muestra mucha tolerancia al alcohol, en algunas ocasiones parece que no le afectara. Pero luego el bebedor empieza a tomar a pesar de sí mismo, y el embriagarse se vuelve lo más importante, hasta que la persona pierde el control, sobre la bebida y no sabe cuánto va a tomar. Es aquí donde el alcohol es ya una adicción y la persona siente que no puede dejar de beber, esta adicción es el alcoholismo. El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol.

El alcoholismo es una enfermedad crónica y habitualmente progresiva que parece ser producida por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos. Es una enfermedad que puede llegar a producir serios problemas a la salud de un ser humano, como graves cuadros de hipertensión, hígado graso, cirrosis, de la misma manera el alcoholismo puede llevar a una persona en estado profundo estado de embriaguez, a cometer graves actos atentatorios contra otras personas.

El alcoholismo no está fijado por la cantidad ingerida en un periodo determinado: personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones muy diferentes de comportamiento, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos que beben semanalmente, mensualmente, o sin una periodicidad fija. Si bien el proceso degenerativo tiende a acortar los plazos entre cada ingesta.

Aunque el alcoholismo no se puede establecer únicamente midiendo la cantidad de alcohol que una persona ingiere, si se puede tomar ciertas referencias. Un hombre podría padecer de alcoholismo, cuando bebe más de cinco vasos al día o más de 35 vasos semanales, (algo así como u promedio de 40 gramos diarios de alcohol). En el caso de la mujer, la dosis es un poco menor, alrededor de los 25 gramos diarios.

Los alcohólicos son enfermos, del mismo modo que lo son quienes sufren de cáncer o padecen del corazón. Si los alcohólicos no son tratados a tiempo, el alcohol puede causarles daños permanentes, incapacidades físicas o puede llegar inclusive a la muerte.

Definición de alcoholismo OMS

Según la OMS los criterios para identificar el síndrome de dependencia del alcohol o alcoholismo, son los siguientes:

Tres o más de las siguientes manifestaciones deben haber estado presentes durante al menos un mes o si han durado menos de un mes, deben haber aparecido juntas de forma repetida en algún período de doce meses:

• Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir alcohol;

• Disminución de la capacidad para controlar el consumo de alcohol, unas veces para controlar el inicio del consumo y otras para poder terminarlo o para controlar la cantidad consumida.

• Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de alcohol se reduzca o cese, cuando se confirme por: el síndrome de abstinencia característico del alcohol o el consumo de la misma sustancia (o una muy próxima) con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.

• Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de alcohol para conseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más bajas;

• Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones, a causa del consumo de alcohol, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir el alcohol o para recuperarse de sus efectos.

• Persistencia en el consumo de alcohol a pesar de sus evidentes consecuencias perjudiciales, tal y como se evidencia por el consumo continuado una vez que el individuo es consciente o era de esperar que lo fuera, de la naturaleza y extensión del daño (documento citado de Babor y otros, p. 24, a partir de WHO, 1993, p. 57)

FASES DE LA ENFERMEDAD.

• FASE PRE-ALCOHÓLICA U OCULTA: Puede durar meses o años donde la persona consume para lograr “un estado de bienestar” y de esa forma va desarrollando la tolerancia. En este grupo encontramos a aquellas personas que dicen tener “cultura alcohólica” porque pueden beber más que otras y también son las personas a quien el médico no le puede mencionar que tiene un problema alcohólico porque “se ofende”.

• FASE INTERMEDIA: Aquí empiezan los cambios de conducta, bebe a escondidas o antes de ir a una fiesta, se produce un desdoblamiento de la personalidad. Es una persona cuando esta sin beber y es otra cuando esta bebido. Comienza también la baja de su autoestima. Es importante señalar que cuando aparece la primera laguna mental, ya paso la barrera de ser un bebedor fuerte o la de un alcohólico.

• FASE BÁSICA O INICIAL: En esta fase con la pérdida de control aparecen los porqué se bebe, la pérdida de confianza, las culpas y remordimientos y como el enfermo pierde la confianza trata de compensar esta situación con ideas de grandeza, grandes proyectos, grandes negocios que nunca llega a concretar.

• TENDENCIA AL AISLAMIENTO.- Comienza a depender de la bebida, empiezan las criticas: Familia, compañeros de trabajo, se pone agresivo y le echa la culpa a todo el mundo de sus problemas, si alguien no quiere estar con el enfermo, piensa que esa persona es mala, pierde la autocrítica. En esta etapa la bebida comienza a ser lo más importante. Aparecen las tentativas de huida, los remordimientos, los celos, la disminución o perdida del impulso sexual, los sentimientos de auto conmiseración y se acentúa la dependencia física pues aparece la copa matutina ya que no puede funcionar sin esa ingesta matinal. En esta etapa aparecen los problemas laborales y económicos.

• FASE CRÓNICA: Aquí se produce el deterioro ético, el debilitamiento de todas las convicciones intelectuales, disminuye la tolerancia al alcohol, el hígado ya no puede metabolizar más alcohol. Aparece la embriaguez matinal y comienza la relación con personas de nivel cultural y social inferior. Puede tomar cualquier clase de alcohol, sufre de temores indefinibles yendo finalmente hacia una psicosis alcohólica en cualquiera de sus formas.

ENFERMOS ALCOHOLICOS

• Existen dos categorías:

• ENFERMOS ALCOHOLICOS PRIMARIOS.- Bebedores excesivos habituales, los adictos, bebedores excesivos y periódicos ya descritos anteriormente.

• ENFERMOS ALCOHOLICOS SECUNDARIOS.- Abarca a todos los bebedores, enfermos psíquicos, dentro de los cuales pueden encontrarse pacientes neuróticos y psicóticos, también epilépticos, esquizofrénicos, deprimidos, histéricos, personalidades inseguras.

CLASES DE ALCOHOLISMO

Las clases de alcoholismo según las formas clínicas establecidas por Jellinek son las siguientes: Alfa, beta, gama, delta, épsilon.

ALCOHOLISMO ALFA: Se presenta como un trastorno intermitente, con episodios de embriaguez severa y perturbaciones en el comportamiento. La embriaguez es inoportuna y el individuo tiene problemas en su comportamiento social, suelen tener apetencias por las bebidas destiladas.

Ingieren gran cantidad en poco tiempo provocando altas concentraciones sanguíneas. La tolerancia es baja y no aumenta con los años. La dependencia es puramente psicológica, el consumo tiene que ver con aliviar situaciones de intensa angustia. La evolución suele ser benigna pero puede haber consecuencias en los vínculos familiares, en las relaciones sociales y laborales. Pueden estar también envueltos en problemas policiales y accidentes de tránsito.

El sujeto ingiere alcohol con el objeto de aliviar dolores corporales emocionales, se trata de un alcoholismo secundario, llamado también bebedor enfermo psíquico.

ALCOHOLISMO BETA Es una forma disimulada de abuso crónico, se caracteriza por el uso de bebidas fermentadas. Implica un consumo diario de vino o cerveza en cantidades que se van aumentando progresivamente. Por lo tanto van desarrollando una gran tolerancia y la dosis va creciendo con los años. Hay gran adaptación social y en general no se alteran las relaciones laborales. Es una modalidad en la cual pueden ocurrir complicaciones como polineuritis, gastritis, cirrosis hepática sin dependencia física ni psicológica por el alcohol, puede deberse a costumbres de cierto grupo social. Este es un alcoholismo claramente impuesto por factores económicos y sociales. No hay síntomas de abstinencia y puede transformarse en gama o delta.

ALCOHOLISMO GAMA Se presenta inicialmente como trastornos de consumo episódico e intermitente. Pero poco a poco los periodos de embriaguez se van haciendo más prolongados. El sujeto pierde el control y no logra detenerse. Se utilizan bebidas destiladas o fermentadas indistintamente. A menudo descuida sus obligaciones laborales. Pueden aparecer síntomas como alucinosis pasajeras e, incluso, delirium tremens. Durante el abuso de bebidas, o bien para controlar los síntomas de abstinencia, suelen auto medicarse utilizando sedantes u otras drogas estimulantes como la cocaína.

Existe compulsión psíquica y bebe incluso a pesar de esforzarse por no hacerlo. Se produce un importante deterioro social, familiar y laboral.

ALCOHOLISMO DELTA: Se trata de bebedores cotidianos que presentan síntomas de dependencia (psíquica y física) y que muestran una incapacidad de abstenerse. Presentan una preocupación obsesiva por beber y el comportamiento social es llamativo. Se los reconoce entre otras cosas, por su continuo hálito alcohólico.

Hay ausentismo y deterioro laboral, se destruyen los vínculos familiares, y a nivel social, se terminan relacionando solo con personas que están en su misma situación.

Son frecuentes los síntomas de privación, con grandes cuadros de abstinencia, temblor en las manos, sueño interrumpido e inapetencia.

Sufren trastornos orgánicos graves.

ALCOHOLISMO ÉPSILON: Denominado también dipsomanía. Se produce un abuso de algunas semanas que se repite algunas veces al año, va precedido de estados depresivos. El sujeto abandona sus actividades y permanece embriagado. Padece un sueño profundo y se puede acarrear daño orgánico.

“Cada formación social, cada grupo de individuos, tendrá su propia forma de interrelacionarse con el alcohol y será diferente el rol que en cada caso represente la sustancia.”

EL COMERCIO, la Familia, Ecuador, Una sociedad alcohólica, Quito, p-B-2, diciembre de 1993.

CLASES DE BEBEDORES REALIZADA POR LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

BEBEDOR EXCESIVO HABITUAL.- Aquel alcohólico que se intoxica más de 12 veces al año o se encuentra bajo los efectos del alcohol más de una vez por semana. Toda su vida social se centra en el alcohol, no consumen por gusto, sino porque le aporta una sensación aparente de seguridad, valor o placer. Al comienzo, la ingesta es circunstancial, y puede dejar de beber. Con el tiempo, se establece el hábito.

BEBEDOR EXCESIVO PERIODICO.- Aquella persona que se intoxica por lo menos 4 veces al año.

ADICCIÓN ALCOHOLICA.- Cuando hay evidencia de que la persona dependerá del alcohol y no puede parar un día sin tomar licor. Se caracteriza por depender del alcohol, tanto física como psíquicamente, y la incapacidad de detenerse o abstenerse.

TIPOS DE ALCOHOLISMO EN LOSJÓVENES

Bebedor Social: Personas que siempre que se encuentran en una situación social, necesitan beber para sentirse más sueltas y divertidas. Pueden estar sin beber, pero en reuniones sociales no limitan el consumo de alcohol, y lo hacen hasta sentirse "alegres".

Bebedor Fuerte: Para estos, la bebida es una parte importante de su vida, y una fuente de placer y diversión. A pesar de que durante el día toma mucho alcohol, no ha perdido la capacidad de controlar cuánto y hasta cuándo tomar, por lo que rara vez llegan a tener complicaciones sociales, familiares o laborales. El bebedor fuerte raramente se embriaga en momentos o lugares no adecuados, y suele elegir cuando, donde y con quien beber.

Ebrios ocasionales: En general, son bebedores "fuertes", que ocasionalmente buscan embriagarse. Suelen ser grupos de "compañeros" con los que salir a "festejar", y ya antes de comenzar con la fiesta tienen intención de emborracharse. Su forma de beber se relaciona con una idea de diversión, sin que exista necesidad física.

Bebedor alcohólico: La línea que separa a este bebedor, de los anteriores "bebedores problema", es la pérdida de control sobre la ingestión de alcohol. No puede elegir el momento, ni la cantidad, ni los efectos del alcohol en su organismo. No puede decir "basta y por tanto beberá hasta quedar intoxicado. En este caso, y progresivamente, aparecen los trastornos asociados al alcoholismo en todas las áreas de su vida: Física, emocional, familiar, social y laboral. (Clasificación del Dr. A Cormillot)

NIVELES DE CONSUMO

El consumo de alcohol, acompañado de otras sustancias, es un fenómeno que se encuentra profundamente enraizado en muchas sociedades, y se ha convertido en una preocupación social que amerita ser investigada.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2008), el consumo de alcohol se encuentra a nivel mundial entre las primeras diez (10) causas de discapacidad; desórdenes como la depresión y la esquizofrenia llaman la atención; siendo siete veces mayor la discapacidad en hombres que en mujeres.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2008) indicó que 22 millones de per-sonas consumen alcohol en gran parte del mundo, esto obedece a la ampliación mun¬dial de la oferta de las bebidas con contenido alcohólico, amparado por las modificaciones a las leyes que favorecen la producción, el comercio y el consumo de alcohol.

CAUSAS DEL ALCOHOLISMO EN LA ADOLESCENCIA

El alcohol es una droga muy integrada dentro de nuestra sociedad y vida cotidiana, de forma que consumirla no produce un rechazo social, siempre y cuando se consuma dentro de unos límites.

El alcoholismo en la adolescencia supone saltarse esos límites, comenzar a consumir alcohol en cualquier momento del día, en grandes cantidades y sin reparar en las consecuencias negativas.

El hábito del alcohol ha aumentado, especialmente dentro de la juventud, que es la más afectada. Se estima que en nuestro país, alrededor del 85% de jóvenes consumen alcohol; de los cuales 45% son ocasionales, que lo hacen por lo general en fiestas, reuniones sociales, discotecas, triunfos o fracasos en los estudios, por desengaños amorosos, etc., el 31% son aquellos que se dedican a libar con más frecuencia sin llegar a la habitualidad, lo hacen de dos a tres días por semana, y el 9% son enfermos alcohólicos.

De todo lo expuesto, se aprecia que existe un alto índice de consumo de alcohol. Quienes lo hacen con frecuencia acuden a lugares de expendio cómo: cantinas, bares y discotecas y en los últimos tiempos se ha hecho costumbre embriagarse en lugares públicos como son los parques, calles, escenarios deportivos o de espectáculos artísticos.

A pesar de la prohibición que se establece del ingreso a menores de edad, ya sean niños o adolescentes a lugares de expendio de bebidas alcohólicas, no se hace nada por controlar estos actos que empañan la conducta de estos. La fuerza pública demuestra negligencia o indiferencia frente a este problema palpitante que enturbia a nuestra sociedad y se convierten en cómplices presenciales de los actos ilícitos que cometen tanto el dueño del lugar de expendio de bebidas alcohólicas como de los menores de edad.

A diario se ve niños y adolescentes deambulando por las calles de nuestras ciudades y en peor de los casos consumiendo alcohol y drogas a vista y presencia de la policía sin que estos actúen inmediatamente. Se estima que de cada cien adolescentes que ingresan a centros de intercambio u hogares de tránsito para menores, cuarenta y cinco ingresan por problemas de alcoholismo, lo cual es alarmante, tomando en cuenta que es alto el porcentaje de jóvenes que atraviesan por este problema lacerante que afecta a nuestra sociedad.

Según estudios realizados desde la perspectiva psicológica, el origen de la drogadicción y el alcoholismo se debe a la falta de amor y abandono entre otras consecuencias psicológicas.

El hombre al nacer y durante una cantidad de tiempo importante, necesita de dedicación, atención, y cuidados amorosos para desarrollarse, integrarse adecuadamente e ir fortaleciendo su yo.

Cuando la formación del yo es inadecuada vemos entonces aparecer trastornos de personalidad y también adicciones, principalmente en lo que respecta a la etapa de la adolescencia, ya que durante esta etapa de la vida el adolescente tiene diversos cambios fisiológicos y psicológicos.

En el adolescente el análisis y la síntesis empiezan a concentrarse, la curiosidad y el interés aumentan, el sistema nervioso empieza a desarrollarse en su interior, comienza una lucha que terminará en crisis, por lo cual su comportamiento es inestable, el descubrimiento de su yo profundo lo hace ser inconsciente y egocentrista y por tal razón el adolescente tiene conflicto con el medio que lo rodea y debido a tal situación puede ser la puerta abierta para entrar a la puerta equivocada que es, el alcoholismo.

Evidentemente la adolescencia es la etapa más vulnerable para desarrollar una adicción al alcohol, pues el período de resolución del proceso de formación es la etapa de la separación del grupo familiar y del enfrentamiento en el mundo externo.

Cuando un(a) adolescente muestra un yo débil tendrá que necesitar de una fuerza extra para cumplir con este desafío. Habiendo conocido el (la) adolescente la droga y el alcohol como una posibilidad de escapar o enmascarar su debilidad a través del mundo, de la ilusión esto puede convertirse en una dependencia.

Las influencias de las actitudes así como el comportamiento observado de otras personas, ya sean individuales o sociales, como la familia, el grupo de amigos, compañeros, la comunidad o el entorno pueden ser determinantes para el consumo de alcohol y otro tipo de drogas.

Los adolescentes pueden estar comprometidos en varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante la adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.

La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas incluyen aquellos:

• con un historial familiar de abuso de substancias

• que están deprimidos

• que sienten poco amor propio o autoestima

• que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente

El uso de las drogas y el alcohol está asociado con una variedad de consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio.

EN QUE FIJARSE PARA SABER SI UN JÓVEN ES ALCOHOLICO

Las señales principales del uso de alcohol y del abuso de drogas por los adolescentes pueden incluir:

• Físicas: fatiga, problemas al dormir, quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.

• Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión, retraimiento y una falta general de interés. Cada vez que tiene un problema recurre al alcohol.

• De Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de comunicarse con la familia.

• En la Escuela: interés decreciente, actitud negativa, calificaciones bajas, ausencias frecuentes, faltas al deber y problemas de disciplina.

• Problemas Sociales: amigos o pares envueltos con drogas y alcohol, problemas con la ley y el cambio dramático en el vestir y apariencia.

FACTORES QUE CONDICIONAN EL ALCOHOLISMO

El alcoholismo como problema psíquico y social es una circunstancia patológica de gran complejidad en la que intervienen muy diversos factores. Buscar la respuesta en el individuo equivale a responsabilizarse unilateralmente, olvidando que los individuos no existen separados de su medio. El ambiente, la tradición cultural, las presiones económicas, la historia de cada uno, etc., forman parte de su “estar” en el mundo, en conclusión se puede asegurar que todas las causas para este problema son exógenas, es decir nacidas en el ambiente social o estructura de la sociedad.

No existe una sola causa que provoque la enfermedad del alcoholismo, pues es un fenómeno complejo de causas diversas. Los problemas con el alcohol tienen múltiples causas, y los factores genéticos, fisiológicos, psicológicos y sociales desempeñan un papel importante. No todas las personas se ven igualmente afectadas por cada causa. Para algunas personas que abusan del alcohol, los rasgos psicológicos como impulsividad, baja autoestima y una necesidad de aprobación provocan que se beba alcohol de manera inapropiada. Algunas personas toman para sobrellevar o "curar" problemas emocionales. Los factores sociales y del entorno, como la presión de los compañeros y la fácil disponibilidad del alcohol, pueden jugar roles clave. La pobreza y el abuso físico o sexual aumentan las probabilidades de desarrollar dependencia al alcohol.

Tratar de explicar el porqué beben los adolescentes generalmente resulta complicado, algunos investigadores aseguran que los jóvenes que beben en abundancia tienen padres que decididamente desaprueban su comportamiento aunque no prediquen con el ejemplo. En otros tiempos, el que los adolescentes bebieran constituía una forma de rebelión y era casi siempre disimulada u ocultada.

Actualmente después de algunas investigaciones, expertos sobre el tema plantean que una de las causas más comunes para que los jóvenes inicien con el consumo de alcohol es debido a la “presión de los compañeros”, en gran parte el habito de beber en los jóvenes es resultado de un deseo de lograr aceptación de sus compañeros. El ser aceptado por el grupo o la pandilla es de máxima importancia para la mayoría de adolescentes, y en consecuencia muchos son atraídos al vicio de la bebida.

Por eso más que de causas, en realidad, vamos a hablar de formas de llegar a ser alcohólico, o de los factores que en nuestro medio concreto, en nuestra sociedad, favorecen y predisponen a esa afición por la bebida alcohólica.

FACTORES BIOLOGICOS

Hoy en día la participación genética en el desarrollo del alcoholismo y drogadicción es un hallazgo que no tiene duda, demostrado a través de los estudios en animales, gemelos y de adopción que han confirmado tales asociaciones. Los estudios más actualizados sobre la tasa de herencia general para el alcoholismo fluctúan entre el 60% y 90%. (Schukit, M., 1991). Parientes cercanos de alcohólicos primarios tienen aproximadamente 3 a 4 veces más el riesgo de desarrollar el trastorno. Del mismo modo en los hijos de alcohólicos se han encontrado un incremento de reacciones placenteras ante la exposición al alcohol, una menor alteración cognitiva y psicomotora así como una serie de cambios en el sistema nervioso central que los predisponen al alcoholismo. (Kumpfer, K., 1993; Harrison’s, y col; 1994; Schukit, M., Smith, T., 1996)

En un estudio realizado en 1973, Donald W. Goodwin encontró que los hijos de padres alcohólicos tenían una propensión tres veces mayor a volverse alcohólicos.

Los científicos aún no señalan a un gen en particular, o a otro mecanismo biológico específico que realmente cause alcoholismo, pero hay mucha información sobre la bioquímica de la adicción al alcohol. Sabemos que el cuerpo de un alcohólico responde anormalmente al alcohol, luego se acomoda a él y finalmente se vuelve adicto.

Se ha comprobado que existe un factor hereditario que conlleva la propensión al alcoholismo dentro de una familia. Pero a diferencia de las herencias, como tener ojos azules o un cierto talento para el arte, no se acepta o ni siquiera se considera que el alcoholismo se transmita por los genes. Generalmente, la herencia alcohólica se ve más como "una debilidad en la fibra moral". Es un mito que los alcohólicos tienen una voluntad débil o son egoístas, el alcoholismo sí es de familia y se transmite genéticamente, no por la mente o el medio ambiente sino por la química del cuerpo, y como todas las cosas heredadas, se manifiesta sin distinción entre ricos y pobres, cualquier raza, religión o grupo étnico.

El cuerpo alcohólico se ajusta tan bien al ALCOHOL que no puede existir sin él. Lo que distingue a la enfermedad del alcoholismo de la bebida fuerte es una dependencia física, no psicológica. Los efectos psicológicos son secundarios y no tienen peso en el desarrollo de la enfermedad.

Casi siete millones de niños viven en hogares con al menos un padre alcohólico. Los niños de padres alcohólicos tienden a responder peor que otros académicamente, tener una incidencia mayor de depresión, ansiedad y estrés y tener una autoestima inferior que otros niños. Los hogares alcohólicos son menos cohesivos tiene más conflictos, y sus miembros son menos independientes y expresivos que en los hogares no alcohólicos o con padres alcohólicos en recuperación. Además el riego hereditario para el alcoholismo posterior, un estudio encontró que el 41% de estos niños tenían graves problemas de hacer frente con las cosas y adaptarse; los efectos de un padre alcohólico sobre los niños pueden ser de toda la vida. Un estudio encontró que los niños que se diagnosticaron con depresión principal entre las edades de 6 y 12 años tenían mayor probabilidad de tener padres o parientes alcohólicos que los niños que no estaban deprimidos. Los niños con trastorno bipolar fueron tres veces más probables de tener una madre dependiente del alcohol, y los niños que sufrían de la depresión más probable de tener un padre que fue alcohólico. Hay unos 20 millones de niños adultos de padres alcohólicos, quienes un estudio sugirieron, están en mayor riesgo para dejar un matrimonio y para los síntomas psiquiátricos. El estudio concluyó que los únicos sucesos con mayor repercusión psicológica en los niños son el abuso sexual y físico.

Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen mayor probabilidad de empezar a beber antes de la edad de los 19 años y de volverse alcohólica. Pero cualquier persona que empieza a beber en la adolescencia está en mayor riesgo. Bebiendo temprano también aumenta el riesgo para el abuso de drogas.

Lamentablemente, no hay manera de predecir, que miembros de familias alcohólicas se encuentren en mayor peligro del alcoholismo. En estudios, los hombres jóvenes con padres alcohólicos respondieron al alcohol de un modo diferente que las personas sin una historia familiar, presentaron menos signos de embriaguez y tuvieron niveles inferiores de las hormonas de estrés. En otras palabras, sostuvieron su licor mejor. Expertos sugieren que tales personas puedan heredar una falta de aquellas señales de advertencia que hacen que otras personas cesen de beber. Una vez se pensó que una historia familiar vinculada con una personalidad pasiva y necesidades de dependencia anormales aumentaba el riesgo, pero los estudios no han soportado esta teoría. Es importante de destacar, sin embargo, que hereditario o no, las personas con alcoholismo todavía son legalmente responsables de sus propias acciones.

Algunas veces este componente hereditario parece estar oculto por el hecho de que los padres o los abuelos nunca tomaron el alcohol. Cualquiera que sean las razones (ya sean de origen religioso médicas o sociales) que detuvieron a la generación anterior a beber, también detuvieron la posibilidad de mostrar su vulnerabilidad al alcohol.

FACTORES PSICOLÓGICOS Y PSIQUIATRICAS

Los factores de riesgo más reconocidos para el desarrollo de las adicciones se resumen en los siguientes acápites (Kumpfer, 1993; Saavedra-Castillo, 1996):

Trastornos Perturbadores de Conducta:

Rebeldía con tendencia a transgredir las normas sociales, indisciplina, impulsividad y/o agresividad, hurtos o tendencia a vínculos con pandillas callejeras. Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención que se refiere al niño(a) con problemas de inquietud, hiperactividad, impulsividad y serios problemas de atención. Dada su inquietud e hiperactividad muchos de estos niños desarrollan problemas de conducta y con frecuencias estos cristalizan en problema con alcohol u otras drogas.

Trastornos de Personalidad:

Problemas en la forma del comportamiento (conducta), la manera de pensar (cognición), la modalidad de manifestar sus afectos e impulsos, así como la manera de relacionarse con los demás. En el escenario de la dependencia a sustancias muchos de los trastornos de personalidad predisponen al consumo, por lo cual es pertinente, su adecuado reconocimiento y atención temprana para evitar su desenlace en problemas adictivos.

Trastorno de Personalidad Dependiente: Joven que se deja llevar por el grupo, usualmente pasivo, de poco carácter, que por lo general no asume sus propias decisiones sino deja que otros lo hagan por él, inseguro, con marcadas necesidades de ser asistido por los demás. Frecuentemente estas personas son presa fácil de la presión social para el consumo de alcohol y otras drogas.

Trastorno de Personalidad Evitante (Ansiosa): Es la persona con rasgos de timidez de mucho tiempo, con creencias de ser inferior, socialmente inaceptable, con serios problemas para relacionarse a nivel social (particularmente con el sexo opuesto) por el temor a la crítica, rechazo al no “caer bien”. Muy cohibida, temerosa al fracaso y que con frecuencia usa el alcohol y otras drogas (estimulantes) como forma de desinhibirse , relajarse y así poder suplir su deficiencia psicológica personal y enfrentar las situaciones sociales y temores diversos.

Trastorno de Personalidad Antisocial (Disocial): Se refiere a un trastorno con claras perturbaciones conductuales antes de los 15 años, caracterizada por la trasgresión repetitiva y constante de las normas sociales y de los derechos de los demás, con problemas de indisciplina, rebeldía y variados grados de conductas antisociales (delincuenciales). Tal trastorno suele acompañarse del uso del alcohol y otras drogas.

Trastorno de Personalidad Histriónica: Trastorno frecuente de el género femenino, caracterizado por la tendencia a la exageración en la expresión de sus emociones, con búsqueda constante de ser el centro de la atención, con poca tolerancia a la frustración, con tendencia a enfrentar sus problemas o conflictos a través de conductas mal adaptadas ejemplo; desenfrenos impulsivos, gestos suicidas, manifestaciones conversivas (desmayos, “crisis de nervios”, cefaleas intensas, etc.) o disociativas (ejemplo. estado de trance, desorientación en persona, conductas regresivas ) cuya finalidad es manipular a su entorno (pareja, familia) para satisfacer sus necesidades personales. Este tipo de personalidad con frecuencia usa el alcohol, los sedantes u otras drogas para enfrentar sus conflictos de relación y/o sus tensiones extremas, calmando transitoriamente sus angustias para luego cristalizar en la dependencia.

DEPRESIÓN:

La depresión no tiene una causa única. En algunos adolescentes, una atmósfera familiar negativa, estresante o infeliz puede afectar su autoestima y llevarlos a la depresión

En ella intervienen factores genéticos, el entorno, el estado de salud general, algunos acontecimientos dramáticos como la muerte de un ser querido y ciertos patrones de pensamiento. En el caso de los adolescentes, se cree que además, que en la aparición de las depresiones tienen algún papel las alteraciones hormonales propias de esta edad, el estrés que provoca el proceso de maduración y los conflictos que ocasiona en algunos chicos la formación de la propia identidad unida a la adquisición de la independencia.

Síntomas de la depresión

Los síntomas de la depresión son muchos y muy variados pero los más comunes en los adolescentes son:

• Cansancio permanente y falta de energía

• Dificultad para la concentración

• Cambios en el apetito. Lo general es que disminuya pero también hay ocasiones en que aumenta.

• Irritabilidad

• Pérdida del interés por actividades con las que antes se disfrutaba

• Sentimientos de desprecio hacia uno mismo

• Tristeza

• Pensamientos sobre la muerte o el suicidio

• Alteraciones del sueño

• Disminución del rendimiento escolar

• Aparición de actitudes desafiantes

• Distanciamiento del grupo de amigos

• Consumo de alcohol o drogas

EL ESTRÉS ADOLESCENTE

Siempre se piensa que el estrés es algo que afecta a la gente mayor que trabaja y llega a casa cansada, como los padres. Sin embargo los niños y adolescentes también sufren de estrés. Esta palabra significa la reacción del sistema nervioso y de todos los sistemas del cuerpo ante situaciones difíciles o dolorosas que uno se siente incapaz de afrontar. Cuando uno percibe una situación como dolorosa o difícil, la mente y el cuerpo se preparan como si fueran a afrontar un peligro. Uno está dispuesto para la lucha o la huida. El corazón late deprisa, la respiración se acelera, la sangre se dirige a los músculos de piernas y brazos, las manos se ponen frías y húmedas y uno está como asustado. Cuando se tienen que encarar varios cambios en un período corto de tiempo, el cuerpo se cansa de adaptarse y plantar cara, y, poco a poco uno pierde resistencia y empieza a sentirse mal.

El estrés es una de las condiciones más frecuentes con las que una persona se enfrenta en el diario vivir y que con frecuencia es el precipitante del consumo de alcohol u otras drogas como forma de aplacar la angustia, la tensión en algunos casos y en otras como forma de olvidar la realidad tan dura. La persona con niveles altos de tensión y que se preocupa en demasía por todas las cosas y tienen tendencia a pensar en las diversas posibles eventualidades negativas de su vida o de sus allegados es propensa al consumo de alcohol como forma de mediar su tensión excesiva.

Según muchos estudios psicológicos, una de las épocas en la vida de los humanos en las que más estamos sometidos a situaciones de estrés es durante la adolescencia, y es que la transición desde la infancia al ser adulto es muy complicada. Sobre todo porque empiezan a vivir situaciones propias de una persona mayor, sin tener todavía los recursos necesarios para superarlas con éxito.

Algunos adolescentes saben encajar bien la llegada del estrés y se sobreponen con facilidad, otros se sienten incapaces de superar estas situaciones, reaccionando normalmente con una mezcla de depresión y ansiedad. También puede manifestarse con alteraciones severas de la conducta, una serie de reacciones inapropiadas que los involucran en problemas sociales, como las drogas, el alcohol, el vandalismo peleas o incumplimientos sociales propios de su edad.

Los síntomas del estrés en los adolescentes pueden ser: la ansiedad, el aislamiento, la agresividad, la enfermedad física o el abuso del alcohol o la droga. Es muy importante saber reconocer las síntomas de estrés en nuestros hijos adolescentes a tiempo para que no se convierta en un problema mayor. Convivir y gestionar el estrés forma parte de la vida de cualquier adulto. Pero un adolescente que todavía carece de la capacidad de vencer su estrés corre el riesgo de sufrir depresión o ansiedad u otra enfermedad, o de intentar paliarlo con métodos peligrosos como las drogas o el avestrucismo.

Motivos de estrés en los adolescentes

Por muy seguros de sí mismos que nos quieren hacer creer que sean nuestros hijos adolescentes, en el fondo se mueven muchas veces en un gran mar de dudas e inseguridades. Estos son algunos de ellos:

• Elevada exigencia en el colegio y frustraciones.

• Ideas y sentimientos negativos sobre sí mismo.

• Cambios corporales.

• Inseguridad en el entorno y barrio.

• Separación o divorcio de los padres.

• Problemas de salud en la familia.

• Muerte de alguien querido.

• Tener demasiadas actividades o expectativas demasiado elevadas.

• Problemas financieros en la familia

Cómo reconocer el estrés adolescente

No debemos esperar que nuestros hijos nos expliquen que estén estresados, porque probablemente ni ellos mismos sepan qué les pasa. Por este motivo, debemos estar alertas ante la presencia de algunos de los siguientes síntomas del estrés:

• Agotamiento y cansancio crónico con sensación de malestar

• Excesiva auto-crítica

• Sensación de persecución

• Cinismo, irritabilidad y negatividad

• Brotes de furia por motivos aparentemente triviales

• Enfado cuanto les exigimos algo

• Insomnio

• Dificultad respiratoria

• Sensación de inútil

• Tendencia a correr mayores riesgos

• Suspicacia

BAJA AUTOESTIMA

La adolescencia es una etapa de la vida en la cual el joven, debe enfrentarse a “cambios” tanto físicos como psicológicos, los cuales le llevan a un “reajuste” en su conducta. Como consecuencia de esto tiene que definir su posición dentro de su familia, grupo de compañeros y comunidad. Si bien la autoestima se va formando a lo largo de toda la vida, en la adolescencia la percepción y valoración que tiene el joven de si mismo toma un auge importante para logar unas de las tareas más esenciales que es el logro de la “identidad” al igual que esta identidad, la autoestima consta de varios elementos, por lo que podemos decir que es multidimensional, ya que reúne aspectos de tipo social, moral, físico cognitivo y sexual, los cambios que llegan a sus vidas son más rápidos que la capacidad de adaptación de aquellos.

La adolescencia es una etapa muy compleja en la vida de una persona en la que la autoestima juega un papel muy importante. Durante esta etapa de la vida, las relaciones con las demás personas son totalmente esenciales. Durante la adolescencia, también es muy importante la necesidad que tiene el joven chico o chica de sentirse aceptado y parte de un grupo y empieza a hacerse muy fuerte su necesidad de agradar y resultar atractiva o atractivo a las personas del sexo opuesto. En todas estas cuestiones, la autoestima juega un papel muy importante ya que la valoración que uno tiene de si mismo será muy importante para determinar la valoración que tendrán los demás hacia nosotros mismos.

Al mismo tiempo, poseer una autoestima elevada durante la adolescencia podría determinar gran cantidad de aspectos con respecto al futuro. Una persona con una alta autoestima, seguramente aspirará a más, tendrá una mayor confianza y se planteará diferentes metas y proyectos para su vida adulta.

Sin embargo, y a pesar de lo importante que es la autoestima durante la adolescencia, es bastante habitual que muchas chicas y chicos no tengan una autoestima muy alta, debido a que también es un periodo muy crítico en el que las relaciones con las demás personas pueden producir un efecto muy significativo sobre la autoestima. Dicho de otra forma, si un adolescente no se siente aceptado por su grupo de amigas o amigos o no se siente atractivo para el sexo opuesto, tiene muchas probabilidades de no saber afrontar la adolescencia y desarrollar una baja autoestima. A menudo, problemas simples y típicos de la adolescencia podrían afectar mucho a algunas personas debido a que ven truncada su necesidad de sentirse aceptados y valorados por los demás. Es habitual ver adolescentes que tienen problemas de autoestima debido a problemas de acné, al exceso de peso o porque una determinada persona no los tiene en consideración o cuenta con ellos.

Otro factor que hace que la autoestima juegue un papel muy importante durante la adolescencia es que la adolescencia es una etapa en el que la persona necesita construir gran parte de su identidad. Por un lado, necesita sentirse parte y ser aceptado pero también necesita diferenciarse y construir una identidad propia y distinta a la de los demás. Sin embargo, una persona con baja autoestima seguramente no querrá mostrarse como es por miedo a ser rechazada. Por ello, es posible que pueda construir su identidad no en base a lo que es, sino en base a lo que los demás esperan que sea, para así poder ser aceptado.

La adolescencia es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme identidad, es decir, saberse individuo distinto de los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valiosos como persona que avanza hacia un futuro.

En la crisis de identidad de la adolescencia, el adolescente se cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que de sí mismo ha adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el siguiente cambio en su autoestima.

Durante esta etapa, los adolescentes desarrollan la capacidad para comparar, pero no desarrollan aun la capacidad de resolver atributos contradictorios del yo.

Al final de la adolescencia aparece la capacidad para coordinar, resolver y normalizar los atributos contradictorios y se reduce a las experiencias de conflicto sobre el tipo de gente que la persona realmente quiere ser.

Para evaluarse a sí mismos se están comparando constantemente con sus amigos o compañeros. Las partes del cuerpo, habilidades motoras, capacidades intelectuales, talentos y habilidades sociales. Sin embargo, para valorarse como personas no solo se comparan con el resto sino que también contrastan su yo ideal (lo que les gustaría llegar a ser) con su real (lo que realmente son). Si esta estimación es negativa puede desencadenarse una conducta confusa que lo hace sentirse inferior a los demás.

Los adolescentes que carecen de autoestima pueden ser solitarios, torpes en su trato con otras personas y muy sensibles a las críticas sobre lo que ellos piensan son sus insuficiencias. Los jovencitos con poca confianza en sí mismos son menos aptos a participar en actividades con sus compañeros y a formar amistades con ellos. Esto los aísla todavía más e impide que desarrollen una mejor imagen de sí mismos. Y cuando entablan amistades, son más vulnerables a la presión negativa de los amigos.

Algunos adolescentes que no tienen confianza en sí mismos dejan de participar en clase. Otros actúan escandalosamente para llamar la atención. En su peor manifestación, la falta de confianza en sí mismos se relaciona con comportamientos autodestructivos y malos hábitos-como fumar, beber alcohol y tomar drogas.

La baja autoestima en los adolescentes se presenta frecuentemente, porque en ocasiones no se cuenta con un buen concepto propio. Es por eso que en algunos casos los adolescentes que tiene esta característica se dejan influir por el consumo del alcohol y en otros casos este consumo etílico es principalmente para elevar el autoestima imitando el comportamiento de la sociedad y los medios masivos que inducen al individuo a ingerir excesivamente alcohol.

Una autoestima elevada disminuye la probabilidad de consumo excesivo de alcohol. Mientras tanto la deficiencia en habilidades sociales aumenta la probabilidad de consumo excesivo de alcohol.

TIMIDEZ

El uso del alcohol disminuye la timidez y parece que disminuye un poco el estrés cuando se toman decisiones, el consumo excesivo del alcohol en los adolescentes obstruye el juicio y “hace la cosa más fácil”.

En algunas ocasiones los adolescentes presentan una actitud tímida ocasionado por diversos factores ya sea baja autoestima, depresión entre otras causas. Lo que conlleva a que el adolescente para reducir su nivel de timidez consume bebidas alcohólicas y a si sentirse con más seguridad en sí mismo.

Muchas de las causas de la timidez podemos encontrarlas relacionadas con experiencias traumáticas y condicionamientos recibidos durante la primera infancia. Padres demasiado severos o exigentes, con marcada tendencia a criticar o devaluar las actuaciones de sus hijos, ser sometidos a frecuentes maltratos físicos y psicológicos, mofas de los compañeros.

Igualmente durante la adolescencia, período de grandes cambios corporales y emocionales, pueden ocurrir situaciones relacionadas con la talla y algunas, que pueden provocar la burla o el rechazo, y producir sentimientos de inadecuación, inseguridad o baja autoestima, Todo lo anterior actúa, posteriormente, como mecanismo que induce a los adolescentes al consumo excesivo del alcohol.

Hay que recalcar que para estar bien con nuestra propia persona no es importante el consumo del alcohol si no también tratar de resolver los problemas en que se encuentren de la manera más adecuada y con plenas facultades.

LA SOLEDAD

El sentimiento de soledad, es un elemento inherente a la condición humana. Todas las personas experimentan este sentimiento en algún momento de la vida, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor duración pero en algún minuto ha estado presente.

Psicológicamente la soledad es definida como la ausencia, real o percibida, de relaciones sociales insatisfactorias, que se presenta con síntomas de trastornos psicológicos y desadaptación, los cuales influyen en la aparición y desarrollo del alcoholismo. Soledad, aislamiento y desarrollo del alcohólico.

Durante el período de la adolescencia, este sentimiento es muy notorio, aunque no es muy común ver jóvenes solitarios que no disfruten de las actividades propias de la adolescencia, sí existe, y es necesario ayudarlos. Es tan común en los jóvenes, sentirse solos, aun estando rodeados de mucha compañía que este sentimiento los lleva a tomar decisiones equivocadas, soluciones erróneas que están vinculas con el alcohol, las drogas y otros tipos de drogas alucinógenas.

No es ninguna novedad que el cuerpo del adolescente está en constantes cambios biológicos, químicos, etc. Justamente estos cambios en el desarrollo son una fuente de sentimiento de soledad, así como los procesos del desarrollo contribuyen al aumento de vulnerabilidad a este tipo de sentimiento.

Con el desarrollo se expanden las posibilidades de tener otras emociones que proveen de rutas hacia el sentimiento de soledad, ya que se incrementa la necesidad de la presencia de otros, así como la mayor complejidad en las relaciones interpersonales que llevan a sentir una aislamiento psicológico y social.

Una de las características, que a mi parecer, es una de las más relevantes desde el punto de vista del desarrollo cognitivo que tiene el adolescente tiene que ver con su capacidad de desarrollar su “mundo interno” y poder mirar las normas establecidas, mirarse asimismo.

En el fondo y de manera muy simple es capaz de navegar y de manera progresiva con sus propias reglas

En este camino el adolescente comienza a pedir apoyo de sus otros “yo”, sus amigos, luego comienza a necesitar de otros vínculos sociales fuera de la familia o de sus cuidadores, vínculos que por lo demás serán claves en su desarrollo social.

El adolescente a ratos se siente dueño del mundo y ratos no entiende porque funciona su motor de tal o cual manera. Son exploradores permanentes, todo les despierta la curiosidad y pocas cosas les producen temor, aunque es una situación positiva, también dispara el consumo de alucinógenos y los embarazos prematuros en los adolescentes. Tienen prisa por vivir, hacen muchas cosas para explotar al máximo cada momento. Pero cuando nada llena el vacío viene la depresión. Al no encontrar en quien refugiarse, muchos de ellos llegan al suicidio.

La psicóloga Ana Juliana Becerra explica que, "La soledad afecta en demasía a los adolescentes, porque se supone que en esa edad es que se vinculan a grupos y crean lazos de identificación con sus compañeros. Cuando una persona tiene dificultades de relación se vuelve depresiva, situación que es preocupante en la juventud".

Las causas de la soledad en los adolescentes pueden ser variadas dentro de las más comunes están un ambiente familiar malsano, temor al rechazo, los cambios sociales y la inseguridad. Entre otras causas están las siguientes:

• Por causas de rechazo la persona herida o rechazada pierde la confianza en los demás y esto lo separa de ellos generando grandes fronteras entre él y los demás.

• Malas experiencias en hogares. Muchas veces los adolescentes al volver a casa, a lo mejor, se encuentran con un hogar vacío. Sus padres se encuentran trabajando y apenas si los verán por unos cuantos minutos por la noche. O pudiera ser que aunque su casa está habitada por sus padres y hermanos cada uno vive en su propio mundo sin importarle el de los demás, imposición de criterios y forma de pensar por parte de los padres o familiares, creando una atmósfera de confusión

• Desilusiones en amistades y parejas. Las relaciones con sus amigos son muy superficiales A pesar de verse rodeados de compañeros de estudio no siempre logran establecer lazos de amistad profundos. y estas van generando divisiones entre lo que podían ser amistades.

En tales circunstancias la soledad en los adolescentes no es solamente un sentimiento sino una realidad. La soledad puede crear cuadros de depresión, disminuir la autoestima y tener consecuencias catastróficas para el adolescente, quien no sabrá cómo enfrentar situaciones cotidianas por miedo al rechazo o simplemente por no salir de su zona de comodidad, que en este caso es el estar completamente solo.

Los jóvenes por ir en búsqueda de llenar ese desierto en su corazón, creen que consumiendo alcohol, fumando, teniendo relaciones sexuales, entre otras cosas, podrían salir de esta condición. Pero en realidad sólo logran entrar en una condición peor que la primera.

El estar a solas muchas veces pensando que nadie los quiere y pensando sólo en cosas negativas, hace que sean presa fácil para que el enemigo haga con su voluntad lo que él quiere.

Llama la atención el tema de la soledad, como causa de muchos problemas para el adolescente. Se nota que también hace falta educar a las nuevas generaciones para que tengan lleno su mundo interior: deporte, arte, cultura, literatura, historia, solidaridad, ciencia... De esta manera, la soledad no será un problema, sino una necesidad. No se quedarán a solas con la nada, sino con un mundo que les espera, con una aventura atractiva: la que su vocación personal les marca. Esta es una tarea bien importante para todo educador, comenzando por los padres: forjar la personalidad, que no dependa del grupo en el que se está, sino que sea capaz de ir -si fuera el caso- contra la corriente.

Además, la amistad no debe ser tomada como una simple manera de evitar la soledad -que no tiene por qué ser mala necesariamente-, sino como un compartir ese mundo interior que cada uno cultiva. Los primeros amigos tienen que ser los demás miembros del hogar y, en concreto, los padres deben ser los mejores amigos de sus hijos. Desde allí, el adolescente aprenderá a sembrar, en los ambientes externos (el barrio, el colegio y los demás grupos a los que pertenezca), la semilla que ha recibido en casa.

FACTORES SOCIALES

LA FAMILIA

La familia ha sido considerada desde siempre la principal responsable del cuidado y la protección de niños y adolescentes, la unidad básica sobre la cual está constituida la sociedad. Una de sus funciones principales es satisfacer no sólo las necesidades básicas, sino también las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de niños y jóvenes. Generar un ambiente de cuidados y buenos tratos, que brinde apoyo y seguridad a sus integrantes para que éstos puedan crecer sanos física y psicológicamente se sitúa como un factor protector clave para el desarrollo sano de la personalidad.

La familia juega un papel decisivo en el desarrollo de todo ser humano, debido a que el tipo de relación que se establezca, será clave para favorecer o, en su defecto, entorpecer el desarrollo infantil positivo, en aspectos tan esenciales como desarrollo emocional, cognitivo y adaptación social. Los adolescentes que viven en familias donde existen situaciones de abuso y maltrato, generadoras de estrés, inseguridad, angustia y dolor, poseen una alta probabilidad de desarrollar distintos desórdenes emocionales y cognitivos que pueden manifestarse a lo largo de toda la vida. Si en cambio, el clima familiar es seguro, caracterizado por buenos tratos, relaciones cálidas, estables y sin violencia, lo más probable es que el adolescente en cuestión, establezca relaciones saludables con otros, así como también un manejo adecuado de los impulsos, buena autoestima y confianza en sí mismo, características que le permitirán tener una vida personal y social satisfactoria.

LAS FUERZAS QUE ACTUAN SOBRE LA FAMILIA

El consumo de bebidas alcohólicas en los adolescentes puede considerarse como evidencia de una falta de la sociedad y en particular de la familia.

La familia, sin lugar a dudas, es la base y la estructura de la sociedad; en donde se asientan todos los valores humanos, es en donde giran las primeras experiencias, sea para el triunfo o el fracaso.

Los actos sociales negativos, provienen por lo general, de hogares desorganizados, con gran número de hijos; proviene de hogares incompletos, que se dan debido a la falta de educación familiar, lo que induce a desajustes emocionales y de comportamiento irregular. Por estas causas, un gran número de niños se desvían, se dedican al ocio, a la vagancia, a deambular por las calles y lo más preocupante al consumo de drogas que poco a poco van consumiendo todo su ser.

En los hogares desorganizados, el mal ejemplo que imparte el padre alcohólico, drogadicto, vago, carente de amor y protección hacia sus hijos, de la madre prostituta, las riñas constantes de los padres con actitudes desafiantes, es insoluble y peligroso para la conducta del niño y adolescente. Un hogar de esta naturaleza deja de ser deleite y un sitio agradable y sano. Se sienten oprimidos por las tentaciones diarias que tienen que soportar, no se sienten protegidos en un hogar en donde solo afloran insultos, frecuentes amonestaciones, por lo que constituyen un peligro para la salud mental del niño quien procura huir de su hogar para expandirse a la calle con los consiguientes peligros y riesgos de cometer actos de violencia. La calle constituye el peor enemigo del niño y del adolescente, es la escuela del vicio, en donde el adolescente al vivir una etapa de crisis trata de evadir los problemas buscando salidas fáciles para olvidarlos, por ejemplo por medio del alcohol y otros tipos de drogas que afectan de sobre manera al organismo del adolescente.

Caen en un error al tratar de solucionar los conflictos por medio de las drogas, creyendo que sólo van a ingerir una vez la sustancia, pero en realidad se genera la costumbre o la adicción, esto ocasiona que los problemas familiares aumenten, ya que la droga consumida es más fuerte, y al no querer o poder dejarla, a veces los adolescentes optan por abandonar el hogar, convirtiéndose en niños de la calle, en la que se exponen a riesgos de gran magnitud como contraer enfermedades, ser golpeados, soportar abusos, explotación, hambre y abandono.

Otros de los problemas de índole familiar que afectan al adolescente están : la incomprensión, falta de comunicación, golpes, maltrato intra-familiar, rechazo, padrastros, abandono, falta de recursos económicos, dificultades escolares, pobreza absoluta y desamor, al sentir que no son queridos en los hogares, los adolescentes tienen la impresión de no ser escuchados o tomados en cuenta.

LA FALTA DE COMUNICACIÓN

Los problemas de comunicación en la familia destruyen su unidad. La comunicación son los lazos que unen a sus miembros; sin ella, no hay familia.

Entre padres e hijos, la falta de comunicación destruye la autoestima en los hijos provocándolos a buscar aceptación en ambientes inapropiados para ellos.

Investigaciones recientes revelan que:

• La falta de comunicación con los padres, es causa principal de depresión juvenil.

• Los hijos que no tienen cercanía con sus padres son los más propensos al uso inmoderado de alcohol, abusar de las drogas y practicar el sexo promiscuo.

Entre padres e hijos adolescentes con frecuencia aparecen discrepancias y discusiones sobre temas, entre los que caben destacar, las tareas domésticas, la imagen, la forma de ser o modo de comportarse, deberes escolares, rendimiento académico, relaciones interpersonales, regulación de actividades interpersonales, vuelta a casa, horas de dormir, salud e higiene, regulación de las actividades económicas, etc.

En el problema del consumo de alcohol y otro tipo de drogas, la falta de comunicación constituye una de sus principales causas, hogares donde no existe la unidad ni el afecto, son las mejores fuentes de jóvenes drogadictos.

No basta que un padre declare su deseo de ser el mejor amigo de su hijo. Si no sabe traducirlo al lenguaje de los hechos todo pasará de ser un mero deseo. Y lamentablemente ello no ocurre. “Un hijo debe ver en su padre a su mejor amigo, pero esto solo es posible cuando entre ambos se establece la más amplia comunicación, cuando existe comprensión y sobre todo cuando existe confianza”. Desgraciadamente, en nuestro medio no ocurre esto último y a menudo padres e hijos viven distanciados, separados por esa barrera que es la falta de comunicación, la necesidad del dialogo para las buenas relaciones familiares se da por descontado.

El valor de la comunicación es muy importante. Muchos de los adolescentes se deben a la falta de dialogo. En más de un hogar las relaciones entre adultos y jóvenes funcionan mal. Y fácilmente se entroniza la incomunicación como producto de una creciente desconfianza a la que contribuirán a agravar los primeros.

Se habla de una difícil relación actual. Dos generaciones diferentes que luchan por comprenderse en sus conceptos y actitudes desiguales pero ninguna quiere transigir.

Los jóvenes actualmente desean ser sinceros por encima de todo. Quieren destruir todo lo que encuentra negativo de la generación de sus padres. A veces se equivocan al negar valores que conceptúan caducos, más si en ellos tambalea sus propósitos no les importa porque así busca los suyos propios.

Quieren aprender viviendo a bases de experiencias. No desean ser tratados como adolescentes porque se sientes hombres. Su madurez les ha llegado temprano, ante un mundo que ha mostrado su verdadera cara demasiado pronto.

Para construirse quiere hacerse primero así mismo a base de un molde nuevo porque lo que su padre le presenta no le satisface y para ello necesita creer en algo o alguien que le dé el incentivo para la lucha. Cuando ésta no llega se convierte en un ser que vive por vivir, sin entusiasmo, indiferente, sin importarle que es, de donde viene, ni a donde va. Como un pedazo de papel arrojado al caudaloso río y deja que lo lleve la corriente.

Al examinar el problema, el Dr. Tovar manifiesta que se deben considerar tres tipos de padres, mostrando cada tipo un comportamiento bien diferenciado que no puede perderse de vista cuando se encara la falta de diálogo con los adolescentes.

TIPO DE PADRE AUTORITARIO.- de conducta por lo general agresiva, es un tipo de padre que por sus actitudes de prepotencia, su contribución al dialogo es prácticamente nula. Los hijos de los padres así tipificados son del tipo dominados, casi castrados psicológicamente, poco comunicativos, dentro de tales circunstancias el dialogo será muy pobre y escaso.

Los muchachos se quejan, ene este caso, de la falta de comprensión de sus padres, Crecen inhibidos, inseguros, no alcanzan una verdadera madurez sexual, y hasta puede ser que se sientan inclinados a las drogas y bebidas alcohólicas como forma de compensar las frustraciones afectivas producidas por la familia.

TIPO DE PADRE DEMOCRÁTICO. Es de mentalidad amplia y suele establecer una mejor comunicación con los hijos. La conducta de este tipo de padre se traduce en una serie de hechos positivos. Lo más característico de ellos es que están firmemente convencidos de que a los adolescentes debe enseñarles a valerse por sí mismos, como el mejor aprendizaje que estos pueden hacer ´para la vida misma. La comunicación en los hogares mejora apaciblemente. Los hijos de los padres democráticos son seguros en sus actos, nunca rehúyen al diálogo y a cierta edad se liberan de la casa paterna.

TIPO DE PADRE PERMISIVO, que es excesivamente liberal, o sea el polo opuesto del tipo autoritario. El descontrol en que se encuentran los hijos llega a veces a grados increíbles. Los padres permisivos, en efecto, dan también lugar a la aparición de hijos inseguros e insatisfechos. A veces, la búsqueda de seguridad los hace recurrir a las drogas.

En conclusión nunca son recomendables los extremos es mejor que el padre asuma una actitud de amigo ante el hijo, ello implica una modificación radical de su modo de conducirse. Hay que inculcar en el hijo el sentido de responsabilidad y ello se consigue únicamente cuando se lo deja actuar solo, brindándole orientación en el momento que verdaderamente lo necesita.

La actitud de amigo que adopta el padre favorece incuestionablemente la comunicación, si un padre desea ese tipo de aproximación tendrá que animarse a compartir experiencias como ir al futbol, al cine, de esta manera las relaciones se conducirán admirablemente.

La comunicación permite hacer un lugar entre las personas. Su valor reside en que gracias a ella se logra vencer prejuicios. Y es propia de un clima de sincera comprensión que sirve de base sólida para la relación entre los individuos. Sin comunicación, muy poco se conseguirá en el plano de la armonía, hogareña. Sin temor a errar se puede decir que la falta de comunicación pone en peligro la paz de los hogares.

El adolescente necesita hacer de su padre un amigo porque lo respeta y admira y sabe que nadie podría aconsejarle mejor en una confusión de valores. Quiere llegar al amigo en el padre, dialogando porque solo así puede lograrse la comunicación necesaria entre generaciones desiguales.

LA DESINTEGRACIÓN FAMILIAR

La desintegración familiar es un hecho social que consiste en la separación física y/o emocional que ocurre dentro de la familia, causando inestabilidad y afectando a las demás personas del grupo familiar. Es la quiebra y disolución de la sociedad conyugal basada en la vida en común entre los padres y los miembros de la familia, a consecuencia de la crisis de valores existente dentro de la sociedad.

Lamentablemente existen un gran número de factores para que los padres de familia y la misma familia se desintegren, tales como la migración a la ciudad, los divorcios, las adicciones y los problemas económicos, entre muchos otros factores.

FORMAS DE DESINTEGRACIÓN FAMILIAR

Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:

Abandono: Se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas en la vida, o porque el ambiente está muy tenso, predomina la discordia y no hay armonía, por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, ya que los daña mucho más. El abandono constituye una de las causas de la conducta irregular de los adolescentes, de manera especial en hogares paupérrimos, donde es evidente la miseria por falta de medios económicos y ausencia de moralidad.

Una de las principales formas de abandono constituye el abandono moral por el peligro que puede influir negativamente, ya que el adolescente depende, en gran parte de las reglas de conducta que imponen sus padres.

Sus padres son los maestros y responsables del modo de comportarse dentro de la sociedad. Los padres son el espejo donde se miran y su ejemplo al que van a seguir, ya que constituyen sus guías espirituales. Adolescentes desamparados espiritual y moralmente, son entes con una actitud hostil y rebelde, adolescentes que crecen en hogares deshonestos, llevan una vida desastrosa y su juventud será llena de tropiezos. El alejamiento moral y espiritual que el adolescente experimenta, debilita su moral y descargan, en cualquier momento, sus sentimientos de odio y venganza, cometen acciones criminales contra la sociedad, contra las personas y nacen de esta manera adolescentes infractores.

Abandono involuntario: Se da cuando alguno de los padres, por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir no es deseado y es inevitable. Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración son diferentes a los de las otras formas

Divorcio: Se ha definido como el vínculo familiar que se rompe entre la pareja, ya sea por decisión de alguno de ellos o por común acuerdo. La institución del divorcio separa a los conyugues con toda facilidad y los hijos quedan desamparados parcial o totalmente. La sensación de abandono que el adolescente puede llegar a sentir durante la separación de los padres puede generar en ellos sentimientos como: depresión, desinterés, aislamiento, ausencia recurrente de casa, baja de calificaciones, conflictos repetidos con sus amigos y compañeros, el uso de mensajes y actitudes de desprecio hacia sus padres y lo más preocupante el uso y abuso de alcohol u otras drogas..

Desintegración familiar estando la familia junta: Estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen a recelos, temores y fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y resolver los problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al adolescente de un ambiente armonioso y estable, brindándole una atmósfera hostil que obstaculizará su crecimiento psicológico.

CONSECUENCIAS DE LA DESINTEGRACIÓN FAMILIAR

La desintegración familiar tiene en la mayoría de los casos, consecuencias nefastas en todas las sociedades.

Los peligros a los que se enfrentan diariamente nuestros jóvenes, tiene que ver con la falta de atención de los niños (as) que desde edades muy tempranas se ven obligados a enfrentar la soledad; la falta de compañía desde la familia, genera inseguridad y malos hábitos en los pequeños, un niño (a) que crece en un ámbito de soledad, carente de afecto obviamente tiene problemas de autoestima y más posibilidades de volverse drogadicto y/o delincuente, puesto que por necesidad se ve obligado a buscar compañía o afecto en los demás, sin saber quiénes son y los peligros que corre no son solamente a nivel interior, pues la incomunicación y el aburrimiento pueden hacer de ellos personas miedosas y abandonadas; dejarlos solos es atentar contra sus derechos, sin embargo, este flagelo se extiende cada vez más en la vida moderna, la mayoría de las madres de todos los estratos trabajan y esto genera desintegración familiar.

VILOENCIA INTRAFAMILIAR O DOMÉSTICA

La Violencia Intrafamiliar ha sido uno de los principales problemas que afecta a la sociedad ecuatoriana sin respetar edad, sexo, color o posición social; pues los conflictos familiares que terminan en violencia se dan tanto en las más humildes familias como en las de alto rango social, de manera diferente tal vez pero provocando las mismas consecuencias ya sean físicas o psicológicas en los miembros de la familia.

Cada año miles de adolescentes en el mundo entero sufren dentro de sus hogares, como resultado de actos de violencia doméstica , que se manifiesta no solo en golpes físicos sino en formas más sutiles que provocan impacto más a largo plazo, pero pueden ser tan destructivas de su personalidad como cualquier otro acto de violencia

Cuando se empieza a desdibujar la identidad de la familia. Sus miembros actúan de modo descoordinado, hay una distorsión de la comunicación, los valores y creencias son cuestionados. La familia empieza a funcionar con predominio de desorden y comienza a haber situaciones que exceden su límite de tolerancia. Los integrantes de la familia han entrado en lo que comúnmente se denomina una "crisis", esta crisis se va a caracterizar por estados de confusión, desorganización y caos.

Se podría definir la violencia familiar como toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno de sus miembros, que menoscaba la vida o la integridad física, o psicológica, o incluso la libertad de otro de sus miembros, y que causa un serio daño al desarrollo de su personalidad.

Cuando un joven está inmerso en una familia donde existe violencia doméstica, lo más probable es que perciba el maltrato como “algo natural” y aprenda que la violencia es una forma “válida” de relacionarse con los demás y de resolver problemas. Esta forma de percibir el mundo y relacionarse con los demás, generará indudablemente, serias dificultades tanto a nivel afectivo, como en las relaciones interpersonales a corto, mediano y largo plazo, dificultando el desarrollo de relaciones cercanas, sanas, cálidas, íntimas, empáticas y confiables. Por lo demás, cuando el joven se encuentre frente a situaciones conflictivas o de frustración, no tendrá los recursos necesarios para manejar y resolver estas situaciones de manera adecuada, puesto que la percepción, control de impulsos, capacidad de diálogo, reflexión y otras funciones cognitivas han sido seriamente afectadas al vivir situaciones de violencia doméstica al interior del hogar.

Los jóvenes expuestos repetidamente a incidentes de violencia doméstica, tienden a aislarse de sus familias y muchas veces, abandonar el hogar y la escuela a temprana edad. Esta situación en particular es considerada un factor de riesgo importante, pues al generar una ausencia total de límites, es muy posible que el joven comience a manifestar comportamientos antisociales, como el uso de drogas, delincuencia y comience a identificarse con grupos delictivos, pues al no sentirse perteneciente a nada, encuentra el cariño, la empatía y aceptación en su nuevo grupo de “amigos.

Todos sabemos que la adolescencia particularmente representa un período crítico y de gran vulnerabilidad, una etapa de grandes cambios, construcción y maduración. Es la etapa de vida donde ocurren las mayores transformaciones caracterizadas por cambios físicos, psicológicos, sociales y donde aparecen las primeras crisis importantes de la vida (desarrollo de la identidad, necesidad de independencia, encuentro con la sexualidad y orientación sexual). Todo esto indudablemente genera angustias, inseguridades, conflictos y contradicciones en los adolescentes y también en los padres. Para poder enfrentar de manera positiva los cambios y crisis que la adolescencia conlleva, es de vital importancia vivir en un clima familiar saludable, sin violencia, caracterizado por la calidez, afecto, apoyo emocional, respeto y diálogo, donde los adolescentes se sientan en confianza para compartir las angustias propias de la etapa y puedan escuchar y ser escuchados. Un clima familiar con estas características le permitirá al joven adquirir el sentido de seguridad, confianza en sí mismo y respeto por los demás, aspectos claves para desarrollar una vida social satisfactoria y resolver de manera adecuada los conflictos. Un joven inmerso en una familia con estas características no sólo aprenderá que los problemas se resuelven a través del dialogo y el respeto, sino que contará con recursos emocionales y cognitivos para enfrentar las situaciones problema de manera favorable y enriquecedora.

LOS NIÑOS Y LOS JÓVENES ANTE LA VIOLENCIA FAMILIAR

Si bien en múltiples ocasiones la violencia nace, se desarrolla y se perpetua entre la pareja que forma el liderazgo de la familia, los problemas de carácter, conducta y de relación tanto del padre como de la madre, del victimario y la víctima, trascienden con fuerza en la vida y dinámica emocional de los hijos que viven en el hogar, que de manera presente se perciben amenazados por las consecuencias que traen los desencuentros y la agresión verbal, emocional y física que se da entre sus padres.

Pretender que los menores por ser niños no captan el porqué de los problemas y no sufren la violencia interpersonal que se da en los padres es un grave error de juicio y significa también que quienes así juzgan carecen de sensibilidad para reconocer la inteligencia natural que los hijos van adquiriendo y desarrollando a través de su experiencia existencial desde la más tierna infancia.

Menospreciar la inteligencia de los demás es un grave error que con frecuencia cometen particularmente los padres quienes por lo general consideran a los hijos como unidades receptoras que no tienen capacidad de procesar lo que reciben, y mucho menos de crear una imagen que tenga validez ante ellos de todo aquello que ven, escuchan o acontece en su entorno y que forma la experiencia de vida diaria de ser niño o adolescente

Las causas de la violencia familiar son múltiples y se ven agravadas por las circunstancias personales de quienes forman la pareja o de quienes como adultos conviven con el hogar sean estos consanguíneos o no. Rara vez también la violencia puede iniciarse por un hijo adolescente o joven que vive en la casa, y cuando se trata de involucrar a niños en el problema podemos afirmar que la mayoría de los niños no producen violencia per-se, sino porque son considerados por quien inicia la agresión como sujeto-objeto digno de motivo que justifique la agresión a la contraparte con la que se mantiene el problema.

La mayoría de las veces la diaria y continua violencia en los hogares produce desde tempranas edades, prácticamente desde el ciclo de vida del lactante alteraciones emocionales y funcionales en los que la sufren. En cada ciclo de vida entre el nacimiento y la juventud los síntomas de violencia de cualquier tipo entre los progenitores y que es asumida de forma pasiva por los hijos trae como consecuencia un profundo miedo a la vida, un sentimiento de inseguridad, pérdida de la autoconfianza y un sentimiento de minusvalía.

TIPOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

VIOLENCIA VERBAL

Hijos que crecen ante un hogar donde la violencia verbal existe, pronto aprenden que el lenguaje no es un elemento que dignifica al ser humano. Por el contrario, viven y experimentan que el lenguaje es un canal de agresión continua donde todo es descalificación, una forma de degradación, una vía en la que se descargan las emociones menos sanas de la persona que se violenta, quien lejos de despertar afecto y respeto, deseos de convivir compartiéndose en un clima de justicia y equidad se intimida, se prodiga el desamor, el desaliento y propaga una profunda tristeza y sentido de minusvalía e impotencia en el ambiente en que se vive. Así las cosas, el lenguaje deja de ser una vía de comunicación constructiva para constituirse en monólogos de odio, repetitivos, tediosos y cada vez más ofensivos.

VIOLENCIA FÍSICA

La violencia física constituye la segunda etapa después de la violencia verbal, que va desde simples golpes a golpizas hasta heridas que producen incapacidad funcional y social; la mayoría de las veces el agresor físico es el marido o el compañero en turno, en otras quienes inician esta práctica salvaje son las mujeres.

En ocasiones la violencia física contra los hijos por parte de uno o ambos padres es la consecuencia de la frustración que el adulto sufre ante el no poder responder la agresión a quien se la ha provocado, siendo mucho más fácil por el tamaño y la edad descargar la agresión en los menores que están en su derredor.

En otras ocasiones los niños son agredidos y también los adolescentes menores, porque producen síntomas como consecuencia del ambiente de violencia que viven y estos síntomas producen un alto nivel de irritación emocional en los padres, los cuales en vez de encontrar una forma de diálogo que explique y facilite razonar a todos el porqué se dan las situaciones y se actúa de tan réproba manera, todos entran en estados de frustración, ansiedad y depresión que produce una espiral de violencia permanente o cíclica y lo que es peor, muchos llegan a aceptar que este es el único método eficaz de poder entenderse.

VIOLENCIA EMOCIONAL

La violencia emocional es frecuentemente un arma muy sutil que lleva como práctica herir profundamente la conciencia emocional y espiritual de a quién va dirigida, quien la infiere por lo general se siente superior intelectualmente y en ejercicio del poder sobre quien la recibe. La violencia emocional generalmente es expresada en sarcasmos y en sutilezas que llevan a ridiculizar el pensamiento, la acción o la conducta de quienes son objetos de burla, se trata ni más ni menos que degradarla ante otros, de hacerla sentir incapaz e insuficiente y de demostrarle en quien radica el poder, quien detenta la autoridad.

Castigamos emocionalmente a los niños y adolescentes cuando sin razón alguna y aún teniéndola regañamos injuriando, desaprobamos, ignoramos, ridiculizamos, comparamos o los devaluamos y sobre todo cuando los hacemos sentir culpables de nuestro malestar como adultos o como profesionistas en relación con ellos; también lo hacemos y de manera eficaz cuando les demostramos y hacemos sentir su inutilidad al encomendarles en ocasiones trabajos académicos y hasta de índole doméstica para los que no están capacitados o que bien nuestras órdenes son dadas dentro de un estado emocional perturbado que les hacemos sentir de antemano que cualquier respuesta que den no será más que descalificada.

Los hacemos sentir inferiores fastidiosos inferiores, fastidiosos, inaguantables o les hacemos tener miedo cuando no cumplen o llenan las expectativas que respecto a ellas hemos construido.

Como se ha observado, la violencia familiar, tiene entre sus manifestaciones más visibles y aberrantes el castigo físico y el abuso sexual, pero también tiene formas más sutiles, como el maltrato psicológico, el rechazo, el aislamiento y el abandono, "estas no dejan marca material, pero su impacto es muy fuerte y duradero para quienes lo padecen".

En hogares donde se practica estos tipos de violencia intrafamiliar se vive con una profunda desconfianza hacia los padres ya que el miedo a comunicarse con ellos se hace evidente de manera rápida porque los menores han observado que la violencia verbal, emocional ya no digamos la física, lastima y temen ser heridos al principio en su integridad física y mucho mas tarde en la emocional.

El miedo a expresarse a través del pensar y de su sentir para no sufrir las consecuencias que han visto en los victimados los convierte en seres pasivos, que van lentamente guardando toda la agresión, personas que sufren en silencio y son incapaces de atreverse a compartir su sufrimiento y por lo tanto aprenden a callar su dolor el cual se incrementa de manera ostensible porque al no poder expresarlo tampoco reciben ayuda y más aún no aprenden desde etapas tempranas de la vida a manejarlo.

Quizá el corolario más grave de sufrir esta situación sea el que pierde la confianza en todos los adultos sean estos consanguíneos o no y se van aislando y con ello aumenta un sentimiento de soledad y de minusvalía y el diálogo y la palabra van perdiendo lentamente pero de manera eficaz la capacidad de comunicación que es la única que puede conseguir la verdadera y fructífera relación humana.

La violencia postmoderna en todas sus formas intrafamiliar iguala y supera a los relatos decimónicos que son tan numerosos como detallados en la descripción del sufrimiento de niños y jóvenes en el mundo de la literatura.

Los adultos de hoy como los de ayer se nos olvida que nadie absolutamente nadie puede hacer feliz nuestras mente cuando de manera irracional demanda que otros adultos, adolescentes o niños satisfagan las necesidades emocionales de nuestra mente enajenada, en ocasiones poblada y empantanada de ilusiones, sueños, pretensiones e ideas descabelladas, por lo mismo imposibles de cumplir; como mucho se ha dicho los sueños de la razón en cualquier época de la vida ocasionan trastornos severos en la mente de quien los alberga.

EL IMPACTO DE LA MIGRACIÓN EN LA ESTRUCTURA FAMILIAR

La familia constituye la célula fundamental de la sociedad. Sin embargo, son diversos los factores que atentan a los cimientos de esta institución, una de ellas es precisamente la migración, la misma que se ha incrementado sustantivamente en las últimas décadas, lo que ha significado serios estragos al tejido social, sobre todo por el abandono del país de miles de hombres y mujeres que dejan, no sólo el país sino también su ciudad, su barrio, su comunidad, su familia, y es precisamente esta última la que sufre las mayores secuelas de la migración.

De acuerdo al Padre Fernando Vega, de la Pastoral Social del Azuay, "el sufrimiento producido por la migración se produce por el abandono y la pérdida, los niños muchas veces no entienden porque sus padres se han ido y empiezan a sentir odio hacia ellos. A veces el dinero enviado por los padres logra sustituir un poco de amor, pero la mayoría de esos chicos están en desamparo".

Los niños, niñas y adolescentes se enfrentan a: sentimiento de abandono, rebeldía, depresión, agresividad, inseguridad, incertidumbre, apatía hacia la escuela, pocas relaciones interpersonales, ausencia de valores, deserción escolar, bajo rendimiento escolar, baja autoestima, pérdida de identidad, abuso sexual, estigmatización, no visión de futuro, tendencias de suicidio, precocidad, trastornos en el aprendizaje, son manipulados por sus padres, pérdida de valores culturales.

Como se puede ver, la situación de las familias que quedan en las comunidades de origen es altamente preocupante y genera una desintegración familiar que no ha tenido precedentes en el país.

Todo era feliz, pero su vida se destrozó al enterarse que su padre tiene otra familia en España. Víctor Valencia Mamani de 15 años de edad, a causa de la desintegración familiar y decepción, se dedicó a consumir bebidas alcohólicas y no estudiar.

El tema de la desintegración familiar es alarmante en nuestra ciudad, que se da a través de la emigración, muchos de los padres tomaron otros rumbos por falta de trabajo, sin pensar que sus hijos están expuestos sin ningún cuidado, la consecuencia, jóvenes de 15 y 16 años que se dedican a beber, por decepción.

Graciela Vallejos Miranda, Psicóloga dijo que la desintegración familiar se da desde el momento que el padre emigra, la familia ya no es completa, y la consecuencia es que sus hijos estén por un mal camino y más aún cuando el padre o la madre que emigró, forma otra familia, ahí es mucho peor, los hijos por decepción empiezan a consumir bebidas alcohólicas.

“La mayor parte de los jóvenes que se dedican a consumir bebidas alcohólicas, es por la decepción, que sus familia ya no está unida, más bien desintegrada, porque ya no existe amor, cariño, están al cuidado de sus tíos, abuelos e incluso con el vecino, que ya no es lo mismo como el cuidado de los padres”, contrastó.

Graciela Vallejos Miranda, Psicóloga dijo que La mayor parte de los jóvenes tienen malas amistades, con personas que tienen una pandilla, que se dedican a consumir bebidas alcohólicas “no existe quien los controle en la casa como un verdadero padre, muchos de los jóvenes no hacen caso a las personas con el cual viven, entonces hacen lo que les da la gana y en algunos casos porque sus padres tienen otra familia, donde entran en la etapa de la decepción”.

“Cuando me enteré que mi padre tenía otra familia en España, fue un dolor grande para mí desde ese momento no me daba ganas de estudiar, me salí, empecé a juntarme con los chicos de mi barrio, ellos cada noche paraban en la esquinas bebiendo, entonces yo también comencé a beber junto con ellos, pero si mi papá hubiera estado aquí, mi vida sería diferente en estos momentos no estaría contándote mi triste realidad”, dijo Víctor Valencia Miranda.

Los esfuerzos de la madre son continuos para que deje de consumir bebidas alcohólicas. Víctor no puede dejar ese vicio que le hace feliz, dijo que le da ganas de tomar, compartir son sus amigos estar “todo el tiempo de joda”, porque se olvida de todo. “Ya bastante tiempo voy luchando, ojalá pueda olvidar todo lo que pasó con su padre, siempre le digo que tiene que seguir adelante, por el bien del él”, dijo la madre de Víctor Flora Mamani Castillo.

UTILIZACIÓN DEL TIEMPO LIBRE

En la actual sociedad, existe la preocupación de la utilidad que se destina al uso del tiempo libre en los adolescentes, la influencia de agentes socializantes y medios tecnológicos repercuten de tal manera que la educación del tiempo libre se ve opacada por actividades que no ejercen beneficios en la salud aminorando la calidad de vida del ser humano.

El tiempo libre es un aspecto de orden social que determina las actividades en el ser humano, éstas actúan en su conducta personal y social. El uso del tiempo libre es considerado para la adolescencia un espacio de relajación y ocio; en el cual los adolescentes disponen las actividades que más les gusta realizar.

Una mirada al uso del tiempo libre de nuestros jóvenes, es de extrema importancia, son los adolescentes, esos pequeños señores mayores que, cada vez, tienen menos idea de qué hacer con su tiempo libre, o cómo sacarle provecho al ocio que los apabulla.

La médica pediatra y especialista en adolescencia Cristina Catsicaris, explica que "pensar en juventud y tiempo libre es pensar en diversión, esparcimiento, creación, aprendizaje, pero también es pensar en consumo. Los adolescentes pueden estar en riesgo de establecer conductas inapropiadas como por ejemplo el consumo de drogas como el alcohol y el cigarrillo entre otras, es por ello que se dice que el tiempo que dedique el adolescente a sus actividades libres es de suma importancia para todos”.

La adolescencia es el momento de nuestras vidas en que realmente comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar nuestro lugar en él. Este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas. Los jóvenes a esta edad anhelan la excitación en una forma que la mayoría de los adultos encuentran difícil de comprender, sobre todo las actividades excitantes que pueden resultar peligrosas. Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes buscan estas sensaciones en la música, el deporte u otras actividades que precisan de gran cantidad de energía pero que conllevan un escaso riesgo físico real.

Los adolescentes tienen diferentes necesidades y preferencias recreativas, las cuales cambian con el tiempo. Los intereses personales permiten descubrir cuáles son las actividades recreativas atractivas en su tiempo libre y cuales le aburren, motivo por el cual muestran mayor interés aquellas de su preferencia. Algunos adolescentes prefieren realizar actividades que puedan realizar solo o con unos cuantos amigos íntimos.

Es importante mencionar que no todos los adolescentes tienen un concepto claro de lo que es el uso del tiempo libre; consideran ellos que el tiempo libre es todo el día, el fin de semana u horas que no son de estudio.

El uso de este tiempo que los adolescentes emplean varían de acuerdo a las actividades que realizan; ya que pueden ser positivas como el deporte, la lectura, la música o de otra forma de arte; como que también pueden ser negativas para el desarrollo del adolescente porque puede utilizar el tiempo libre en drogas, pandillas, delincuencia o algún otro tipo de actividades que causen desadaptación con su entorno como el alcohol y el cigarrillo.

Las vivencias que tienen los adolescentes en su tiempo libre están muy relacionadas con la creación de la identidad del adolescente que pueden estar influido por el grupo de amigos, colegio, familia o la misma cultural;

Para ellos el tiempo libre y el ocio tienen una gran importancia y por regla general estos se basan en dos conceptos:

El carácter grupal: La pertenencia a un grupo de amigos y su identificación con ellos es fundamental, hasta tal punto que el ocio se basa más en el hecho de estar con este grupo de amigos que en las actividades que realicen.

Alejamiento del mundo de los adultos: Que se produce principalmente como un deseo de reafirmar su autonomía. Por eso suelen buscar actividades propias y que no se identifiquen con sus mayores. Por estas razones, los adolescentes son muy proclives a imitar a sus iguales y a seguir las modas y usos que se establecen en la sociedad en general y especialmente en su grupo de amigos.

Esta permeabilidad de los adolescentes hace que en ocasiones identifiquen ocio con consumismo y que si no tienen un buen entorno de amigos acaben gastando su tiempo libre en actividades poco recomendables.

García Ferrando (1996) y Guardia (2000) en (Nuviala, Ruíz, y García, 2003) mencionan:

“El tiempo libre de los adolescentes va aumentando al mismo ritmo que el resto de la sociedad. Existe una tendencia a agrupar la jornada escolar o a crear una jornada intensiva, con el consiguiente aumento del tiempo libre. En este tiempo es donde la sociedad debe intervenir para facilitar la ocupación del niño, en actividades que favorezcan su desarrollo integral”.

INFLUENCIA DE LOS AMIGOS

El consumo de alcohol generalmente se lo realiza en la adolescencia temprana, una etapa donde las relaciones sociales se convierten en el principal contexto de influencia social e interpersonal, relaciones sociales que contribuyen al consumo de alcohol de los adolescentes «la influencia de los compañeros, el deseo del adolescente de imitar el comportamiento de los adultos y un proceso de socialización».

Para algunos jóvenes el consumir bebidas alcohólicas puede representar el éxito social, en los negocios o en el deporte. Muchas cosas generan que los adolescentes beban, entre ellas la presión de los grupos de adolescentes.

La influencia de los principales referentes de conducta la familia y los amigos en el consumo de sustancias de adolescentes y jóvenes ha sido explicada por los efectos que el modelado tiene en la conducta de consumo pudiendo instaurarla, reforzarla o eliminarla. Las amistades suelen tener efectos en varias áreas de la vida del adolescente-las calificaciones, cómo pasan su tiempo, a qué clubes pertenecen y cómo se comportan en lugares públicos, como los centros comerciales.

Los adolescentes necesitan sentir que encajan en su vida social-que están en su ambiente, la necesidad de ser "parte del grupo" es más fuerte que a ninguna otra edad. Las amistades se estrechan y son más importantes y le ayudan a determinar quiénes son y hacia dónde van. Es más probable que formen grupos pequeños , cada uno con su identidad especial (por ejemplo, los deportistas, los estudiosos, los colegiales y los chiflados)

Muchos padres se preocupan que los amigos de sus hijos ejerzan demasiada influencia en sus vidas y que su propia influencia vaya disminuyendo. Los padres se preocupan todavía más si los amigos de sus hijos los animan a participar en actividades peligrosas o dañinas.

Los amigos influyen de tal manera que lo hacen hasta en los gustos en la música, la ropa y los peinados, así como en las actividades en las que quieran participar. Sin embargo, los amigos no reemplazan a los padres. Usted sigue siendo quien más influye en la vida de su hijo. Los adolescentes tienden a buscar a los padres más que a sus amigos cuando se trata de qué planes hacer después de la secundaria, qué carrera elegir y qué valores religiosos y morales seguirán. Esta influencia paterna se siente más cuando la relación entre el padre y el hijo es fuerte.

La mayoría de los adolescentes se sienten atraídos a los amigos con quienes tienen muchas cosas en común. Los estudios del psicólogo Thomas Berndt y sus colegas han demostrado que los amigos sí ejercen mucha influencia sobre las actitudes y comportamiento y que, al pasar el tiempo los amigos se parecen cada vez más en sus actitudes y en su comportamiento. Por ejemplo, los adolescentes cuyos amigos se identifican a sí mismos como problemáticos en la escuela, tienden a aumentar su propio mal comportamiento en el trascurso del año escolar.

En muchas situaciones el consumo de bebidas alcohólicas en la adolescencia es en gran parte ocasionado por la influencia de las personas y del medio en que se ejerce esta situación En los jóvenes la influencia de su entorno y las amistades pueden alterar su carácter de manera total; como por ejemplo cuando un joven influye en otro para cometer un robo, un crimen, etc. Debido a que los jóvenes son psicológicamente inmaduros, tienen dificultades para manejar las emociones producidas por el alcohol.

CONSECUENCIAS DEL ALCOHOLISMO EN LOS ADOLESCENTES

El consumo de alcohol es un problema de salud pública, que provoca importantes daños a la salud del individuo y afecta a la sociedad donde se vive. El alcoholismo puede matar de muchas maneras, cerca de 200,000 defunciones al año pueden ser completamente o parcialmente atribuidas al beber. En total, reduce la esperanza de vida por 10 a 12 años. Entre más temprano una persona empieza a beber gran cantidades de alcohol en gran medida, mayores serán sus perspectivas de desarrollar enfermedades graves más adelante, enfermedades que pueden producir serios problemas a la salud del ser humano, como por ejemplo cuadros de hipertensión, hígado graso, cirrosis múltiple, hemorragias internas, accidentes e incluso la muerte del alcohólico. El abuso de alcohol tiene consecuencias muy graves, no solo físicas sino mentales y hasta sociales.

En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de alcohol en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que va aumentando, tanto en número de bebidas adquiridas, como en el de su graduación alcohólica.

Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.

La creencia más compartida entre los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con la asociación, según su opinión, entre el consumo de alcohol y las "consecuencias positivas" que este proporciona. Entre estas destacan, según ellos indican, una potenciación de la actividad psico-física (alegría, euforia, superación de la timidez y retraimiento, mejoría del estado de ánimo, etc.), posibilidad de diversión e integración dentro del grupo de amigos donde la mayoría consumen.

En la medida que el alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo. La juventud, como regla general, no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.

Esta consideración positiva hacia el alcohol, hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los adolescentes, en un amplio porcentaje, no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas.

Los adolescentes corren un riesgo mayor que los adultos a desarrollar enfermedades como la cirrosis del hígado, pancreatitis, infartos hemorrágicos y algunas formas de cáncer.

Los adolescentes que consumen alcohol además de las consecuencias ya mencionadas también se encuentran expuestos a otro tipo de problema mucho más severo como iniciar su actividad sexual a muy temprana edad, situación que los expone a un mayor riesgo de contagio con el virus del SIDA, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. De igual modo, incrementan la probabilidad de verse afectados por la impotencia y la disfunción eréctil.

Más allá de la libertad individual o de la responsabilidad de cada ciudadano sobre su propio cuerpo, su vida y su muerte, el abuso de sustancias tóxicas legales deviene un problema de salud pública, si tenemos en cuenta los enormes costes sociales derivados. Y no nos referimos únicamente a los costes económicos -que por sí solos son motivo suficiente de atención- sino, sobre todo, al deterioro humano que para una sociedad pretendidamente desarrollada y “saludable” representa el abuso de las drogas que ella misma propone a sus ciudadanos.

Trastornos físicos- el alcohol en el organismo

El alcohol se ha convertido en una de las sustancias protagonistas del consumo de drogas en el momento actual. Y este protagonismo adquiere un carácter destacado en lo que se refiere al consumo juvenil.

El alcohol etílico es un depresor del Sistema Nervioso Central que es ingerido por vía oral, a través de determinadas bebidas que lo contienen en unos porcentajes variables. Desde su ingreso en el organismo, podemos ir describiendo los efectos de su acción sobre las distintas partes del mismo.

Inmediatamente que penetra en el organismo, el alcohol produce una dilatación de los vasos sanguíneos periféricos y, consiguientemente, al refrigerarse la sangre, un descenso de la temperatura. Si la ingestión es pequeña, aumentará la secreción gástrica, pero si es elevada, la secreción gástrica se inhibe y la mucosa estomacal sufre una fuerte irritación, pudiendo dar lugar a gastritis, vómitos, diarreas, etc.

Cuando el estómago está vacío, el alcohol lo atraviesa muy rápidamente y pasa al duodeno y al intestino delgado, donde es absorbido, distribuyéndose en el torrente circulatorio en poco tiempo. Si, por el contrario, el estómago está lleno, el alcohol se difunde a la sangre lentamente, a medida que va pasando al intestino delgado.

El alcohol no es transformado por los jugos digestivos del estómago o del intestino, como los alimentos, sino que pasa directa y muy rápidamente, sobre todo en ayunas, a la sangre, desde donde se difunde a los diferentes tejidos del organismo.

De todos los órganos y tejidos es únicamente en el hígado donde el alcohol es quemado, es decir, metabolizado.

El organismo, no puede almacenar alcohol ni tampoco eliminarlo por la orina, el sudor o la respiración; sólo elimina por este medio un pequeño porcentaje, del 1% al 5%. Así pues, al menos un 95% del alcohol ingerido deberá ser metabolizado a nivel hepático, transformarlo totalmente en otros cuerpos más simples que se pueden eliminar. Como sólo puede ser oxidado a una cierta velocidad en el hígado, el alcohol permanece en la sangre y en los tejidos, mientras termina de ser quemado.

La alcoholemia

Los niveles de alcohol en la sangre se denominan alcoholemia. La alcoholemia es pues, un indicativo del grado de impregnación alcohólica que presenta el Sistema

Nervioso, por lo que podemos pensar que a medida que aumenta dicha alcoholemia, mayor será la disfunción del Sistema Nervioso y mayores las repercusiones a nivel conductual.

Obviamente, la alcoholemia se incrementa en función de la cantidad de alcohol ingerido, la cual dependerá a su vez de la graduación alcohólica de cada bebida.

El grado real de alcoholemia -medido en gramos de alcohol por litro de sangre- se obtiene directamente a través de un análisis de sangre o indirectamente mediante el aire espirado.

PROBLEMAS DE SALUD FÍSICA ASOCIADOS AL CONSUMO DE ALCOHOL

Los efectos del alcohol sobre el cuerpo son numerosos y diversos. El alcohol, específicamente el etanol, es una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos secundarios que puede afectar de manera grave a nuestro organismo.

Debido a su total y rápida absorción, el alcohol ingerido es incorporado al torrente sanguíneo que baña cada célula del organismo. por esta razón no hay órgano que escape a su acción destructiva. Resumiremos algunos de los principales efectos nocivos para el organismo asociados al consumo habitual de bebidas alcohólicas.

En el cerebro y sistema nervioso

• El consumo de alcohol inhibe gradualmente las funciones cerebrales, afectando en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.3

• Altera la acción de los neurotransmisores, y modifica su estructura y función. Ello produce múltiples efectos: disminución de la alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras.

• El alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible.5

• Enfermedad de Wernicke-Korsakoff, debido a la falta de vitamina B1, que afecta sentimientos, pensamientos y memoria. Cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular y alucinaciones. La persona confunde la realidad con sus invenciones.

• Produce trastornos del sueño.

• Las personas alcohólicas se aíslan de su entorno social, suelen padecer crisis en los ámbitos familiar (discusiones, divorcios, abandonos) y laboral (pérdida del empleo), lo que los conduce a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.

• Pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales.

Delirium Tremens

• El alcoholismo es la consecuencia del consumo abusivo del alcohol y se produce una dependencia física tan importante que el organismo no es capaz de vivir sin el alcohol, se establece una fuerte tolerancia y una importante dependencia de tipo físico y psicológico, puede provocar un síndrome de abstinencia característico cuando se suprime su ingesta en un sujeto dependiente sin un tratamiento médico adecuado.

• El trastorno más leve, denominado síndrome de alarma, se caracteriza por temblor matutino en la lengua, labios y dedos de las manos, náuseas, secreción de bilis, ansiedad, depresión leve y cansancio.

• Cuando el síndrome está muy avanzado, la privación brusca del alcohol produce además de los síntomas anteriores, un cuadro conocido como delirium tremens, la persona entre en un delirio, llamado delirium tremens, donde se producen alucinaciones en las que la persona ve monstruos, bichos que le recorren su cuerpo o que están en su cuarto, imágenes aterradoras, generalmente de animales fantásticos, trastornos profundos de la conciencia, agitación psicomotora, trastornos del pensamiento, errores en el reconocimiento del entorno, se torna distraído y desorientado. Este síndrome suele venir acompañado de ansiedad, temblores y fiebre, pudiendo desembocar en un estado de coma o muerte por neumonía (inflamación microbiana pulmonar), por descompensación de las sales del organismo u, ocasionalmente, por congestión cerebral.

• Es uno de los problemas más graves asociados al consumo de alcohol por la gran cantidad e importancia de los síntomas que engloba.

.

En el corazón y aparato circulatorio

• Aumenta la actividad cardíaca (aunque un consumo muy moderado mejora la circulación, una dosis superior produce daños).

• En dosis elevadas se eleva la presión sanguínea (hipertensión) y produce daño en el músculo cardíaco por sus efectos tóxicos.

• Debilita la musculatura cardíaca y por consiguiente, la capacidad para bombear sangre.

• Produce vasodilatación periférica, lo que genera enrojecimiento y un aumento de la temperatura superficial de la piel.

En el aparato digestivo: estómago, páncreas, hígado...

Las molestias gástricas son debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.

• Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer úlceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.

• El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago y páncreas.

• Provoca esofagitis, una inflamación del esófago, varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallory-Weiss.

• Puede producir pancreatitis aguda, una enfermedad inflamatoria severa del páncreas, con peligro de muerte.

• Puede provocar pancreatitis crónica, que se caracteriza por un intenso dolor permanente.

• Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo II y peritonitis.

• El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza las proteínas, oxida los lípidos, consume vitaminas del grupo B y daña los tejidos).

• Al irritarse la célula hepática es posible que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona (hígado graso o esteatosis) para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer de hígado y producir la muerte.

• Otros signos de alteración hepática son la ictericia, un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas, acumulación de líquido en las extremidades.

• Altera la función del riñón, reduciendo los niveles de la hormona anti diurética, provocando deshidratación y tomando agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.

• El alcohol aporta abundantes calorías, con escaso valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito, sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y minerales.

En la sangre

• Inhibe la producción de glóbulos blancos y rojos.

• Sin la suficiente cantidad de glóbulos rojos para transportar oxígeno, sobreviene la anemia megaloblástica

En los sistemas inmunitario y reproductor

• La falta de glóbulos blancos origina una falla en el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de infecciones bacterianas y virales.

• Disminuye la libido y la actividad sexual.

• Puede causar infertilidad y disfunción eréctil, así como hipertrofiar las glándulas mamarias en el hombre.

• Altera las hormonas femeninas en las mujeres por lo que trastorna el ciclo menstrual y produce infertilidad, anorgasmia femenina e impotencia masculina, entre otros trastornos con base física.

• Provoca una alteración de las hormonas creando hormonas anormales

En el embarazo y el feto

• El abuso del alcohol en el embarazo puede desencadenar el Síndrome alcohólico fetal. Es decir, el retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales y malformaciones oculares.

• Sin embargo, el mayor daño se produce en el sistema nervioso central del feto, lo que puede generar retardo mental.

Temperatura Corporal

• Sabemos que el “termostato” está funcionando cuando sudamos en un ambiente caluroso, el sudor, al evaporarse, enfría la piel y hace descender la temperatura.

• El alcohol afecta a la temperatura corporal de dos formas distintas: actuando sobre el cerebro y provocando la dilatación de los vasos sanguíneos que están cerca de la piel. El efecto sobre el cerebro perjudica la capacidad del organismo para regular su propia temperatura, y el efecto sobre los vasos sanguíneos provoca una pérdida de calor a través de la piel.

• El alcohol altera la capacidad del organismo para regular la temperatura en ambas direcciones del termómetro. Contrariamente a la creencia popular sobre los efectos de una cerveza fría en un clima caluroso, el alcohol provoca el aumento de la temperatura corporal cuando se bebe en un ambiente de calor. Se han dado casos de muerte por beber demasiado en un bar demasiado caldeado.

El alcohol puede elevar las posibilidades de hipotermia accidental (pérdida peligrosa de temperatura corporal). Finalmente, no haga caso de la antigua creencia de que el alcohol mantiene el cuerpo caliente cuando hace frío. Aunque se puede sentir calor tras tomar una bebida alcohólica debido a que el alcohol dilata los vasos sanguíneos cercanos a la piel, sus efectos sobre la regulación de la temperatura actúan rápido y el cuerpo puede empezar a perder calor.

TRASTORNOS PSIQUICOS Y DEL CARÁCTER

Contrariamente a lo que la mayoría de las personas creen, el alcohol no es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central, las personas que atribuyen al alcohol un aumento en su capacidad mental verificable en su capacidad de hacer mejor ciertas cosas como hablar, bailar o crear, están equivocados. Lo que ocurre en realidad es que bajo los efectos del alcohol, estas personas entran de un lapso de desinhibición provocada por la depresión de mecanismos inhibitorios. Al disminuir la inhibición, los mecanismos de control momentáneamente ceden paso a la excitación.

Popularmente se cree que el alcohol incrementa la excitación, pero en realidad deprime muchos centros cerebrales. La sensación de excitación se debe precisamente a que al deprimirse algunos centros cerebrales se reducen las tensiones y las inhibiciones y la persona experimenta sensaciones expandidas de sociabilidad o euforia. Por eso se dice, que el alcohol "anestesia la censura interna". Sin embargo, si la concentración de alcohol excede ciertos niveles en la sangre interfiere con los procesos mentales superiores de modo que la percepción visual es distorsionada, la coordinación motora, el balance, el lenguaje y la visión sufren también fuertes deterioros.

Las dosis bajas de alcohol producen la sensación de elevar el estado de ánimo y relajar a la persona. Las dosis medias alteran el habla, el equilibrio, la visión y el oído. Se tiene una sensación de euforia y se pierde de la coordinación motora fina, En dosis altas, los síntomas anteriores se agudizan y se alteran las facultades mentales y del juicio. Si el individuo continúa bebiendo llega a una pérdida del control motor en la que precisa ayuda para poder moverse y hay una evidente confusión mental.

La patología alcohólica, conlleva múltiples trastornos psicológicos en el individuo que, impiden una relación familiar, social, laboral e incluso personal, atractiva para él mismo, lo que es indicativo de cambios de percepción de las cosas y situaciones, que le producen deterioro a nivel cognitivo (pensamiento) y emocional.

Mientras se está bajo los efectos del alcohol, se vive en un mundo irreal, ilusorio, donde el razonamiento está completamente anulado, pero que, por el contrario, para el enfermo alcohol, está plenamente ajustado a la realidad, considerándose objetivo y justo en todo momento, percibiendo este error cuando los efectos de la bebida han disminuido o se han eliminado.

La persona con problemas de bebida, tiene una permanente disonancia cognitiva y/o ambivalencia, es decir, lo que piensa no se ajusta con lo que hace, por lo tanto se siente mal. Es sencillo, quien empieza a comprobar que tiene un problema real con el consumo de bebida, considera: “me gustaría no tener problemas por el alcohol pero sin dejar de beber”. “Es consciente que el alcohol le produce daños pero sigue bebiendo, por ello se siente mal tras haberlo bebido”.

Como rasgos muy generales de personas con problemas de alcohol, destacaríamos:

• Mayor irritabilidad que la población general.

• Cambios bruscos de humos.

• Ansiedad por beber.

• Culpabilidad por haber bebido.

• Personalidad disforia (alteración del estado de ánimo) que acaba en celopatías.

• Inseguridad, desgana y despreocupación.

• Reiterativo y falta de sinceridad.

• Desajuste emocional y pena interna

• Conflictos neurológicos

• Trastornos de carácter.

• Falta de maduración.

• Depresión y sentimientos de desesperanza.

• Soledad y vacío interior.

• Egocentrismo, hipersensibilidad.

• Escasa tolerancia a la frustración.

• Conductas pasivas en situaciones críticas.

• Miedo al fracaso

• Sentimientos de inferioridad y timidez.

• Idealismo excesivo, lejos de la realidad.

• Conformidad con el grupo -muy importante en los jóvenes-

• Inmadurez afectiva.

• Inmadurez emocional.

• Pasividad y dependencia.

• Depresión y ansiedad.

• Actitud amistosa superficial.

Es cierto que no tienen que darse todos estos rasgos en todas las personas con problemas de bebida, ya que, dependiendo de varios factores, cada individuo está más sensibilizado hacia unos más que hacia otros.

Problemas de identidad del alcohólico

Además de no saber lo que está sucediendo, el alcohólico a menudo no sabe quién es. Como explico un alcohólico rehabilitado, “cuando bebía tenia tal confusión de personalidad que podría haber posado para un retrato de grupo”. Los problemas de personalidad son un tema recurrente en los adolescentes, en casi todos los casos consideran que su “personalidad alcohólica” es totalmente diferente a su “personalidad sobria”.

El problema de identidad es consecuencia directa de la influencia de las acciones y pensamientos del individuo en estado de intoxicación etílica, sobre su sistema de valores, pensamientos y actitudes que constituyen su personalidad primaria o “sobria”. El adolescente que consume bebidas alcohólicas siente una gran confusión acerca de su identidad debido a las grandes diferencias que existen entre su forma de pensar y actuar cuando esta borracho y cuando esta sobrio.

Los sentimientos de una persona que consume alcohol.

A pesar de las grandes diferencias que existen entre las vidas de unos y otros, las personas que consumen alcohol se sienten identificadas entre sí, Existe una fuerte unión entre ellos, este sentimiento de pertenecer a un mismo grupo tiene su origen en el mundo de los sentimientos y emociones.

A pesar de la imagen externa que intentan comunicar algunas personas que consumen alcohol, gran confianza en sí mismos, seguridad, etc., la realidad suele ser muy distinta. Tras esa fachada externa, el alcohólico suele esconder una personalidad asustada, llena de dudas y de desprecio por sí mismo.

Otros sentimientos muy frecuentes son la soledad, la alienación y el rechazo, las personas que consumen alcohol son gente que se siente sola en medio de las multitudes. Aunque parezcan animados y sociables en las fiestas y reuniones, esto solo es una fachada. Sin la ayuda del alcohol muchos se tornan introvertidos y taciturnos.

Otro rasgo que caracteriza a muchos de ellos es que se sienten absolutamente únicos y diferentes a los demás. Este hecho contribuye a su aislamiento y el deterioro de su personalidad a medida que el consumo progresa.

Otros problemas psicológicos presentes en el mundo interno del alcohólico son la depresión y los sentimientos de desesperanza, inutilidad y falta de ilusión por la vida. Es fácil explicar la existencia de estos sentimientos si tenemos en cuenta que el alcohol está clasificado entre los fármacos depresivos generales no selectivos. Por su estructura y efectos sobre el sistema nervioso central, la acción del alcohol sobre este es muy similar al de los fármacos depresores como el diacepam. En realidad, aunque no lo saben, las personas que consumen alcohol suelen estar deprimidos porque ingieren grandes cantidades de un fármaco depresor. Sin embargo, en algunos casos estas depresiones no son transitorias, sino que son consecuencia de un trastorno afectivo.

Los sentimientos de desesperanza, inutilidad y falta de interés por la vida son la nota común de la experiencia interna del alcoholismo. En mi opinión, reflejan el vacio espiritual del alcohólico y su creciente reconocimiento de que está perdiendo algo muy importante de sí mismo.

Las personas que consumen bebidas alcohólicas hablan de un terrible vacio interior. Para intentar llenarlo, algunos se vuelcan en otras obsesiones aparte del alcohol, ningún bien material puede conseguir llenar ese vació espiritual.

Los griegos tenían una palabra para denominar el dios interior de cada persona: en theos, la palabra entusiasmo provenía de ahí. Algunos psicólogos y expertos en el tema expresan, que el vacio interno que sienten las personas que consumen alcohol debe llenarse con entusiasmo, buscándolo de donde sea.

LAS TACTICAS DE LOS ALCOHOLICOS: DESARROLLO DE NUEVAS CONDUCTAS

Como respuesta a la enfermedad, la persona alcohol desarrolla diversas tácticas que le permiten enfrentarse a tan terrible experiencia.

El alcoholismo es la enfermedad y las tácticas para enfrentarse a ella son sus consecuencias lógicas

LA TACTICA DE LA NEGACIÓN, es quizá la más utilizada. Consiste en negar la evidencia del impacto que el alcohol resta teniendo sobre la salud, el trabajo, la reputación y las relaciones sociales en general. También se observa en la negación del alcohólico a admitir que ha perdido el control y que la bebida se ha convertido en un problema. En algunos casos llegan incluso a negar que beben o a mentir acerca de las cantidades de alcohol que ingiere e inclusive que no bebe.

Otra es la racionalización.- se pone de manifiesto en los esfuerzos que realiza la persona que consume alcohol para demostrarse asi mismo y a los demás que bebe de forma razonable. El alcohólica siempre tiene alguna razón para beber que le puede parecer sensata y lógica. Dira que necesita alcohol para relajarse o para dormir, porque ha perdido a un ser queriso, porque nadie lo entiende, porque ha ganado o porque ha perido. La lista es interminable.

ECHAR LA CULPA A LOS DEMÁS.- La sociedad en general son culpables ante los ojos de las personas que consumen alcohol, culpando a otras personas o otras circunstancias de sus desgracias, excepto al alcohol, el alcohol niega su propia personalidad, a veces se apoyan en amigos “bien intencionados” para reforzar su mundo irreal.

CONSECUENCIAS FAMILIARES

Las familias que tienen un problema de alcoholismo en casa advierten, de una manera u otra, que algo está sucediendo. El alcoholismo altera su organización, sus costumbres, sus actividades cotidianas y sus relaciones afectivas, dando lugar a una serie de síntomas típicos:

• Desconcierto y confusión ante el problema. Nadie sabe cómo actuar y, en ocasiones, se justifica o se disculpa la conducta de la persona enferma ante los demás. Es el mecanismo de la negación.

• Gran tensión y estrés en todos los miembros de la familia. Temor. Conflictos importantes, discusiones y agresividad.

• Alteración de las normas, las costumbres y los valores familiares.

• Incumplimiento de las promesas. Reacciones de enfado y resentimiento.

• Desconfianza y frustración

• Sentimientos de culpabilidad y reproches mutuos.

• Poco apoyo emocional y problemas de incomunicación dentro de la familia.

• No se puede hablar del “secreto de la familia” ni pedir ayuda, ni dentro ni fuera de casa, por miedo y vergüenza.

Las familias se empiezan a pelear por que los padres se echan uno al otro la culpa de que el hijo tenga problemas de alcoholismo, del comportamiento de rebeldía y la falta de atención a sus deberes y a las cosas importantes, de que se haya vuelto distante.

Los padre se sienten desconsolados por el problema de su hijo pero ambos se enfocan más en ver quien tiene mayor culpabilidad de los problemas en el hogar que de buscar una solución el joven en vez de ver cambio en el entorno familiar solo ve discusiones y agresiones.

MARGINACIÓN SOCIAL

El ser percibido como consumidor de drogas marca muy negativamente la vida tanto social laboral del individuo. Produciéndose una construcción social referencial bajo el estigma de drogadicto o toxicómano, que es siempre arbitraria, cultural y totalizadora.

La Sociedad busca clasificar y dividir a los seres humanos en función del grado de pertenencia o no a ésta, por lo que excluye a unos colectivos (generalmente los más débiles) de toda participación social y lo hace en el ámbito de las ideologías excluyentes, bajo miles de atributos negativos que justificar ésta su exclusión/marginación, entendiendo por esto último la decisión social -de forma implícita-, de prescindir de ciertos individuos, aquellos que se encuentran en los límites o fuera de ellos (como es el caso de los toxicómanos).

El consumo es una pérdida de calidad de vida, pero también se convierte en un hecho diferencial con relación a quienes no son consumidores (la mayoría). El adicto vive la vida a través de la sustancia y adquiere sin saberlo el rol de drogodependiente, perdiendo su lugar/espacio en la Sociedad, siendo exiliado, apartado, separado, son minusvalorados socialmente.

En la actualidad se da un fenómeno bastante curioso, y es que el alcohol por una parte, como ya he venido diciendo, tiene una gran aceptación social e incluso en ocasiones ejerce funciones integradoras, como en el caso de los jóvenes, pero, ¿que ocurre si una persona comienza a beber más de “lo normal”? Por mucha información que se haya difundido, aún se achaca el abuso de la sustancia a la falta de control de la persona, porque claro, es que “no sabe beber”, construyéndose todo un estigma social en torno a ella. Mientras que en un determinado momento el alcohol nos sirvió para desinhibirnos, facilitarnos las relaciones, sobre todo a los más tímidos, y conseguir mayor aceptación por parte de un grupo, en otras circunstancias el abuso de esa misma sustancia puede llevarnos hacia todo un proceso de marginación social. He aquí una peligrosa arma de doble filo.

ALCOHOLISMO FEMENINO, PROBLEMÁTICA SOCIAL

El alcoholismo es considerado un fenómeno universal que constituye uno de los primeros problemas de salud pública en la mayoría de países del mundo, siendo catalogado como el tercer problema sanitario de gravedad, como se sabe es la drogodependencia más expandida en el mundo, con la característica de ser la única sustancia adictiva institucionalizada que la sociedad maneja con toda libertad, incluyendo ya no solo el manejo del sexo masculino sino que hoy en día el sexo femenino también se ha visto vinculado con el consumo de bebidas alcohólicas lo cual es de suma preocupación, pues como se observa el alcohol esta rebasando todos los limites de conciencia social.

El estudio del alcoholismo femenino interesa por la evidencia de su incremento en estas últimas décadas, por la mayor vulnerabilidad biológica, psicológica y social que presenta en la mujer y por la magnitud de los problemas que giran a su alrededor.

Las últimas décadas han sido testigos de importantes cambios en la vida social de la mujer. Las primeras modificaciones del rol femenino se escenificaron en la familia, cuando millones de ellas fueron lanzadas al mercado del trabajo y pasaron del interior de sus hogares a vivir de un modo muy intenso puertas afuera.

Comenzaron a debatirse temas que durante siglos habían sido celosamente silenciados: la maternidad, el sexo, su lugar dentro de la pareja, su papel en la familia, etc., de tal manera que aquellos roles asignados desde la antigüedad fueron rápidamente modificados por la acción de los factores sociales. Entre ellos la inducción publicitaria ha jugado un papel importante: al dejar de resaltar el carácter virilizante del alcohol para ganarse las voluntades femeninas hizo énfasis en su carácter relacional con festejos, reencuentros familiares, eventos sociales, etc. e influyó en que la sociedad aceptara con agrado que la mujer beba en reuniones y en establecimientos públicos.

Múltiples mecanismos psicológicos facilitadores del proceso de alcoholización presentan formas de instalación diferentes y pronósticos variados; las reacciones ante determinados acontecimientos vitales, el estrés que condiciona la vida moderna y los desajustes de su propia imagen, son algunos de los factores que muchas veces llevan a la mujer a consumir alcohol;

Para investigadores como Brown, Blume y Nadeau el consumo del alcohol puede relacionarse con acontecimientos vitales relevantes sufridos, las mujeres en particular relacionan su alcoholismo con los factores ambientales con más frecuencia que los hombres, eventos que generalmente están asociados a conflictos en la esfera sentimental y familiar.

Los estudios psicológicos realizados a mujeres alcohólicas en distintas latitudes reflejan la existencia de un grado significativamente alto de depresión, pobreza en su autoestima, afectación en su autocontrol con irritabilidad mantenida, sentimientos de minusvalía, actos agresivos y relaciones interpersonales violentas propios de la personalidad bordeline 26, falta de concordancia entre su imagen real y la ideal por lo que realiza reformulaciones continuas de esa imagen que es generadora de sentimientos de malestar, los trastornos de personalidad, los trastornos por ansiedad y la depresión aparecen como los diagnósticos más frecuentemente asociados.

Una de las características más habituales en el alcoholismo femenino es su ocultismo, fruto en muchas ocasiones de un gran sentimiento de culpa.

De acuerdo al testimonio directo de una mujer que ha padecido el alcoholismo en grado extremo, puede considerarse el proceso de la enfermedad muy distinto en el hombre respecto a la mujer. Según la referida persona, ella considera que el alcoholismo es menos frecuente entre las mujeres que entre los hombres. Admite que hay menos mujeres alcohólicas por razones de orden social. La sociedad condena más severamente a la mujer. En cualquier parte se considera “feo” ver a una mujer bebiendo y peor si se embriaga y hace un escándalo. El hecho de que beba en público ya es un escándalo. Los hombres en cambio no son censurados, para ellos beber es tan normal como conversar o respirar. Por eso, las alcohólicas se convierten en bebedoras clandestinas. Esta especie de control que la sociedad ejerce sobre las mujeres, determina que haya menor número de bebedoras sociales y de alcohólicas.

La situación de clandestinidad por el rechazo social y familiar, hacen más difícil de detectar y atender el alcoholismo en la mujer. Además, parece comprobado que su naturaleza soporte menos que la del hombre los deterioros por el alcohol, y que llega mucho más rápidamente que el hombre a las etapas críticas de la enfermedad, mientras que los alcohólicos suelen tardar ocho o diez años, en promedio, para llegar a la etapa crónica y el deterioro mental, en la mujer se presenta estos síntomas en la mitad de tiempo o aún menos.

Hasta hoy los problemas de bebida en las mujeres han sido, en gran medida, ignorados. Por mucho tiempo el alcoholismo ha sido una enfermedad de hombres. Algunas autoridades creen que la mujer nunca ha tenido tantos problemas de beber como el hombre, pero el caso es que las mujeres han dudado más en buscar ayuda, debido al juicio más severo de la sociedad.

El alcoholismo en la mujer merece una consideración aparte porque, si bien se encuentran características comunes con el alcoholismo en el hombre, tiene aspectos sociales, culturales y biológicos que le son propios.

Los grupos sociales son menos indulgentes con las mujeres. Así se trata de un alcoholismo más secreto, solitario y controlado por el sentimiento de pudor que desencadena culpabilidad. El alcoholismo degrada más rápida y profundamente a la mujer en su status y sus papeles femeninos y maternales que al hombre en su status y papeles masculinos y paternales. El rechazo y la intolerancia social son más vivos y precoces para la mujer que para el hombre. El alcoholismo también representa un mayor riesgo para la integridad física y la vida de la mujer, en cuanto la expone a frecuentes atentados sexuales (violaciones).

Atrapada por la imagen mito de "perdida", las mujeres sufren doblemente al ser consideradas no sólo como enfermas, sino también como inmorales. No es de sorprender que las mujeres alcohólicas y sus familias se esfuercen por ocultar, enmascarar y negar el problema.

LAS CHICAS Y EL ALCOHOL

Quizás no hay nada nuevo bajo el sol y la juventud siempre ha sido igual. A algunos se les pasa la mano con el trago, a otros no. En algunas fiestas casi todos están borrachos, otras son muy sanas. Unos son extrovertidos, otros no. Pero lo que está claro es que ahora, en las fiestas -públicas o privadas-, se ve algo que antes no se veía: las mujeres tomando.

En la última década ha cambiado la forma de tomar de las mujeres. Por un lado, empiezan antes, y a los 13 años muchas han probado y algunas hasta se han emborrachado. Y, por otro, toman con más desinhibición social, cuentan que se emborracharon y no pasa nada, porque hay mayor tolerancia.

"Toman por lo mismo que los hombres: curiosidad, influencia del grupo, sentir mayor autonomía, ser adultos. Pero si nos preguntamos, para qué toman, es distinto. Toman para hacer cosas que sin alcohol, no se atreven. Buscan desinhibirse para establecer vínculos con los hombres. En la adolescencia es muy fuerte el deseo de explorar su cuerpo en relación con el hombre y poner a prueba su capacidad de relacionarse emocionalmente".

Al parecer, el alcohol las ayuda en su búsqueda. "La desinhibición que produce el alcohol les da sensación de libertad: pueden hacer más cosas. Pero, la verdad es que son menos libres porque no quieren ser conscientes de lo que hacen. Como resultado, al día siguiente no sienten culpa, fue por culpa del alcohol, dicen".

El adolescente tiene un riesgo natural de caer en el alcohol ya que vive una época de exploración del mundo, de la vida, de su sexualidad y busca entretenerse y pasarlo bien. Pero, por dentro no lo pasa tan bien. Entonces, el alcohol, que produce un efecto tranquilizante, de euforia y desinhibición, engancha perfecto con esta etapa. El hecho de que las fiestas sean en un lugar público y masivo, hace que todos sean iguales, ya nadie tiene ventajas por cómo se llama o de qué colegio es. Entonces hay que sobresalir por algo, tener más personalidad y el trago ayuda.

La mayoría de las adolescentes tiene una vida normal, estudia, no lleva una vida sexual promiscua y cuando se toma una copa, no se emborracha". Agrega que cuando se trasforman en bebedoras excesivas tampoco lo hacen por "buscar el sentido de la vida y evadir problemas", como podría suponerse. En su afán de explorar el mundo, quieren llegar al límite de la euforia y de la desinhibición, pero ese límite está muy próximo al punto en que se pierde el control y la memoria. Es muy difícil no pasarse. Y como son muy jóvenes, se les pasa la mano más fácilmente. Mientras más tardío es el consumo hay mayor autocontrol. Mientras más adulto se empiece a tomar, menos posibilidades de llegar a ser un bebedor excesivo. El consumo precoz aumenta las posibilidades porque crea el hábito y mientras más joven, menos control.

Algunos publicistas interpelan a los adolescentes porque los consideran un mercado importante y saben que mientras antes se les incorpore el hábito, más fácil será que sigan consumiendo cuando adultos. A la vez, en el comercio se les vende alcohol como si fueran adultos, hay bares abiertos, las fiestas se llaman "Hígado valiente",… "Hay una permisividad legal y una falta de ética al vender una droga a personas que todavía no son adultas, que aún no tienen estructurado su mundo ideológico, emocional y de valores".

RIESGOS PARA LA SALUD EN LAS MUJERES

El alcohol deprime la actividad del cerebro y afecta la conducta. Como en el caso de las demás drogas, sus efectos dependen de muchas cosas: el peso corporal, la estatura, la rapidez en la manera de beber, la presencia de alimento en el estómago, etc.

Reciente investigaciones, demostraron que las sustancias alcohólicas tiene un efecto más nocivo en el organismo de las mujeres que en el de los hombres. Y, además, en mucho menos tiempo, las adolescentes que beben alcohol tienen implicancias para su salud a largo plazo. El alcohol les hace más daño a ellas porque se dispersa en el cuerpo a través del agua. Cuanta más agua, más diluido el alcohol. Y como las mujeres tienen menos agua en el organismo, más grasa y una talla menor, lo retienen más. Un vaso de vino en el hombre, se demora entre 45 minutos y una hora en metabolizarse. En la mujer, entre una hora y una hora y cuarto. Biológicamente la mujer absorbe el alcohol más lento, por lo que le da vueltas en la sangre más tiempo. Eso significa que el alcohol causa estragos en las mujeres si se toman otro trago antes de una hora y media, por eso, casi siempre que un hombre y una mujer beben la misma cantidad de alcohol, los efectos son mayores en ésta.

Además, a la misma cantidad de tragos, el cerebro y los órganos de las mujeres están expuestos a una concentración más alta de alcohol comparado con los hombres. Por esa razón, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir una inflamación del hígado y morir de cirrosis. Lo que el alcohol le hace al organismo de una mujer en sus años de desarrollo es muy perjudicial. Hasta se registra un daño cognitivo.

Las mujeres también tienen más probabilidades de volverse dependientes del alcohol más rápido. Una chica que empieza a consumir bebidas alcohólicas antes de los 14 años tiene cuatro veces más probabilidades de volverse alcohólica que alguien que no bebió antes de los 21. "Las adolescentes que lo beben tienen tres veces más probabilidades de emborracharse en la edad adulta en comparación con las chicas que no toman alcohol"

El consumo de bebidas alcohólicas impacta severamente sobre el desarrollo del aparato reproductor de la mujer en las etapas prepuberal y puberal, aún en cantidades consideradas moderadas. El consumo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama. El consumo crónico de alcohol genera menopausia precoz, osteoporosis, amenorrea e infertilidad con disminución del tamaño de los ovarios.

Durante el embarazo hay mayor riesgo de aborto espontáneo, feto muerto por insuficiencia placentaria y la incidencia de parto prematuro estaría multiplicad por 7 respecto a las abstemias.

El SINDROME ALCOHOLICO FETAL es la primera causa de retraso mental evitable. No hay consumo seguro en el embarazo ya que incluso cantidades pequeñas de alcohol se han relacionado con peores resultados escolares y pobre desarrollo psicomotor.

SEÑALES DE ALERTA QUE PUEDEN SER INDICIOS DE INGESTIÓN IMPRUDENTE DE ALCOHOL

- Baja en el rendimiento escolar.

- Cambios en la conducta que no se explican sólo por estar en la etapa de la adolescencia.

- Mentiras reiteradas.

- Aislamiento o retraimiento.

- Repentinos cambios de ánimo.

- Cambio de amistades.

- Solicitud excesiva de dinero.

- Pérdida de dinero, objetos y prendas de vestir.

- Accidentes, moretones o heridas inexplicables.

FACTORES DE RIESGO

La investigación sugiere que la mujer tiende a beber excesivamente cuando tiene:

• Padres o hermanos (o parientes de relación sanguínea) con problemas de alcohol. - El pertenecer a una familia en la que el consumo de alcohol es permitido y hasta promovido.

• Una pareja que consume bebidas alcohólicas en exceso

• Más “tolerancia al licor” que otras personas

• Antecedente de depresión

• Antecedente de abuso físico o sexual en su niñez.

• El no orientar y vigilar adecuadamente a los adolescentes, desconociendo a sus amigos o permitiendo el consumo de alcohol en sus reuniones.

• El tener a la mano bebidas alcohólicas cuando se sabe que hay una cierta inclinación hacia su consumo.

• El no saber solucionar o enfrentar los problemas y buscar al alcohol como un escape para la ansiedad, la tristeza, las depresiones, las decepciones o los conflictos en las relaciones personales.

• El tener una baja autoestima que promueva el consumo de alcohol como un medio para cambiar la personalidad, para agradar a los demás o para desinhibirse ante alguien o ante algo.

• Los retos de los amigos o familiares, sobre todo durante la adolescencia.

También existen otros factores de riesgo para que una persona se convierta en alcohólica y que tienen que ver con la personalidad, como:

• Responder a las bebidas alcohólicas de forma que sienten relajación, alivio, euforia, alegría o desinhibición.

• Que tienen ciertas características que les impide enfrentar con éxito los estados depresivos, la ansiedad o la depresión.

- Pertenecer a culturas que fomentan el alcoholismo.

Entre los factores sociales que favorecen el consumo de alcohol, están: la facilidad de su adquisición y consumo, la promoción y aceptación social de su consumo, los estilos de vida y el estrés.

La presencia de cualquiera de estos factores es una buena razón para tener especial precaución con el consume de bebidas alcohólica.

Alcohol y relaciones sexuales

El consumo excesivo de alcohol puede interferir en las relaciones sexuales de las mujeres de diversas maneras:

 Disminuyendo el deseo sexual.

 Dificultando la consecución del orgasmo.

 Alterando la percepción de la realidad y la capacidad de juicio y decisión.

 Disminuyendo la utilización de preservativos, con un mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

 Los niveles más altos de consumo de bebidas alcohólicas aumentan las probabilidades de ejercer actividad sexual.

 Los adolescentes que consumen bebidas alcohólicas presentan más probabilidades de involucrarse en actividades sexuales riesgosas, como por ejemplo mantener relaciones sexuales con desconocidos o sin usar métodos anticonceptivos.

.

DECISIONES A TIEMPO

• Nunca llegue al estado de ebriedad. Cuando beba, hágalo siempre moderadamente.

Evite las borracheras. Es más probable que ocurran accidentes en la calle o en el hogar cuando se bebe en exceso.

• Cuando beba alterne el consumo de alimentos sólidos y refrescos o jugos de frutas con las bebidas alcohólicas que ingiera.

• Tenga especial cuidado si sospecha que puede estar embarazada o si está planeando embarazarse (lea el apartado sobre embarazo).

• No beba si esta amamantando. El alcohol pasa a la leche y afecta también a su hijo.

• No beba si está tomando medicamentos, sobre todo si se trata de tranquilizantes (lea la sección sobre alcohol y otras drogas).

• Nunca trate de beber «al parejo» que los hombres. El límite seguro para las mujeres es más bajo.

FALSEDADES Y PRETEXTOS SOBRE LA BEBIDA

Existe un sin números e infinidades de mitos y pretextos sobre el consumo de bebidas alcohólicas que actualmente los adolescentes han llegado a confiar ciegamente en dichas postulaciones que cada hace más difícil tratar de erradicarlas. Entre las más comunes se hallan las siguientes:

“El alcoholismo no es un problema en mi ambiente social. En realidad ni siquiera conozco a un alcohólico”

La mayoría de los alcohólicos procuran ocultar su enfermedad, incluso a sí mismos. Un amigo podría tener problemas de alcoholismo sin que usted llegue a darse cuenta de ello. Muchos de estos enfermos parecen ser personas normales.

“Las personas solo se emborrachan cuando mezclan bebidas alcohólicas distintas”

La mezcla de bebidas no tiene gran importancia. Las personas, por lo general, se embriagan por beber demasiado.

“¿Dónde está el problema? Las personas que beben solo se perjudican a sí mismas”

Si pero también hacen daño a sus familias, a sus amigos, a sus maestros etc. y todas las personas con las cuales convive.

“Muy pocas mujeres se vuelven alcohólicas”

El alcoholismo es una enfermedad que ataca lo mismo a hombres y mujeres. Estas se ven afligidas, por ello al igual que los hombres tienen sus propios problemas y circunstancias específicas.

No hay diversión sin alcohol

A, menudo es precisamente el que bebe el que acaba fastidiando la fiesta, provocando conflictos, llorando, vomitando, etc.

El licor ayuda a hacer amigos y a ligar

En pequeñas dosis el alcohol puede hacerte sentir más lanzado, pero en realidad no mejora las relaciones sociales ya que se trata de una falsa sensación de euforia que te hace hablar mucho y no te deja escuchar. Además si se injiere alcohol sin ningún control y medida puede llegar a realizar cosas ridículas o violentas. Puedes acabar necesitando beber siempre que quieras relacionarte.

Las copas ayudan a superar la tristeza y la ansiedad

Lo mejor que puedes hacer es tener la mente clara y limpia para afrontar tus problemas de la forma más rápida y sencilla posible.

Beber solo conseguirá hundirte más y multiplicar tus problemas y encima no solucionara tus problemas anteriores. El alcohol puede reducir la ansiedad y el nerviosismo pero solo de forma momentánea. Con el tiempo solo puede producir más ansiedad, tristeza, depresión y los efectos típicos de abstinencia.

El alcohol no hace daño si comes algo antes

La presencia de comida en el estómago hace algo más lenta la absorción del alcohol, pero el daño es idéntico. A demás, por tardar más en apreciarse sus efectos, a menudo se bebe más y después la intoxicación etílica es más grave y peligrosa.

Yo no soy alcohólico, solo bebo los fines de semana.

El alcoholismo no está fijado por la cantidad ingerida de alcohol en un periodo determinado de tiempo, personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones de comportamientos muy diferentes, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos que beben semanalmente, mensualmente, o misma una periodicidad fija, si bien el proceso degenerativo tiende a cortar los plazos entre ingesta e ingesta.

El alcohol me ayuda a mis relaciones sexuales

Falso, Shakespeare grafíticamente lo resumió muy brillantemente diciendo que el alcohol “provoca el deseo, pero frustra la ejecución”. Se cree que el consumo de alcohol puede resultar gratificante y hasta ventajoso para quienes necesiten envalentonarse antes de tomar decisiones. Luego la realidad es que el alcohol acaba echando a perder cualquier plan u oportunidad. La sexualidad por ejemplo es una de las áreas a la que más daña el alcohol. Por pequeña que sea la cantidad que se ingiera, esta sustancia puede llegar a disminuir la función sexual, debido a que incide y suprime directamente el sistema nervioso central , que es la fuente y origen de cualquier deseo sexual y que también regula las funciones sexuales y de erección en el hombre, entre otras tareas.

Con bebidas energéticas el alcohol me afecta menos

Falso. Lo que realmente ocurre es que el que bebe no nota la sensación de embriaguez aunque si este intoxicado y bebe más, con lo que el riesgo es doble. La explicación es sencilla: el alcohol es un depresor y las bebidas energéticas contienen estimulantes que contrarrestan su efecto.

BEBER AGUA no tiene fundamento, porque el agua no ayuda a diluir el alcohol.

VOMITAR lo único que se consigue es eliminar el alcohol del estomago, pero no el que está en los pulmones.

Mezclar cerveza, vino y licores emborracha más que beber un solo tipo de bebida alcohólica

VERDAD: Teóricamente la concentración de alcohol en la sangre o alcoholemia, es el porcentaje de alcohol que circula por la sangre después de beber alcohol. Independientemente de sabor, color, olor o mezcla que haya, el alcohol es alcohol. Pero en la práctica mezclar activa más rápidamente el alcohol en la sangre, pero no porque uno mezcle en sí, sino porque uno se apura en tomar, lo que si aumenta el porcentaje de alcohol en sangre.

Uno se emborracha antes con una bebida fuerte que con cerveza o vino frío

VERDAD: El alcohol es alcohol, en cualquier forma y de cualquier origen, lo importante es la relación volumen-graduación alcohólica, uno se emborracha antes si toma más alcohol, pero el alcohol de las bebidas fuertes es igual que el de las bebidas suaves.

Todo el mundo reacciona igual al alcohol

FALSO: No es del todo cierto. Existen muchísimos factores que afectan a la forma de reacciones al alcohol: el peso, la hora del día, el estado de ánimo, la bioquímica del organismo, las expectativas individuales, son unos pocos ejemplos.

¡Solo es una cerveza!. No puede producir una lesión permanente

FALSO: El alcohol puede lesionar gravemente el sistema digestivo. También puede lesionar el corazón, el hígado, el estómago y otros órganos importantes del cuerpo. Al final, también puede acortar la esperanza de vida de la persona.

El alcohol te hace más “sexy”

VERDAD: Cuanto más se bebe, menos se piensa. El alcohol te relaja y te puede hacer más interesado en el sexo, pero interfiere con la capacidad sexual del organismo y no se piensa en las consecuencias. Los embarazos, el SIDA, las violaciones, los accidentes de tráfico,… no son nada “sexys”.

El alcohol no es una droga.

FALSO: El alcohol reúne todos los requisitos de la definición de droga: droga es toda sustancia que cuando se introduce en el organismo provoca un cambio en su funcionamiento. Si el principal cambio ocurre en el psiquismo y en la conducta se trata de una psicodroga, y es aquí en donde se clasifica al alcohol etílico.

El alcohol es un estimulante.

VERDAD: Mucha gente así lo cree porque con las primeras copas la persona se ve medio “achispada”, locuaz, desinhibida, pero ya explicamos antes lo que ocurre en realidad. El alcohol es una psicodroga que deprime el sistema nervioso.

El alcohol alimenta.

FALSO: El alcohol proporciona calorías al cuerpo pero no es nutritivo ni sustituye a los alimentos necesarios para el crecimiento y la conservación de la salud.

El alcohol no “engorda”.

FALSO: El alcohol sí puede engordar a los bebedores que se alimentan regularmente. El alcohol proporciona más calorías que los azúcares y las féculas, aunque menos que las grasas. Las bebidas alcohólicas pueden contribuir al sobrepeso cuando sustituyen a una alimentación equilibrada; el peligro que se enfrenta es la malnutrición.

Las personas que “aguantan mucho” corren menos riesgo de llegar al alcoholismo.

FALSO: Cuando decimos que a fulano “no se le sube” aunque tome mucho, se puede caer en este mito, pues se interpreta que “siendo más resistente” no lo dominará el alcohol. Pero esto no es verdad. Por el contrario, puede ser que la persona a quien nos referimos esté desarrollando ya la etapa del alcoholismo que se caracteriza por el fenómeno de la tolerancia.

Cualquier cantidad de alcohol es perjudicial para los órganos del cuerpo.

VERDAD: Esto es falso porque pequeñas cantidades de alcohol no provocan daño alguno a los tejidos de los distintos órganos. Pero hay que mencionar que las bebidas muy concentradas y las grandes cantidades de alcohol ingeridas en una sola jornada, provocan serias irritaciones en el aparato digestivo, y que el abuso prolongado llega a afectar al hígado, al corazón, al sistema nervioso y a otros órganos.

El café le devuelve la sobriedad al embriagado.

FALSO: La verdad es que el alcohol se oxida y se elimina del cuerpo a una velocidad uniforme y hasta ahora no sabemos de ninguna sustancia que acelere este proceso. Como la cafeína es un estimulante y el alcohol un depresor, una taza de café fuerte puede ayudar a mantener despierto a un sujeto alcoholizado, pero no a “bajarle la borrachera” como suele decirse. El café sólo convierte al embriagado somnoliento en un embriagado bien despierto.

Una ducha fría le devuelve sobriedad al embriagado.

FALSO: Una ducha fría sólo lo convierte en un embriagado frío y remojado.

Una zambullida en agua fría le devuelve sobriedad al embriagado.

FALSO: Una zambullida en agua fría puede convertirlo en un embriagado muerto. Alguien que ha estado bebiendo, se normalizará tan solo después de que el hígado ha procesado todo el alcohol y eso lleva tiempo

Las personas que sólo beben cerveza no pueden llegar a ser alcohólicas.

VERDAD: La cerveza, al igual que el vino y los licores o bebidas destiladas (como pisco, tequila, ron, etc.) aunque en menor grado, también contiene alcohol. Esto significa que consumirla abusivamente tiene consecuencias negativas y produce daño.

El consumo de otras drogas es un problema mayor que el consumo de alcohol.

FALSO: Como en nuestra cultura el alcohol es una droga legal, se ha tendido a minimizar las consecuencias negativas de su consumo. Las consecuencias derivadas del consumo abusivo de alcohol son múltiples: violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, accidentes laborales, Ausentismo laboral, abusos sexuales, entre otros.

El alcohol daña por igual a los hombres y a las mujeres.

VERDAD: La mujer tiene, en general, menor peso que el hombre y, en consecuencia, el tamaño proporcional de sus órganos es más pequeño. Por lo tanto puede generar más rápidamente deterioro de sus funciones con menores cantidades de alcohol y llegar al alcoholismo más aceleradamente que el hombre. También los efectos del alcohol son diferentes para los niños y jóvenes, provocando más daño que a los adultos, pues están en proceso de crecimiento y desarrollo y sus órganos (cerebro, hígado, páncreas) son muy vulnerables al efecto del alcohol.

¿De qué te preocupas? al menos no tomo drogas

Este es un caso en que la ignorancia no da felicidad. Si uno depende de la bebida, es toxicómano; hay millones de personas así. El alcohol es una droga y ya es tiempo de que dejemos de pretender que no lo es.

“Pero mis padres beben”

Lo importante aquí es cómo lo hacen. Si están empleando el alcohol en forma responsable, perfecto; si no es así, entonces ¿qué sale uno ganando con destruirse poco a poco?

...

Descargar como  txt (163.9 Kb)  
Leer 103 páginas más »
txt